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miércoles, 20 de marzo de 2024

Quieren guerra

    Consideran los que mandan en Europa que hay que preparar a la población para que aguante con resiliencia, que es como llaman ahora a la resignación, lo que nos están echando encima: más guerras y más pandemias en pro de la industria armamentista y de la farmacopólica respectivamente. Así como los gobiernos democráticos europeos gastaron cantidades ingentes de dinero en vacunas experimentales contra el bicho coronado, mascarillas, guantes, pruebas diagnósticas y demás parafernalia enriqueciendo al farmacopolio y a la corruptela política que enseguida sacó tajada del negocio y fomentando de paso las nuevas tecnologías de la (in)formación e incomunicación (telemedicina, tele-educación, tele-entretenimiento, telegestión... ) ahora destinan enormes partidas de dinero a los juguetes bélicos y a la tecnología militar por aquello de reactivar la economía.

    "Preparémonos para la guerra": han sido las palabras pronunciadas en los últimos días por el presidente galo, más peligroso que un mono con dos pistolas, que ya jugó un papel estelar durante la pandemia insistiendo en vacunar a todo Cristo viviente, y que no quiere perder protagonismo ahora. Por eso propuso enviar tropas europeas a Ucrania. La locura se ha apoderado del viejo continente de la mano de sus presidentes de gobierno, de la diplomacia europea y del engendro de la Comisión Europea. Quieren llevarnos a la guerra como sea. Los principales mandatarios europeos, víctimas de una locura colectiva, se han puesto de acuerdo mediante señales de humo en tañer los tambores de guerra. Hasta los Verdes en Alemania, esos ecologistas que querían salvar el planeta, han revelado la auténtica tonalidad del color político que los define, que es el caqui de los uniformes militares

    La ministra de Defensa española, la Hormiga Atómica, nos dice que la amenaza de guerra "es total y absoluta". Hay que justificar el sacrificio económico que supone la inversión que están llevando a cabo.  La amenaza no es abstracta, sino muy concreta y real. Ha dicho que Putin está dispuesto a atacarnos con armas nucleares, y tenemos que ser conscientes del riesgo en que vivimos. Llama especialmente la atención cómo la izquierda progresista española de salón, que está gobernando para que no gobierne la extrema derecha, ha pasado del “No a la guerra” y del “No es no”, al sí incondicional sin paliativos. 

 

    Esa guerra es contra Rusia, que nunca ha hecho nada contra Europa. De hecho, si somos rigurosos con la memoria histórica, es Europa la que atacó varias veces a Rusia, aunque con resultados desafortunados, y  es Rusia la que liberó a Europa del nazismo en su momento. Pero en el viejo continente prefiere seguir la grotesca narrativa de Jólivuz que nos presenta a los estadounidenses como únicos liberadores.

    Sin embargo, la nueva narrativa que nos imponen presenta a Putin como si fuera el mismísimo Hitler, y la nueva Rusia como el nazismo 2.0, mientras que Zelenski y el batallón Azov ucraniano serían hermanitas de la caridad campeonas de la democracia y los derechos. 

    De hecho resulta significativo cómo se oculta que la guerra es contra Rusia diciendo que es en defensa de Ucrania. El presidente del Gobierno de las 17 Españas, en su cuenta de la Red Social, agradece a la industria armamentística su "compromiso con el apoyo a Ucrania" y que genere empleo de alta cualificación. Está meridianamente claro que quieren guerra.

    Desde hace semanas la narrativa oficial está tratando de mentalizarnos y de justificar la guerra preventiva contra una Rusia ávida de invadir Europa y de lanzar su potencial atómico contra nosotros. Guásinton incluso ha hecho saber que si Ucrania se rinde, la guerra con Rusia sería inevitable, cosa que no se entiende, porque de hecho Ucrania no es miembro de la Alianza Atlántica ni del engendro de la Unión Europea. Realmente no debería sorprendernos que Occidente, liderado por los atlantistas, entrara realmente en guerra con Rusia, porque de lo que se trata es de mantener la hegemonía imperial anglosajona y norteamericana del dólar, para lo que Rusia y China son un obstáculo. 

Guernica, Pablo Picasso (1881-1973) 

    Se ha olvidado el valor de la diplomacia y la negociación. La paz no cotiza en bolsa, como demuestra la que le ha caído al Papa por sugerir que Ucrania debía enarbolar la bandera blanca y negociar la paz.... El gobierno ucraniano ha dicho que ellos sólo tienen una bandera, que es la suya, y que él se meta en sus asuntos. 

    Mientras tanto, el Guernica de Picasso sigue siendo la imagen perfecta del bombardeo informativo al que nos someten a todas horas nuestros mandatarios desde los medios a su alcance: quieren guerra, nos la están echando encima a todas horas como nos echaron el bicho coronado. Es su política, es decir, cuestión de economía.

martes, 5 de marzo de 2024

La guerra es tendencia esta temporada

    Después de dos años de guerra a gran escala en Ucrania, el fotógrafo británico Brett Lloyd “captura la resiliencia(!)  de la vida ucraniana actual”, según asegura, para la indecente revista Vogue, reflejando el lado amable de la guerra como si fuera el último grito de la moda entre los jóvenes de ambos sexos, y lo hace para que los no tan jóvenes, es decir, los viejos, nos vayamos preparando para lo que encima se nos viene.

    La edición ucraniana de primavera de dicha revista glamurosa presenta un extenso reportaje fotográfico, que idealiza así la vida de un país que lucha por su libertad, independencia y supervivencia, a las órdenes de un títere de Guásinton, un histrión NATO, nunca mejor dicho, cuyo nombre propio omito deliberadamente, retratando a una generación juvenil que no parece muy afectada por los desastres traumáticos y postraumáticos a los que les ha llevado la guerra que, como se sabe, es una continuación de la política por otros medios. Estos jóvenes que retrata parecen felices y contentos con la suerte  que les ha tocado, lo contrario de lo que cabría suponer.

     El reportaje se abre con la imagen amable de una chica sonriente en primera fila, la modelo ucraniana Karina Mazyar, seguida de cinco cadetes igualmente sonrientes en el liceo militar de Kiev, imagen que estiliza, embellece y hace romántica y no traumática la incorporación a filas de los jóvenes abocados a ser carne de cañón.

    El mentado fotógrafo retrata también a una auténtica heroína, Oksana Rubaniak, la joven de 21 años de larga trenza pelirroja, comandante de uno de los pelotones de las fuerzas terrestres de las fuerzas armadas de ese país, trabajadora en el ayuntamiento, poeta y activista, que se incorporó a filas y combatió con sus camaradas en los frentes de Bahmut, Vuhledar y Mariupol, fue herida cerca de Vuhledar en marzo de 2022, pero pronto volvió a las armas y a primera línea de combate desmelenándose.

 

     El reportaje pasa por alto, obviamente, que las mujeres que militan en el ejército de Ucrania tienen que enfrentarse a dos enemigos, uno externo y otro interno: a los rusos en el frente, y a sus compañeros masculinos en las propias líneas, en las que no faltan el acoso y la discriminación sexuales.

    No olvidemos que en el actual escenario que nos pone por delante la sociedad del espectáculo, Ucrania quiere entrar en la OTAN y en la UE, y que tanto la una como la otra están dispuestas a aceptarla, con el beneplácito del águila calva y carroñera de los Estados Unidos que sujeta entre sus garras la rama pacífica del olivo y las flechas de la guerra,  compromiso que obligaría a Europa y a la alianza atlántica a entrar directamente en la guerra contra Rusia en la que indirectamente ya está implicada. Es lo que quieren los angloamericanos: llevarnos a la guerra contra la malvada Rusia y su perverso zar. 

     Conmovedora también la tierna imagen de este soldado barbudo y armado con un gato entre sus brazos. El fotógrafo y la revista que publica sus fotos están vendiéndonos una imagen romántica de la guerra de Ucrania, normalizándola, y haciendo que parezca heroica, épica y bella, lo que hay que relacionar, no podemos perderlo de vista, con el mensaje del otro día de la Vónder, presidenta de la Comisión Europea, que al igual que hizo negocio con las comisiones de las vacunas tratando de prevenir el virus, quiere prevenir ahora, haciendo igualmente caja, la guerra armándonos, por lo que pueda pasar, hasta los dientes.

martes, 26 de diciembre de 2023

Ucrania recluta y paga.

    Ucrania recluta soldados -mercenarios- hispanoparlantes y paga bien, como anuncia en su página güeb. Ni siquiera es necesario hablar ucraniano ni la lengua del tío Sam para ir al frente a contrarrestar los ataques del malvado Putin, el zar ruso, a cambio de un sueldo traducido a más de 3.000 eurazos. 
 
"Defiende la libertad de Ucrania, Europa y el mundo."
 
    ¿De dónde sale el salario que paga la guerra? Del Estado de Ucrania, subvencionado por sus propios súbditos, la Unión Europea de la Ursulina y el Tío Sam que está senil y anda detrás de todo esto desde que empezó. Un ejemplo más de la íntima relación sentimental del indisoluble matrimonio entre el Estado y el Capital, que Dios ha unido y que nadie separará. 
 
    Las fuerzas armadas ucranianas reclutan mercenarios -soldados- dispuestos a dar su vida por la Patria y las ideas, sean nacionales o extranjeros, poco importa. Se trata de la Legión Internacional que quiere incrementar sus filas, cuyo lema es "Defiende la libertad" y va de menor a mayor, o de lo local a lo global, como dicen los cursis, in crescendo: de Ucrania, de Europa, del mundo. 
 
 
     
    Los requisitos para ingresar en la Legión Internacional son de 18 a 60 años, no tener antecedentes penales ni enfermedades crónicas, forma física adecuada... Aunque no es obligatoria la experiencia militar, se valorará a la hora de ser aceptado haber servido como policía, bombero, paramilitar... 
 
    Vamos a lo que importa: cuál es la soldada, que se efectuará en grivnas, que es la moneda ucraniana de curso legal. Aproximadamente al cambio 550 euros al mes tras la línea del frente, 1.100 por servir en zonas de peligro y unos 3000 al mes por despliegue en combate. Además, los soldados heridos recibirán tratamiento médico gratuito y una pensión vitalicia en caso de discapacidad y su familia en el de muerte heroica en el combate. 
 
 
    El billete de 200 grivnas, que es la moneda ucraniana, muestra la imagen de la bella poetisa de esa nacionalidad Lesya Ukrainka, que derrama en sus versos numerosas lágrimas por Ucrania. Y no es para menos. Hasta quince billetes como ese puede ganar al mes el legionario desplegado en el frente de combate...

jueves, 13 de julio de 2023

"Todos somos ucranianos"


    
La periodista Fátima Uribarri se preguntaba en XLSemanal: ¿De dónde venimos los europeos? Buena pregunta. La respuesta no nos la daba ella, nos la daba, según ella, la Ciencia: El subtítulo responde misteriosamente: Los yamnayas tienen la respuesta. Y el disparate que trata de llamar nuestra atención conectándonos con la actualidad de la guerra: Todos (los europeos) somos ucranianos. Ya éramos ucranianos, al parecer, aun antes de que existieran Ucrania y Europa.
 
     Debajo del pretencioso titular “Todos somos ucranianos”, se lee lo siguiente: Estudios recientes corroboran que el origen genético y lingüístico indoeuropeo procede de los yamnayas, un pueblo guerrero que partió de las estepas del Sur de Rusia y Ucrania en la edad del cobre y se expandió por Europa y Asia. De ellos venimos.
 
     (...) Su expansión en el tercer milenio antes de Cristo, en la Edad del Cobre, por Europa y Asia es la responsable de una firma genética común, porque los pastores yamnayas se mezclaron con las poblaciones locales y fueron los hablantes de un primigenio protoindoeuropeo, germen de muchas lenguas modernas; entre ellas, el castellano.
 
    Puede decirse que en la actualidad la mitad aproximadamente de la población mundial habla una lengua de origen indoeuropeo; entre las más habladas están el inglés, que es la lengua del Imperio, el castellano,  el portugués, el hindi, el bengalí y el ruso. Pero no se olviden que hay otra mitad del planeta que habla otras lenguas como el árabe, el chino o el japonés, y otras muchas más, que no proceden del tronco indoeuropeo.

    La lengua rusa y la ucraniana, son, según Villar Liébana (Los indoeuropeos y los orígenes de Europa, edit. Gredos, 1996), dos lenguas hermanas de las tres variedades lingüísticas de las lenguas eslavas orientales (la tercera es el bielorruso), procedentes de la rama, utilizando la metáfora del árbol, de las lenguas eslavas indoeuropeas, como demuestran algunas similitudes lingüísticas. Por ejemplo la palabra indoeuropea *bhráter (hermano) se dice en bielorruso, ucraniano y gran ruso brat, y su correlato femenino *swesor (hermana) se dice sestrá. Enseguida nos resuenan las correspondencias de otras lenguas indoeuropeas, como las latinas frater y soror y anglogermánicas brother/Brüder y sister/Schwester de aquellos étimos que escribimos con un * delante que quiere decir que son términos reconstruidos por el método comparativo. 
 
 Esquema tomado de Los indoeuropeos y los orígenes de Europa.
 
   Más adelante, volviendo al susodicho artículo, se dice que las raíces indoeuropeas vienen de las estepas de Ucrania... y de Rusia, por lo que no puede generalizarse como se ha hecho más arriba atribuyéndole la exclusiva del origen de Europa solo a Ucrania.
 
    Todas las áreas geográficas que a finales de la Edad de Bronce y durante la Edad de Hierro hablaban lenguas indoeuropeas –desde el sur de Siberia, la India y casi toda Europa– tienen ascendencia yamnaya.
 
    Si leemos el artículo hasta el final, veremos que los europeos actuales tenemos ADN de varios grupos: africanos, lo primero de todos, de los primeros cazadores y recolectores llegados de África; de los agricultores y ganaderos neolíticos, lo  segundo, que vinieron posteriormente desde Mesopotamia y Anatolia, y, finalmente, de los yamnayas, llamados así porque yamna significa "sepulcro"  en ruso y  ucraniano.
 
 
        De los yamnayas, identificados con los ucranianos (y rusos, no se olvide), se nos dice en el artículo que: Con su habilidad en la doma de caballos y el uso del carro se hicieron predominantes e introdujeron una sociedad jerarquizada. 
 
     Serían, por lo tanto, responsables de la jerarquía y del patriarcado, así como quizá también, apunto yo, de la esclavitud. Así las cosas, y volviendo de nuestros orígenes remotos a lo de hoy, no se entiende, sin embargo, cómo es que los ucranianos a estas alturas no están integrados de pleno derecho en la Unión Europea, y de paso en la Alianza Atlántica, como ordena y manda Dios (o sea el tío Sam, que en Dios, o sea en el Dolar su fe deposita y su confianza) . 
 
Wir haben es satt, estamos hartos, en alemán.
 
    Si todos los europeos somos ucranianos, debemos vitorear a nuestro Líder Supremo, el Servidor del Pueblo, nuestro presidente Volodimir Zelenski, acelerarle el deseado ingreso en la OTAN/NATO y otorgarle ya la presidencia de la Comisión Europea, maldiciendo al malvado y pérfido  Zar-Putín ruso, y empuñar las armas contra él, porque ellos, los rusos, no son europeos y, por lo tanto, no son ucranianos.

martes, 16 de mayo de 2023

"No tenemos elección"

    Jugosísimas, como de costumbre, son las declaraciones del señor Borrell, alto representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea. Recientemente compareció en el evento El Estado de la Unión, Construyendo Europa en Tiempos de Incertidumbre organizado por la EUI, European University Institute en Florencia el pasado 6 de mayo. 

     Con lo de la incertidumbre supongo que se aludía a la guerra de Ucrania y a la inflación que golpean al viejo continente tras la crisis sanitaria anterior, las sanciones económicas a Rusia y el apoyo a la propia guerra.

    Dijo el alto ejecutivo en la lengua del Imperio: Unhappily, this is not the moment for diplomatic conversations about peace. It's the moment of supporting militarily the war. Desgraciadamente, este no es momento de conversaciones diplomáticas sobre la paz, es el momento de apoyar militarmente la guerra.

Retrato de Josep Borrell, Pablo García
 

    Él mismo parecía darse cuenta de la contradicción en que incurrían sus palabras, dado que, como reconocía después, sonriéndose, no le daba la sensación de estar actuando como lo que era, un diplomático, sino, más bien, como un Ministro de Defensa de la Unión Europea, lo que en el fondo más desearía, porque siempre estaba hablando de armamento y municiones.   

    Que Borrell diga que no es momento de conversaciones diplomáticas, y sí de apoyar militarmente a Ucrania no es, efectivamente, muy diplomático que digamos. No es, por lo tanto, algo propio de su alta dignidad en la Unión Europea, que debería mediar entre los dos Estados en lid, ambos europeos y, sin embargo, ajenos ambos a la Unión Europea, y no tomar partido por ninguno de ellos, procurando llegar al alto el fuego con un acuerdo de paz que no implique la humillación de ninguno de los bandos rivales.

    ¿Qué clase de alto “diplomático” es este que ante una guerra de consecuencias imprevisibles afirma que está actuando más que como el diplomático que debería ser, como lo que en la práctica es de hecho, un Ministro de Defensa, o, mejor dicho, un Ministro de la Guerra a las órdenes del Magister Belli o Master of War, que es el Tío Sam de Guasintón de las Américas? 

Viñeta de Iván Lira.
 

   Detengámonos un poco en la palabra “diplomacia”, que deriva de “diploma”, término que viene del latín diploma, que significaba 'documento oficial', y que el latín había tomado prestado del griego δíπλωμα con el sentido general de “cantidad doble”, relacionado con la raíz duplo/doble y el número dos, y particular de “tablilla o papel -documento en definitiva- doblado en dos”. Y quedémonos con esta última acepción que nos hace pensar que la diplomacia nació con las palabras que se fijan por escrito para que no se las lleve el viento y que nos permiten decir las cosas con cierta cortesía o amabilidad o al menos con alguna reserva y reflexión, no guiados por la urgencia del momento.

    La Academia a mediados del siglo XIX ya recoge los términos 'diplomático' y 'diplomacia' aplicados a los tratos y negocios que se establecen entre los Estados y las personas que intervienen en ellos, y las connotaciones de “afectadamente cortés” y “circunspecto, sagaz, disimulado”, aplicándose el adjetivo también a los sustantivos “inmunidad”, “valija”, “protección” y “pasaporte”.

     “Si no apoyamos a Ucrania, caerá en cuestión de días”, afirma el alto dignatario. Y a continuación se disculpa, cuando se anuncia que una partida de quinientos millones de euros acababa de despacharse a Ucrania esa misma semana, afirmando que sería mejor destinar los dineros a incrementar el bienestar de los europeos, como a cualquiera le parece bien en su sano juicio. 

 

    Transcribo traducida parte de su intervención, que puede oírse en el vídeo: "Es la realidad y hay que afrontarla. Y todo el mundo quiere paz, sí, pero en estos momentos, desgraciadamente, Putin sigue haciendo la guerra y Ucrania se tiene que defender. Y si no apoyamos a Ucrania, Ucrania caerá en cuestión de días. De modo que, sí, sería mejor emplear este dinero incrementando el bienestar de la población, hospitales, escuelas, las ciudades, como el alcalde está pidiendo, pero no tenemos elección".

    Aludía el alto funcionario al discurso del alcalde de Florencia, anfitrión del evento, que había señalado previamente que las ciudades, que son el baluarte de la cultura y los ideales europeos, no tenían voz ni en Bruselas ni en Estrasburgo, y carecían de fondos disponibles para sus áreas metropolitanas...

    No es la primera vez, ni será la última, seguramente, que el impresentable diplomático español hace unas declaraciones marcadamente belicistas. De hecho, la semana pasada contradijo públicamente al presidente francés que había dicho que la UE no debía dejarse arrastrar por los Estados Unidos a un choque directo con China por Taiguán en una crisis “que no es la nuestra”, y pidió que las armadas europeas patrullaran el estrecho de Taiguán". Y aún más: un reciente titular de El Periódico Global rezaba que Borrell urgía a los Veintisiete -así, con mayúscula, para referirse a los vasallos de la UE- a enviar a Ucrania artillería de largo alcance".

    ¡Ay, si le escuchara aquel Hipólito Taine que dijo "la diplomacia reemplaza a la fuerza", y viera, cómo, al revés, ahora es la fuerza bruta de la sinrazón la que reemplaza a la diplomacia en las relaciones internacionales!

lunes, 27 de febrero de 2023

6 + 4 = 10 leopardos

-¿Para cuándo y en qué condiciones están esos tanques? -Le pregunta la entrevistadora al presidente del gobierno español en Kiev, la capital de Ucrania.

-Ahora mismo, responde el susodicho, se están actualizando (sic) seis de ellos (cinco más uno), con lo cual estaríamos proveyendo seis tanques 'leopard' para lo que se llama una sección. Esto es muy importante para el ejército ucraniano. Nos han pedido un esfuerzo adicional. España lo va a dar. Vamos a tratar de que sean efectivamente diez tanques 'leopard' y, además, estamos formando ahora mismo en torno a cincuenta y cinco soldados ucranianos en el manejo de estos 'leopard' y efectivamente tendremos que formar a otros tantos para los otros cuatro.


    Diez tanques leopard es la contribución solidaria y humanitaria de España a la paz, es decir, a la guerra de Ucrania. El envío de armamento pesado a Ucrania, actualmente los leopardos, pero también se deja abierta la posibilidad de mandar en el futuro cazas de combate y misiles de largo alcance, porque, según nuestro presidente, «vamos de la mano de las demás naciones (de la Alianza Atlántica)» dispara, nunca mejor dicho, la escalada bélica del conflicto, que cumple por estas fechas su primer año de andadura, una guerra retransmitida por televisión y todos los medios que, como dicen los comentaristas, no puede ganar Ucrania y no puede perder Rusia, y que quien gana, en todo caso, es la industria armamentística, igual que después de dos años de emergencia sanitaria pandémica fue la industria farmacéutica la ganadora.
 
     Con el nombre de leopards que dan a los diez que va a enviar el gobierno español, que no España, no engañan a nadie. El carácter ofensivo, que no defensivo, de estos vehículos acorazados está fuera de toda duda: el leopardo es un depredador, además del animal más rápido del mundo, que puede alcanzar, aunque no mantener durante mucho tiempo, la velocidad máxima admitida en una autovía española, o sea, los 120 kilómetros por hora. El nombre procede del griego λεόπαρδος leópardos, vía latina leopardus, y es un compuesto en la lengua de Homero de λέων léon (o sea, león) y πάρδος párdos, (o sea, pantera).

    Llamo la atención sobre el uso generalizado que se viene haciendo desde hace un siglo de la palabra «tanque» para denominar a estos carros de combate, blindados y acorazados, que es como propiamente deberían designarse. La palabra «tanque» está relacionada con «estanque» y con el verbo «estancar»    con el significado de «parar una corriente de agua». El inglés tank, que en principio significaba «piscina, cubo, balde» acabó modernamente, adquiriendo, como dice Corominas, «la internacionalización bélica que todos conocemos». 

    Resulta curioso cómo en la moderna lengua de Chéspir, tank significa, además de depósito, tanque (o sea carro de combate), e incluso chirona, es decir, cárcel. Significativo es el verbo to tank up que tanto significa llenar el depósito o tanque de gasolina, es decir, repostar, como también emborracharse en un uso metafórico. Pero tenemos también en la lengua del Imperio el famoso think tank, que sería un depósito de pensadores, un grupo de expertos, o, si se prefiere, un 'laboratorio de ideas', o, traducido más literalmente, un 'tanque de pensamiento', expresión que sugiere la existencia de un pensamiento estancado, propio de una mentalidad esclerótica, cuando lo propio de la razón es desembarazarse de ideas y dejar que el pensamiento fluya como los ríos y no se estanque y empantane.

Del artista palestino Mamoum Al Shayeb
 

    Pero lo que nos interesa es cómo a un carro de combate se le ha denominado con una palabra que en principio significaba «depósito de líquido elemento». La razón no es una metáfora eufemística, sino un engaño. Cuando comenzaron a construirse los primeros carros de combate antes de la Primera Guerra Mundial en Inglaterra, no se dijo que eran tales artilugios, sino que eran depósitos de agua para el frente, es decir, «tanques», lo cual era evidentemente mentira, pero disimulaba la función que iban a tener los siniestros artefactos que podría haber ocasionado la protesta de los bienintencionados trabajadores encargados de construir estas armas de combate. El nombre de tanque, tank en inglés, apareció en las fábricas británicas: se engañó a los trabajadores para mantener el secreto militar diciéndoles que estaban construyendo depósitos de agua móviles para el ejército, cuando estaban produciendo un vehículo de combate.

    Según leo en The Patterns of War since the Eighteenth Century (1994) de Larry H. Addington​: "Con el fin de proteger el secreto, los primeros "barcos terrestres" (landships) se cubrían con lonas cuando se movían en plataformas entre la fábrica y el campo de pruebas, marcadas sus cubiertas como "Tanque de agua" (water tank) para engañar a los espías enemigos. El apodo (nickname) de "tanque" se mantuvo incluso después de que el "barco o nave terrestre" entrara en acción en septiembre de 1916". (pág. 156, op. cit.)

 

 

Primer leopard 2 enviado por Canadá a Ucrania.
     

miércoles, 25 de enero de 2023

Arcangelical mis Ucrania

    Viktoria Apanasenko, Mis Ucrania, causó sensación en el certamen de Mis Universo celebrado en Nueva Orleans (Luisiana) el pasado 14 de enero, exhibiendo en la pasarela, un emperifollado traje inspirado en el mismísimo santo patrón de la ciudad de Kiev, que es el arcángel San Miguel. Ya sabemos, gracias a mis Ucrania, cuál es el sexo de los ángeles y arcángeles.
 
    Reivindicaba de esta guisa la ucraniana o ucrania, como prefiere decir el Periódico Global, empuñando una espada y vistiendo un traje alado despampanante hecho a mano, el papel de santo protector y guerrero del arcángel, guardián de los soldados y patrono de la capital del país, símbolo religioso por un lado y militar y político por otro.
 
 
    La intención de Viktoria y de los que han diseñado semejante atuendo era llamar, una vez más, la atención del mundo sobre la heroica guerra que sostiene Ucrania, representada por esta Guerrera de la Luz que propaga al mundo su mensaje de lucha por la libertad y contra el Mal, como el arcángel, que derrotó al mismísimo Lucifer o Satanás. 
 
    El traje, como puede verse en las imágenes y el vídeo adjunto, conlleva un par de complejas alas extensibles con los colores de la bandera ucraniana, y una corona de espigas de trigo, que es otro de los símbolos nacionales del país. Tardó cuatro meses en confeccionarse en condiciones deplorables dada la invasión rusa, con frecuentes cortes de electricidad y sirenas a todo volumen que alertaban de bombardeos aéreos, trabajando a veces a la luz de las velas y con suministros limitados para crear esta fantasmagoría, que es la bellísima Viktoria, de blondos cabellos de oro como las rubias espigas de su corona, cuyo nombre representa así a su heroico país, que quiere más la victoria que la paz. 
 
 
    Había la ucraniana, o ucrania, escrito en sus redes sociales: La guerra no puede quebrantar nuestra fuerza o marchitar nuestros corazones, resucitaremos como el ave Fénix incluso en el fuego.  
 
    También declaró a la prensa que la alegoría de su traje no sólo aludía a su sufrido pueblo ucraniano, o ucranio, sino “a todas las personas que luchan por sus derechos, que luchan por sus valores, que luchan por su vida", generalizando de este modo su mensaje.
 
 
    Antes de viajar a Nueva Orleans para competir en el certamen de Miss Universo, y representar a su país, la bellísima señorita colaboraba como voluntaria con las Fuerzas Armadas de Ucrania, preparando comida para el ejército y  las víctimas de guerra. Cuando le propusieron presentarse al certamen, se hallaba, cual humilde cenicienta, fregando el suelo del restaurante donde trabajaba. 
 
El arcángel san Miguel derrotando a Satanás, Guido Reni ( c. 1636)
 

    La elección de un santo guerrero que empuña una flamígera espada vengadora tiene un claro simbolismo religioso que quiere presentar esta guerra como una guerra santa o cruzada, ya que el arcángel derrota al dragón, que es el mal; aquí, el Imperio ruso y su sátrapa malvado. 
 
     Mis Ucrania, la más que angelical arcangelical Viktoria, representante de la belleza de ese país, muestra al mundo, en sus propias palabras propagandísticas,  "cómo los ucranianos luchan ahora mismo por el futuro, por su libertad, por su independencia, por cada centímetro de nuestra tierra y por nuestra historia".

domingo, 25 de diciembre de 2022

En aras de la seguridad mundial y la democracia

    El presidente ucraniano (o ucranio, como prefiere decir El Periódico Global), el señor Zelenski, persona del año según la revista Time, en su primer viaje al extranjero desde la invasión rusa pronunció en el Capitolio de Guásinton un emotivo discurso en la lengua del Imperio, leído obviamente, frente a las dos cámaras del Parlamento en el que afirmó que la ayuda militar en forma de dinero que recibía (y esperaba seguir recibiendo) del tío Sam no era una obra piadosa de "caridad" sino “una inversión en seguridad global y democracia” que los ucranianos (o ucranios), como buenos vasallos, administran de manera responsable.
 
    Lo más significativo de ese discurso es la constatación de que el dinero no es un acto gratuito de caridad, un regalo, sino una inversión económica a cambio de seguridad mundial y democracia.
 
    La foto no tiene desperdicio, debajo del reloj que marca el tiempo, la leyenda: IN GOD WE TRUST: Creemos en Dios. Ese Dios en el que cree esa nación es obviamente míster Dólar. Debajo la bandera de las barras y las estrellas, y detrás del orador que lee el guión que han escrito para que lo interprete, dos mujeres empoderadas que son, la presidenta de la Cámara de Representantes saliente, la señora Nancy Pelosi, y la vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris, presidenta ex oficio del Senado de los Estados Unidos. Delante de ellas, constituyendo el centro de la imagen, el títere del tío Sam, que dice enfrentarse al Imperio del Mal, al Enemigo.
 

    Rusia en el imaginario colectivo norteamericano y por ende occidental y europeo -un concepto de Europa que excluye inexplicablemente a Rusia de sus fronteras e incluye a Ucrania- sigue siendo el Enemigo, tanto da que sea trate de la nueva Rusia, que de la vieja Unión Soviética como del Imperio de los Zares, es el Imperio del Mal que se nos presenta como una horrible maquinaria tiránica, despótica y agresiva a la que hay que dominar. 
 
    Los rusos son los antiguos bárbaros que amenazaban constantemente la definición de las fronteras del Imperio Romano, de los que debe protegerse la Civilización, lo cual se consigue en nuestros días, a Dios gracias, o sea gracias a míster Dólar, con la potencia militar de los Estados Unidos y de su OTAN feudovasallática. 
 
    Nada más falso. Como en el espléndido poema de Cavafis, “Esperando a los bárbaros”, los bárbaros, igual que ahora los “enemigos”, que eran la amenaza que se cernía sobre el Imperio y sobre la que aquel se levantaba, no existen: Porque se hizo la noche y los bárbaros no llegaron. / Algunos han venido de las fronteras / y contado que los bárbaros no existen. / ¿Y qué va a ser de nosotros ahora sin bárbaros? / Esta gente, al fin y al cabo, eran una solución. 
 
 
 
     Afirma el orador que su heroico país “nunca se rendirá”, al tiempo que recuerda que la guerra se acerca ya a cumplir los diez meses. Alaba a los bravos soldados norteamericanos que liberaron a Europa de Hitler y del nazismo, y compara a sus valientes tropas ucranianas (o ucranias) con ellos. No pide a los Estados Unidos que intervengan militarmente, sino que le sigan subvencionando la guerra porque ya se encarga él de hacer el trabajo sucio necesario. 
 
    El señor Zelensky entregó al Congreso una bandera ucraniana (o ucrania) azul y amarilla  con las firmas de puño y letra, según dijo, de algunos de "nuestros héroes  que defienden Ucrania, Europa y el mundo con sus vidas", y a cambio recibió la bandera de las barras y estrellas. Las dos cámaras de representantes del pueblo norteamericano, una vez acabado el emotivo discurso que pronunció el actor que se interpretó a sí mismo, se pusieron en pie y le obsequiaron con una cerradísima ovación. 
 
      Resulta interesante esta ilustración gráfica que recoge cómo ha cambiado la percepción de los medios de (in)formación de masas británico-estadounidenses, es decir, occidentales sobre Ucrania antes y después de febrero de 2022, la fecha en que comenzó la invasión rusa. Antes de esa fecha los titulares de los periódicos resaltaban la relación del país con los movimientos neonazis y de extremísima derecha, para ahora resaltar que esas mismas tropas están defendiendo la seguridad mundial y el sistema de gobierno democrático.

miércoles, 7 de diciembre de 2022

Guerra a la guerra (y 3)

    El libro de Ernst Friedrich Guerra a la guerra es, en definitiva, una llamada a la movilización general contra la guerra que, siempre de actualidad, cobra especial relevancia en estos momentos en los que estamos asistiendo en Europa a una masacre entre dos polos imperialistas en pugna por mantener sus posiciones estratégicas y acrecentar sus recursos económicos y políticos: la televisada guerra de Ucrania, que ya se ha cobrado miles de vidas humanas desde febrero, produciendo, además, destrucción y éxodo a su paso de refugiados, exiliados, movilizaciones forzosas, desertores, que está causando graves problemas energéticos y económicos y sociales a los que nos ha llevado el capitalismo desenfrenado de este siglo veintiuno, lo que repercutirá en subidas de precios de los productos básicos y disminución del poder adquisitivo de los salarios y pensiones que afectan y afectarán cada vez más a más amplias capas de la población. 


    En el Estado Español, un Gobierno que se dice de izquierdas y 'el más progresista de la historia de España', viene desarrollando una política claramente militarista, beligerante y criminal, siguiendo totalmente a marchas forzadas la línea marcada por la UE y la OTAN, encabezada por EEUU. El llamado “Mecanismo Europeo para la Paz”, no es más que un sangriento eufemismo para camuflar orgüelianamente la guerra sempiterna. Esta guerra no puede ganarla ninguno de los dos bandos rivales: en las guerras, en todas y cada una de ellas, sólo hay perdedores, por las dos partes, nunca ganadores: solo muertos, mutilados, expoliados, vejados y empobrecidos. 
 
      Ante la parálisis de la mayoría de las organizaciones y la abducción de la sociedad civil por los medios de comunicación de masas al servicio del capital y la anestesia social posterior a la pandemia, este libro es un grito de que no estamos de acuerdo con la política militarista e imperialista del gobierno, de la UE y de la OTAN que nos arrastran a la guerra y a emplear todos los recursos en gastos militares en detrimento de usos sociales. 
 
 
    Y sobre todo hay que denunciar a dos personajes españoles especialmente siniestros: el jefe de la diplomacia europea, que promueve el entrenamiento militar para la guerra -la UE ha entrenado ya a 1100 soldados ucranianos y espera entrenar a 15000- y que dice que no hay salida diplomática más que la guerra,  y a la  Ministra de Defensa, es decir de la Guerra, que ha enviado a Kiev el primer conjunto del sistema de defensa antiaérea de medio alcance HAWK (que significa 'halcón' en la lengua del Imperio pero que, además, es acrónimo de "Homing All the Way Killer", y esta última palabra ya se sabe lo que significa) del reino de España. Donde dijo, según la prensa: «Vamos a seguir apoyando, como lo hacen todos los países de la UE y OTAN, porque creemos que la causa de Ucrania es la causa justa, es la causa de la paz y la libertad», aseguró en rueda de prensa. Claro que estos dos siniestros personajes que mandan no son ellos más que dos mandados del Gobierno global que realmente manda y dirige el cotarro, dos títeres que no pueden hacer otra cosa que no sea más que la que está mandada desde arriba. 
 
    Por otra parte, la Academia de Infantería de Toledo, lleva a cabo la instrucción de 64 nuevos soldados ucranianos, sin experiencia militar previa, para el ejército de ese país que lucha contra Rusia en lo que se ha dado en llamar 'Misión de Asistencia Militar de la UE en Apoyo a Ucrania'. Hacen la 'mili' ucraniana en Toledo, como dice el rotativo monárquico ABC. «No hay otra salida que ganar la guerra», dice su comandante con ínfulas bélicas y ardor guerrero. Los futuros soldados estarán listos para combatir, para matar y morir, en Navidad.
 
 
      El hecho de que al declarar la guerra a la guerra no tomemos partido por la política del tío Sam, que alienta a la OTAN y a la UE a armar a Ucrania hasta los dientes para que pelee en su defensa maquillada de defensa propia, no significa que defendamos el Estado militarista  e imperialista del nuevo zar ruso que no respeta los derechos individuales y colectivos, que criminaliza la protesta y encarcela la disidencia dentro de sus fronteras, y que ha invadido Ucrania. Por supuesto que tampoco.

jueves, 8 de septiembre de 2022

Propaganda de guerra

    Utilizamos el término 'propaganda' para hacer referencia a los mensajes publicitarios comerciales o institucionales y políticos difundidos a través de diferentes medios como radio, televisión, prensa, redes sociales de internet, paneles publicitarios y cualesquiera otros soportes.
 
    La palabra es latina. Se trata de un participio de futuro pasivo o gerundivo, como prefería la gramática tradicional, del verbo propagare que significaba propiamente “amugronar”, es decir, "acodar los mugrones o sarmientos de las vides que, sin cortarlos, se entierran para que arraiguen y den vida a una nueva vid", y de ahí pasó a significar en sentido figurado “extender, hacer crecer, prolongar algo tanto en el tiempo como en el espacio”. 
 
Acodos en viña, propagación de la vid.
 
     El origen del término 'propagar' es agrícola, como corresponde a una lengua de campesinos como en su origen era el latín, que llegó a ser la lengua de un Imperio. Pero, habida cuenta también de que el latín se convirtió en la lengua de la Iglesia Católica, no nos extrañará mucho que el origen del término “propaganda” que nos ocupa venga del ámbito eclesiástico. Llegó, en efecto, al castellano como cultismo en el siglo XVII gracias a la comunidad religiosa que fundó en 1622 el papa Gregorio XV la ‘Sacra Congregatio de Propaganda Fide’, o sea la Sagrada Congregación para la Difusión de la Fe, literalmente de la Fe “que debe ser difundida, que hay que difundir”. El objetivo etimológico y muy significativo de la propaganda era, como se ve, divulgar y esparcir la semilla de la fe.
 
    A partir de los ejemplos de la I Guerra Mundial suministrados por A. Ponsonby, que en 1928 había publicado en Londres Falsehood in Wartime ('La mentira en tiempo de guerra'), Anne Morelli publicó en 2001 Principes élementaires de la propagande de guerre, reeditado en 2010 y a punto de reeditarse otra vez. Estos principios forman un decálogo que no solo vale para caso de guerra. El subtítulo del libro dice que son aplicables 'en casos de guerra fría, caliente y tibia'. Pueden, asimismo, utilizarse en tiempos de paz y en conflictos sociales, económicos como el de China frente a Estados Unidos, y privados o personales, por ejemplo en un caso de divorcio. Aplicables a todos los conflictos, donde se hacen más visibles, sin embargo, es en caso de guerra efectiva. 
 
      Como la población en general no es muy favorable ni entusiasta de la guerra, la propaganda bélica intenta convencerla de sus buenos propósitos, movilizarla. Los gobiernos, sobre todo si son democráticos, necesitan el consentimiento de la gente, por lo que deben persuadirla de la inevitabilidad o necesidad de la guerra. Estos principios sirven para movilizar a la población en favor de una guerra que en principio no es la suya ni le va ni le viene, para lo que se utilizan los medios de comunicación, que están al servicio de poderes económicos interesados en la venta de armamentos.
 
La mano negra que mueve las otras manos que mueven los hilos.
 
    Anne Morelli los aplica a las guerras de Afganistán y de Iraq. Nosotros podemos aplicárselos a la guerra de Ucrania, de rabiosa actualidad. 
 
1º.- Nosotros no queremos la guerra. (La U.E. y la OTAN no quieren la guerra, pero apoyan y ayudan a Ucrania, enviando armamento -echando así gasolina al fuego- y aprobando sanciones contra Rusia, que se configura como el enemigo. Ambas instituciones se declaran pacifistas, como en general todos los ejércitos). 
 
2º.- El enemigo es el único responsable de la guerra. (Putin, el nuevo zar ruso como le denominan, empezó la guerra invadiendo avasalladoramente Ucrania hace ya seis meses. A esta acusación, sin embargo, puede objetársele lo que decía Maquiavelo: el que toma el primero las armas no es forzosamente el culpable, puede haber alguien más culpable: el que lo ha forzado a tomar las armas. Había unos acuerdos que Ucrania no respetó, que desde 2014 bombardeaba intensamente el Donestk, y como sus víctimas eran prorrusas o rusófonas no contaban. Cuando Rusia reacciona, se produce el escándalo: Putin ha invadido Ucrania). 
 
3º.- El enemigo tiene el rostro del diablo o de un monstruo. (Putin y los rusos en general son el mismo demonio, capaces de cometer todo tipo de atrocidades. Es la clásica dicotomía de los buenos y los malos la que aparece aquí: nosotros somos los buenos, los enemigos son los malos. Por supuesto la dicotomía es reversible según el bando desde el que se mire).
 
4º.- Defendemos una causa noble y no intereses particulares. (Estamos defendiendo a un pequeño país atacado y avasallado por una potencia gigantesca. En la defensa de este pequeño país nos estamos perjudicando a nosotros mismos, pero aceptamos ese sacrificio por lo justa que es nuestra causa). 
 
5º.- El enemigo provoca a propósito atrocidades; nosotros, si cometemos algún error, es involuntariamente. (Las acciones del enemigo son brutales 'crímenes de guerra': ataques a la población civil, mujeres, ancianos y niños. Nosotros no hacemos eso, o si lo hacemos es sin querer, es un efecto colateral indeseado). 
 
 
6.- El enemigo utiliza armas no autorizadas e ilegales. (Se ha dicho, por ejemplo, que Moscú usa misiles hipersónicos contra los ucranianos. Un titular de prensa occidental: “Rusia ha usado en Ucrania más de 200 tipos de armas prohibidas, según The New York Times”) 
 
7.- Sufrimos pocas pérdidas mientras que las del enemigo son enormes. (Las agencias de propaganda a raíz sobre todo de la primera guerra mundial construyen fábulas, falsas informaciones -fake news, se llaman hoy-, intentando despertar las emociones. Borrell, el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad (sic), ha declarado, anticipándose a los hechos, que Rusia “ha perdido la guerra”).
 
8.- Artistas e intelectuales sostienen la causa ucraniana. (Zelenski, el propio presidente ucraniano, es un artista, y se ha ganado la simpatía de la mayoría de la sociedad del espectáculo que o aplaude al títere titiritero o guarda silencio. La única voz que protestó por la injerencia del presidente ucraniano en el festival de Cannes fue la de un nonagenario Jean-Luc Godard). 
 
9.- La causa que defendemos tiene un carácter sagrado y noble. (En realidad este principio se funde con el 4º. Frente al autoritarismo totalitario del régimen de Putin, la Unión Europea y la OTAN, y el tío Sam que está detrás de ambas, predican la democracia y la libertad y defienden al más débil contra el más fuerte). 
 
10.- Los que ponen en duda nuestra propaganda son traidores, agentes del enemigo (Propaganda es lo que hacen los demás, no lo que hacemos nosotros, que es “información”. La Unión Europea hace propaganda a favor de Ucrania pero no lo llama así: lo considera información, comunicación e incluso pedagogía. Nosotros no tenemos prácticamente acceso a la propaganda rusa. La censura de la Unión Europea nos prohíbe ver hoy Russia Today o Sputnik, violando flagrantemente la libertad de expresión). 
 

miércoles, 7 de septiembre de 2022

Carta abierta de Roger Waters a la primera dama de Ucrania

    El músico inglés, cantante, letrista y compositor del mítico grupo Pink Floyd, Roger Waters, le ha escrito una carta abierta a la señora Olena Zelenska, la primera dama de Ucrania, que no leerá, seguramente, o que si llega a leerla no contestará, que comienza diciendo: Mi corazón sangra por vosotros y por todas las familias ucranianas y rusas, devastadas por la terrible guerra en Ucrania
 
Olena Zelenska, fotografiada por Annie Leibovitz
 
     Roger Waters cita unas declaraciones de la primera dama, que dijo: Si el apoyo a Ucrania es fuerte, la crisis será más corta.  (Crisis es obviamente un eufemismo de guerra, igual que  conflicto). El músico comenta en su carta: Supongo que eso depende de lo que quiera usted decir con "apoyo a Ucrania"? Si por "apoyo a Ucrania" se refiere a que Occidente continúe suministrando armas a los ejércitos del gobierno de Kiev, me temo que puede estar trágicamente equivocada. Lanzar combustible, en forma de armamentos, en un combate de fuego, nunca ha servido para acortar una guerra en el pasado, y no va a servir ahora, particularmente porque, en este caso, la mayor parte del combustible está (a) siendo lanzado al fuego desde Washington DC, que se encuentra a una relativa distancia de seguridad de la conflagración, y (b) porque los "lanzadores de combustible" ya han declarado su interés en que continúe la guerra durante el mayor tiempo posible. 
 
     Esta argumentación coincide en líneas generales con la viñeta de El Roto que publicaba ayer el antiguo Periódico Independiente de la Mañana, hoy autodenominado El Periódico Global(ista).
 
 
    Le recuerda a continuación el músico a Olena Zelenska que la paz sólo llegará si su marido, el señor Zelenski, cumple las promesas electorales con las que obtuvo la presidencia del país en las elecciones de 2019: Poner fin a la guerra civil en el Este y traer la paz al Donbás y la autonomía parcial a Donetsk y Luhansk, y ratificar y cumplir el resto de los acuerdos de Minsk). 
 
    Reflexiona Waters sobre cómo ciertas facciones políticas de Kiev le hicieron cambiar diametralmente de rumbo a su marido ignorando sus promesas electorales, sometiéndose al nacionalismo ucraniano más cerril, y acaba rogándole a la señora Zelenska que si cree que él está equivocado en su análisis que le haga entender cómo, y que si no lo está, que le ayude a convencer a los mandamases de detener la matanza que sirve sólo a los intereses de las clases gobernantes y a los nacionalistas radicales  tanto aquí en Occidente, como en su hermoso país, a expensas del resto de nosotros, la gente común y corriente en Occidente y en Ucrania, y de hecho la gente común y corriente en todas las partes del mundo.” 
  

Good-bye, blue sky, The Wall, Pink Floyd (1979) 
 
    Waters acaba su carta abierta con una oportuna pregunta retórica: ¿No sería mejor exigir el cumplimiento -'the implementation', dice Roger Waters en inglés, que me resisto a traducir por “implementación”- de las promesas electorales de su marido y poner fin a esta guerra mortal?