sábado, 20 de abril de 2024

Bombas buenas y malas

Dependiendo de su nacionalidad y el uso

que se haga de ellas, bombas buenas hay y... malas.

No son iguales todas ni meterse pueden

en el mismo saco todas juntas y mezcladas,

igual que no se deben churras y merinas

cruzar ni confundirse, aun siendo ovejas ambas.

Las bombas occidentales son las bombas buenas

a más de tecnológicamente avanzadas

e inteligentes como solo ellas saben,

pacíficas, democráticas, humanitarias;

su razón de ser, la lucha contra el terrorismo;

jamás ofensivas, son disuasorias, necesarias;

instrumentos siempre de defensa. Se diría

que no son bombas explosivas, nunca estallan

en los países donde suelen producirse,

sino en lejanos escenarios de batallas

en donde los derechos humanos no se cumplen,

según afirman, como si se respetaran

en alguna parte, pero así se justifican;

cuya fabricación reactiva, malparada,

la economía y crea puestos de trabajo;

benditas sean por lo tanto, bombas y armas

benéficas además de buenas, mientras que otras,

las otras, no occidentales, son perversas, malas,

intrínsecamente criminales, terroristas

que causan en nuestras filas lamentables bajas,

sembrando el pánico y la muerte de inocentes:

malditas sean, sanguinarias, inhumanas.

 

viernes, 19 de abril de 2024

Otro soneto del Belli (Er confortatore)

    Giuseppe-Gioachino Belli escribió este soneto en dialecto italiano romanesco el 13 de setiembre de 1830, titulado "er confortatore", que podemos traducir como el confortador o el consolador, es decir, aquel que consuela y que da "vigor, espíritu y fuerza" a alguien. 
 
    Fue escrito después de una ejecución capital que se produjo días antes en Roma en la que el reo murió decapitado.
 
Grabado y firma de Giuseppe-Gioachino Belli
 
     En la primera estrofa del soneto, Belli nos introduce súbitamente a los lectores en una oscura celda. Es medianoche. No vemos nada, pero oímos el chirrido del pestillo de la puerta del calabozo. Alguien se acerca. A continuación resuena el vozarrón del alguacil que le comunica al anónimo encarcelado, que somos nosotros, los lectores, la sentencia de muerte.
 
    A continuación, en la segunda estrofa, aparece e medio de la oscuridad una siniestra visión: entre dos antorchas, flanqueado por dos vigilantes y dos esbirros, se presenta el monje encapuchado, que he denominado Fray Consolador, encargado de dar ánimos al condenado. Se trata de un fraile encapuchado de la Cofradía de San Juan Degollado que había en Roma y se dedicaba a la tarea de asistir a los reos de muerte, consolarlos, recoger sus últimos deseos, hacerlos morir "en la gracia de Dios" y finalmente ocuparse de su entierro.
 
    En la tercera estrofa Fray Consolador se abraza de improviso al cuello del condenado a muerte y le dice que se alegre porque al morir va a subir volando al paraíso, lo que recuerda a aquella broma irreverente de unos clérigos irrespetuosos que decían rezar mucho para que Su Santidad el Papa "pudiera ir al Cielo cuanto antes", es decir, que se muriera, aunque, acusados de delito de odio, se defendieron diciendo que no le deseaban la muerte al Santo Padre, sino su pronta ascensión al Reino de los Cielos.
 
    En la última estrofa, el condenado le contesta sarcásticamente al fraile que se deje ejecutar él en su lugar si tanto gozo y alegría le produce el hecho de ascender al Cielo.  
 
 
Sta notte a mmezza notte er carcerato
sente uprì er chiavistello de le porte,
e ffasse avanti un zervo de Pilato
a ddijje: “Er fischio te condanna a mmorte”.
 
Poi tra ddu’ torce de sego incerato, 
co ddu’ guardiani e ddu’ bbracchi de corte, 
entra un confortatore ammascherato, 
coll’occhi lustri e cco’ le guance storte.
 
Té l’abbràccica ar collo a ll’improviso, 
strillanno: «Alegri, fijjo mio: riduna
le forze pe’ vvolà ssu in paradiso».
 
«Che alegri, cazzo! alegri la luna!», 
quello arispónne: «Pozziate esse acciso; 
pijjatela pe’ vvoi tanta furtuna». 
 
 

Anoche a media noche el presidiario
sintió abrirse el candado de la trena
y adelantarse a él un funcionario
a decirle: “A muerte el juez te condena”. 
 
Luego entre dos antorchas alumbrado
con dos guardias y esbirros de faena
fray consolador entra encapuchado,
de ojos brillantes y estudiada pena.
 
Se abraza a su cuello de pronto al vuelo
gritando: “Alégrese, hijo mío: reúna
fuerzas para subir volando al Cielo.
 
¿Que me alegre? ¡Alegre la puta luna!
Le respondió: Tráguese usté el anzuelo,
y agénciesela usté tanta fortuna.
 
    Hay una musicalización de este soneto y otros más de Belli a cargo de Ardecore, el grupo formado por el cantautor Giampaolo Felici y los músicos de Zu, que interpretan en clave moderna pero respetuosamente las canciones populares pertenecientes a la tradición romana, que pueden escucharse en 996. Le canzoni di G.G, Belli.

jueves, 18 de abril de 2024

¡Menuda papeleta (la de la OTAN)!

    Para la memoria histórica de los amnésicos o desmemoriados y de los  que no tienen recuerdo porque no habían nacido o eran muy jóvenes todavía, desempolvo aquí la papeleta del referéndum que planteó el Gobierno del Reino de las Españas al pueblo en 1986 sobre la permanencia en la Alianza Atlántica.


    Así recoge la Güiquipedia el hecho del referéndum:  Fue convocado el 31 de enero de 1986 por el gobierno del PSOE presidido por Felipe González. ​ Ganó el SÍ con el 56,85% de los votos válidos a favor de permanecer en la OTAN con una participación del 59,4%.

       El partido que gobernaba había dicho "de entrada NO" a la permanencia en la OTAN/NATO, y exigía un referéndum. Llegado el momento, el eslogan gubernamental fue "En interés de España SÍ". Pero no olvidemos las condiciones para esa permanencia...  Como puede comprobarse, ninguna de las tres condiciones  acordadas por el Gobierno que se planteaban para la permanencia (o términos, como se decía allí) se ha cumplido, treinta y ocho años después.

    Conviene tenerlo en cuenta y no olvidarlo ahora que tanto se oye hablar de "economía de guerra", que ya no es solo una metáfora como durante la pandemia; ahora hay que entender la expresión en sentido literal, máxime cuando el Consejo de Ministros y Ministras aprobó el martes pasado destinar más de mil millones de euros a material de defensa, es decir, bélico. El importe exacto es: 1.129.648.285,92 euros. Ahí se ve la necesidad que tienen los euros en este caso, o el dinero en general, de invertirse o emplearse en lo que sea para crecer y multiplicarse y que siga funcionando el tinglado de la realidad: el dinero está para gastarlo.

    El Gobierno desembolsa esta pasta gansa para aproximarse un poco al objetivo -término militar este donde los haya- de llegar a destinar el dos por ciento del PIB del Estado a gastos de guerra, según el compromiso adquirido con la OTAN,  "en un momento de incertidumbre en la comunidad internacional por la invasión rusa en Ucrania y la escalada de violencia de la guerra palestino-israelí después del ataque de Irán", como dicen los periódicos creando con su discurso trampantojos fantasmagóricos tales como "comunidad internacional", "invasión rusa", "Ucrania", "guerra palestino-israelí" y "ataque de Irán".

        En la reseña, de tres breves párrafos, el Gobierno explica con una prosa cultiparlante, pedante y rocambolesca que «la situación internacional está incursa (participio fuerte de 'incurrir' que es para salir corriendo) en un contexto de alta volatilidad, incertidumbre e inestabilidad, por lo que es necesario realizar un esfuerzo urgente de las capacidades militares al objeto de incrementar la reserva estratégica disponible». A lo que añaden los redactores, para que se entienda un poco mejor, que el dichoso objetivo es el suministro de diverso material de armamento, equipamiento militar y munición, entre otros elementos. 

    Y es que, aunque no lo parezca, estamos en guerra. Ya lo decía Calino de Éfeso en la primera mitad del siglo VII antes de Cristo: En paz creéis estar, pero la guerra domina toda la Tierra.

miércoles, 17 de abril de 2024

Pensamiento positivo y negativo

    Del sufí Abu Madyan, nacido en Cantillana (Sevilla) en torno a 1116 y muerto en Tremecén (Argelia) en 1198, leo un aforismo a través de una traducción inglesa: No one attains true freedom as long as he remains under the influence of the slightest portion of his ego. “Nadie alcanza la verdadera libertad mientras permanezca bajo la influencia de la más mínima porción de su ego”. El texto árabe, que copio literalmente, ما وصل إلى صَرِيحِ الْحَرِّيَّةِ مَنْ بَقِيَ عَلَيْهِ مِن نَفْسِهِ بَقِيَّةٌ (ma wasal 'iilaa sarih alharriat man baqi ealayh min nafsih baqia) dice, al parecer, según el traductor electrónico que consulto, más literalmente: Una persona a la que le quede un resto (o ápice) de alma no alcanzará la verdadera libertad. 
 
 
    Por lo que averiguo, en las traducciones del Corán el término árabe nafs, que la traducción inglesa vierte como 'ego', suele traducirse, por alma, conciencia, espíritu, fondo del corazón, hombre, imaginación, interior, mente, pensamiento, persona, propia persona, etc. Este término indica, pues, el interior, el espíritu o la esencia del individuo personal, que no es una cápsula que lo encierre, sino algo que le permite identificarse con cualesquiera cosas o personas.
 
    Por lo tanto, una interpretación más sencilla y menos mística y menos anclada en la vieja religión islámica, sin necesidad de recurrir al concepto moralista del egoísmo que sugiere  la traducción inglesa, que se justifica como alusión a una “imagen ilusoria de autosuficiencia e independencia ontológica” (sic), podría ser: nadie puede ser libre mientras sea esclavo de sí mismo. Y más sencillo todavía: no puedes ser libre mientras seas tú mismo, es decir, mientras te aferres a ser tú mismo, persistiendo en estar dentro de la jaula de tu identidad personal acreditada por tu documento de identidad
 
    Y es que los gurús o gurúes que cacarean lo que se ha dado en llamar 'pensamiento positivo' del  smiley sonriente ante las desgracias de la vida repiten constantemente el mantra de ser uno mismo: sé tu mismo, sé tú mismo, cuando lo importante sería justamente lo contrario: dejar de serlo. O al menos disimular un poco como dice este gracioso vídeo de Esperpentos de Jon Viar, que califica con razón al pensamiento positivo como "la gran estafa de nuestra época". 
 
 

martes, 16 de abril de 2024

La guerra de la razón contra la razón de la guerra

   Como dijo Cicerón, belli neruus pecunia: "el dinero es el motor -el nervio, literalmente- de la guerra", y es lo que a uno se le ocurre cuando se entera de cómo la guerra, a la que  nos llevan de cabeza, está reactivando la economía europea en lo que toca a la industria armamentista, y hace que esta incluso supere a la competencia norteamericana, como puede leerse en La Información, donde se da cuenta cumplida de la subida del gasto en defensa, es decir, en material de guerra. Algunos datos sacados de allí:   

    La guerra en Ucrania, que acaba de cumplir su segundo año en todas las pantallas, ha puesto en órbita a todo el sector aeroespacial y de defensa en Europa. Basta con mirar a Rheinmetall. El principal fabricante mundial de municiones de artillería y fabricante del famoso tanque Leopard, dijo recientemente que espera que sus ventas en 2024 crezcan un 40% hasta un récord de 10.000 millones de euros, lo que no es moco de pavo. Sus acciones llevan una subida del 69% en 2024 y del 85% en un año. 

    Otras empresas que se suman a esta fuerte tendencia del sector en 2024 incluyen a Kongsberg Gruppen (53%), Saab (51%), Leonardo (48%), Safran (29%), BAE Systems (21%), Airbus (20%) y Thales (15%). Todas ellas se benefician de la expansión de los presupuestos militares europeos.

      

    La española Indra se beneficia por partida doble. A su favor cuenta su presencia en los dos segmentos más alcistas en bolsa este año: la tecnología y el negocio de defensa. La compañía, que acaba de aprobar la segregación de su unidad de negocio espacial, acumula una subida del 51% en doce meses. Indra, que también lidera las subidas del Ibex este año con un alza entorno al 30%, tiene más margen para seguir subiendo, lo que supone todo un orgullo para esta sucursal nuestra del ofensivo patrioterismo europeo.

    

 Tras las fuertes ganancias acumuladas, las acciones europeas de defensa -en realidad, de la guerra- superan claramente a sus competidoras estadounidenses como Lockhedd Martin, Boeing, Northrop Grumman, General Dynamics, RTX y Leidos Holdings, después de más de dos décadas de ir siempre por detrás de los americanos. La relación causa-efecto entre guerra y beneficios no admite discusión. El índice europeo que agrupa a las principales empresas aeroespaciales y armamentísticas STOXX Europe Total Market Aerospace sube un 50,3% en un año.

lunes, 15 de abril de 2024

"Fumar es un placer genial, sensual"

    El incombustible Fernando Savater, después de su despido fulminante de El Periódico Global, alias El País, publica en The Objective el artículo “Fumando espero”, su particular panegírico del tabaco y confiesa que: Fumar es un placer y a mi edad ya no me quedan tantos como para menospreciarlo con el pretexto de «cuidar» mi salud. ¿Para qué quiero salud sino para seguir fumando? 
 
      Y allí escribe que "los prebostes" -es decir aquellos que hemos puesto (-pósiti)  democráticamente al frente (prae-) haciéndonos la ilusión de que somos libres porque hemos elegido a nuestros rabadanes, aclaro yo etimológicamente- "que nos pastorean" intentan prohibir todo lo que pueden desde el día que toman posesión de su cargo, erigiéndose en guardianes de las buenas costumbres y de nuestra salud, porque lo hacen por nuestro propio bien, como si no supiéramos procurarnos nosotros mismos nuestro bienestar. Y formula el siguiente y acertado aforismo de raigambre ácrata, debido seguramente a su pasado libertario: el poder se demuestra -y se ejerce- prohibiendo, permitir está al alcance de cualquiera. Pero como no pueden cumplir su ideal totalitario, que sería prohibirlo absolutamente todo, se dedican a hacerlo parcial- y paulatinamente, tratando de convencernos de que lo hagamos por nuestra propia voluntad, sin tener que llegar a obligarnos, como sucedió con la vacunación contra el virus coronado, por ejemplo. Prohibir, a fin de cuentas, no está muy bien visto, y algunos seguimos todavía defendiendo el viejo eslogan de aquella primavera parisina de 1968: prohibido prohibir. Como no pueden prohibirlo todo, quieren que hagamos lo que pretenden o que dejemos de hacerlo por nuestra propia voluntad, esgrimiendo la "evidencia científica" como hacía el otro día la ministra sanitaria apelando a la "calidad de vida" en su lucha quijotesca contra el tabaquismo para demonizar cosas tan variopintas como el consumo de bebidas azucaradas, las grasas saturadas, el alcohol, la carne roja o cualquier cosa que se les ocurra.
 
    Ahora le toca el turno al vicio de fumar, cuyo uso ha sido bastante restringido ya en nombre de nuestra salud y de la del planeta que se quiere libre de humos, pero, como razona Savater en el citado artículo: Si fumar no fuese aún negocio para grandes multinacionales, habríamos perdido el vicio hace bastante. Y negocio también para el Estado, añado yo, que se lucra de ello, dándose la paradoja de que pese a haber menos fumadores en el Reino de las Españas, el precio de las cajetillas sube tanto que los ingresos son ahora mayores que antes, cuando fumaba mucha más gente.
 

 
    Cuenta Savater que empezó a fumar en pipa a los dieciséis años. De ahí, tras su estancia en la cárcel de Carabanchel, que nos recuerda su pasado antifranquista, se pasó a los cigarrillos negros, aquellos Habanos, que yo también he fumado, fabricados con tabaco cubano de Vuelta Abajo "según se leía en la cajetilla, entonces aún libre de calaveras y amenazas de muerte". Pero reconoce que nunca se acostumbró a los pitillos,  por lo que no renunció a la pipa y finalmente pasó a los puros -ejemplo eximio del adjetivo que acaba suplantando al sustantivo "cigarros", en este caso-, y con ellos, confiesa, descubrió el auténtico deleite de fumar. 
 
   No le recomienda fumar a nadie pero, como acertadamente escribe, no hay que hacer como "quien vive como si estuviera gravemente enfermo por miedo a llegar a estarlo". Y como buen liberal que es ahora después de haber sido libertario en su mocedad, dice que lo que no quiere es que le impongan lo bueno porque cuando lo bueno se impone deja de ser bueno.
 
    Concluye su artículo irónicamente constatando que ahora fuman más las mujeres que los hombres: A pesar de las prohibiciones y de la subida de precio del tabaco, hay un rasgo social que nos hace concebir esperanzas a los amigos del vicio. Por la calle se ve a seis o siete mujeres fumando por cada hombre humeante. Cualquier cosa apoyada por el sexo antes irónicamente llamado «débil» creo que tiene el futuro asegurado…

domingo, 14 de abril de 2024

Espectáculo de variedades

Yo también soy idiota. Hecha esta confesión personal, debo decir que el escritor catalán Quim Monzó publica ‘Ments preclares’, subtitulado “El llibre dels idio­tes”, un libro, que no he leído, de artículos periodísticos sobre los idiotas, y declara: “No encuentro tan grave llamar idiota a alguien; yo mismo soy idiota”. Y me hago la siguiente reflexión: etimológicamente idiotas, en efecto, somos todos y cada uno en el sentido original del término griego: persona privada o particular, simple ciudadano, hombre del común, plebeyo, también soldado raso; ignorante, rudo, vulgar, inexperto, profano. Ya lo decía el Bachiller Carrasco en El Quijote, atribuyéndoselo al Eclesiastés y citando la Vulgata latina, para ponderar el gran número de necios que había en todos los tiempos y lugares: stultorum infinitus est numerus: "el número de imbéciles es infinito". Así que yo mismo soy idiota ἰδιώτης, etimológicamente hablando, lo reconozco. ¿Qué le vamos a hacer? Y una de las características de mi persona que tengo como idiota que soy es además de hablar, leer y escribir, que para eso me enseñaron en la escuela, un idioma ἰδίωμα, que es lo mismo que una patria, una nacionalidad, o sea, una propiedad privada, una jaula, pero también un instrumento con el que, sin embargo, puedo, denunciarlo. 

Inteligencia Artificial: IA no son solo las siglas de “inteligencia artificial” sino también, y más propiamente hablando, de la expresión “invasión algorítmica”, que es de lo que se trata lo primero. 

La mentira política.  “En política no se puede mentir. Si uno miente tiene que dimitir”. Lo ha dicho una ministra del gobierno español, da igual su nombre propio y apellidos y su ministerio. Lo ha dicho y ha dicho la verdad olvidando que ella, como miembro de ese gobierno que es, es forzosamente una mentirosa, por el axioma de que gobernar es mentir, o, como escribió Maquiavelo, gobernare è far credere: "gobernar es hacer creer", que viene a ser lo mismo que mentir, porque la creencia es un acto de fe y la fe se fundamenta en la mentira. Gobernar es, en efecto, mentir, sin que pueda decirse lo contrario, que mentir sea gobernar, pero sí que parece que para gobernar es preciso ejercer el arte del engaño, y para engañar hay que mentir, porque el Poder se basa en dos pilares fundamentales que vienen a ser uno solo en definitiva y el mismo: el miedo y la mentira. 

 

La guerra es un crimen de lesa humanidad. No penséis que la guerra no es un crimen: Lo dijo Ernest Jéminguay en 1946 y debería repetirlo cualquier biennacido ahora mismo como si se tratara de un mantra religioso: Never think that war, no matter how necessary, nor how justified, is not a crime: “Nunca penséis que la guerra, por necesaria o justificada que sea, no es un crimen”. No a la guerra por lo tanto. 

Abolición del mos meretricius. Bienintencionada sin duda la querencia de abolir la prostitución que les ha entrado a algunos progresistas, si no fuera porque no se dan cuenta de que no se puede erradicar el puterío sin abolir el sistema capitalista de producción que fundamenta su propia esencia teológica. Nada más lejos de su intención porque dichos progresistas no pretenden abolir el trabajo asalariado. Escribe Paul Lafargue en El Sermón de la Cortesana, incluido en su Religión del Capital (1886): La cortesana trafica con lo que no se puede ni pesar ni medir, con la cosa inmaterial que escapa a las sagradas leyes del intercambio: vende el amor, como el tendero suministra el jabón y la candela, como el poeta detalla el ideal. Pero la cortesana vendiendo el amor se vende; da al sexo de la mujer un valor, su sexo participa entonces de las cualidades de nuestro Dios, se convierte en una parcela de Dios, es Capital. La cortesana encarna a Dios.

sábado, 13 de abril de 2024

Pareceres XLV

221.- El virus de la guerra. No tiene desperdicio este párrafo editorial de El Periódico Global, alias El País (25/03/2024), propagando e inoculando el virus de la guerra en la Unión Europea en general y en los veintisiete gobiernos vasallos en particular, incluido el nuestro, cuya política de beligerancia defensiva y gasto militar justifica el diario con un lenguaje tan culto que roza el delirio y no se sabe muy bien de qué demonios está hablando: Desde sus inicios con la coordinación de la producción del acero y el carbón hasta hoy, la UE ha sido un proyecto de paz. Para seguir siéndolo, para garantizar a sus ciudadanos seguridad, hoy es necesario que cambie. ¿Qué quiere decir eso? Que la UE se convierta en un proyecto de guerra, es decir: que se vacune contra el virus de la guerra inoculándosela. No lo dice así, tan claro, pero a buen entendedor... Atención a la verborrea diarreica de este párrafo: Resulta más inteligente trabajar para convertirse en un factor de disuasión en escenarios violentos y para reducir los efectos perversos en caso de ruptura o alteración de cadenas comerciales. Está hablando del rearme o reforzamiento artificial de nuestro sistema inmunitario. Hay que armarse hasta los dientes “para convertirse en un factor de disuasión en escenarios violentos”. Si estamos armados, sinónimo de 'inoculados', disuadiremos a nuestros enemigos de usar sus armas contra nosotros. Pero no se habla de armas, ni de enemigos -¿quiénes son nuestros enemigos?- porque resultaría obsceno. Se habla de “disuasión” y de “escenarios violentos” sin olvidar los efectos perversos de la rotura o alteración "de las cadenas comerciales", expresiones que no tienen desperdicio. 


222.- De la buena voluntad. ¿Hay acaso una "mala" voluntad humana que pueda contraponerse a la buena?; ¿o se trata de la redundancia de un epíteto totalmente innecesario que da a entender que la voluntad sería siempre esencialmente buena?; ¿qué será, si la hay, eso de la mala voluntad, si no es la voluntad de hacer el mal, cosa, como sabemos desde Sócrates, radicalmente imposible, ya que nadie hace el mal a sabiendas, conscientemente, sino por ignorancia?

 

 223.- Con diez cañones por banda... Una de las primeras siderurgias destinadas a la industria armamentística que tuvo la monarquía hispánica, si no fue la primera, fue la Real Fábrica de Artillería de La Cavada (Cantabria) que a partir del siglo XVII produjo gran cantidad de munición y piezas de artillería, lo que supuso, como contrapartida, además de la creación de puestos de trabajo y de su uso destructivo de personas y de cosas en campañas militares,  la deforestación de las montañas orientales de Cantabria y de Burgos con las consiguientes quejas, molestias y revueltas de los campesinos de los alrededores que necesitaban la leña y la madera para su subsistencia. Pero la fabricación de cañones era fundamental para sostener el poderío del Imperio. Ya sabíamos que el cañón era la ultima ratio regum: la última razón, es decir, la primera del poder de los monarcas. En dos siglos sólo en esta factoría se construyeron tres mil cañones que -se dice pronto- se fundieron gracias a la madera que suministraron, se calcula, unos diez millones de árboles, lo que vino a suponer, según esos cálculos, cincuenta mil hectáreas arrasadas. 

Puerta de entrada a la Fábrica que ya no existe de Artillería de la Cavada (Cantabria)
 

224.- Génesis: No se puede decir que Dios, hablando en pasado, creó el mundo. Eso pertenece a la vieja religión. Hemos de actualizarnos y, siguiendo a Paul Lafargue, hablar de la religión del Capital, que es la que padecemos en la actualidad. Dios, es decir, Don Dinero, no ha creado el mundo de una vez por todas: lo crea en cada acto de compraventa, en cada transacción económica, en cada momento, lo está creando aquí y ahora mismo. Las cosas no tienen entidad propia hasta que no se convierten en mercadurías que son objetos de consumo, hasta que no las intercambiamos por dinero, Dios mediante, y las consumimos, y el propio proceso de producción y consumo en el que estamos inmersos nos consume a nosotros, los consumidores.

 225.- ¡Cámbialo! El funcionario, muy amable, no dudó en facilitarme un impreso para que formulara mi reclamación, y me aconsejó que hiciera mi denuncia por el mal funcionamiento del sistema señalando al propio sistema como responsable, que, reconoció y me dio la razón en ello, no funciona como debería o, lo que es lo mismo, no funciona bien, funciona mal, no a los funcionarios que colaboran en su mal funcionamiento ya que a fin de cuentas son personas de carne y hueso, como usted y como yo, con sus problemas y humanos defectos, como todo el mundo. Me parecía razonable la sugerencia, pero enseguida me surgía la pregunta: ¿Qué sentido tiene formularle al sistema una queja contra sí mismo, una reclamación que el propio sistema agradece como sugerencia para mejorar su funcionamiento? Ya lo dice el propio formulario: “Con esta reclamación o sugerencia está usted colaborando con nosotros, ya que nos permite identificar problemas y efectuar propuestas de mejora para nuestros servicios”. El sistema no funciona bien o funciona mal. Y no es un error del sistema, sino que el error es el propio sistema, que no tiene empacho en reconocerlo, y que añade: ¡Cámbialo! Haz tu propuesta. Danos tu opinión, que agradecemos. Lo dice como si nosotros no formáramos parte de él, como si estuviéramos al margen y fuera del sistema y no fuésemos su soporte esencial.

 

viernes, 12 de abril de 2024

Apostillas y glosas a unos párrafos de Byung-Chul Han

Viendo lo que se divulga por la red del filósofo coreano Byung-Chul Han y sobremanera en el texto ¿Queremos ser realmente libres?, tal parece que su discurso se va reduciendo cada vez más a una marca de verborrea mortecina que ayuda a la confusión reinante, a partir de frases impactantes e incluso en ocasiones párrafos provocativos, pero no ayuda a clarificar lo que nos pasa; por ello se me ocurrió ilustrarlo con un ejemplo introduciendo otras expresiones con algo de sentido como elemento de comparación. Entre comillas aparecen los párrafos de Han y entre corchetes las apostillas y glosas oportunas.

 
《Los residentes del panóptico digital se comunican intensamente y se desnudan por su propia voluntad. Participan de forma activa en la construcción del panóptico digital. La sociedad del control digital hace un uso intensivo [y contraproducente de la contraposición y sustituto] de la libertad. Es posible solo gracias a que, [movilizando la voluntad], tienen lugar una [identificación] y desnudamiento propios. El Big Brother digital traspasa su trabajo a los reclusos. Así, la entrega de datos [se lleva a cabo] por una necesidad [de ser 'Yo, me, mi, conmigo']. Ahí reside la eficiencia del panóptico》.

《Hoy nos ponemos al desnudo [por imperativo de la identidad y pertenencia a esa 'mayoría social']. Subimos a la red todo tipo de datos e informaciones sin saber quién, ni qué, ni cuándo, ni en qué lugar se sabe de nosotros. Esta [exposición alimenta la ilusión, compensatoria del aislamiento infligido, de pertenencia e integración en una comunidad de destino]. En vista de la cantidad y el tipo de información que [con la movilización de la voluntad] se lanza a la red indiscriminadamente, el concepto de protección de datos [es señal inequívoca de la estupidez que se ha logrado》. 



《El secreto, la extrañeza o la otredad representan obstáculos para una comunicación ilimitada. De ahí que sean desarticulados en nombre de la transparencia. La comunicación se acelera cuando se allana, esto es, cuando se eliminan todas las barreras, muros y abismos. [A las personas se las vacía], porque la interioridad obstaculiza y ralentiza,  [para reconstruirlas y proporcionarles funcionalidad] . [Este vaciamiento, que en un primer momento alivia de la soledad constitutiva], tiene lugar en pos de la [aparente] diferencia o diversidad comunicable o consumible. El dispositivo de la transparencia obliga a una exterioridad total con el fin de acelerar la circulación de la información y la comunicación. La apertura sirve en última instancia para la comunicación ilimitada, ya que el cierre, el hermetismo y la interioridad bloquean la comunicación》.

《La sociedad de la transparencia, [con sus enredamientos asociales no tiene otro fin que mantener y exacerbar las dos condiciones complementarias de todo individuo bien conformado, es decir, la de] espectador y consumidor, [ahora enriquecidas con la ilusión de sentirse actor al verse reflejado en el pantallaje de los dispositivos, lo que  permite integrar todo en uno, es decir, contemplar, consumir y participar activamente en el espectáculo administrado con todos los honores mediáticos, facilitando que] la persona misma se positivice en cosa, que es cuantificable, mensurable y controlable, [es lo que tiene la acumulación de datos y su retroalimentación algorítmica] 》.


《Todo dispositivo, toda técnica de dominación, genera objetos de devoción que se introducen con el fin de someter. ... El smartphone es un objeto digital de devoción, incluso un objeto de devoción de lo digital en general, [como otros lo fueron con anterioridad, prensa, radio, cine y TV , aprovechados también ahora por lo digital]》.

    [Los sustitutos  y compensaciones sirven ante todo para ganar tiempo, entretenimiento y productividad, factores que el Dinero necesita para mover el capital y con él a todos nosotros para mayor gloria y encarnación del Estado y el Capital en sus excelsas figuras y en cada uno de nosotros que somos sus devotas criaturas].

jueves, 11 de abril de 2024

Secretos de confesionario

    Me envió un amigo un soneto de Giuseppe-Gioachino Belli que no conocía, titulado La gratella der confessionario, o sea La rejilla del confesionario (o confesonario, que de ambas formas puede decirse en castellano), escrito en dialecto italiano romanesco como todos los suyos, y fechado el 11 de abril de 1834, que me resultó enseguida gracioso y entrañable por el personaje que presenta, el padre Semmolella o Semolilla: un viejo confesor y mascador empedernido de tabaco  que se las ha ingeniado para hacer que la rejilla de la cabina se abra sigilosamente y se cierre a voluntad suya cuando acude alguna penitente hermosa a confesar sus pecados. 
 
    Este personaje hoy resultaría políticamente muy poco correcto y de conducta más que reprobable, pero humana, demasiado humana, habida cuenta de que, abusando del poder 'espiritual' que tiene, se aprovechaba de las bellas feligresas que acuden a confesar sus pecados, aunque no se dice muy bien cómo lo hace, esa es la gracia del soneto, porque nadie ha visto nunca lo que allí sucede cuando se abre la rejilla.
 
    Antes de la generalización de la costumbre de fumar el tabaco traído de las Américas, se extendió por Europa la de mascarlo y de inhalarlo, el famoso rapé que sirvió para acuñar la expresión, al parecer, de "echar un polvo". A eso alude  el término "ttabaccone" que emplea Belli. Era el padre Semolilla mascador y no tanto fumador empedernido de tabaco. 
 
 
 
     En cuanto a los confesionarios, cabe decir que los modernos son unisex por lo que no suelen hacer distinción de sexos de los confesantes, y se presentan cerrados y con puertas, dotados de compartimentos individuales para confesor y penitente, con buen acomodo, intimidad y reserva; pero los tradicionales, que yo recuerdo de mi niñez en las iglesias, disponían de un asiento interior para el confesor y una ventanilla con celosía a cada lado para oír la confesión de las mujeres, que se arrodillaban por fuera a un costado del confesionario. Las mujeres iban de lado, mientras que los varones solían, por su parte, confesarse de frente, por la parte delantera cuando quedaba diáfana -en la mayoría de los casos-, usando la portezuela del confesionario como reclinatorio. La gracia del confesionario del padre Semolilla, es que la rejilla lateral podía abrirse y cerrarse... 
 
    El soneto presenta el esquema tradicional de rimas ABBA ABBA CDC DCD.  La historia,  sencilla e ingeniosa, se presenta en los dos cuartetos: un viejo confesor ha inventado un mecanismo que le resulta muy útil. El viejo fraile, que hemos de imaginar desdentado y con picadura de tabaco siempre en la lengua y los pocos dientes que le quedan, se codea en el confesionario con jóvenes y bellas penitentes, que se prestan a otorgarle sus favores en la intimidad de la cabina a cambio de la absolución de sus pecados. La imagen del viejo confesor abriendo sigilosamente la rejilla es espléndida, hecho que coincide con el acto de arrepentimiento de la dama. En el primer terceto hay una elipsis que deja a la imaginación lo que pueda suceder una vez abierta la celosía. En el último, las mujeres, confesadas, van al altar con los labios y las mejillas manchados de trazas de tabaco a recibir la hostia consagrada.
 
 Un confessore vecchio e ttabbaccone,
Che sse chiamava er padre Semmolella,
Aveva fatto fà la su’ gratella
Da oprì e chiude siconno l’intenzione.
 
E quanno capitava in confessione
‘Na pinitente giuvenotta e bella,
L’upriva adaciadacio, e intanto quella
Faceva l’atto suo de contrizzione. 
 
Quer ch’imbrojassi co ste donne er tristo
E ste donne imbrojassino cor frate, 
Pe dì la verità nun z’è mai visto.
 
Se sa ssolo che doppo confessate
Annaveno a l’artare a ppijà Cristo
Co le labbra e le guance stabaccate.
 
He aquí, modestamente, la versión que ofrezco:
 
 
Un confesor viejo y muy tabacón,
que se llamaba padre Fray Colilla,
había hecho que su ventanilla
se abriera y se cerrara a petición.
 
Y cuando le tocaba en confesión
la penitente bella y jovencilla,
 abría sigiloso la rejilla
al hacer ella acto de contrición.
 
Lo que con estas damas haga el listo
y con el fraile hicieran las mentadas 
jamás nadie a decir verdad lo ha visto.
 
Se sabe solo ya que, confesadas,
iban a comulgar el santo Cristo,
la boca y las mejillas tabacadas.