martes, 25 de marzo de 2025

"Inuidia penis"

    Hay un chiste popular y anónimo, como suelen ser casi todos los chistes, y que expresa el sentir común, sobre la ausencia de falo en las mujeres y el complejo de castración en los varones, o sea, el temor a ser privado de él, que dice así: 
 
Un policía reprende a un niño que estaba meando en la calle: 
-¡Como te vuelva a ver orinando en la vía pública, te corto el pito, chaval! 
Al cabo de un rato, el niño ve a una niña meando agachada, y dice: 
-¡Ya ha pasado por aquí el polizonte! 
 
     Freud constata, en 1937, que existe un callejón sin salida donde van a encallar todos los análisis psíquicos o psicoanálisis: envidia del pene en las mujeres, sentida como falta, y angustia de castración en los hombres, vivida como posibilidad de ser privado del aparato del poder. En el caso masculino, se trata de lo que él mismo llama la “roca viva de la castración”. 
 
    Escribe el doctor de Viena en 1917: “Si se investiga con la suficiente profundidad la neurosis de una mujer, no es raro toparse con el deseo reprimido de poseer un pene como el varón”. 
 
    Podría decirse, desde luego sin mucha autoridad en la materia, pero por si acaso que en los varones también hay "inuidia penis" porque siempre late el deseo de tener un falo mayor que el que se tiene, y aun un deseo de priapismo itifálico, es decir, de que el falo  esté en estado de erección permanente, lanza en ristre a punto para el combate. 
Fresco de Príapo en la casa de los Vettii pesando el miembro en una balanza (Pompeya)
 
     Y quizá también podría decirse que en las mujeres también hay angustia ante la posibilidad de castración, porque ya nadie puede negar que algunas de ellas, que han roto el techo de cristal, también poseen aparato de poder, se ponen pantalones y son iguales que los hombres, luego la mayoría de las empoderadas, en un plano simbólico al menos, son falócratas, es decir machistas, y falóforas o portadoras de falo y por lo tanto tienen miedo, como nosotros, sus congéneres masculinos, de la castración ¿no?

1 comentario:

  1. Los caracteres simbólicos más que los fisiológicos son bastiones del poder, de ahí que el empoderamiento no pueda menos que subsumirse en él y, dado que no hay empoderamiento que pueda prescindir de su esclavitud subsiguiente, necesita encadenar los caracteres fisiológicos a esa 'libre continuidad' de la estupidez ideologizada en el sumo patriacardo revolucionado.

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