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miércoles, 21 de agosto de 2024

Disiecta membra (y II)

Sobre la felicidad: Teógnide de Mégara y Slavoj Zizek.
 
a) Un dístico elegíaco de Teógnide de Mégara (Elegías I, vv.-167-168):
 
 Ἄλλ᾽ ἄλλῳ κακόν ἐστι, τὸ δ᾽ ἀτρεκὲς ὄλβιος οὐδεὶς 
ἀνθρώπων ὁπόσους     ἠέλιος καθορᾷ. 
 
Tiene su mal cada cual, y, sin duda, nadie que sea 
 entre los hombres feliz      hay bajo el Sol que los ve.
 
b) Declaraciones de Slavoj Zizek al periódico The Guardian sobre la felicidad:
  "La felicidad nunca fue importante. 
El problema radica en que nosotros no sabemos qué es lo que realmente queremos. 
Lo que nos hace felices no es alcanzar lo que deseamos, sino soñarlo.
 La felicidad es para oportunistas. 
Entonces pienso que la única vida de profunda satisfacción es una vida de una eterna lucha, especialmente, la lucha contra uno mismo.
 Si quieres mantenerte feliz, solo sigue siendo estúpido.
 Los auténticos eruditos nunca fueron felices; 
la felicidad es una categoría de esclavos."
 
oOo 
 
 

    El sabio chino Sun Tzu, presunto autor de “El arte de la Guerra”, dejó escrito que no hay mejor defensa que un buen ataque. Parece que el presidente de Ucrania, el títere de Guásinton, ha hecho suya esta máxima del sabio chino, y ha decidido invadir Rusia, haciendo uso de las armas supuestamente defensivas que le había suministrado gratuitamente Occidente -vamos a decirlo así para referirnos a la OTAN y a la UE, en las que está incluido del Reino de las Españas. Es decir que con nuestras pacíficas armas defensivas que eran para defenderse de una agresión injusta que violaba el derecho internacional ha decidido “tomar la iniciativa”, como dice la prensa del Régimen, es decir, pasar a la ofensiva, que, según la milenaria sabiduría china, sería la mejor defensa. Esto es lo que viene a decir este anuncio publicitario de la OTAN/NATO: que ese nombre significa ayudar en tiempos de necesidad a nuestros amigos ucranianos (¡Gloria a Ucrania! ¡Gloria a los héroes!), que ese nombre significa 'nuestro futuro', y pese a que significa muchas cosas diferentes para diferentes personas, básicamente significa una cosa para todos y cada uno: la protección de nuestra libertad, de nuestra democracia y de nuestro modo de vida. 

  oOo

 

    En casi todos los ámbitos quieren hacer que veamos las cosas como nos dicen que son negando incluso lo que vemos con nuestros propios ojos, como suele decirse, y así nos hacen ver a las personas sanas como enfermos asintomáticos, ya sea de hecho o en potencia aristotélica, a los varones como mujeres y viceversa, lo blanco como negro y lo negro como blanco, como hacían los sofistas griegos, y en definitiva lo que es malo como si fuera bueno, y, no sé qué es peor, lo que es bueno como malo. Pero frente a eso, la voz del niño que hay acaso dentro de cada uno de nosotros nos dice que, pese a todos los pesares, no vemos el traje nuevo del que presume el emperador, que, como en el cuento de Andersen está desnudo por mucho que nos digan que está revestido con la más fina y extraordinaria púrpura imperial.

martes, 16 de julio de 2024

"Sé tu mismo" (y te pagamos)

    Ucrania o, mejor dicho, el gobierno de ese país ha lanzado una campaña publicitaria de propaganda a fin de atraer voluntariamente reclutas a un ejército cansado y prácticamente derrotado. Es la nueva estrategia, nunca mejor empleada esta palabra de raigambre militar, que pretende que los propios ucranianos se enrolen en las filas del ejército sin necesidad de obligarlos a ello por la fuerza después de que la ampliación del servicio militar obligatorio haya hecho que miles de ucranianos se escondan en su propio país para no ser llamados a filas. 
 
    Intenta así el gobierno del actor mejor pagado de Jólivuz y títere de Guásinton, que no deja de sacrificar la vida de sus súbditos y que en abril redujo la edad de reclutamiento de 27 a 25 años, fomentar el alistamiento voluntario con un enfoque más, cómo no, personalizado, ofreciendo a los futuros soldados la opción de solicitar las unidades de destino y funciones específicas que más se adapten a sus habilidades e intereses. 
 "Sé tu mismo"

    "Elige tu propio camino. Escoge unidad y especialidad en el ejército ucraniano". El ejército ucraniano, que paga y paga bien, trata así de reponer sus filas ante la ofensiva rusa. Los carteles que han aparecido de la noche a la mañana en la capital ucraniana presentan una imagen positiva de los combates, como parte de la publicidad del Ministerio de Defensa para hacer más atractivo el reclutamiento, considerando que es preferible el voluntariado a la leva obligatoria. La obligatoriedad del servicio, en efecto, puede provocar como respuesta la rebeldía, la objeción de conciencia, la deserción y la insumisión como respuestas personales que pueden hacerse colectivas y poner en peligro la institución, mientras que cuando uno, engañado por el márquetin, se alista voluntariamente es más fácilmente manipulable. Lo mejor es que uno se obligue a sí mismo ya sea movido por el dinero que Occidente regala a manos llenas a Ucrania o sea ya por los cantos de sirena de la publicidad.
 
    Un ejemplo de uno de esos carteles dice: “Verano, UAV”, mostrando a un soldado que maneja un dron (Unmanned Aerial Vehicle o vehículo aéreo no tripulado) desde una silla de playa, con las botas apoyadas en la arena cómo si fuera un videojuego. No se trata solo de ir a la guerra, sino de conseguir la especialidad militar de dominar las tecnologías no tripuladas, la última modalidad de juguetes bélicos. 
 
 Aprende nuevas tecnologías
 
    Otro les asegura a los soldados que pueden “ser ellos mismos”. “Ahora tenéis la oportunidad de elegir un puesto para servir en el ejército. Olvidaos de vuestros miedos y dudas: ¡es hora de elegir vuestro camino!”. Se trata de solicitar empleo entre las distintas ramas militares, desde los marines hasta la inteligencia militar, y en distintas categorías de empleo, desde artillero hasta cocinero o jefe de prensa. Claro está que los puestos más apetecidos y populares no son los de combate en infantería, sino de los de oficina administrativa en informática, cocina y transporte, operación de drones, oficiales de prensa. 
 
    “Queremos ofrecerle a un soldado la posibilidad de elegir su propio destino”. Y a cambio de eso, te pagamos, que etimológicamente significa “te apaciguamos”, te damos la paz (para que hagas la guerra), y alcances, en el mejor de los casos, una muerte heroica, como le sucede a Mickey Mouse en Short Subject, este microrrelato animado, más conocido como “Mickey Mouse en Vietnam”, donde el ratón se alista para conocer mundo y viaja hasta el sudeste asiático, un cortometraje animado de temática antibélica de 1969 dirigido por Whitney Lee Savage, que dura poco más de un minuto y que en ese breve lapso de tiempo lo dice todo. 
 

    No hay que perder de vista el significado original de nuestra palabra 'soldado': que cobra un sueldo, palabra que procede del adjetivo latino solidus -a -um 'sólido”, como se denominaba a una moneda de oro, propiamente moneda consolidada, sólida (a diferencia de las demás que tenían un valor variable). En la Edad Media 'sueldo' era el nombre de una moneda, como informa Corominas, cuyo valor coincidía con la paga de un soldado, de ahí la soldada o paga militar (que luego se convertirá en la paga del criado), y por último en el sueldo, salario o estipendio de cualquier trabajador. En la lengua del lacio la expresión stipendia merere, que significa literalmente 'cobrar el estipendio', era la forma de  decir “hacer el servicio militar”. 

jueves, 20 de junio de 2024

El jefe Montaña de Orgullo

    Si bien es verdad que los nombres propios de las personas son especialmente odiosos (nomina sunt odiosa, según el clásico adagio latino), no lo son sólo porque los denominados no quieran ser mencionados, sino también porque en el fondo sus antropónimos no dejan de ser indiferentes, irrelevantes y fácilmente intercambiables. 
 
    Pero también es cierto, según otro latinajo, que el nombre propio puede ser un presagio (nomen est omen) que caracterice, es decir, que imprima carácter a la persona que lo lleva, por ejemplo el nombre parlante del jefe siux 'Caballo Loco'. Cuando el nombre propio es un nombre parlante es ominoso y abominable por el significado que le confiere al que lo porta, como si se tratara de un destino fatal e inevitable. 
 
    Pues bien, ese es el caso del señor Jens Stoltenberg (cuyo apellido noruego 'stolten berg' significa 'Montaña de Orgullo' en román paladino), el secretario general de la OTAN/NATO, el cual está considerando desplegar más armas nucleares sin especificar si serán de las malas o de las buenas, es decir, de las democráticas, pacíficas y bien intencionadas y estrictamente defensivas, o de las otras... Es de agradecer que se ahorre la narrativa, es decir, el cuento, dicho más claramente, de que las armas que Occidente suministra a Ucrania son para su legítima defensa del invasor, porque no se sostiene en modo alguno. 
 
 
    Ha afirmado (y aquí vienen a cuento otros latines más claros que el agua: excusatio non petita, accusatio manifesta) que la organización cuyos secretos custodia y que regenta no es parte del conflicto, pero reforzará su apoyo a Ucrania para que se respete su legítimo derecho a la autodefensa desplegando más armas nucleares en medio de la creciente amenaza de Rusia y China. 
 
    No ha revelado, sin embargo, cuántas ojivas nucleares iba a exhibir tras desabrocharse la bragueta para enviar un mensaje directo a sus enemigos mostrando el arsenal  testicular. Quieren sacar los misiles, inequívocos símbolos fálicos, de donde los guarda y mostrarlos como medio disuasorio, prestos para el combate, emulando al bravucón perdonavidas que reta al enemigo -¿quién es el enemigo del pueblo, de los pueblos, si no son los gobiernos?- a ver quién la tiene más larga, y no se trata precisamente de la vergüenza, sino de la chorra, con una arrogancia y una fanfarronería que son imperdonables.
 
    «El objetivo de la OTAN, por supuesto, es un mundo sin armas nucleares, pero mientras existan armas nucleares, seguiremos siendo una alianza nuclear porque un mundo en el que Rusia, China y Corea del Norte tienen armas nucleares, la OTAN no es la más peligrosa», afirmó el jefe Montaña de Orgullo contradiciendo las palabras con los hechos y los fines con los medios. 
 
    En este conflicto hay un tercer elemento que no es ni el invasor ni el invadido, y que está detrás de la organización que el señor Stoltenberg regenta, que es Guásinton, cuyo fanatismo guerrerista se manifiesta descaradamente detrás de todo esto. ¿Quién quiere la guerra? ¿Quién representa un peligro para la humanidad? ¿A quién hay que detener lo antes posible? ¿Quién está arrastrando al mundo al báratro del abismo? 
 
 
    Si respondemos, siguiendo al jefe Montaña de Orgullo, que Rusia, y no el tío Sam, que está el pobre con demencia senil cognitiva, se debe a que la manipulación diaria y periódica llevada a cabo por los medios de (in)formación de la opinión pública, que no del pueblo, ha logrado, con su propaganda militar, trafulcar las cosas haciéndonos ver a los amigos como enemigos y a los enemigos como amigos, y más aún, haciéndonos creer que los problemas son las soluciones. 
 
    Stoltenberg casi ha superado a Órgüel diciendo que cuanto más nos preparemos para la guerra -guerra preventiva o profiláctica-, antes acabará, o sea, que la guerra es la paz, y que debemos prepararnos para la guerra -otro latinajo aborrecible: si uis pacem, para bellum- para que dure lo menos posible y acabe cuanto antes, lo que no parece tener mucho o ningún fundamento lógico, pero hay que creerlo por lo absurdo que es (credo quia absurdum, y se me acabó el repertorio de latinajos culteranos). 
 
    Si todavía alguien duda de que ésta no es la guerra de Rusia contra Ucrania, sino la guerra sucia -y todas lo son porque no hay ninguna limpia- que Guásinton está librando contra Moscú (utilizando a Ucrania y a Zelensky, el actor Nato, con mayúscula, como meros títeres de los que en un determinado momento no tiene ningún empacho en prescindir porque le importan un bledo), es que es un “caput insanabile” o cabeza loca que, como decía Horacio, no lograrían curar ni una triple dosis de Antíciras, evocando la isla griega donde abundaba el eléboro “prouechoso para purgaçión de la cabeça”, la planta medicinal cuya raíz se suministraba a los dementes como remedio contra la locura. 
 

miércoles, 5 de junio de 2024

Álbum de cromos con mensajería

Un día te encuentras bien y al día siguiente te ves afectado y diagnosticado asintomáticamente de la terrible y muy letal Enfermedad Equis, aún inexistente. 
 

Tenemos que estar preparados para salvar a la humanidad de la próxima pandemia, dice la Organización Mundial de la Salud, que sabemos que va sin duda a suceder. 

 

 
 La guerra está a las puertas, pero se nos presenta torticeramente como defensa de la paz; nunca antes el dios Marte había osado camuflarse así y transfigurarse.
 
 
 España deja de aplicar, según el mandato de la OTAN, el Tratado sobre Fuerzas Armadas en Europa que ponía límite al armamento que se podía poseer. 
 
El reino de España subvencionará la guerra de Ucrania suministrándole armamento por un valor de mil cien millones de euros, una ayuda militar sin precedentes.
 
 
La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; y es, por el contrario, el mayor mal que pueda venir el cautiverio.

 Aplican al turismo el adjetivo de "sostenible" y lo repiten hasta la náusea cual mantra tibetano para que no parezca, por arte mágica, lo que es: in-soportable.
 
Cuando pidas una cita médica o necesites una operación quirúrgica y te den fecha para dentro de un año, recuerda a qué fines destina el gobierno tus impuestos.  
 

¿A quién le interesa un futuro sostenible? ¿A quién que el diseño del futuro se sustente y sostenga?¿A quién le interesa el trampantojo engañabobos del futuro?


sábado, 1 de junio de 2024

El discurso del Rey

    El discurso del Rey de España, que publica por escrito la Casa Real en su página güeb, en el almuerzo oficial ofrecido al presidente de Ucrania en el Palacio Real de la villa y corte no tiene, se mire por donde se mire, desperdicio. 
 
    Después de rendirle la pleitesía de darle la bienvenida al sátrapa ucraniano (o ucranio, como prefiere el Periódico Global), el monarca le dice que es para él un honor poder dirigirse “a quienes continuáis defendiendo la soberanía, la libertad y la democracia de vuestra patria, Ucrania, ante la brutal agresión armada de Rusia.” ¿Soberanía, libertad y democracia? ¿Qué son Ucrania y Rusia sino dos nombres propios y no comunes de dos estados constitucionalmente en guerra contra sus respectivos pueblos en primera instancia, y el uno contra el otro, en segunda y no menos importante, porque la esencia misma del Estado en general y de los estados en particular es la guerra, tanto interna o civil como la externa que se basa en el ataque y en la legítima defensa del contrataque?
 
 
     A continuación le dice, leyendo el discurso que otros han escrito para que él lo lea, repleto de falsedades: “Desde hace más de dos años el mundo entero es testigo del heroísmo, la entrega, valentía y resistencia del pueblo de Ucrania, de su Gobierno, y de sus Fuerzas Armadas.” El heroísmo, la entrega, valentía y resistencia del pueblo de Ucrania a que hace alusión el monarca borbónico son sinónimos eufemísticos de su sacrificio en aras de un Gobierno, alentado por otros gobiernos, como el norteamericano y el británico, que exige a sus súbditos que den su vida por la realidad ideal de su país, enfrentándose así a la potencia que les hace sombra sin tener ellos que intervenir directamente.
 
     En ese momento el Rey de España, hablando en nombre de todo el reino, le dice al títere de Guásinton que seguirá contando con la realidad ideal de España durante el tiempo que sea necesario, entrenando a miles de soldados ucranianos para morir y recibiendo la ayuda material para que Ucrania “pueda continuar ejerciendo su derecho a la legítima defensa. Esta ayuda ha incluido carros de combate Leopard, vehículos acorazados, sistemas de defensa antiaérea HAWK, y munición de artillería de diverso calibre, entre otros suministros diversos como material sanitario y de protección.” De todo ello se ha hecho obsceno alarde en Oviedo el pasado fin de semana celebrando el Día de las Fuerzas Armadas. El apoyo español que promete el rey se basa en el firme principio de “el rechazo al uso de la fuerza armada en las relaciones internacionales”, por lo que le promete que la ayuda material de España se mantendrá hasta que cese ese ataque “no sólo contra Ucrania, sino contra la Comunidad Internacional en su conjunto”. 
 
 
    Es decir, se considera el ataque ruso contra Ucrania no como algo particular, sino como una agresión contra la Comunidad Internacional, en la que está incluida España, no faltaba más, que se siente herida en su amor propio como ofendida damisela. Y lo mejor de todo el discurso es este párrafo contradictorio en sus términos: "El apoyo a Ucrania tiene un objetivo claro: lograr la paz en el país. Una paz integral, justa y duradera, para lo que es esencial la retirada completa, inmediata e incondicional de todas las fuerzas rusas del territorio de Ucrania dentro de sus fronteras internacionales."
 
    Solo le faltó decir al monarca borbónico a propósito de Rusia y de su malvado zar aquello del matón callejero: Si no lo hace por las buenas, tendrá que hacerlo por las malas.
 
    Se le llena y se le hace agua la boca al Rey de las Españas, triste vasallo de Guásinton, hablando de paz una y otra vez, paz justa, y fomentando la guerra: "Señor Presidente, sepa que España apoya plenamente los objetivos y principios de su Fórmula para la Paz, la única propuesta que se basa en el respeto al Derecho internacional y a la Carta de Naciones Unidas. Juntos, señor presidente, trabajaremos sin cesar para que la paz que tanto merece y necesita su pueblo se consiga cuanto antes, para que todos los ciudadanos ucranianos puedan vivir seguros y protegidos, sin temores ni amenazas". 
 

    El retrato del Rey ha costado 88.000 euros del erario público, o sea, catorce millones seiscientas cuarenta mil novecientas sesenta y ocho de las antiguas pesetas (14.641,968), para que yo me aclare. Hay que reconocer que refleja bien lo que es la monarquía del siglo XXI: un ejecutivo moderno con traje y corbata sentado en una silla a modo de moderno trono, que no hace nada más que posar para el pintor, Hernán Cortés, considerado, según el Periódico Global, uno de los mejores retratistas del panorama pictórico español.

 
    Sepa, Su Majestad, que las naciones (Ucrania, España, Rusia... y todas las demás de la Comunidad Internacional esa que menciona) son el resultado de las guerras, de la misma forma que las guerras son el resultado de la existencia  de esas naciones que han establecido fronteras donde no las había para que hubiera guerras y naciones como las que ustedes rigen (España y Ucrania). Y la verdad es que son mentira, aunque por desgracia no dejen de existir en la realidad. Pero denunciando su falsedad acaso -nadie lo asegura, pero por si acaso- podamos lograr que deje de haber guerras y naciones, reyes y presidentes como ustedes, reinos y repúblicas porque los únicos reinos que hay, como nos enseñaban en la escuela de pequeños, son el animal, el vegetal y el mineral, y los únicos reyes y reinas somos todos y cada uno de nosotros: los animales, vegetales y minerales, sin ninguna jerarquía, sin que nada ni nadie sea más ni menos que nada ni nadie.      

miércoles, 20 de marzo de 2024

Quieren guerra

    Consideran los que mandan en Europa que hay que preparar a la población para que aguante con resiliencia, que es como llaman ahora a la resignación, lo que nos están echando encima: más guerras y más pandemias en pro de la industria armamentista y de la farmacopólica respectivamente. Así como los gobiernos democráticos europeos gastaron cantidades ingentes de dinero en vacunas experimentales contra el bicho coronado, mascarillas, guantes, pruebas diagnósticas y demás parafernalia enriqueciendo al farmacopolio y a la corruptela política que enseguida sacó tajada del negocio y fomentando de paso las nuevas tecnologías de la (in)formación e incomunicación (telemedicina, tele-educación, tele-entretenimiento, telegestión... ) ahora destinan enormes partidas de dinero a los juguetes bélicos y a la tecnología militar por aquello de reactivar la economía.

    "Preparémonos para la guerra": han sido las palabras pronunciadas en los últimos días por el presidente galo, más peligroso que un mono con dos pistolas, que ya jugó un papel estelar durante la pandemia insistiendo en vacunar a todo Cristo viviente, y que no quiere perder protagonismo ahora. Por eso propuso enviar tropas europeas a Ucrania. La locura se ha apoderado del viejo continente de la mano de sus presidentes de gobierno, de la diplomacia europea y del engendro de la Comisión Europea. Quieren llevarnos a la guerra como sea. Los principales mandatarios europeos, víctimas de una locura colectiva, se han puesto de acuerdo mediante señales de humo en tañer los tambores de guerra. Hasta los Verdes en Alemania, esos ecologistas que querían salvar el planeta, han revelado la auténtica tonalidad del color político que los define, que es el caqui de los uniformes militares

    La ministra de Defensa española, la Hormiga Atómica, nos dice que la amenaza de guerra "es total y absoluta". Hay que justificar el sacrificio económico que supone la inversión que están llevando a cabo.  La amenaza no es abstracta, sino muy concreta y real. Ha dicho que Putin está dispuesto a atacarnos con armas nucleares, y tenemos que ser conscientes del riesgo en que vivimos. Llama especialmente la atención cómo la izquierda progresista española de salón, que está gobernando para que no gobierne la extrema derecha, ha pasado del “No a la guerra” y del “No es no”, al sí incondicional sin paliativos. 

 

    Esa guerra es contra Rusia, que nunca ha hecho nada contra Europa. De hecho, si somos rigurosos con la memoria histórica, es Europa la que atacó varias veces a Rusia, aunque con resultados desafortunados, y  es Rusia la que liberó a Europa del nazismo en su momento. Pero en el viejo continente prefiere seguir la grotesca narrativa de Jólivuz que nos presenta a los estadounidenses como únicos liberadores.

    Sin embargo, la nueva narrativa que nos imponen presenta a Putin como si fuera el mismísimo Hitler, y la nueva Rusia como el nazismo 2.0, mientras que Zelenski y el batallón Azov ucraniano serían hermanitas de la caridad campeonas de la democracia y los derechos. 

    De hecho resulta significativo cómo se oculta que la guerra es contra Rusia diciendo que es en defensa de Ucrania. El presidente del Gobierno de las 17 Españas, en su cuenta de la Red Social, agradece a la industria armamentística su "compromiso con el apoyo a Ucrania" y que genere empleo de alta cualificación. Está meridianamente claro que quieren guerra.

    Desde hace semanas la narrativa oficial está tratando de mentalizarnos y de justificar la guerra preventiva contra una Rusia ávida de invadir Europa y de lanzar su potencial atómico contra nosotros. Guásinton incluso ha hecho saber que si Ucrania se rinde, la guerra con Rusia sería inevitable, cosa que no se entiende, porque de hecho Ucrania no es miembro de la Alianza Atlántica ni del engendro de la Unión Europea. Realmente no debería sorprendernos que Occidente, liderado por los atlantistas, entrara realmente en guerra con Rusia, porque de lo que se trata es de mantener la hegemonía imperial anglosajona y norteamericana del dólar, para lo que Rusia y China son un obstáculo. 

Guernica, Pablo Picasso (1881-1973) 

    Se ha olvidado el valor de la diplomacia y la negociación. La paz no cotiza en bolsa, como demuestra la que le ha caído al Papa por sugerir que Ucrania debía enarbolar la bandera blanca y negociar la paz.... El gobierno ucraniano ha dicho que ellos sólo tienen una bandera, que es la suya, y que él se meta en sus asuntos. 

    Mientras tanto, el Guernica de Picasso sigue siendo la imagen perfecta del bombardeo informativo al que nos someten a todas horas nuestros mandatarios desde los medios a su alcance: quieren guerra, nos la están echando encima a todas horas como nos echaron el bicho coronado. Es su política, es decir, cuestión de economía.

martes, 5 de marzo de 2024

La guerra es tendencia esta temporada

    Después de dos años de guerra a gran escala en Ucrania, el fotógrafo británico Brett Lloyd “captura la resiliencia(!)  de la vida ucraniana actual”, según asegura, para la indecente revista Vogue, reflejando el lado amable de la guerra como si fuera el último grito de la moda entre los jóvenes de ambos sexos, y lo hace para que los no tan jóvenes, es decir, los viejos, nos vayamos preparando para lo que encima se nos viene.

    La edición ucraniana de primavera de dicha revista glamurosa presenta un extenso reportaje fotográfico, que idealiza así la vida de un país que lucha por su libertad, independencia y supervivencia, a las órdenes de un títere de Guásinton, un histrión NATO, nunca mejor dicho, cuyo nombre propio omito deliberadamente, retratando a una generación juvenil que no parece muy afectada por los desastres traumáticos y postraumáticos a los que les ha llevado la guerra que, como se sabe, es una continuación de la política por otros medios. Estos jóvenes que retrata parecen felices y contentos con la suerte  que les ha tocado, lo contrario de lo que cabría suponer.

     El reportaje se abre con la imagen amable de una chica sonriente en primera fila, la modelo ucraniana Karina Mazyar, seguida de cinco cadetes igualmente sonrientes en el liceo militar de Kiev, imagen que estiliza, embellece y hace romántica y no traumática la incorporación a filas de los jóvenes abocados a ser carne de cañón.

    El mentado fotógrafo retrata también a una auténtica heroína, Oksana Rubaniak, la joven de 21 años de larga trenza pelirroja, comandante de uno de los pelotones de las fuerzas terrestres de las fuerzas armadas de ese país, trabajadora en el ayuntamiento, poeta y activista, que se incorporó a filas y combatió con sus camaradas en los frentes de Bahmut, Vuhledar y Mariupol, fue herida cerca de Vuhledar en marzo de 2022, pero pronto volvió a las armas y a primera línea de combate desmelenándose.

 

     El reportaje pasa por alto, obviamente, que las mujeres que militan en el ejército de Ucrania tienen que enfrentarse a dos enemigos, uno externo y otro interno: a los rusos en el frente, y a sus compañeros masculinos en las propias líneas, en las que no faltan el acoso y la discriminación sexuales.

    No olvidemos que en el actual escenario que nos pone por delante la sociedad del espectáculo, Ucrania quiere entrar en la OTAN y en la UE, y que tanto la una como la otra están dispuestas a aceptarla, con el beneplácito del águila calva y carroñera de los Estados Unidos que sujeta entre sus garras la rama pacífica del olivo y las flechas de la guerra,  compromiso que obligaría a Europa y a la alianza atlántica a entrar directamente en la guerra contra Rusia en la que indirectamente ya está implicada. Es lo que quieren los angloamericanos: llevarnos a la guerra contra la malvada Rusia y su perverso zar. 

     Conmovedora también la tierna imagen de este soldado barbudo y armado con un gato entre sus brazos. El fotógrafo y la revista que publica sus fotos están vendiéndonos una imagen romántica de la guerra de Ucrania, normalizándola, y haciendo que parezca heroica, épica y bella, lo que hay que relacionar, no podemos perderlo de vista, con el mensaje del otro día de la Vónder, presidenta de la Comisión Europea, que al igual que hizo negocio con las comisiones de las vacunas tratando de prevenir el virus, quiere prevenir ahora, haciendo igualmente caja, la guerra armándonos, por lo que pueda pasar, hasta los dientes.

martes, 26 de diciembre de 2023

Ucrania recluta y paga.

    Ucrania recluta soldados -mercenarios- hispanoparlantes y paga bien, como anuncia en su página güeb. Ni siquiera es necesario hablar ucraniano ni la lengua del tío Sam para ir al frente a contrarrestar los ataques del malvado Putin, el zar ruso, a cambio de un sueldo traducido a más de 3.000 eurazos. 
 
"Defiende la libertad de Ucrania, Europa y el mundo."
 
    ¿De dónde sale el salario que paga la guerra? Del Estado de Ucrania, subvencionado por sus propios súbditos, la Unión Europea de la Ursulina y el Tío Sam que está senil y anda detrás de todo esto desde que empezó. Un ejemplo más de la íntima relación sentimental del indisoluble matrimonio entre el Estado y el Capital, que Dios ha unido y que nadie separará. 
 
    Las fuerzas armadas ucranianas reclutan mercenarios -soldados- dispuestos a dar su vida por la Patria y las ideas, sean nacionales o extranjeros, poco importa. Se trata de la Legión Internacional que quiere incrementar sus filas, cuyo lema es "Defiende la libertad" y va de menor a mayor, o de lo local a lo global, como dicen los cursis, in crescendo: de Ucrania, de Europa, del mundo. 
 
 
     
    Los requisitos para ingresar en la Legión Internacional son de 18 a 60 años, no tener antecedentes penales ni enfermedades crónicas, forma física adecuada... Aunque no es obligatoria la experiencia militar, se valorará a la hora de ser aceptado haber servido como policía, bombero, paramilitar... 
 
    Vamos a lo que importa: cuál es la soldada, que se efectuará en grivnas, que es la moneda ucraniana de curso legal. Aproximadamente al cambio 550 euros al mes tras la línea del frente, 1.100 por servir en zonas de peligro y unos 3000 al mes por despliegue en combate. Además, los soldados heridos recibirán tratamiento médico gratuito y una pensión vitalicia en caso de discapacidad y su familia en el de muerte heroica en el combate. 
 
 
    El billete de 200 grivnas, que es la moneda ucraniana, muestra la imagen de la bella poetisa de esa nacionalidad Lesya Ukrainka, que derrama en sus versos numerosas lágrimas por Ucrania. Y no es para menos. Hasta quince billetes como ese puede ganar al mes el legionario desplegado en el frente de combate...

jueves, 13 de julio de 2023

"Todos somos ucranianos"


    
La periodista Fátima Uribarri se preguntaba en XLSemanal: ¿De dónde venimos los europeos? Buena pregunta. La respuesta no nos la daba ella, nos la daba, según ella, la Ciencia: El subtítulo responde misteriosamente: Los yamnayas tienen la respuesta. Y el disparate que trata de llamar nuestra atención conectándonos con la actualidad de la guerra: Todos (los europeos) somos ucranianos. Ya éramos ucranianos, al parecer, aun antes de que existieran Ucrania y Europa.
 
     Debajo del pretencioso titular “Todos somos ucranianos”, se lee lo siguiente: Estudios recientes corroboran que el origen genético y lingüístico indoeuropeo procede de los yamnayas, un pueblo guerrero que partió de las estepas del Sur de Rusia y Ucrania en la edad del cobre y se expandió por Europa y Asia. De ellos venimos.
 
     (...) Su expansión en el tercer milenio antes de Cristo, en la Edad del Cobre, por Europa y Asia es la responsable de una firma genética común, porque los pastores yamnayas se mezclaron con las poblaciones locales y fueron los hablantes de un primigenio protoindoeuropeo, germen de muchas lenguas modernas; entre ellas, el castellano.
 
    Puede decirse que en la actualidad la mitad aproximadamente de la población mundial habla una lengua de origen indoeuropeo; entre las más habladas están el inglés, que es la lengua del Imperio, el castellano,  el portugués, el hindi, el bengalí y el ruso. Pero no se olviden que hay otra mitad del planeta que habla otras lenguas como el árabe, el chino o el japonés, y otras muchas más, que no proceden del tronco indoeuropeo.

    La lengua rusa y la ucraniana, son, según Villar Liébana (Los indoeuropeos y los orígenes de Europa, edit. Gredos, 1996), dos lenguas hermanas de las tres variedades lingüísticas de las lenguas eslavas orientales (la tercera es el bielorruso), procedentes de la rama, utilizando la metáfora del árbol, de las lenguas eslavas indoeuropeas, como demuestran algunas similitudes lingüísticas. Por ejemplo la palabra indoeuropea *bhráter (hermano) se dice en bielorruso, ucraniano y gran ruso brat, y su correlato femenino *swesor (hermana) se dice sestrá. Enseguida nos resuenan las correspondencias de otras lenguas indoeuropeas, como las latinas frater y soror y anglogermánicas brother/Brüder y sister/Schwester de aquellos étimos que escribimos con un * delante que quiere decir que son términos reconstruidos por el método comparativo. 
 
 Esquema tomado de Los indoeuropeos y los orígenes de Europa.
 
   Más adelante, volviendo al susodicho artículo, se dice que las raíces indoeuropeas vienen de las estepas de Ucrania... y de Rusia, por lo que no puede generalizarse como se ha hecho más arriba atribuyéndole la exclusiva del origen de Europa solo a Ucrania.
 
    Todas las áreas geográficas que a finales de la Edad de Bronce y durante la Edad de Hierro hablaban lenguas indoeuropeas –desde el sur de Siberia, la India y casi toda Europa– tienen ascendencia yamnaya.
 
    Si leemos el artículo hasta el final, veremos que los europeos actuales tenemos ADN de varios grupos: africanos, lo primero de todos, de los primeros cazadores y recolectores llegados de África; de los agricultores y ganaderos neolíticos, lo  segundo, que vinieron posteriormente desde Mesopotamia y Anatolia, y, finalmente, de los yamnayas, llamados así porque yamna significa "sepulcro"  en ruso y  ucraniano.
 
 
        De los yamnayas, identificados con los ucranianos (y rusos, no se olvide), se nos dice en el artículo que: Con su habilidad en la doma de caballos y el uso del carro se hicieron predominantes e introdujeron una sociedad jerarquizada. 
 
     Serían, por lo tanto, responsables de la jerarquía y del patriarcado, así como quizá también, apunto yo, de la esclavitud. Así las cosas, y volviendo de nuestros orígenes remotos a lo de hoy, no se entiende, sin embargo, cómo es que los ucranianos a estas alturas no están integrados de pleno derecho en la Unión Europea, y de paso en la Alianza Atlántica, como ordena y manda Dios (o sea el tío Sam, que en Dios, o sea en el Dolar su fe deposita y su confianza) . 
 
Wir haben es satt, estamos hartos, en alemán.
 
    Si todos los europeos somos ucranianos, debemos vitorear a nuestro Líder Supremo, el Servidor del Pueblo, nuestro presidente Volodimir Zelenski, acelerarle el deseado ingreso en la OTAN/NATO y otorgarle ya la presidencia de la Comisión Europea, maldiciendo al malvado y pérfido  Zar-Putín ruso, y empuñar las armas contra él, porque ellos, los rusos, no son europeos y, por lo tanto, no son ucranianos.

martes, 16 de mayo de 2023

"No tenemos elección"

    Jugosísimas, como de costumbre, son las declaraciones del señor Borrell, alto representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea. Recientemente compareció en el evento El Estado de la Unión, Construyendo Europa en Tiempos de Incertidumbre organizado por la EUI, European University Institute en Florencia el pasado 6 de mayo. 

     Con lo de la incertidumbre supongo que se aludía a la guerra de Ucrania y a la inflación que golpean al viejo continente tras la crisis sanitaria anterior, las sanciones económicas a Rusia y el apoyo a la propia guerra.

    Dijo el alto ejecutivo en la lengua del Imperio: Unhappily, this is not the moment for diplomatic conversations about peace. It's the moment of supporting militarily the war. Desgraciadamente, este no es momento de conversaciones diplomáticas sobre la paz, es el momento de apoyar militarmente la guerra.

Retrato de Josep Borrell, Pablo García
 

    Él mismo parecía darse cuenta de la contradicción en que incurrían sus palabras, dado que, como reconocía después, sonriéndose, no le daba la sensación de estar actuando como lo que era, un diplomático, sino, más bien, como un Ministro de Defensa de la Unión Europea, lo que en el fondo más desearía, porque siempre estaba hablando de armamento y municiones.   

    Que Borrell diga que no es momento de conversaciones diplomáticas, y sí de apoyar militarmente a Ucrania no es, efectivamente, muy diplomático que digamos. No es, por lo tanto, algo propio de su alta dignidad en la Unión Europea, que debería mediar entre los dos Estados en lid, ambos europeos y, sin embargo, ajenos ambos a la Unión Europea, y no tomar partido por ninguno de ellos, procurando llegar al alto el fuego con un acuerdo de paz que no implique la humillación de ninguno de los bandos rivales.

    ¿Qué clase de alto “diplomático” es este que ante una guerra de consecuencias imprevisibles afirma que está actuando más que como el diplomático que debería ser, como lo que en la práctica es de hecho, un Ministro de Defensa, o, mejor dicho, un Ministro de la Guerra a las órdenes del Magister Belli o Master of War, que es el Tío Sam de Guasintón de las Américas? 

Viñeta de Iván Lira.
 

   Detengámonos un poco en la palabra “diplomacia”, que deriva de “diploma”, término que viene del latín diploma, que significaba 'documento oficial', y que el latín había tomado prestado del griego δíπλωμα con el sentido general de “cantidad doble”, relacionado con la raíz duplo/doble y el número dos, y particular de “tablilla o papel -documento en definitiva- doblado en dos”. Y quedémonos con esta última acepción que nos hace pensar que la diplomacia nació con las palabras que se fijan por escrito para que no se las lleve el viento y que nos permiten decir las cosas con cierta cortesía o amabilidad o al menos con alguna reserva y reflexión, no guiados por la urgencia del momento.

    La Academia a mediados del siglo XIX ya recoge los términos 'diplomático' y 'diplomacia' aplicados a los tratos y negocios que se establecen entre los Estados y las personas que intervienen en ellos, y las connotaciones de “afectadamente cortés” y “circunspecto, sagaz, disimulado”, aplicándose el adjetivo también a los sustantivos “inmunidad”, “valija”, “protección” y “pasaporte”.

     “Si no apoyamos a Ucrania, caerá en cuestión de días”, afirma el alto dignatario. Y a continuación se disculpa, cuando se anuncia que una partida de quinientos millones de euros acababa de despacharse a Ucrania esa misma semana, afirmando que sería mejor destinar los dineros a incrementar el bienestar de los europeos, como a cualquiera le parece bien en su sano juicio. 

 

    Transcribo traducida parte de su intervención, que puede oírse en el vídeo: "Es la realidad y hay que afrontarla. Y todo el mundo quiere paz, sí, pero en estos momentos, desgraciadamente, Putin sigue haciendo la guerra y Ucrania se tiene que defender. Y si no apoyamos a Ucrania, Ucrania caerá en cuestión de días. De modo que, sí, sería mejor emplear este dinero incrementando el bienestar de la población, hospitales, escuelas, las ciudades, como el alcalde está pidiendo, pero no tenemos elección".

    Aludía el alto funcionario al discurso del alcalde de Florencia, anfitrión del evento, que había señalado previamente que las ciudades, que son el baluarte de la cultura y los ideales europeos, no tenían voz ni en Bruselas ni en Estrasburgo, y carecían de fondos disponibles para sus áreas metropolitanas...

    No es la primera vez, ni será la última, seguramente, que el impresentable diplomático español hace unas declaraciones marcadamente belicistas. De hecho, la semana pasada contradijo públicamente al presidente francés que había dicho que la UE no debía dejarse arrastrar por los Estados Unidos a un choque directo con China por Taiguán en una crisis “que no es la nuestra”, y pidió que las armadas europeas patrullaran el estrecho de Taiguán". Y aún más: un reciente titular de El Periódico Global rezaba que Borrell urgía a los Veintisiete -así, con mayúscula, para referirse a los vasallos de la UE- a enviar a Ucrania artillería de largo alcance".

    ¡Ay, si le escuchara aquel Hipólito Taine que dijo "la diplomacia reemplaza a la fuerza", y viera, cómo, al revés, ahora es la fuerza bruta de la sinrazón la que reemplaza a la diplomacia en las relaciones internacionales!

lunes, 27 de febrero de 2023

6 + 4 = 10 leopardos

-¿Para cuándo y en qué condiciones están esos tanques? -Le pregunta la entrevistadora al presidente del gobierno español en Kiev, la capital de Ucrania.

-Ahora mismo, responde el susodicho, se están actualizando (sic) seis de ellos (cinco más uno), con lo cual estaríamos proveyendo seis tanques 'leopard' para lo que se llama una sección. Esto es muy importante para el ejército ucraniano. Nos han pedido un esfuerzo adicional. España lo va a dar. Vamos a tratar de que sean efectivamente diez tanques 'leopard' y, además, estamos formando ahora mismo en torno a cincuenta y cinco soldados ucranianos en el manejo de estos 'leopard' y efectivamente tendremos que formar a otros tantos para los otros cuatro.


    Diez tanques leopard es la contribución solidaria y humanitaria de España a la paz, es decir, a la guerra de Ucrania. El envío de armamento pesado a Ucrania, actualmente los leopardos, pero también se deja abierta la posibilidad de mandar en el futuro cazas de combate y misiles de largo alcance, porque, según nuestro presidente, «vamos de la mano de las demás naciones (de la Alianza Atlántica)» dispara, nunca mejor dicho, la escalada bélica del conflicto, que cumple por estas fechas su primer año de andadura, una guerra retransmitida por televisión y todos los medios que, como dicen los comentaristas, no puede ganar Ucrania y no puede perder Rusia, y que quien gana, en todo caso, es la industria armamentística, igual que después de dos años de emergencia sanitaria pandémica fue la industria farmacéutica la ganadora.
 
     Con el nombre de leopards que dan a los diez que va a enviar el gobierno español, que no España, no engañan a nadie. El carácter ofensivo, que no defensivo, de estos vehículos acorazados está fuera de toda duda: el leopardo es un depredador, además del animal más rápido del mundo, que puede alcanzar, aunque no mantener durante mucho tiempo, la velocidad máxima admitida en una autovía española, o sea, los 120 kilómetros por hora. El nombre procede del griego λεόπαρδος leópardos, vía latina leopardus, y es un compuesto en la lengua de Homero de λέων léon (o sea, león) y πάρδος párdos, (o sea, pantera).

    Llamo la atención sobre el uso generalizado que se viene haciendo desde hace un siglo de la palabra «tanque» para denominar a estos carros de combate, blindados y acorazados, que es como propiamente deberían designarse. La palabra «tanque» está relacionada con «estanque» y con el verbo «estancar»    con el significado de «parar una corriente de agua». El inglés tank, que en principio significaba «piscina, cubo, balde» acabó modernamente, adquiriendo, como dice Corominas, «la internacionalización bélica que todos conocemos». 

    Resulta curioso cómo en la moderna lengua de Chéspir, tank significa, además de depósito, tanque (o sea carro de combate), e incluso chirona, es decir, cárcel. Significativo es el verbo to tank up que tanto significa llenar el depósito o tanque de gasolina, es decir, repostar, como también emborracharse en un uso metafórico. Pero tenemos también en la lengua del Imperio el famoso think tank, que sería un depósito de pensadores, un grupo de expertos, o, si se prefiere, un 'laboratorio de ideas', o, traducido más literalmente, un 'tanque de pensamiento', expresión que sugiere la existencia de un pensamiento estancado, propio de una mentalidad esclerótica, cuando lo propio de la razón es desembarazarse de ideas y dejar que el pensamiento fluya como los ríos y no se estanque y empantane.

Del artista palestino Mamoum Al Shayeb
 

    Pero lo que nos interesa es cómo a un carro de combate se le ha denominado con una palabra que en principio significaba «depósito de líquido elemento». La razón no es una metáfora eufemística, sino un engaño. Cuando comenzaron a construirse los primeros carros de combate antes de la Primera Guerra Mundial en Inglaterra, no se dijo que eran tales artilugios, sino que eran depósitos de agua para el frente, es decir, «tanques», lo cual era evidentemente mentira, pero disimulaba la función que iban a tener los siniestros artefactos que podría haber ocasionado la protesta de los bienintencionados trabajadores encargados de construir estas armas de combate. El nombre de tanque, tank en inglés, apareció en las fábricas británicas: se engañó a los trabajadores para mantener el secreto militar diciéndoles que estaban construyendo depósitos de agua móviles para el ejército, cuando estaban produciendo un vehículo de combate.

    Según leo en The Patterns of War since the Eighteenth Century (1994) de Larry H. Addington​: "Con el fin de proteger el secreto, los primeros "barcos terrestres" (landships) se cubrían con lonas cuando se movían en plataformas entre la fábrica y el campo de pruebas, marcadas sus cubiertas como "Tanque de agua" (water tank) para engañar a los espías enemigos. El apodo (nickname) de "tanque" se mantuvo incluso después de que el "barco o nave terrestre" entrara en acción en septiembre de 1916". (pág. 156, op. cit.)

 

 

Primer leopard 2 enviado por Canadá a Ucrania.