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sábado, 5 de octubre de 2024

¿Guerra? ¿Qué guerra?

    Si nos preguntan qué opinamos del conflicto palestino-israelí, la palabra 'conflicto', como eufemismo que es, suaviza la cruda realidad de una matanza brutal. Podemos objetar que no es un conflicto exactamente, sino un genocidio que se justifica como defensa propia frente al terrorismo. Pero la palabra 'genocidio', siendo demasiado culta como es, híbrido del griego γένος (génos) 'estirpe' y el sufijo latino -cidio que significa 'acción de matar', que se define como 'exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, religión, política o nacionalidad', todavía mitiga un poco la cruda realidad y se queda corta.
 
El grito de Gaza, Esstar Omar (2024)

    Quizá sea más apropiada: infanticidio. Las tropas israelíes, en efecto, han matado en once meses, según algunas estimaciones, hasta diecisiete mil niños palestinos. Algunos israelíes, que no quieren verlo, dicen que eso es mentira, que es propaganda enemiga, y otros, que los niños de Gaza no son niños, sino terroristas en potencia, futuros terroristas que hay que abortar. Estamos asistiendo a una auténtica matanza de inocentes a cargo esta vez de un nuevo Herodes, el Primer Ministro del Estado de Sion. 
 
 
    Gaza, a juzgar por las imágenes que nos llegan, -acostumbrados como estamos a verlas, ya no las vemos, es un infierno dantesco. Y Cisjordania y Líbano están a punto de serlo también. El ejército israelí es uno de los más modernos del mundo, pertrechado con el armamento más sofisticado, y también el más paritario, lo que no le quita un ápice de ardor guerrero y crueldad. Un poco más de la cuarta parte de sus efectivos son féminas (el 34% de su plantilla, según algunos datos). Aviones, helicópteros de ultimísima generación surcan el cielo azul bombardeando a una población que no tiene medios para defenderse. Los bombardeos borran del mapa ciudades enteras y sus habitantes, alterando el paisaje hasta hacerlo irreconocible, matando a familias enteras para eliminar a uno de sus integrantes marcado como objetivo en un programa alimentado por inteligencia artificial que se llama “Where is daddy?”, en la lengua del Imperio, o sea, ¿Dónde está papá?. Y todo perpetrado con la anuencia de Occidente, y del tío Sam, que bendice el derecho a defenderse del Estado de Sion ultrajado por el terrorismo.
 
La última cena, Gaza 2024
 
     La opinión pública israelí, que no es la opinión de todo el pueblo, pero sí de la mayoría democrática, apoya sin muchos escrúpulos esta guerra. Algunos cuestionan al Primer Ministro, ultraderechista mesiánico, porque no ha hecho lo posible por rescatar a los rehenes y negociar su liberación, habiendo permitido que algunos mueran, y piden su dimisión y la convocatoria urgente de elecciones, pero casi nadie exige el fin de la guerra misma para que cese la masacre. Hay un consenso prácticamente total sobre la legitimidad de la ofensiva y la aniquilación.
 

     Las imágenes pornográficas de la guerra lanzadas a millares hasta la náusea acaban insensibilizando a los espectadores. Hasta los propios soldados israelíes difunden fotos de sus hazañas bélicas, orgullosos de ellas. Quizá necesitaríamos palabras más elocuentes que las imágenes para poner fin a esta locura televisada. 
 
    El gobierno progresista español se ha mostrado favorable a los palestinos y crítico con Israel en un primer momento, pero hay algo hipócrita en esta actitud. España -su gobierno- condena por un lado la dureza de la saña israelí y por otro declara que Israel tiene derecho a defenderse del terrorismo, porque España forma parte de la OTAN, o sea, de los Estados Unidos de América, que es quien manda. 
 
 
    En otras ocasiones se gritaba, llamando a las cosas por su nombre: NO A LA GUERRA. Ahora los partidos políticos y los sindicatos parlamentarios se ponen de perfil y miran para otra parte. O esconden la cabeza debajo del ala como las avestruces por la vergüenza que les da dar la cara. ¿Dónde están las manifestaciones de antaño contra el jinete apocalíptico de la guerra, las pancartas encendidas, las declaraciones contrarias a las operaciones bélicas del Imperio? Aquellas eran otras guerras, otros tiempos que no conviene exhumar. 
 
     ¿Guerra? ¿Qué guerra? Esto no es una guerra, sino una operación militar (sic) contra el terrorismo yijadista. No llaman a las cosas por su nombre ni les ponen nombre siquiera como Adán a las criaturas. Por eso hablan del 'conflicto' de oriente próximo, y a la operación militar de Israel en el sur de Líbano la llaman 'incursión', que sugiere una penetración de corta duración, en lugar de 'invasión'. Utilizan eufemismos. Callan como putas, que es lo que son, con un silencio cómplice. Ya sabíamos que la guerra era, desde Clausewitz, la prolongación de la política por otros medios. Por eso el Estado de Sion está haciendo alta, altísima política por medios, claro, no muy diplomáticos.

martes, 17 de septiembre de 2024

Pareceres LVIII

281.- Prevención de riesgos potenciales:  La medicalización o medicación innecesaria de la sociedad, que va pareja al proceso de infantilización general, no hay quien la pare, fomentada como está por la industria farmacéutica que encuentra curas para males que no existen todavía. Nos hemos convertido todos de la noche a la mañana en el enfermo imaginario de Molière, y ya solo estamos sanos si nos lo certifica una analítica de un laboratorio sin asteriscos de color rojo, que son cada vez más numerosos habida cuenta de la constante modificación de los parámetros a fin de que la normalidad sea cada vez más anormal. Es el concepto de new normal. Hacer creer a la gente que tiene una enfermedad que no tiene es una sustanciosa fuente de ingresos para los profesionales de la salud y la farmacia. Se medicalizan la vejez, el embarazo, la menopausia, los problemas personales y sociales, y se venden como enfermedades meros indicadores de riesgo, no siempre fiables, como la hipercolesterolemia o la osteoporosis... Bajo el dominio del doctor Knock, no hay personas sanas, en buen estado de salud, porque todos somos enfermos en potencia aristotélica, la mayoría de las veces ignorantes de los males lavados o latentes que presuntamente nos aquejan, pero la enfermedad no es otra cosa más que la conciencia que tenemos del propio cuerpo, de que el cuerpo es propiedad nuestra y, por lo tanto, podemos donarlo a la Ciencia. La medicina preventiva es una aberración que va en detrimento del carácter curativo que debería tener el oficio hipocrático. Los reconocimientos médicos a personas sanas deberían desaparecer de la faz de la tierra porque apenas aportan nada. Hacen más mal que bien, pero de eso se trata. La medicina ya no tiene como lema el primum non nocere, sino solo el nocere, el hacer daño para poder luego si acaso remediarlo.


282.- La predicción del oráculo para los próximos 25 años: La predicción del sibilino Bill Gates para los próximos 25 años, que estrenará una miniserie en Netflix de cinco capítulos que se titulará: What's next? ¿Y ahora qué? El futuro según Bill Gates, es, atención, porque sabe de lo que habla: Una gran guerra u otra pandemia, Comenta, además, que el problema número uno al que se enfrentan los jóvenes es la desinformación. Le preocupan al filántropo milmillonario las tensiones vividas en muchas regiones del mundo tales como la invasión rusa de Ucrania o la israelí de Gaza, así como los conflictos comerciales entre Estados Unidos, la vieja Europa y la pujante China, tensiones que pueden derivar en un conflicto armado a gran escala en los próximos años. En concreto utiliza la expresión “gran guerra”, en clara alusión a las dos guerras mundiales acontecidas en la primera mitad del siglo XX. Sin embargo, en caso de que se evite el enfrentamiento armado, el futuro no será mucho mejor, según el magnate. Lo dice bien claro. Sabe de lo que habla: “Incluso si evitamos una gran guerra... habrá otra pandemia, muy probablemente en los próximos 25 años”. No hay que olvidar que Bill Gates escribió y publicó un libro en 2022 titulado Cómo evitar la próxima pandemia. En él criticó a varios gobiernos y presentó una serie de recomendaciones que podrían frenarla como invertir en el seguimiento de enfermedades, impulsar la investigación y el desarrollo de vacunas y establecer políticas de cuarentena mucho más estrictas. 
 
 283.- La Corona. Un titular del periódico monárquico ABC dice: “La Corona se consolida entre los españoles”. La sinécdoque hace que enseguida entendamos que se refiere a la monarquía. Es una noticia, basada en una encuesta que revela que el 54% de los españoles creen que el Rey ha fortalecido la Monarquía (con mayúscula). Al leer el titular sentimos enseguida que la mayoría de los españoles apoya la monarquía, es decir, el régimen establecido, por lo que si uno no la apoya siente enseguida que está equivocado y tiene que aceptar democráticamente, la opinión mayoritaria, porque es la que se impone democráticamente, aunque sea por muy poca diferencia, se nos hace creer que lo que la mayoría quiere es lo que quiere el pueblo, y eso es mentira: creemos lo que nos dicen que creamos. Las encuestas no reflejan la opinión que la gente tiene, sino la que tiene que tener. 
 
 
 284.- Gasto militar español. El gasto militar del gobierno español ha pasado de unos dieciochomil millones (18.000.000.000) de media anual con el gabinete conservador, a veinticincomil millones (25.000.000.000) durante 2022 y veintiochomil millones (28.000.000.000) durante el año pasado 2023 con el gobierno que se autodefine como “el más progresista de la historia”, desde que hay registros, obviamente. Pero es más que probable que el gasto militar real sea muy superior al reconocido. Hay gasto militar, en efecto, oculto en otras partidas paramilitares, lo que hace que el gasto efectivo sea muy superior al oficial declarado del Ministerio de Defensa. Por ejemplo el gasto concerniente a la Guardia Civil, que no depende del Ministerio de Defensa, sino del de Interior; las pensiones de jubilación de los militares, que otros países occidentales registran como gasto militar, en nuestro país se consideran un gasto social. El Ministerio de Asuntos Exteriores se encarga de financiar las operaciones en el extranjero de nuestras tropas, y eso no se considera gasto militar estricto porque no va al presupuesto de Defensa sino de Asuntos Exteriores. El gasto militar español, muy superior al que se declara, que ya resulta escandaloso, es como un iceberg: lo que se ve es solo la punta, mientras que el grueso se oculta a la vista. ¿Cómo se justifica este considerable aumento? Se recurre al argumento del ambiente prebélico que se respira a raíz de la guerra de Ucrania, pero antes de la invasión rusa, iniciada a últimos de febrero de 2022, el gasto militar ya se había disparado argumentando que había que modernizar y profesionalizar nuestros ejércitos, un argumento muy peligroso porque nunca se acaba de modernizar en sentido estricto, porque lo que hoy es moderno, mañana ya no lo es, es una antigualla que se ha quedado atrás. La modernización tiene que ser, por lo tanto, permanente, creciente como el gasto, que le va a la zaga. 
 
 285.- El clúster del Maestrazgo. El pasado martes 23 de julio el Consejo de Ministros y Ministras aprobó la autorización para construir el conocido como Clúster del Maestrazgo. Clúster es un término inglés que podría expresarse en castellano con una palabra propia equivalente de la índole de «agrupación», «conglomerado», «agregado», «(a)cúmulo», «haz», «racimo», «brote», pero el anglicismo oculta mejor el significado... Y el Maestrazgo es una comarca aragonesa situada al este de Teruel. Este es el macroproyecto eólico que surcará las comarcas turolenses del Maestrazgo y Gúdar-Javalambre y se coloca a su vez como uno de los mayores parques eólicos de España. El proyecto, que se desarrollaría en uno de los espacios naturales de mayor envergadura de España, supondrá la implantación de 20 parques eólicos. Entre todos ellos sumarían 125 aerogeneradores de unos 200 metros de altura, siendo de los más grandes existentes. Además, se sumarían 173 quilómetros de líneas de alta tensión y 327 quilómetros de carreteras. En total se afecta una superficie total de cerca de 72.000 hectáreas. Son más altos que las torres del Pilar de Zaragoza, y van a colocarse, si nadie lo remedia, en el Maestrazgo. Podemos imaginar el destrozo ambiental que van a suponer en una de las zonas más privilegiadas de Teruel y de todo Aragón, que el gobierno de las Españas vende a las empresas de energías macrorrenovables. Los propios macroproyectos de energías renovables aseguran el deterioro medioambiental, con esa inevitable 'predisposición', recurrente y renovada con su afán modernizante, de los grandes proyectos empresariales.
 

domingo, 15 de septiembre de 2024

Guerra por doquier

    Conviene recordar la advertencia que hacía Calino de Éfeso a sus contemporáneos porque sigue vigente ya que 'hoy es siempre todavía' allá por el siglo VII antes de la era cristiana: en paz creéis / estar pero la guerra domina toda la Tierra. Él lo decía para insuflar a los jóvenes ardor guerrero y ánimo de lucha, pero, aparte de su intención, no dejaba de formular una verdad o, por lo menos, algo que no era una falsedad. Aunque nosotros vivimos bajo el reinado de la paz, la guerra, como cantaba el poeta, que es el padre de todas las cosas, como dijo el efesio, es lo que está mandado y lo que manda por doquier. 
 
    ¿No vemos todas las guerras y guerrillas en el sentido tradicional  que se desarrollan ahora en Ucrania, en Gaza y en tantos otros puntos lejanos del planeta? Tienen su utilidad, sirven, además de para disparar la inversión de dinero en armas, para que creamos que nosotros, por contraposición, disfrutamos de presunta paz, como el hecho de que haya cárceles y prisioneros sirve para que creamos que nosotros, que estamos fuera de esos recintos, somos libres... por ahora.  La creencia de que estamos en paz se ve enturbiada por la amenaza apocalíptica, perturbadora y constante de una nueva guerra mundial, la tercera y última porque a la tercera va la vencida, o sea, la definitiva, que se cierne sobre todos nosotros como espada de Damoclés, que sería nuclear.
 
 
    Pero la guerra tiene numerosas epifanías y metáforas. Una sucesión de guerras conforma nuestra realidad que a veces se ha denominado neonormalidad (new normal, en la lengua del Imperio que se nos impone).
 
    La cosa, por lo que concierne a este siglo XXI, debió de comenzar en 2001 con la declaración de guerra al terrorismo (war against terrorism, global war on terror), a raíz de la destrucción de los rascacielos iguales neoyorquinos que todavía colea en los controles aeroportuarios en los que todos somos considerados terroristas potenciales, mientras no se demuestre lo contrario, por lo que se nos controla aleatoriamente.
 
 
    La cosa siguió en 2016 con la guerra al populismo (war against populism), una guerra que se hizo “global”. El Washington Post calificó aquel año como el año en que la ola de populismo revolucionó el mundo -Brexit, auge populista europeo y Donald Trump en los EE. UU-. Se apellida a veces esta guerra añadiéndole la coletilla "de extrema derecha", hasta el punto de que algunos gobiernos justifican su gobernanza diciendo que acceden al gobierno para impedir que lo haga la ultraderecha, olvidando que ellos mismos son el monstruo que dicen combatir.
 
    La cosa siguió en 2020 con la guerra al virus coronado, que duró hasta 2023 (war against virus), con la declaración de estado de emergencia, que nos obligaba a enmascarillarnos, guardar las distancias y observar cuarentenas y toques de queda porque todos podíamos ser portadores del virus. El presidente francés lo dijo claramente: “Nous sommes en guerre”. Y el presidente español, que no iba a ser menos y quedarse a la zaga, lo corroboró afirmando que estábamos “librando una guerra” contra el virus Covid-19, un “enemigo que nos golpea a todos” y “no entiende de fronteras, colores, ni idiomas”, por lo que es “el momento de la coordinación, de la cooperación y de la solidaridad”. 
 
 
    Una nueva forma de guerra se declaraba simultáneamente: la guerra contra la desinformación o contra los bulos, que por ejemplo enarboló la Unión Europea (war against misinformation and disinformation).​ Esto es, por ejemplo, lo que dice nuestro Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, que prefiere el término “lucha” en vez de “guerra”: La desinformación constituye una de las mayores preocupaciones de los países democráticos. Detrás de las noticias falsas o fake news se articulan, en numerosas ocasiones, estrategias para manipular la opinión pública y erosionar la estabilidad de los Estados y de sus instituciones. Los bulos y la desinformación representan desde hace tiempo una amenaza global para la libertad y para la democracia. Sin embargo, es en la actualidad, dada la velocidad de propagación de las campañas debido a los medios digitales, cuando más acuciante resulta. En los últimos años se ha acelerado tanto el flujo de información como el de desinformación, como lo demuestra la infodemia producida en las redes en el contexto de la pandemia de la COVID-19. Una guerra que ha sido llevada a cabo por los fact checkers o verificadores de datos y promovida por los gobiernos, que ven así en peligro el monopolio informativo de sus 'verdades oficiales' o mentiras. 
 
 
    Pero habría que retrotraerse a la segunda mitad del siglo XX para datar una guerra que todavía colea, la declarada contra el cambio climático (war against climate change), que se renueve con continuas campañas contra el calentamiento global, contra el dióxido de carbono o CO2, contra las emisiones GEI de Gases de Efecto Invernadero con renovados eslóganes como: Controla tu huella, Net Zero Coalition, Emisiones Cero... El origen de esta guerra podría datarse en el año 1972, cuando se celebró en Estocolmo la Primera Cumbre para la Tierra. 
 
    Estas son las nuevas guerras que junto a las tradicionales y convencionales conforman la realidad que padecemos, guerras que el capitalismo nos declara en su afán totalitario a todos y cada uno de nosotros porque a) somos terroristas en potencia, b) somos populistas o partidarios del pueblo y, por lo tanto, enemigos del gobierno, c)  somos portadores de virus, d) somos divulgadores de bulos e informaciones falsas y malintencionadas y d) somos responsables del deterioro del medio ambiente y del planeta; en definitiva, somos pecadores, como decía la vieja religión.

martes, 16 de julio de 2024

"Sé tu mismo" (y te pagamos)

    Ucrania o, mejor dicho, el gobierno de ese país ha lanzado una campaña publicitaria de propaganda a fin de atraer voluntariamente reclutas a un ejército cansado y prácticamente derrotado. Es la nueva estrategia, nunca mejor empleada esta palabra de raigambre militar, que pretende que los propios ucranianos se enrolen en las filas del ejército sin necesidad de obligarlos a ello por la fuerza después de que la ampliación del servicio militar obligatorio haya hecho que miles de ucranianos se escondan en su propio país para no ser llamados a filas. 
 
    Intenta así el gobierno del actor mejor pagado de Jólivuz y títere de Guásinton, que no deja de sacrificar la vida de sus súbditos y que en abril redujo la edad de reclutamiento de 27 a 25 años, fomentar el alistamiento voluntario con un enfoque más, cómo no, personalizado, ofreciendo a los futuros soldados la opción de solicitar las unidades de destino y funciones específicas que más se adapten a sus habilidades e intereses. 
 "Sé tu mismo"

    "Elige tu propio camino. Escoge unidad y especialidad en el ejército ucraniano". El ejército ucraniano, que paga y paga bien, trata así de reponer sus filas ante la ofensiva rusa. Los carteles que han aparecido de la noche a la mañana en la capital ucraniana presentan una imagen positiva de los combates, como parte de la publicidad del Ministerio de Defensa para hacer más atractivo el reclutamiento, considerando que es preferible el voluntariado a la leva obligatoria. La obligatoriedad del servicio, en efecto, puede provocar como respuesta la rebeldía, la objeción de conciencia, la deserción y la insumisión como respuestas personales que pueden hacerse colectivas y poner en peligro la institución, mientras que cuando uno, engañado por el márquetin, se alista voluntariamente es más fácilmente manipulable. Lo mejor es que uno se obligue a sí mismo ya sea movido por el dinero que Occidente regala a manos llenas a Ucrania o sea ya por los cantos de sirena de la publicidad.
 
    Un ejemplo de uno de esos carteles dice: “Verano, UAV”, mostrando a un soldado que maneja un dron (Unmanned Aerial Vehicle o vehículo aéreo no tripulado) desde una silla de playa, con las botas apoyadas en la arena cómo si fuera un videojuego. No se trata solo de ir a la guerra, sino de conseguir la especialidad militar de dominar las tecnologías no tripuladas, la última modalidad de juguetes bélicos. 
 
 Aprende nuevas tecnologías
 
    Otro les asegura a los soldados que pueden “ser ellos mismos”. “Ahora tenéis la oportunidad de elegir un puesto para servir en el ejército. Olvidaos de vuestros miedos y dudas: ¡es hora de elegir vuestro camino!”. Se trata de solicitar empleo entre las distintas ramas militares, desde los marines hasta la inteligencia militar, y en distintas categorías de empleo, desde artillero hasta cocinero o jefe de prensa. Claro está que los puestos más apetecidos y populares no son los de combate en infantería, sino de los de oficina administrativa en informática, cocina y transporte, operación de drones, oficiales de prensa. 
 
    “Queremos ofrecerle a un soldado la posibilidad de elegir su propio destino”. Y a cambio de eso, te pagamos, que etimológicamente significa “te apaciguamos”, te damos la paz (para que hagas la guerra), y alcances, en el mejor de los casos, una muerte heroica, como le sucede a Mickey Mouse en Short Subject, este microrrelato animado, más conocido como “Mickey Mouse en Vietnam”, donde el ratón se alista para conocer mundo y viaja hasta el sudeste asiático, un cortometraje animado de temática antibélica de 1969 dirigido por Whitney Lee Savage, que dura poco más de un minuto y que en ese breve lapso de tiempo lo dice todo. 
 

    No hay que perder de vista el significado original de nuestra palabra 'soldado': que cobra un sueldo, palabra que procede del adjetivo latino solidus -a -um 'sólido”, como se denominaba a una moneda de oro, propiamente moneda consolidada, sólida (a diferencia de las demás que tenían un valor variable). En la Edad Media 'sueldo' era el nombre de una moneda, como informa Corominas, cuyo valor coincidía con la paga de un soldado, de ahí la soldada o paga militar (que luego se convertirá en la paga del criado), y por último en el sueldo, salario o estipendio de cualquier trabajador. En la lengua del lacio la expresión stipendia merere, que significa literalmente 'cobrar el estipendio', era la forma de  decir “hacer el servicio militar”. 

jueves, 20 de junio de 2024

El jefe Montaña de Orgullo

    Si bien es verdad que los nombres propios de las personas son especialmente odiosos (nomina sunt odiosa, según el clásico adagio latino), no lo son sólo porque los denominados no quieran ser mencionados, sino también porque en el fondo sus antropónimos no dejan de ser indiferentes, irrelevantes y fácilmente intercambiables. 
 
    Pero también es cierto, según otro latinajo, que el nombre propio puede ser un presagio (nomen est omen) que caracterice, es decir, que imprima carácter a la persona que lo lleva, por ejemplo el nombre parlante del jefe siux 'Caballo Loco'. Cuando el nombre propio es un nombre parlante es ominoso y abominable por el significado que le confiere al que lo porta, como si se tratara de un destino fatal e inevitable. 
 
    Pues bien, ese es el caso del señor Jens Stoltenberg (cuyo apellido noruego 'stolten berg' significa 'Montaña de Orgullo' en román paladino), el secretario general de la OTAN/NATO, el cual está considerando desplegar más armas nucleares sin especificar si serán de las malas o de las buenas, es decir, de las democráticas, pacíficas y bien intencionadas y estrictamente defensivas, o de las otras... Es de agradecer que se ahorre la narrativa, es decir, el cuento, dicho más claramente, de que las armas que Occidente suministra a Ucrania son para su legítima defensa del invasor, porque no se sostiene en modo alguno. 
 
 
    Ha afirmado (y aquí vienen a cuento otros latines más claros que el agua: excusatio non petita, accusatio manifesta) que la organización cuyos secretos custodia y que regenta no es parte del conflicto, pero reforzará su apoyo a Ucrania para que se respete su legítimo derecho a la autodefensa desplegando más armas nucleares en medio de la creciente amenaza de Rusia y China. 
 
    No ha revelado, sin embargo, cuántas ojivas nucleares iba a exhibir tras desabrocharse la bragueta para enviar un mensaje directo a sus enemigos mostrando el arsenal  testicular. Quieren sacar los misiles, inequívocos símbolos fálicos, de donde los guarda y mostrarlos como medio disuasorio, prestos para el combate, emulando al bravucón perdonavidas que reta al enemigo -¿quién es el enemigo del pueblo, de los pueblos, si no son los gobiernos?- a ver quién la tiene más larga, y no se trata precisamente de la vergüenza, sino de la chorra, con una arrogancia y una fanfarronería que son imperdonables.
 
    «El objetivo de la OTAN, por supuesto, es un mundo sin armas nucleares, pero mientras existan armas nucleares, seguiremos siendo una alianza nuclear porque un mundo en el que Rusia, China y Corea del Norte tienen armas nucleares, la OTAN no es la más peligrosa», afirmó el jefe Montaña de Orgullo contradiciendo las palabras con los hechos y los fines con los medios. 
 
    En este conflicto hay un tercer elemento que no es ni el invasor ni el invadido, y que está detrás de la organización que el señor Stoltenberg regenta, que es Guásinton, cuyo fanatismo guerrerista se manifiesta descaradamente detrás de todo esto. ¿Quién quiere la guerra? ¿Quién representa un peligro para la humanidad? ¿A quién hay que detener lo antes posible? ¿Quién está arrastrando al mundo al báratro del abismo? 
 
 
    Si respondemos, siguiendo al jefe Montaña de Orgullo, que Rusia, y no el tío Sam, que está el pobre con demencia senil cognitiva, se debe a que la manipulación diaria y periódica llevada a cabo por los medios de (in)formación de la opinión pública, que no del pueblo, ha logrado, con su propaganda militar, trafulcar las cosas haciéndonos ver a los amigos como enemigos y a los enemigos como amigos, y más aún, haciéndonos creer que los problemas son las soluciones. 
 
    Stoltenberg casi ha superado a Órgüel diciendo que cuanto más nos preparemos para la guerra -guerra preventiva o profiláctica-, antes acabará, o sea, que la guerra es la paz, y que debemos prepararnos para la guerra -otro latinajo aborrecible: si uis pacem, para bellum- para que dure lo menos posible y acabe cuanto antes, lo que no parece tener mucho o ningún fundamento lógico, pero hay que creerlo por lo absurdo que es (credo quia absurdum, y se me acabó el repertorio de latinajos culteranos). 
 
    Si todavía alguien duda de que ésta no es la guerra de Rusia contra Ucrania, sino la guerra sucia -y todas lo son porque no hay ninguna limpia- que Guásinton está librando contra Moscú (utilizando a Ucrania y a Zelensky, el actor Nato, con mayúscula, como meros títeres de los que en un determinado momento no tiene ningún empacho en prescindir porque le importan un bledo), es que es un “caput insanabile” o cabeza loca que, como decía Horacio, no lograrían curar ni una triple dosis de Antíciras, evocando la isla griega donde abundaba el eléboro “prouechoso para purgaçión de la cabeça”, la planta medicinal cuya raíz se suministraba a los dementes como remedio contra la locura. 
 

martes, 18 de junio de 2024

Higos dulces como la miel

    Marco Porcio Catón, también conocido como Catón el Viejo o Catón el Censor, que vivió a caballo entre los siglos III y II antes de nuestra era, es en la historia de la literatura occidental el creador de la prosa latina; autor, entre otros libros, de una obra historiográfica Origines y de un tratado De agricultura, era un romano chapado a la antigua que se opuso al círculo helenístico de los Escipiones, y a la influencia griega que cada vez permeaba más en la sociedad romana, lo que no le impidió, según se cuenta, sin embargo, ponerse a estudiar griego a la avanzada edad de ochenta años.

    Cuenta Plutarco en su biografía de Catón el Viejo que en una sesión del senado sorprendió a los senadores haciendo aparecer ante su vista como por arte de magia unos higos frescos, muy apetecibles por su tamaño y hermosura, que sacó de los pliegues de su toga donde los llevaba guardados, y diciéndoles que las higueras de las que habían sido arrancados no distaban de Roma más de tres días de navegación, es decir, estaban cerca, muy cerca, relativamente cerca, en el norte de África, pues eran higos líbicos, de Cartago. La mención de aquel nombre propio sin duda les provocó el escalofrío del grito de alarma de '¡Aníbal está a las puertas!', es decir, que el enemigo estaba a pocas millas de Roma, como llegó a estar después de haber cruzado los Pirineos y los Alpes con sus elefantes y sus tropas y haberse introducido en la península itálica y estado a punto de destruir la ciudad eterna si no se hubiera demorado en las delicias de Capua.


    Aquellos higos de la Libia, dulces sin duda como la miel, eran la prueba palpable y evidente de la amenaza real del esplendor comercial cartaginés. Para el viejo terrateniente los púnicos, como llamaban los romanos a los de Cartago, descendientes de los fenicios, la odiada rival pese a haber sido derrotada dos veces antes, descollaba en la producción del vino y de los higos, y era pujante su comercio marítimo por el Mediterráneo. 

    Hasta tal punto se había obsesionado Catón con Cartago que, aunque no viniera a cuento, siempre que tenía oportunidad concluía con un odio implacable sus intervenciones en el senado con la misma cantilena: “Creo que Cartago tiene que dejar de ser lo que es”, o, como diríamos con verbo más moderno: Cartago tiene que dejar de existir”. Escipión Nasica, sin embargo, cuenta Plutarco, opinaba lo contrario. Para él Cartago tenía que seguir siendo lo que fuera y existiendo.

    Son dos actitudes aparentemente contrapuestas: Catón el Viejo representa el delenda est Carthago -'hay que destruir Cartago'-, mientras que Escipión Nasica representa lo contrario: seruanda est Carthago -'hay que conservar Cartago'-. Pero Nasica no lo hacía por amor a la paz, porque él, en eso era igual que Catón, no era ningún pacifista, sino porque interesaba a la república mantener una 'guerra fría', avant la lettre, y crear así la ilusión de que había un enemigo externo que había que preservar, porque el enemigo, a fin de cuentas, era más útil vivo y tenido a raya que muerto y como tal eliminado. 

Catón y Escipión discutiendo la destrucción de Cartago, Maître François (1475)

 Escipión: -Non destruatur Cart(h)ago propter mala nobis inde uentura. (Que no se destruya Cartago por los males que van a venirnos a raíz de eso)

Catón: -Destruatur Cart(h)ago propter mala nobis iugiter mun(i)enda. (Que se destruya Cartago por los males que van a creársenos constantemente

    Cartago había sido la potencia rival de Roma, el enemigo histórico que había sido derrotado en la primera y en la segunda guerra púnicas, cuyo recuerdo convenía mantener vivo porque la plebe romana vivía aquella paz desordenadamente y era menos obediente al senado, por lo que en cualquier momento podía estallar una revuelta social. En realidad Escipión Nasica sabía que el poder de los cartagineses no era tan grande como para temer que pudieran vencer a los romanos ni tan pequeño como para despreciarlo.

    Catón el Viejo convenció al senado gracias a su retórica y a sus higos presuntamente cartagineses, y fue el responsable de la tercera y última guerra púnica que estalló en el año de su muerte, el 149 antes de nuestra era, cuya destrucción acaeció en la primavera del año 146, por lo que él no pudo contemplar cómo los legionarios de Escipión Emiliano demolieron durante días lo mucho que todavía quedaba en pie tras el asedio, roturando el solar durante diecisiete días, según se cuenta, con sal para que no germinara ni creciera siquiera una triste higuera. 

Guerra civil en Roma tras la destrucción de Cartago, Maître François (1475) 

    La destrucción de Cartago al final de la tercera guerra púnica, como escribirá el historiador Salustio, supondrá paradójicamente el inicio de la decadencia de Roma y su régimen republicano. Desaparecido el enemigo exterior, que garantizaba la cohesión interna, la ciudad se volverá contra sí misma, pues era el miedo al enemigo cartaginés o púnico lo que la mantenía unida “in bonis artibus” en el buen gobierno, metus hostilis in bonis artibus ciuitatem retinebat, como dejó escrito Salustio. 

    Jacobo de la Vorágine pone en boca de Nasica las siguientes palabras que resumen a la perfección su pensamiento: "No me gusta el consejo de Catón. Pues yo considero que es útil a la república que tengamos ciertos enemigos, porque eso nos mantendrá en el temor y el temor nos mantendrá en la unidad, pero si no tenemos enemigos exteriores, nos nacerán interiores, ya que si nos falta por cualquier parte una guerra externa, sin duda la tendremos intestina, porque la propia seguridad y la paz serán entre nosotros la causa de múltiples desgracias".    

     Viniendo a lo de hoy, asistimos a una nueva estrategia: enarbolar el catoniano delenda est Rusia azuzando a otros para que combatan contra el enemigo, al que hay que destruir, evitando así el desgaste propio. El imperio estadounidense, que podría ser en la actualidad, mutatis mutandis, el equivalente del romano, se encuentra ante Rusia y China en la misma coyuntura que Roma ante Cartago. El tío Sam teme a Rusia, pero en lugar de enfrentarse a ella directamente lo hace a través de su títere ucraniano, el actor nato, con el apoyo político y económico de la Unión Europea y de sus aliados atlantistas.

lunes, 10 de junio de 2024

Escueta mensajería

Un político, cuyo nombre propio importa poco, ha acertado sin querer: “Europa no es un mapa, es una idea”. Una falsedumbre, pues, en permanente construcción.
 
 Europa no es solo el nombre propio de un topónimo en un mapa, sino mucho más que eso: es una idea real o realidad ideal que se nos impone ya a machamartillo.
 
 La Unión Europea no es la esperanza que pretendía ser de un futuro mejor que el presente sino un peligro mortal para la propia Europa y los pueblos europeos.
 
El engendro político-económico, y viceversa , de la Unión Europea ya no puede ocultar que es un lobo autoritario y belicista disfrazado bajo pelleja de cordero.
 
Europa raptada por el toro de la Unión Europea.
 
 
 Los estados democráticos modernos proclaman la libertad de expresión en sus constituciones como compensación por la falta efectiva de libertad de pensamiento.
 
La realidad es que no existen las naciones, dijo el intelectual, confundiendo realidad con verdad, pues las naciones sí existen y mucho, son reales pero falsas.
 
El Rey llama a construir una España y una Europa más fuertes, inclusivas y prósperas para las generaciones futuras, mostrando así su falta real de consistencia.
 
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 Definió magistralmente Giuseppe Tomasi di Lampedusa lo efímero y eterno del amor: "El amor. Sí, el amor. Un año de ardor y llamas, y luego treinta de cenizas".
 
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 Gloria al descreído que ha sido excomulgado de la comunidad de los creyentes aquejados del inveterado vicio de la fe y de su consiguiente fanatismo religioso. 
 
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 Este hombre quiere salvar a la Humanidad, Es hora, dice, de ser más agresivos contratacando (in pushing back) a los antivacunas, que plantean un serio desafío.
 
Afirma que las vacunas funcionan y que la Organización que él regenta, subvencionada por la Gran Farmacopea, tiene la exclusiva de la ciencia y la evidencia.
 
 La vida, que es una Enfermedad mortal de Transmisión Sexual, la han prolongado artificialmente y convertido en enfermedad crónica, a fin de vender medicamentos.
 
Un fallo del programa informático en el Hospital Universitario provoca que doscientos pacientes 'desaparezcan' como por arte de magia y se declaren fallecidos.
 
La OMS ha reportado la primera muerte por gripe aviar AH5N2 (actualización de la vieja AH5N1) en el mundo, caso humano confirmado en México en un laboratorio.
 Quienes sufran tos, malestar general y fiebre pueden pensar, con alta probabilidad de acertar en el diagnóstico, que el virus erradicado ha vuelto a visitarnos.
 
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 Las chicas tienden cada vez más a la extrema izquierda y los chicos a la extrema derecha, ahondando en que ellas son más de Venus y ellos de Marte al parecer.
 
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Los medios de (in)formación nos sirven cada día el recuento obsceno de muertes en la guerra, como en la pandemia, normalizando así un número que es intolerable.  
 
La guerra extiende cada vez más sus tentáculos, y en vez de oponernos a ella, celebramos la final de la copa de Europa y el concierto de una cantante americana.
 
Al mismo tiempo que exigen el cese de hostilidades y el alto el fuego, envían armamento supuestamente defensivo a los países en guerra, reactivando la economía.
 
 Guerra sucia: El empleo del adjetivo “sucia” aplicado al sustantivo “guerra” sugiere falsamente que hay o puede haber una guerra limpia, que resulta blanqueada.
 
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Ya no sentimos ni frío ni calor en el cuerpo, sino solo los números que cuantifican las temperaturas que pronostican los meteorólogos y marcan los termómetros.  
 
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Que todos nuestros sueños se realicen es lo peor que puede pasarles a nuestros sueños, y a nosotros: El perseguidor de sueños acaba siendo por ellos perseguido.
 
 
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 Policías locales de la comunidad autónoma reciben en la Universidad de Cantabria nociones básicas teóricas y prácticas de uso de pistolas de eléctrica descarga. 
 
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Los 'influencers' se definen, pagados de sí mismos, como 'creadores de contenidos': nosotros, los influidos, somos sus contenedores y también sus contenidos.

miércoles, 5 de junio de 2024

Álbum de cromos con mensajería

Un día te encuentras bien y al día siguiente te ves afectado y diagnosticado asintomáticamente de la terrible y muy letal Enfermedad Equis, aún inexistente. 
 

Tenemos que estar preparados para salvar a la humanidad de la próxima pandemia, dice la Organización Mundial de la Salud, que sabemos que va sin duda a suceder. 

 

 
 La guerra está a las puertas, pero se nos presenta torticeramente como defensa de la paz; nunca antes el dios Marte había osado camuflarse así y transfigurarse.
 
 
 España deja de aplicar, según el mandato de la OTAN, el Tratado sobre Fuerzas Armadas en Europa que ponía límite al armamento que se podía poseer. 
 
El reino de España subvencionará la guerra de Ucrania suministrándole armamento por un valor de mil cien millones de euros, una ayuda militar sin precedentes.
 
 
La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; y es, por el contrario, el mayor mal que pueda venir el cautiverio.

 Aplican al turismo el adjetivo de "sostenible" y lo repiten hasta la náusea cual mantra tibetano para que no parezca, por arte mágica, lo que es: in-soportable.
 
Cuando pidas una cita médica o necesites una operación quirúrgica y te den fecha para dentro de un año, recuerda a qué fines destina el gobierno tus impuestos.  
 

¿A quién le interesa un futuro sostenible? ¿A quién que el diseño del futuro se sustente y sostenga?¿A quién le interesa el trampantojo engañabobos del futuro?


viernes, 24 de mayo de 2024

Noticias del mundo y variedades (y II)

Que no, que no nos representaban entonces aquellos, ni estos ahora tampoco representan al pueblo no necesitado de representantes, sino al Estado y los mercados.
 
La Constitución española establece que los españoles tienen el derecho y el deber de defender, con armas o sin ellas, a España, idea real y falsa como todas.
 
No hay que denunciar los crímenes de guerra sino el crimen que suponen todas y cada una de las guerras; no hay unas buenas y otras malas: son todas criminales.
 
 ¡Gloria a los objetores, desertores e insumisos que son llamados a filas y no van porque saben que  nunca va a haber, mediando Marte, paz de veras ni armisticio!
 
El mercado no es libertad, como se demuestra enseguida por el hecho de que no puede haber comercio ni libertad si uno es pobre y no tiene dinero en el bolsillo.
 
 Las elecciones democráticas al Parlamento Europeo solo sirven para sostener parlamentando la realidad ideal y, por tanto, falsa de Europa, ese viejo continente.
 
 
 
 Llaman mi atención los cascos y auriculares inalámbricos que taponan los oídos de modo que solo dejan oír lo que queremos, que es lo que manda nuestra voluntad.
 
Esos auriculares inalámbricos casi imperceptibles que lleva la gente para no escuchar lo que hay que oír, sino sólo lo que su voluntad les dicta y les ordena.
 
Hay que tener sumo cuidado con las palabras que empleamos porque la mayor parte de las veces no valen para expresar lo que queremos decir, sino para ocultarlo.
 
El paraíso está más cerca de lo que crees, rezaba el eslogan de una agencia de viajes, mintiendo y al mismo tiempo, aunque parezca mentira, diciendo la verdad.
 
Al oír que un poeta jubilado había disparado a un primer ministro, pensé que cómo podía haber, no siendo la poesía trabajo sino juego, algún poeta jubilado.
 
El Ministerio de Sanidad activa el Plan Nacional de Actuaciones Preventivas ante el calentamiento global: ropa ligera para afrontar las sucesivas olas de calor.
 
 Los consumidores bien informados toman las decisiones responsables, capaces de conducir el capitalismo hacia su destino grandioso y progresista, que les mandan.
 

'Greenwashing' es término de la lengua imperial que alude a la crítica instrumentalizada para lavar la cara al capitalismo y teñirlo de color verde-esperanza.

 
En la sofisticada sociedad del espectáculo donde lo blanco es negro y lo negro blanco, lo verdadero se vuelve falso, escribió Guy Debord, y lo falso verdadero.
 
La posesión de la verdad mata la verdad por el hecho de poseerla en la realidad, ya sea por su inexistencia o sea ya por nuestra incapacidad de concebirla.
 
El calentamiento del planeta Tierra ha provocado en nuestro país una caída en picado de las temperaturas de ayer a hoy bastante considerable y significativa.
 
En el Foro de Davos de 2013 el presidente de Estados Unidos lanzó al mercado de la lengua la palabra 'resiliencia', sinónimo, que no lo parece, de resignación.
 
 
La utilización de anglicismos innecesarios para expresarnos en nuestra lengua revela la subyugación cultural y social del Imperio a la que estamos sometidos.
 
La izquierda y la derecha son hoy las dos manos de la ilusión democrática del capitalismo que, maniego, puede ser diestro o zurdo o usar ambas dos extremidades.
 
Más de un centenar de trabajadores muertos en España en los dos primeros meses del año; lo llaman 'siniestralidad laboral', cuando es el trabajo lo siniestro.
 
El miedo a delincuentes y criminales que infunden día y noche los medios es la condición necesaria para que la gente acepte la vigilancia del estado policial.