martes, 10 de diciembre de 2024
¿La hora de qué?
miércoles, 21 de agosto de 2024
Disiecta membra (y II)
El sabio chino Sun Tzu, presunto autor de “El arte de la Guerra”, dejó escrito que no hay mejor defensa que un buen ataque. Parece que el presidente de Ucrania, el títere de Guásinton, ha hecho suya esta máxima del sabio chino, y ha decidido invadir Rusia, haciendo uso de las armas supuestamente defensivas que le había suministrado gratuitamente Occidente -vamos a decirlo así para referirnos a la OTAN y a la UE, en las que está incluido del Reino de las Españas. Es decir que con nuestras pacíficas armas defensivas que eran para defenderse de una agresión injusta que violaba el derecho internacional ha decidido “tomar la iniciativa”, como dice la prensa del Régimen, es decir, pasar a la ofensiva, que, según la milenaria sabiduría china, sería la mejor defensa. Esto es lo que viene a decir este anuncio publicitario de la OTAN/NATO: que ese nombre significa ayudar en tiempos de necesidad a nuestros amigos ucranianos (¡Gloria a Ucrania! ¡Gloria a los héroes!), que ese nombre significa 'nuestro futuro', y pese a que significa muchas cosas diferentes para diferentes personas, básicamente significa una cosa para todos y cada uno: la protección de nuestra libertad, de nuestra democracia y de nuestro modo de vida.
oOo
En casi todos los ámbitos quieren hacer que veamos las cosas como nos dicen que son negando incluso lo que vemos con nuestros propios ojos, como suele decirse, y así nos hacen ver a las personas sanas como enfermos asintomáticos, ya sea de hecho o en potencia aristotélica, a los varones como mujeres y viceversa, lo blanco como negro y lo negro como blanco, como hacían los sofistas griegos, y en definitiva lo que es malo como si fuera bueno, y, no sé qué es peor, lo que es bueno como malo. Pero frente a eso, la voz del niño que hay acaso dentro de cada uno de nosotros nos dice que, pese a todos los pesares, no vemos el traje nuevo del que presume el emperador, que, como en el cuento de Andersen está desnudo por mucho que nos digan que está revestido con la más fina y extraordinaria púrpura imperial.
jueves, 20 de junio de 2024
El jefe Montaña de Orgullo
miércoles, 5 de junio de 2024
Álbum de cromos con mensajería
Tenemos que estar preparados para salvar a la humanidad de la próxima pandemia, dice la Organización Mundial de la Salud, que sabemos que va sin duda a suceder.

jueves, 18 de abril de 2024
¡Menuda papeleta (la de la OTAN)!
Para la memoria histórica de los amnésicos o desmemoriados y de los que no tienen recuerdo porque no habían nacido o eran muy jóvenes todavía, desempolvo aquí la papeleta del referéndum que planteó el Gobierno del Reino de las Españas al pueblo en 1986 sobre la permanencia en la Alianza Atlántica.
Así recoge la Güiquipedia el hecho del referéndum: Fue convocado el 31 de enero de 1986 por el gobierno del PSOE presidido por Felipe González. Ganó el SÍ con el 56,85% de los votos válidos a favor de permanecer en la OTAN con una participación del 59,4%.
El partido que gobernaba había dicho "de entrada NO" a la permanencia en la OTAN/NATO, y exigía un referéndum. Llegado el momento, el eslogan gubernamental fue "En interés de España SÍ". Pero no olvidemos las condiciones para esa permanencia... Como puede comprobarse, ninguna de las tres condiciones acordadas por el Gobierno que se planteaban para la permanencia (o términos, como se decía allí) se ha cumplido, treinta y ocho años después.
Conviene tenerlo en cuenta y no olvidarlo ahora que tanto se oye hablar de "economía de guerra", que ya no es solo una metáfora como durante la pandemia; ahora hay que entender la expresión en sentido literal, máxime cuando el Consejo de Ministros y Ministras aprobó el martes pasado destinar más de mil millones de euros a material de defensa, es decir, bélico. El importe exacto es: 1.129.648.285,92 euros. Ahí se ve la necesidad que tienen los euros en este caso, o el dinero en general, de invertirse o emplearse en lo que sea para crecer y multiplicarse y que siga funcionando el tinglado de la realidad: el dinero está para gastarlo.
El Gobierno desembolsa esta pasta gansa para aproximarse un poco al objetivo -término militar este donde los haya- de llegar a destinar el dos por ciento del PIB del Estado a gastos de guerra, según el compromiso adquirido con la OTAN, "en un momento de incertidumbre en la comunidad internacional por la invasión rusa en Ucrania y la escalada de violencia de la guerra palestino-israelí después del ataque de Irán", como dicen los periódicos creando con su discurso trampantojos fantasmagóricos tales como "comunidad internacional", "invasión rusa", "Ucrania", "guerra palestino-israelí" y "ataque de Irán".
En la reseña, de tres breves párrafos, el Gobierno explica con una prosa cultiparlante, pedante y rocambolesca que «la situación internacional está incursa (participio fuerte de 'incurrir' que es para salir corriendo) en un contexto de alta volatilidad, incertidumbre e inestabilidad, por lo que es necesario realizar un esfuerzo urgente de las capacidades militares al objeto de incrementar la reserva estratégica disponible». A lo que añaden los redactores, para que se entienda un poco mejor, que el dichoso objetivo es el suministro de diverso material de armamento, equipamiento militar y munición, entre otros elementos.
Y es que, aunque no lo parezca, estamos en guerra. Ya lo decía Calino de Éfeso en la primera mitad del siglo VII antes de Cristo: En paz creéis estar, pero la guerra domina toda la Tierra.
lunes, 1 de abril de 2024
Mahón, o no hay dos sin tres
lunes, 26 de febrero de 2024
La razón de la fuerza contra la fuerza de la razón
domingo, 16 de julio de 2023
Más leña al fuego (para que más arda)
domingo, 2 de julio de 2023
¿Qué es una mentira?
lunes, 18 de julio de 2022
El puto amo
viernes, 1 de julio de 2022
Bienvenido, míster Biden.
El presidente del gobierno de las Españas recibe a míster Biden dándole la bienvenida a él y a todos sus vasallos atlánticos, y les regala con una cena por todo lo alto en el Museo de El Prado que se cierra al público por ese motivo.
La cumbre de la OTAN/NATO que se ha celebrado en Madrid obliga a nuestro presidente a duplicar a corto plazo el gasto militar en aras de un futuro de seguridad y de promesa de defensa en el caso de que nos invadan nuestros enemigos, por ejemplo el malvado zar de Rusia, que puede bombardearnos cualquier día como ha atacado a Ucrania, o los bárbaros subsaharianos del sur, que también puede ser una vía de penetración rusa, un dispendio a todas luces excesivo que denominan 'inversión' para justificar que destinemos nuestros impuestos a un objetivo tan rocambolesco. ¿Cómo lo justificarán? Sin duda acudiendo al viejo latinajo: si uis pacem... si quieres la paz, saca la parabellum, apunta y dispara. Ya lo ha dicho Sánchez, ese cráneo privilegiado, doctor en economía política honoris causa multa cum laude: "Esta cumbre de la OTAN en Madrid es una oportunidad para la paz. Y para España es la oportunidad de ocupar un puesto de relevancia en el orden internacional y en el orden europeo".
miércoles, 29 de junio de 2022
¿Proteger el futuro?
¿Cómo se puede proteger algo que no es? ¿Qué hay detrás de ese afán proteccionista de salvaguardar a ultranza la tierra de promisión del porvenir? Preocuparse por el futuro es, por lo pronto, desentenderse de lo de aquí y de ahora y, por lo tanto, dejarlo desprotegido en las hipotéticas aras de un futuro del que no hay certeza ni tenemos ninguna certidumbre. Preocuparse es ocuparse de algo antes de tiempo.
¡Qué imagen más sugerente, sin embargo, la de una niña encantadora o el niño que juega con un avión de juguete -todos los niños son un encanto porque nos recuerdan (etimológicamente nos devuelven al corazón) nuestra propia infancia, el niño que todos llevamos dentro enterrado vivo- que saltan y juegan despreocupados y que despiertan en nosotros un instinto protector y se diría paternalista de ternura, sabedores como somos de que el futuro de esos niños y de todos nosotros es la muerte tan temida como en el fondo deseada!
Pero lo que deberíamos proteger, en todo caso, es su infancia, no su futuro, que es la entrada en la sociedad adulta después de haber pasado por el aro como fierecillas domadas. ¡Ahí está la clave de todo este asunto! Proteger el futuro es proteger nuestra propia muerte. De eso y no otra cosa se ocupa la cumbre del engendro terrorista ese de la NATO/OTAN que se celebra en Madrid, la capital de la infamia y las Españas, a bombo y platillo militar.
Doce naciones firmaron el Tratado del Atlántico Norte el 4 de abril de 1949 en Guásinton, cuyo cuartel general se halla en Bruselas, en el corazón de la vieja Europa: Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Gran Bretaña, Islandia, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Portugal y Estados Unidos. Los países miembros acordaron mantener una fuerza militar unificada para defenderse de la invasión soviética (que ha sido sustituida en nuestros días, una vez desaparecida la Unión Soviética, por la "invasión rusa de Putin", que acapara todas las pantallas tras la gripalización del virus coronado), y se comprometieron a considerar un ataque a uno como un ataque a los demás -todos para uno y uno para todos, como los tres mosqueteros de Alejandro Dumas-, tal y como dispone el artículo 5 del Tratado de Guásinton, “las partes convienen en que un ataque armado contra una o contra varias de ellas, acaecido en Europa o en América del Norte, se considerará como un ataque dirigido contra todas ellas (…)”.
Vídeo propagandístico de la OTAN del actual gobierno español.
España se incorporó, después de un referéndum torticero como él solo, orquestado por el Partido Socialista(?) Obrero(?) Español entonces en el poder, que había defendido la no permanencia en la Alianza Atlántica (OTAN, de entrada NO, decía su eslogan), y que pasó a pedir el sí bajo determinadas condiciones que, por otra parte, no se han cumplido nunca, como contábamos aquí.
Me ha llamado la atención a propósito de la OTAN, por cierto, este sello estadounidense de 1952 de tres centavos de dólar que conmemoraba el tercer aniversario de la fundación de la NATO/OTAN. En el centro del sello aparece una antorcha que representa, dicen, la libertad y la paz, mientras que las manos que la sostienen simbolizan la fuerza y la unidad de los miembros de ese tratado.
Curiosametne, las tres palabras mágicas que
aparecen al pie de la ilustración son PEACE, STRENGTH, y FREEDOM
(paz, fuerza y libertad, en la lengua del Imperio), que
inmediatamente me recuerdan el lema del Partido Socialista de Oceanía
de la novela 1984 de Órgüel: War is Peace, Freedom is
Slavery, Ignorance is Strength ('guerra es paz, libertad es
esclavitud, ignorancia es fuerza'). Tanto la firma del tratado de la
Organización del Atlántico Norte como la publicación de la novela
de Orwell se llevaron a cabo en el mismo año de 1949, una vez
terminada la Segunda Guerra Mundial. La novela viene a advertirnos que la fuerza del tratado que firmó esa organización cuyo símbolo no es una estrella, sino una brújula que sólo señala al Norte, lo que está mandado, es la ignorancia, efectivamente, de que la paz y la libertad que defienden en un futuro siempre inalcanzable son la guerra y la esclavitud en el presente.