Tres reputados pandemiólogos largan en un foro sobre los retos del futuro: «Va a haber otra pandemia, pero no sabemos cuándo: tenemos que estar muy preparados».
Según el Financial Times, Europa debe recortar su Estado de bienestar (welfare State) en pro de un Estado de guerra (warfare State) y defender el continente.
La abogada dice: Con todo dolor de mi corazón, España debe mandar tropas a la guerra, y lo siento mucho por los que van a morir, especialmente por los jóvenes.
Hay
muchos capitostes que dicen que sobra población en el planeta, por
lo que nada mejor, a
fin de disminuirla, que una guerra a la que nos arrastran de cabeza.
En 1868, la comarca de El Bierzo vivió los efectos de la insurrección que derrocó a Isabel II, la Gloriosa, cuyo lema revolucionario fue «¡Abajo lo existente!».
El Jefe del Ejecutivo patrio aboga por una digitalización «humana y humanista», clamando, ojo al pareado, «contra una tecnocasta / que hace todo por la pasta».
¿Hasta qué punto la hipotética y futura guerra contra Rusia es una amenaza real o es un mero pretexto para incentivar así la economía y la política europeas?
El presidente francés, firme y empalmado ante los primeros acordes de La Marsellesa, llama a los ciudadanos europeos a las armas y a formar los batallones.
El Banco Central Europeo respalda la política de rearme de la Unión porque el gasto en defensa añade crecimiento y mejora la productividad al añadir innovación.
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