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miércoles, 19 de abril de 2023

¿Churro, media manga o manga entera?

    Nostalgia y reminiscencias de la infancia, el único paraíso perdido. Llevábamos aquellos pantalones cortos, tan cortos que dejaban al descubierto las piernas enteras. Jugábamos en la calle. Jugábamos en pandilla. Jugábamos al escondite. O a las canicas. O a tapar la calle, que no pase nadie...
 
Juegos de niños,  P. Bruegel el Viejo (1560)
 
     O al burro, es decir a montarnos unos sobre otros, en dos bandos. El que se la quedaba, adoptaba la postura de burro, agachado y poniendo la cabeza entre las piernas del compañero de delante y sujetándose con las manos entre sus piernas. El burro era el que estaba en la cabeza de la fila, se apoyaba sobre la "madre", que estaba de pie contra la pared y que venía a ser el árbitro del juego. Entonces los jugadores del otro bando iban saltando uno por uno sobre la fila de burros, montándolos, digamos, y procurando los primeros ocupar los puestos delanteros para dejar sitio a los de atrás. El que iba a saltar gritaba: "¡Churro (o burro) va!". Cuando todos habían saltado, el último pregunta al primero de los agachados: "¿Churro, media manga o manga entera?" Tocándose al mismo tiempo una parte del brazo: Churro era el hombro, media manga el pliegue del brazo y manga entera la mano. Si el de abajo acertaba se intercambiaban los papeles; si no, se volvía a empezar. 
 

      Era un juego en el que primaba el contacto físico: nos tocábamos, nos frotábamos, nos rozábamos, nos sentíamos: tocábamos al que teníamos delante y nos tocaban, cuando estábamos debajo, el que teníamos detrás y el que saltaba sobre nosotros. Hace mucho tiempo que no veo jugar en ninguna parte a este juego ni al escondite ni a las canicas. 
 
    Hace mucho que no veo jugar a los niños en la calle. Durante la pandemia se prohibió en España que los niños salieran del confinamiento domiciliario porque se veían como contagiadores sin serlo y como contagiados sin estarlo, pero ya antes se veían pocos en los parques y en las calles de los pueblos y ciudades.
 
Detalle de Juego de niños, de Bruegel el Viejo (margen inferior derecho)
 
     Hace mucho que no se ven siquiera niños. ¿Existen todavía, angelitos perversos polimorfos, o se los ha tragado el progreso, que avanza que es una barbaridad, víctimas de la escuela y de la virtualidad de las nuevas tecnologías de la (in)comunicación y del virus asesino que ha impuesto el contact-less?