Mostrando entradas con la etiqueta Andersen. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Andersen. Mostrar todas las entradas

miércoles, 21 de agosto de 2024

Disiecta membra (y II)

Sobre la felicidad: Teógnide de Mégara y Slavoj Zizek.
 
a) Un dístico elegíaco de Teógnide de Mégara (Elegías I, vv.-167-168):
 
 Ἄλλ᾽ ἄλλῳ κακόν ἐστι, τὸ δ᾽ ἀτρεκὲς ὄλβιος οὐδεὶς 
ἀνθρώπων ὁπόσους     ἠέλιος καθορᾷ. 
 
Tiene su mal cada cual, y, sin duda, nadie que sea 
 entre los hombres feliz      hay bajo el Sol que los ve.
 
b) Declaraciones de Slavoj Zizek al periódico The Guardian sobre la felicidad:
  "La felicidad nunca fue importante. 
El problema radica en que nosotros no sabemos qué es lo que realmente queremos. 
Lo que nos hace felices no es alcanzar lo que deseamos, sino soñarlo.
 La felicidad es para oportunistas. 
Entonces pienso que la única vida de profunda satisfacción es una vida de una eterna lucha, especialmente, la lucha contra uno mismo.
 Si quieres mantenerte feliz, solo sigue siendo estúpido.
 Los auténticos eruditos nunca fueron felices; 
la felicidad es una categoría de esclavos."
 
oOo 
 
 

    El sabio chino Sun Tzu, presunto autor de “El arte de la Guerra”, dejó escrito que no hay mejor defensa que un buen ataque. Parece que el presidente de Ucrania, el títere de Guásinton, ha hecho suya esta máxima del sabio chino, y ha decidido invadir Rusia, haciendo uso de las armas supuestamente defensivas que le había suministrado gratuitamente Occidente -vamos a decirlo así para referirnos a la OTAN y a la UE, en las que está incluido del Reino de las Españas. Es decir que con nuestras pacíficas armas defensivas que eran para defenderse de una agresión injusta que violaba el derecho internacional ha decidido “tomar la iniciativa”, como dice la prensa del Régimen, es decir, pasar a la ofensiva, que, según la milenaria sabiduría china, sería la mejor defensa. Esto es lo que viene a decir este anuncio publicitario de la OTAN/NATO: que ese nombre significa ayudar en tiempos de necesidad a nuestros amigos ucranianos (¡Gloria a Ucrania! ¡Gloria a los héroes!), que ese nombre significa 'nuestro futuro', y pese a que significa muchas cosas diferentes para diferentes personas, básicamente significa una cosa para todos y cada uno: la protección de nuestra libertad, de nuestra democracia y de nuestro modo de vida. 

  oOo

 

    En casi todos los ámbitos quieren hacer que veamos las cosas como nos dicen que son negando incluso lo que vemos con nuestros propios ojos, como suele decirse, y así nos hacen ver a las personas sanas como enfermos asintomáticos, ya sea de hecho o en potencia aristotélica, a los varones como mujeres y viceversa, lo blanco como negro y lo negro como blanco, como hacían los sofistas griegos, y en definitiva lo que es malo como si fuera bueno, y, no sé qué es peor, lo que es bueno como malo. Pero frente a eso, la voz del niño que hay acaso dentro de cada uno de nosotros nos dice que, pese a todos los pesares, no vemos el traje nuevo del que presume el emperador, que, como en el cuento de Andersen está desnudo por mucho que nos digan que está revestido con la más fina y extraordinaria púrpura imperial.

miércoles, 5 de agosto de 2020

El traje nuevo del Emperador

El cuento de Andersen “El traje nuevo del emperador”, conocido también como “El rey desnudo” es un relato infantil que Hans Christian Andersen publicó en 1837, pero que está basado en un relato popular más antiguo, del que tenemos noticia, por ejemplo, en  El conde Lucanor, del infante don Juan Manuel, escrito en la primera mitad del siglo XIV, concretamente en el exemplo XXXII de dicha obra, que el escritor danés conoció indirectamente.

Es la historia de un rey que fue engañado por dos supuestos sastres que le aseguraron que le confeccionarían el atuendo más fabuloso que pudiera imaginarse, para lo que debería facilitarles oro, plata y numerosas perlas y piedras preciosas, y que según le cuenta Petronio al conde Lucanor sólo era visible para los hidalgos, es decir para los que eran hijos del padre que creían, pero no para los hijos de padre desconocido (o hideputas).

El rey, obviamente, debería ver ese traje porque, de lo contrario, no podría lucir la corona que ostentaba, ya que si no lo veía, era porque no era hijo de un rey, sino de cualquier villano y no era por lo tanto digno de la línea dinástica...

El rey está desnudo, ilustración de W. Heath (1872-1944)

El traje, obviamente, era una estafa, y los presuntos sastres unos estafadores, pero nadie se atrevía a denunciar el engaño so pena de ser tachado de hijo de padre desconocido, y todos le decían que era el traje más bello del mundo.

No había tal traje de rico paño y seda bordada, labrado en oro y filigranas de las más ricas perlas y rubíes...

Llegó el día en que el monarca decidió vestir el traje y cabalgar por la villa. Todos sus súbditos aplaudían la regia comitiva.


Sabían que había que ver aquel atuendo so pena de ser considerados unos hideputas, hasta que en la versión de Andersen -que prescinde del detalle del adulterio de la madre, recuérdese aquello de pater incertus, mater certissima- un niño se atreve en su ingenuidad a gritar la verdad: “El rey está desnudo”, y en la del conde Lucanor un negro que guardava el cavallo del rey, et que non avía que pudiesse perder, llegó al rey et díxol': “Señor, a mi non me empece que me tengades por fijo de aquel padre que yo tengo, nin de otro, et por ende, dígovos que yo só ciego o vós desnuyo ides”, es decir, que o yo estoy ciego o vos vais desnudo.


¿Habrá alguien, me pregunto yo, algún niño como en el cuento infantil de Andersen o algún negro, como en el Conde Lucanor, o quizá algún borracho, por aquello de que sólo los niños y los borrachos dicen la verdad, se me ocurre ahora a mí, que se atreva a gritar lo que ven sus ojos, porque salta a la vista, que el virus coronado que cabalga por la villa está desnudo, y que el traje más bello del mundo no es más que la desnudez de los puros cueros?