sábado, 4 de mayo de 2024
Más notas marginales
viernes, 26 de abril de 2024
Guerra higiénica (y II)
Cuatro años después de la declaración de guerra al virus, hemos pasado del capitalismo vírico al capitalismo bélico. Ahora el camino hacia la guerra tradicional se presenta como la mejor receta médica: Europa debe recuperar la “higiene democrática”. Rusia y China son peligrosos víruses que hay que erradicar mediante sanciones y bloqueos.
miércoles, 24 de abril de 2024
Guerra higiénica (I)
martes, 16 de abril de 2024
La guerra de la razón contra la razón de la guerra
Como dijo Cicerón, belli neruus pecunia: "el dinero es el motor -el nervio, literalmente- de la guerra", y es lo que a uno se le ocurre cuando se entera de cómo la guerra, a la que nos llevan de cabeza, está reactivando la economía europea en lo que toca a la industria armamentista, y hace que esta incluso supere a la competencia norteamericana, como puede leerse en La Información, donde se da cuenta cumplida de la subida del gasto en defensa, es decir, en material de guerra. Algunos datos sacados de allí:
La guerra en Ucrania, que acaba de cumplir su segundo año en todas las pantallas, ha puesto en órbita a todo el sector aeroespacial y de defensa en Europa. Basta con mirar a Rheinmetall. El principal fabricante mundial de municiones de artillería y fabricante del famoso tanque Leopard, dijo recientemente que espera que sus ventas en 2024 crezcan un 40% hasta un récord de 10.000 millones de euros, lo que no es moco de pavo. Sus acciones llevan una subida del 69% en 2024 y del 85% en un año.
Otras empresas que se suman a esta fuerte tendencia del sector en 2024 incluyen a Kongsberg Gruppen (53%), Saab (51%), Leonardo (48%), Safran (29%), BAE Systems (21%), Airbus (20%) y Thales (15%). Todas ellas se benefician de la expansión de los presupuestos militares europeos.
La española Indra se beneficia por partida doble. A su favor cuenta su presencia en los dos segmentos más alcistas en bolsa este año: la tecnología y el negocio de defensa. La compañía, que acaba de aprobar la segregación de su unidad de negocio espacial, acumula una subida del 51% en doce meses. Indra, que también lidera las subidas del Ibex este año con un alza entorno al 30%, tiene más margen para seguir subiendo, lo que supone todo un orgullo para esta sucursal nuestra del ofensivo patrioterismo europeo.
Tras las fuertes ganancias acumuladas, las acciones europeas de defensa -en realidad, de la guerra- superan claramente a sus competidoras estadounidenses como Lockhedd Martin, Boeing, Northrop Grumman, General Dynamics, RTX y Leidos Holdings, después de más de dos décadas de ir siempre por detrás de los americanos. La relación causa-efecto entre guerra y beneficios no admite discusión. El índice europeo que agrupa a las principales empresas aeroespaciales y armamentísticas STOXX Europe Total Market Aerospace sube un 50,3% en un año.
domingo, 14 de abril de 2024
Espectáculo de variedades
Yo también soy idiota. Hecha esta confesión personal, debo decir que el escritor catalán Quim Monzó publica ‘Ments preclares’, subtitulado “El llibre dels idiotes”, un libro, que no he leído, de artículos periodísticos sobre los idiotas, y declara: “No encuentro tan grave llamar idiota a alguien; yo mismo soy idiota”. Y me hago la siguiente reflexión: etimológicamente idiotas, en efecto, somos todos y cada uno en el sentido original del término griego: persona privada o particular, simple ciudadano, hombre del común, plebeyo, también soldado raso; ignorante, rudo, vulgar, inexperto, profano. Ya lo decía el Bachiller Carrasco en El Quijote, atribuyéndoselo al Eclesiastés y citando la Vulgata latina, para ponderar el gran número de necios que había en todos los tiempos y lugares: stultorum infinitus est numerus: "el número de imbéciles es infinito". Así que yo mismo soy idiota ἰδιώτης, etimológicamente hablando, lo reconozco. ¿Qué le vamos a hacer? Y una de las características de mi persona que tengo como idiota que soy es además de hablar, leer y escribir, que para eso me enseñaron en la escuela, un idioma ἰδίωμα, que es lo mismo que una patria, una nacionalidad, o sea, una propiedad privada, una jaula, pero también un instrumento con el que, sin embargo, puedo, denunciarlo.
Inteligencia Artificial: IA no son solo las siglas de “inteligencia artificial” sino también, y más propiamente hablando, de la expresión “invasión algorítmica”, que es de lo que se trata lo primero.
La mentira política. “En política no se puede mentir. Si uno miente tiene que dimitir”. Lo ha dicho una ministra del gobierno español, da igual su nombre propio y apellidos y su ministerio. Lo ha dicho y ha dicho la verdad olvidando que ella, como miembro de ese gobierno que es, es forzosamente una mentirosa, por el axioma de que gobernar es mentir, o, como escribió Maquiavelo, gobernare è far credere: "gobernar es hacer creer", que viene a ser lo mismo que mentir, porque la creencia es un acto de fe y la fe se fundamenta en la mentira. Gobernar es, en efecto, mentir, sin que pueda decirse lo contrario, que mentir sea gobernar, pero sí que parece que para gobernar es preciso ejercer el arte del engaño, y para engañar hay que mentir, porque el Poder se basa en dos pilares fundamentales que vienen a ser uno solo en definitiva y el mismo: el miedo y la mentira.
La guerra es un crimen de lesa humanidad. No penséis que la guerra no es un crimen: Lo dijo Ernest Jéminguay en 1946 y debería repetirlo cualquier biennacido ahora mismo como si se tratara de un mantra religioso: Never think that war, no matter how necessary, nor how justified, is not a crime: “Nunca penséis que la guerra, por necesaria o justificada que sea, no es un crimen”. No a la guerra por lo tanto.
Abolición del mos meretricius. Bienintencionada sin duda la querencia de abolir la prostitución que les ha entrado a algunos progresistas, si no fuera porque no se dan cuenta de que no se puede erradicar el puterío sin abolir el sistema capitalista de producción que fundamenta su propia esencia teológica. Nada más lejos de su intención porque dichos progresistas no pretenden abolir el trabajo asalariado. Escribe Paul Lafargue en El Sermón de la Cortesana, incluido en su Religión del Capital (1886): La cortesana trafica con lo que no se puede ni pesar ni medir, con la cosa inmaterial que escapa a las sagradas leyes del intercambio: vende el amor, como el tendero suministra el jabón y la candela, como el poeta detalla el ideal. Pero la cortesana vendiendo el amor se vende; da al sexo de la mujer un valor, su sexo participa entonces de las cualidades de nuestro Dios, se convierte en una parcela de Dios, es Capital. La cortesana encarna a Dios.
sábado, 13 de abril de 2024
Pareceres XLV
221.- El virus de la guerra. No tiene desperdicio este párrafo editorial de El Periódico Global, alias El País (25/03/2024), propagando e inoculando el virus de la guerra en la Unión Europea en general y en los veintisiete gobiernos vasallos en particular, incluido el nuestro, cuya política de beligerancia defensiva y gasto militar justifica el diario con un lenguaje tan culto que roza el delirio y no se sabe muy bien de qué demonios está hablando: Desde sus inicios con la coordinación de la producción del acero y el carbón hasta hoy, la UE ha sido un proyecto de paz. Para seguir siéndolo, para garantizar a sus ciudadanos seguridad, hoy es necesario que cambie. ¿Qué quiere decir eso? Que la UE se convierta en un proyecto de guerra, es decir: que se vacune contra el virus de la guerra inoculándosela. No lo dice así, tan claro, pero a buen entendedor... Atención a la verborrea diarreica de este párrafo: Resulta más inteligente trabajar para convertirse en un factor de disuasión en escenarios violentos y para reducir los efectos perversos en caso de ruptura o alteración de cadenas comerciales. Está hablando del rearme o reforzamiento artificial de nuestro sistema inmunitario. Hay que armarse hasta los dientes “para convertirse en un factor de disuasión en escenarios violentos”. Si estamos armados, sinónimo de 'inoculados', disuadiremos a nuestros enemigos de usar sus armas contra nosotros. Pero no se habla de armas, ni de enemigos -¿quiénes son nuestros enemigos?- porque resultaría obsceno. Se habla de “disuasión” y de “escenarios violentos” sin olvidar los efectos perversos de la rotura o alteración "de las cadenas comerciales", expresiones que no tienen desperdicio.
222.- De la buena voluntad. ¿Hay acaso una "mala" voluntad humana que pueda contraponerse a la buena?; ¿o se trata de la redundancia de un epíteto totalmente innecesario que da a entender que la voluntad sería siempre esencialmente buena?; ¿qué será, si la hay, eso de la mala voluntad, si no es la voluntad de hacer el mal, cosa, como sabemos desde Sócrates, radicalmente imposible, ya que nadie hace el mal a sabiendas, conscientemente, sino por ignorancia?
223.- Con diez cañones por banda... Una de las primeras siderurgias destinadas a la industria armamentística que tuvo la monarquía hispánica, si no fue la primera, fue la Real Fábrica de Artillería de La Cavada (Cantabria) que a partir del siglo XVII produjo gran cantidad de munición y piezas de artillería, lo que supuso, como contrapartida, además de la creación de puestos de trabajo y de su uso destructivo de personas y de cosas en campañas militares, la deforestación de las montañas orientales de Cantabria y de Burgos con las consiguientes quejas, molestias y revueltas de los campesinos de los alrededores que necesitaban la leña y la madera para su subsistencia. Pero la fabricación de cañones era fundamental para sostener el poderío del Imperio. Ya sabíamos que el cañón era la ultima ratio regum: la última razón, es decir, la primera del poder de los monarcas. En dos siglos sólo en esta factoría se construyeron tres mil cañones que -se dice pronto- se fundieron gracias a la madera que suministraron, se calcula, unos diez millones de árboles, lo que vino a suponer, según esos cálculos, cincuenta mil hectáreas arrasadas.
224.- Génesis: No se puede decir que Dios, hablando en pasado, creó el mundo. Eso pertenece a la vieja religión. Hemos de actualizarnos y, siguiendo a Paul Lafargue, hablar de la religión del Capital, que es la que padecemos en la actualidad. Dios, es decir, Don Dinero, no ha creado el mundo de una vez por todas: lo crea en cada acto de compraventa, en cada transacción económica, en cada momento, lo está creando aquí y ahora mismo. Las cosas no tienen entidad propia hasta que no se convierten en mercadurías que son objetos de consumo, hasta que no las intercambiamos por dinero, Dios mediante, y las consumimos, y el propio proceso de producción y consumo en el que estamos inmersos nos consume a nosotros, los consumidores.
jueves, 4 de abril de 2024
Pareceres XLIV
219.- Escritura pictográfica: Hoy ya casi nadie escribe cartas de puño y letra, como antes. Hemos vuelto a la iconografía de la escritura jeroglífica de hace cinco mil años, abandonando la alfabética, mucho más compleja y rica en matices. Se escriben a lo sumo mensajes y escuetos “e-mails” o correos electrónicos, preñados de abreviaturas y, cómo no, de erratas y faltas de ortografía, textos llenos de íconos que expresan supuestas emociones básicas: estoy contento, estoy enfadado, estoy preocupado…, en los que sólo sabemos rebuznar: yo, yo, yo… Para más inri, se anuncian ahora emoticones animados,a adquiriendo animación los pictogramas jeroglíficos.
220.- Bandera blanca. Su Santidad el Papa ha declarado que Ucrania debería tener el coraje de izar la bandera blanca y negociar la paz con Rusia, y le ha caído la del pulpo, como suele decirse. El primer indignado fue el Ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, que vomitó en sus redes sociales: “Nuestra bandera es amarilla y azul. Esta es la bandera por la cual vivimos, morimos y prevalecemos. Nunca levantaremos ninguna otra bandera”. Ese es su problema, que defienden unos colores, que consideran suyos, a capa y espada. El problema es que tienen una bandera distintiva, y que para ellos no hay otra paz que no sea la victoria en la guerra, aún cuando se pueda afirmar que ya están derrotados, que no hay ucranianos ni hay Ucrania, que han huido y renegado de su país o que han muerto. Pero el histrión nato de su presidente, no se rinde, sigue erre que erre pidiendo más dinero, armas, ayuda militar y el ingreso en la Unión Europea y en la OTAN para implicar a ambas organizaciones en la guerra y derrotar a Rusia que es el Imperio del Mal, y a su pérfido tirano.
viernes, 29 de marzo de 2024
¡Esto es la guerra!
El gobierno galo saca el ejército a la calle para que la población se vaya habituando a la presencia de las tropas como algo esencial de su paisaje cotidiano.
lunes, 25 de marzo de 2024
Vientos de guerra (Diego Fusaro)
Diego Fusaro (1983-...) es un filósofo italiano que se considera alumno independiente de Hegel y Marx y que políticamente se sitúa más allá de las categorías tradicionales de 'izquierda' y 'derecha', por lo que ha sido tildado despectivamente de 'rojipardo'. Al margen de la etiqueta con la que queramos definir al autor, el análisis que hace sobre la situación política europea 'Europa, prepárese para la guerra', publicado en Il giornale d'Italia el 22 de marzo pasado, que se ofrece aquí traducido, es incontrovertible.
Vientos de guerra comienzan a soplar también en nuestra Europa. Y ahora la Unión Europea apoya la necesidad de preparar a los civiles para la eventualidad de una guerra. Nos habían garantizado que la Unión Europea nos protegería de las guerras: era uno de los mantras favoritos de los euroinómanos de las brumas de Bruselas. Se trataba de una fake news entre las muchas en las que se basó el discurso de celebración de la Unión Europea: una fake news como aquella según la cual -Prodi dixit- gracias al euro trabajaríamos un día menos, ganando como si trabajásemos un día más.
¿Por qué debería Europa prepararse para la guerra? Y luego, ¿para qué guerra? ¿Quizá la OTAN se esté preparando para atacar a Rusia con una guerra preventiva pretendiendo que la propia Rusia quiere atacar a la OTAN? La verdad es que Europa debería haber asumido inmediatamente una postura de neutralidad, es decir, desde que comenzó la horrenda guerra en Ucrania, fomentando las negociaciones y la diplomacia, los pactos y el diálogo. Y, en cambio, lamentablemente eligió el camino de enviar armas a Kiev: como incluso un niño podría comprender fácilmente, enviar armas a una de las dos partes involucradas en el conflicto equivale a participar en el conflicto. Nos dijeron con insistencia que enviar armas a Kiev significaba promover la paz: una mentira igual a la del médico que dijese que quería combatir la diabetes suministrándoles azúcar.
Desgraciadamente, Europa ha elegido el camino de la guerra, obedeciendo a los imperativos del gran jefe de las barras y las estrellas: ese gran jefe que ha ocupado impunemente Europa desde 1945 con bases militares que a priori niegan cualquier independencia de la propia Europa, convirtiéndola de facto en una colonia de Guásinton. Y ahora sabemos que Guásinton necesariamente quiere la guerra con la Rusia de Putin, culpable de no arrodillarse ante su dominación imperialista que aspira a someter al mundo entero al consenso de Guásinton.
En este conflicto entre potencias mundiales, Europa desempeña el papel del jarrón de terracota de Manzoni entre jarrones de hierro. No hay duda: Europa está actualmente administrada por locos sin escrúpulos, dispuestos a sacrificar a los pueblos europeos en aras del imperialismo de Guásinton y de sus continuas atrocidades perpetradas en nombre de la libido dominandi. Evidentemente los locos que quieren la guerra son los que no irán al frente de combate y los que enviarán al frente a los que en su mayor parte no quieren la guerra.
oOo
miércoles, 20 de marzo de 2024
Quieren guerra
Consideran los que mandan en Europa que hay que preparar a la población para que aguante con resiliencia, que es como llaman ahora a la resignación, lo que nos están echando encima: más guerras y más pandemias en pro de la industria armamentista y de la farmacopólica respectivamente. Así como los gobiernos democráticos europeos gastaron cantidades ingentes de dinero en vacunas experimentales contra el bicho coronado, mascarillas, guantes, pruebas diagnósticas y demás parafernalia enriqueciendo al farmacopolio y a la corruptela política que enseguida sacó tajada del negocio y fomentando de paso las nuevas tecnologías de la (in)formación e incomunicación (telemedicina, tele-educación, tele-entretenimiento, telegestión... ) ahora destinan enormes partidas de dinero a los juguetes bélicos y a la tecnología militar por aquello de reactivar la economía.
"Preparémonos para la guerra": han sido las palabras pronunciadas en los últimos días por el presidente galo, más peligroso que un mono con dos pistolas, que ya jugó un papel estelar durante la pandemia insistiendo en vacunar a todo Cristo viviente, y que no quiere perder protagonismo ahora. Por eso propuso enviar tropas europeas a Ucrania. La locura se ha apoderado del viejo continente de la mano de sus presidentes de gobierno, de la diplomacia europea y del engendro de la Comisión Europea. Quieren llevarnos a la guerra como sea. Los principales mandatarios europeos, víctimas de una locura colectiva, se han puesto de acuerdo mediante señales de humo en tañer los tambores de guerra. Hasta los Verdes en Alemania, esos ecologistas que querían salvar el planeta, han revelado la auténtica tonalidad del color político que los define, que es el caqui de los uniformes militares
La ministra de Defensa española, la Hormiga Atómica, nos dice que la amenaza de guerra "es total y absoluta". Hay que justificar el sacrificio económico que supone la inversión que están llevando a cabo. La amenaza no es abstracta, sino muy concreta y real. Ha dicho que Putin está dispuesto a atacarnos con armas nucleares, y tenemos que ser conscientes del riesgo en que vivimos. Llama especialmente la atención cómo la izquierda progresista española de salón, que está gobernando para que no gobierne la extrema derecha, ha pasado del “No a la guerra” y del “No es no”, al sí incondicional sin paliativos.
Esa guerra es contra Rusia, que nunca ha hecho nada contra Europa. De hecho, si somos rigurosos con la memoria histórica, es Europa la que atacó varias veces a Rusia, aunque con resultados desafortunados, y es Rusia la que liberó a Europa del nazismo en su momento. Pero en el viejo continente prefiere seguir la grotesca narrativa de Jólivuz que nos presenta a los estadounidenses como únicos liberadores.
Sin embargo, la nueva narrativa que nos imponen presenta a Putin como si fuera el mismísimo Hitler, y la nueva Rusia como el nazismo 2.0, mientras que Zelenski y el batallón Azov ucraniano serían hermanitas de la caridad campeonas de la democracia y los derechos.
De hecho resulta significativo cómo se oculta que la guerra es contra Rusia diciendo que es en defensa de Ucrania. El presidente del Gobierno de las 17 Españas, en su cuenta de la Red Social, agradece a la industria armamentística su "compromiso con el apoyo a Ucrania" y que genere empleo de alta cualificación. Está meridianamente claro que quieren guerra.
Desde hace semanas la narrativa oficial está tratando de mentalizarnos y de justificar la guerra preventiva contra una Rusia ávida de invadir Europa y de lanzar su potencial atómico contra nosotros. Guásinton incluso ha hecho saber que si Ucrania se rinde, la guerra con Rusia sería inevitable, cosa que no se entiende, porque de hecho Ucrania no es miembro de la Alianza Atlántica ni del engendro de la Unión Europea. Realmente no debería sorprendernos que Occidente, liderado por los atlantistas, entrara realmente en guerra con Rusia, porque de lo que se trata es de mantener la hegemonía imperial anglosajona y norteamericana del dólar, para lo que Rusia y China son un obstáculo.
Se ha olvidado el valor de la diplomacia y la negociación. La paz no cotiza en bolsa, como demuestra la que le ha caído al Papa por sugerir que Ucrania debía enarbolar la bandera blanca y negociar la paz.... El gobierno ucraniano ha dicho que ellos sólo tienen una bandera, que es la suya, y que él se meta en sus asuntos.
Mientras tanto, el Guernica de Picasso sigue siendo la imagen perfecta del bombardeo informativo al que nos someten a todas horas nuestros mandatarios desde los medios a su alcance: quieren guerra, nos la están echando encima a todas horas como nos echaron el bicho coronado. Es su política, es decir, cuestión de economía.
domingo, 17 de marzo de 2024
Más trinos del demonio
No es que os tomaran el pelo con el bozal pandémico, ni que la pandemia toda fuera la sarcástica tomadura de pelo que fue, sino que fue peor: os lo creísteis.
“Un idiota es un idiota. Dos idiotas son dos idiotas. Diez mil idiotas son un partido político”. Aunque no lo escribió Kafka, no deja de ser cierto sin embargo.
Net zero emissions. ¿Emisiones cero neto para un futuro sostenible? ¡Toma futuro que se sostenga! Dijo el demonio soltando un fétido pedo infernal insoportable.
jueves, 7 de marzo de 2024
Teletipos
El Periódico Global publica la noticia en primera plana: Europa se prepara ya para un escenario de guerra, listo el atrezo y utillaje teatral del espectáculo.
Se preguntaba Friedrich Nietzsche qué diferencia había entre un convencido y un engañado, y se respondía con toda razón: Ninguna, si se engaña bien al engañado.
El Gran Padre Blanco, senil y demenciado como está, desentierra el hacha de la guerra y como buen halcón guerrero azuza las tropas de sus vasallos contra Rusia.
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La edición ucraniana de una indecente revista norteamericana de moda y tendencias publica una fotografía idílica de tres muchachas cadetes de un liceo militar.
Ya es hora de que saquen la vacuna de la Enfermedad X aún no identificada, no vaya a ser que luego sea demasiado tarde y no pueda frenarse la próxima pandemia.
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Hay que fabricar un suero seguro y eficaz que contrarreste la amenaza mortal de la Enfermedad X a punto de provocar una crisis sanitaria global sin precedente.