Cuando se dice coloquialmente de alguien que se quedó en el sitio, se da a entender que murió de repente, porque vivir no es quedarse sino irse de los sitios.
Bajo el plural de (falsa) modestia se oculta el ego individual, todo el que dice nosotros miente pretendiendo no darse importancia y escurrir el bulto personal.
El que canta sus males espanta y los encanta con el canto y con la música, que tiene el poder de hacernos olvidar y ahuyentar las penas brindándonos consuelo.
La soledad y la atomización del individuo personal impiden la formación de un "nosotros", una primera persona del plural, que sea capaz de acción comunitaria.
La digitalización nos ha privado de espacios comunes de encuentro de la gente: foros, ágoras, plazas, parques o vías públicas, embelesados ante las pantallas.
Lo que caracteriza nuestro modo de vida actual es la soledad, la erosión de lo común y la creciente individualización que hacen improbable la acción colectiva.
A menudo se confunden causas y fines, de modo que no sabemos si hacemos algo para (finalidad) o por (causalidad); así, la paz es el fin y la causa de la guerra.
La hormiga, que odiaba al escarabajo, votó por el insecticida. De resultas murieron el escarabajo y la hormiga, además del grillo, que optó por la abstención.
La semana es el uróboro perfecto, monstruo mitológico serpentiforme que se muerde la propia cola y forma un círculo vicioso que gira raudo como rueda sin cesar.
'Fumar mata' y 'Fumar reduce la fertilidad', dicen que falta le hace al planeta disminuir la población: los fabricantes no ocultan la letalidad de su producto.
Oponerse al progreso es oponerse al avance de la humanidad, como si esta caminara por alguna pista espacial en alguna dirección hacia un tiempo futuro luminoso.
Los seres humanos estamos alcanzado tal grado de libertad que podemos elegir el sexo que queremos adoptar, y hacer que nuestra elección la respeten los demás.
Según los administradores de la tecnología médica avanzada, gracias a ella tenemos una esperanza cuantitativa y cualitativa de vida, como nunca hasta la fecha.
Ante una fotografía. Yo no soy ese porque ha pasado el tiempo, pero tampoco era ese cuando la foto inmortalizó -matándolo- el instante: yo sigo vivo todavía.
Un periodista británico que estudió latín en su infancia se felicita por su desaparición actual, lamentando no haber estudiado espíritu empresarial y economía.
La desaparición del latín, auspiciada por los laboristas en la enseñanza pública británica, no es una tragedia, sino un triunfo, dada su actual irrelevancia.
No deberíamos aceptar la narrativa de una virología fraudulenta prestándonos a inmunizarnos artificialmente sometidos al control médico de un estado policial.
Pedimos medicinas para los ancianos, dicen las residencias, y nos dieron morfina y sedación, favoreciendo así el tránsito a la vida eterna de muchos residentes.
Cuando eras joven, creías, marxista empedernido, que la clase obrera vencería al capitalismo, pero lo que hoy ves es el triunfo del capital a escala planetaria.
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