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miércoles, 26 de marzo de 2025

Actualidad del mito de Europa

No sólo los antiguos creían en los mitos. También los modernos creemos en ellos, otros mitos pero mitos al fin y a la postre. El problema es que muchas veces nos pasa desapercibido el carácter mítico de nuestras creencias; tan nuestras que son y tan firmes y arraigadas como las tenemos, no somos capaces de verlas como tales en primer lugar y de cuestionarlas mínimamente con sentido crítico en última y no menos importante instancia.  


Un buen ejemplo puede ser el mito de Europa, de la que tanto se oye hablar últimamente porque se siente amenazada e indefensa. Para los antiguos, Europa era una princesa fenicia de la que se enamoró Zeus o Júpiter, que le decían los romanos,  cuando la vio jugando con sus amigas en la playa de Sidón, o de Tiro, según otras fuentes. El dios, enardecido de amor por la belleza de la muchacha,  se transformó en un toro de resplandeciente blancura y cuernos en forma de luna creciente -"media Luna los cuernos de su frente", que cantó Góngora-; y se tumbó  mansamente a los pies de la doncella. Ella, asustada al principio, cobró ánimo y acabó confiándose, acariciando al toro y sentándose sobre su lomo, momento en el que la bestia aprovechó para lanzarse al mar y llevársela consigo. La travesía, rumbo a Occidente, a través de las olas acabó en la isla de Creta, donde el "mentido robador de Europa",  según el verso gongorino que evoca al falso toro que la raptó, se une carnalmente a la virgen, y, como recompensa, otorga el nombre propio de la princesa a esa parte del mundo donde se había producido la unión de la que nacerá el legendario rey Minos. Había nacido Europa. 

El toro, cuya forma había adoptado Zeus se convirtió, posteriormente, según la leyenda, en una constelación que fue colocada entre los signos del zodíaco y que conserva, como cultismo, su antiguo nombre: tauro.

Europa, fotografía de Madame Yevonde,  (1935)

El simbolismo de esta princesa fenicia, por otra parte, está abierto a toda clase de sugerencias e interpretaciones: "ex Oriente lux" dice el proverbio latino, que significa que de Oriente nos viene la luz del sol, como vienen de Oriente los Reyes Magos, en la tradición cristiana, a adorar al recién nacido... Y de Fenicia, en concreto, tomaron los griegos algo tan importante y crucial para nuestra cultura como el alfabeto, que es el origen del abecedario latino que empleamos hoy casi universalmente.  Así que de Oriente nos vino, al menos, la escritura alfabética, y con ella el comienzo de la historia humana propiamente dicha y de nuestra cultura.

  Europa, Valentin Serov (1910)

Los mitos modernos, tales como el Progreso, Europa, la Democracia, los Mercados... y un larguísimo etcétera son mucho más prosaicos que los antiguos, como podéis comprobar, pero no menos poderosos y más dogmáticos, por lo que no es mal ejercicio desmitificarlos, es decir, analizarlos, disolverlos como si de un análisis químico se tratara. Nos exigen no sólo la fe ciega de que creamos en ellos sin ponerlos nunca en tela de juicio,  sino también  que hagamos algún sacrificio que otro en sus altares.

 Rapto de Europa, Botero (1995)

"Somos conscientes de los sacrificios exigidos para fortalecer Europa", ha dicho recientemente un prohombre del Estado y político de las finanzas elegido democráticamente. Lo ha dicho en pleno siglo XXI de la era moderna. Ha querido decir que hay que fortalecer un dogma de fe, un mito ("Europa"), que hay que darle credibilidad -ahora no dicen "fe", que suena a religión, sino "credibilidad", que es lo mismo pero parece más moderno y distinto porque,  frente a la monosilábica "fe",  la "credibilidad" tiene nada más y nada menos que cinco sílabas, lo que le da mucha más enjundia y empaque a la palabra. Hay que fortalecer a Europa, ha dicho, y rearmarla porque su seguridad está en peligro, aunque exija en sus aras y a tumba abierta  el sacrificio de todos los europeos.


En la moneda griega de dos euros figura hoy, qué paradoja, el rapto de Europa, dando a entender mucho más de lo que parece que representa. ¿No será acaso el toro bravo hoy en día una metamorfosis no ya del obsoleto Júpiter o del no menos rancio Zeus, sino del propio Euro, la "moneda única" que está a punto de digitalizarse y es la última epifanía del poderoso caballero Don Dinero (Quevedo dixit), o Das Kapital, que diría don Carlos Marx, el nuevo, único y moderno dios verdadero que rige los destinos no sólo de la llamada comunidad o unión europea,  que necesita estar constantemente fundándose y refundándose y defendiéndose de los euroescépticos sino también del mundo entero? 

Una muestra del humor genial del llorado Forges abunda sobre el mismo tema, muestra el moderno "rapto" de Europa.

martes, 10 de diciembre de 2024

¿La hora de qué?

    El editorial de El Periódico Global, alias El País, del día 23 de noviembre de 2024 es repugnantemente vomitivo. Lleva por título «La hora de los europeos ante Ucrania», y se muestra preocupado porque el señor  Donald Trump, que ha ganado las elecciones norteamericanas como todo el mundo sabe, deje de apoyar a Ucrania como ha hecho hasta la fecha el señor Joe  Biden manejando a Zelenski, su títere NATO, y deje de suministrarle dineros y munición.
 
 
    El artículo, que resume la opinión de la casa editorial, destaca por su falta de imparcialidad y de sentido crítico mínimo ante los planteamientos de la OTAN. Que el Periódico Global que se autopercibe como serio y de tendencia progresista, favorable al adelanto de España por la izquierda que propone el gobierno, se comporte como si fuera un fanático militoste partidario de la guerra a sueldo del Ministerio de Defensa y de la OTAN es, cuando menos, preocupante y escandaloso. 
 
    El Periódico Global es el moderno paladín que quiere evitar el colapso de su dama amenazada por el malvado zar ruso. “Por todo ello, es la hora de los europeos. Ya no cabe confiar en el paraguas de seguridad de EEUU. Hay que respaldar a Ucrania para evitar su colapso”. El Periódico Global lamenta que Europa no tenga mucha capacidad de producción de armas, pero, como contrapartida, puede “hacerse un mayor esfuerzo financiero o, por ejemplo, comprar en el mercado armas que hoy Europa no produce”. Así, lo dice con un par, y se queda tan ancho y tan fresco. Vamos al mercado persa, regateamos un poco y compramos al fin armas que le regalamos a nuestra dama para que se defienda del pérfido dragón. 
 
 
    Por eso dice: “Es necesario compensar la probable caída del apoyo estadounidense a Kiev para que la paz que busca Trump no sea una capitulación”. Europa no aspira a la paz, que sería una capitulación, no nos engañemos, sino la victoria sobre la madre Rusia. 
 
    Pero el párrafo más ominosamente perverso y falso como él solo es el siguiente: “España debe, en esto, contribuir adecuadamente. Se halla en el furgón de cola del gasto en defensa de los aliados. Debe recuperar terreno con rapidez. No vale el argumento de la lejanía geográfica. España es parte de una alianza y de la Unión Europea. Recibió apoyo económico en momentos de dificultad. Debe contribuir a la seguridad común”. España, en efecto, es parte de una alianza, de la OTAN, pero recuérdese en qué condiciones entramos
 
    No sé si estamos en el furgón de cola del gasto en defensa -llaman defensa a lo que es agresión- de los aliados, pero lo que es evidente para cualquiera que tenga dos dedos de frente es que el verdadero gasto militar español no sólo ha superado el 2% del PIB como manda la Alianza y los Estados Unidos que la regentan, sino que supera el 5%, porque la mayor parte de este dispendio está oculta en partidas de otros ministerios. 
 
 
    El Periódico Global miente impunemente, y sus lectores lo saben, pero les da igual, cuando dice que Rusia utiliza «armas inquietantes», como si el uso de esas armas no tuviera relación alguna con el lanzamiento por parte de la OTAN de misiles de largo alcance, autorizados por el senil Tío Sam, no menos inquietantes. Miente y peca de imparcialidad cuando habla de “la destrucción de infraestructuras y actos de sabotaje” por parte de Rusia, no mencionando que la mayor destrucción fue la del gasoducto Nord Stream, que no realizó Rusia precisamente como se dijo desde el primer momento y luego se ha podido averiguar. 
 
    Pero el Periódico Global nos anima a comprar armas. Hay que atribuirle al editorialista, sin embargo, una virtud, la sinceridad con la que reconoce que el esfuerzo militar español que demanda «limitará los recursos disponibles para otras partidas de gasto». Pero quiere remediarlo con las consabidas monsergas de la Ministra impresentable del Ramo de que el gasto militar no se contradice con valores progresistas y que no hay progreso, cohesión social, seguridad y democracia sin una mayor inversión militar. 
 
    ¿De verdad se creen los propietarios y redactores de ese periódico que el ejército nos garantiza valores progresistas, cohesión social, seguridad y democracia? ¿En qué país viven y vivimos? ¿Actuaron los efectivos del ejército español desde el primer momento para remediar el desastre de las lluvias torrenciales e inundaciones valencianas?
 
 
    No se quiere aquí justificar la invasión rusa, Dios nos libre de ello, pero sí situarla en su contexto, por lo que hay que decirlo una vez más, la guerra en Ucrania se pudo evitar, se pudo parar en los primeros días- y no fue Rusia quien se negó a firmar el alto el fuego-, y se puede evitar que continúe esta sangría humana y económica, esta peligrosísima escalada militar que solo beneficia a los Señores de la Guerra, a las empresas energéticas de uno y otro lado y a algunos multimillonarios.
 
    A lo mejor sí que ha llegado la hora de Europa, o la de España, por lo menos, de desentendernos de la tutela americana, cerrando las bases yanquis, saliendo de la Alianza Atlántica, resucitando aquel viejo eslogan de OTAN NO, BASES FUERA, y liberando ingentes recursos para lo que verdaderamente nos importa, que no es la guerra precisamente. de uno y otro lado.

lunes, 10 de junio de 2024

Escueta mensajería

Un político, cuyo nombre propio importa poco, ha acertado sin querer: “Europa no es un mapa, es una idea”. Una falsedumbre, pues, en permanente construcción.
 
 Europa no es solo el nombre propio de un topónimo en un mapa, sino mucho más que eso: es una idea real o realidad ideal que se nos impone ya a machamartillo.
 
 La Unión Europea no es la esperanza que pretendía ser de un futuro mejor que el presente sino un peligro mortal para la propia Europa y los pueblos europeos.
 
El engendro político-económico, y viceversa , de la Unión Europea ya no puede ocultar que es un lobo autoritario y belicista disfrazado bajo pelleja de cordero.
 
Europa raptada por el toro de la Unión Europea.
 
 
 Los estados democráticos modernos proclaman la libertad de expresión en sus constituciones como compensación por la falta efectiva de libertad de pensamiento.
 
La realidad es que no existen las naciones, dijo el intelectual, confundiendo realidad con verdad, pues las naciones sí existen y mucho, son reales pero falsas.
 
El Rey llama a construir una España y una Europa más fuertes, inclusivas y prósperas para las generaciones futuras, mostrando así su falta real de consistencia.
 
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 Definió magistralmente Giuseppe Tomasi di Lampedusa lo efímero y eterno del amor: "El amor. Sí, el amor. Un año de ardor y llamas, y luego treinta de cenizas".
 
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 Gloria al descreído que ha sido excomulgado de la comunidad de los creyentes aquejados del inveterado vicio de la fe y de su consiguiente fanatismo religioso. 
 
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 Este hombre quiere salvar a la Humanidad, Es hora, dice, de ser más agresivos contratacando (in pushing back) a los antivacunas, que plantean un serio desafío.
 
Afirma que las vacunas funcionan y que la Organización que él regenta, subvencionada por la Gran Farmacopea, tiene la exclusiva de la ciencia y la evidencia.
 
 La vida, que es una Enfermedad mortal de Transmisión Sexual, la han prolongado artificialmente y convertido en enfermedad crónica, a fin de vender medicamentos.
 
Un fallo del programa informático en el Hospital Universitario provoca que doscientos pacientes 'desaparezcan' como por arte de magia y se declaren fallecidos.
 
La OMS ha reportado la primera muerte por gripe aviar AH5N2 (actualización de la vieja AH5N1) en el mundo, caso humano confirmado en México en un laboratorio.
 Quienes sufran tos, malestar general y fiebre pueden pensar, con alta probabilidad de acertar en el diagnóstico, que el virus erradicado ha vuelto a visitarnos.
 
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 Las chicas tienden cada vez más a la extrema izquierda y los chicos a la extrema derecha, ahondando en que ellas son más de Venus y ellos de Marte al parecer.
 
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Los medios de (in)formación nos sirven cada día el recuento obsceno de muertes en la guerra, como en la pandemia, normalizando así un número que es intolerable.  
 
La guerra extiende cada vez más sus tentáculos, y en vez de oponernos a ella, celebramos la final de la copa de Europa y el concierto de una cantante americana.
 
Al mismo tiempo que exigen el cese de hostilidades y el alto el fuego, envían armamento supuestamente defensivo a los países en guerra, reactivando la economía.
 
 Guerra sucia: El empleo del adjetivo “sucia” aplicado al sustantivo “guerra” sugiere falsamente que hay o puede haber una guerra limpia, que resulta blanqueada.
 
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Ya no sentimos ni frío ni calor en el cuerpo, sino solo los números que cuantifican las temperaturas que pronostican los meteorólogos y marcan los termómetros.  
 
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Que todos nuestros sueños se realicen es lo peor que puede pasarles a nuestros sueños, y a nosotros: El perseguidor de sueños acaba siendo por ellos perseguido.
 
 
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 Policías locales de la comunidad autónoma reciben en la Universidad de Cantabria nociones básicas teóricas y prácticas de uso de pistolas de eléctrica descarga. 
 
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Los 'influencers' se definen, pagados de sí mismos, como 'creadores de contenidos': nosotros, los influidos, somos sus contenedores y también sus contenidos.

martes, 16 de abril de 2024

La guerra de la razón contra la razón de la guerra

   Como dijo Cicerón, belli neruus pecunia: "el dinero es el motor -el nervio, literalmente- de la guerra", y es lo que a uno se le ocurre cuando se entera de cómo la guerra, a la que  nos llevan de cabeza, está reactivando la economía europea en lo que toca a la industria armamentista, y hace que esta incluso supere a la competencia norteamericana, como puede leerse en La Información, donde se da cuenta cumplida de la subida del gasto en defensa, es decir, en material de guerra. Algunos datos sacados de allí:   

    La guerra en Ucrania, que acaba de cumplir su segundo año en todas las pantallas, ha puesto en órbita a todo el sector aeroespacial y de defensa en Europa. Basta con mirar a Rheinmetall. El principal fabricante mundial de municiones de artillería y fabricante del famoso tanque Leopard, dijo recientemente que espera que sus ventas en 2024 crezcan un 40% hasta un récord de 10.000 millones de euros, lo que no es moco de pavo. Sus acciones llevan una subida del 69% en 2024 y del 85% en un año. 

    Otras empresas que se suman a esta fuerte tendencia del sector en 2024 incluyen a Kongsberg Gruppen (53%), Saab (51%), Leonardo (48%), Safran (29%), BAE Systems (21%), Airbus (20%) y Thales (15%). Todas ellas se benefician de la expansión de los presupuestos militares europeos.

      

    La española Indra se beneficia por partida doble. A su favor cuenta su presencia en los dos segmentos más alcistas en bolsa este año: la tecnología y el negocio de defensa. La compañía, que acaba de aprobar la segregación de su unidad de negocio espacial, acumula una subida del 51% en doce meses. Indra, que también lidera las subidas del Ibex este año con un alza entorno al 30%, tiene más margen para seguir subiendo, lo que supone todo un orgullo para esta sucursal nuestra del ofensivo patrioterismo europeo.

    

 Tras las fuertes ganancias acumuladas, las acciones europeas de defensa -en realidad, de la guerra- superan claramente a sus competidoras estadounidenses como Lockhedd Martin, Boeing, Northrop Grumman, General Dynamics, RTX y Leidos Holdings, después de más de dos décadas de ir siempre por detrás de los americanos. La relación causa-efecto entre guerra y beneficios no admite discusión. El índice europeo que agrupa a las principales empresas aeroespaciales y armamentísticas STOXX Europe Total Market Aerospace sube un 50,3% en un año.

lunes, 25 de marzo de 2024

Vientos de guerra (Diego Fusaro)

Diego Fusaro (1983-...) es un filósofo italiano que se considera alumno independiente de Hegel y Marx y que políticamente se sitúa más allá de las categorías tradicionales de 'izquierda' y 'derecha', por lo que ha sido tildado despectivamente de 'rojipardo'. Al margen de la etiqueta con la que queramos definir al autor, el análisis que hace sobre la situación política europea 'Europa, prepárese para la guerra', publicado en Il giornale d'Italia el 22 de marzo pasado, que se ofrece aquí traducido, es incontrovertible. 

 


La paloma de la paz, Pawel Kuczynski (2014)


    Vientos de guerra comienzan a soplar también en nuestra Europa. Y ahora la Unión Europea apoya la necesidad de preparar a los civiles para la eventualidad de una guerra. Nos habían garantizado que la Unión Europea nos protegería de las guerras: era uno de los mantras favoritos de los euroinómanos de las brumas de Bruselas. Se trataba de una fake news entre las muchas en las que se basó el discurso de celebración de la Unión Europea: una fake news como aquella según la cual -Prodi dixit- gracias al euro trabajaríamos un día menos, ganando como si trabajásemos un día más. 

    ¿Por qué debería Europa prepararse para la guerra? Y luego, ¿para qué guerra? ¿Quizá la OTAN se esté preparando para atacar a Rusia con una guerra preventiva pretendiendo que la propia Rusia quiere atacar a la OTAN? La verdad es que Europa debería haber asumido inmediatamente una postura de neutralidad, es decir, desde que comenzó la horrenda guerra en Ucrania, fomentando las negociaciones y la diplomacia, los pactos y el diálogo. Y, en cambio, lamentablemente eligió el camino de enviar armas a Kiev: como incluso un niño podría comprender fácilmente, enviar armas a una de las dos partes involucradas en el conflicto equivale a participar en el conflicto. Nos dijeron con insistencia que enviar armas a Kiev significaba promover la paz: una mentira igual a la del médico que dijese que quería combatir la diabetes suministrándoles azúcar. 

Diego Fusaro, ante la estatua de Giordano Bruno en el Mercato dei Fiori en Roma.
 

    Desgraciadamente, Europa ha elegido el camino de la guerra, obedeciendo a los imperativos del gran jefe de las barras y las estrellas: ese gran jefe que ha ocupado impunemente Europa desde 1945 con bases militares que a priori niegan cualquier independencia de la propia Europa, convirtiéndola de facto en una colonia de Guásinton. Y ahora sabemos que Guásinton necesariamente quiere la guerra con la Rusia de Putin, culpable de no arrodillarse ante su dominación imperialista que aspira a someter al mundo entero al consenso de Guásinton. 

    En este conflicto entre potencias mundiales, Europa desempeña el papel del jarrón de terracota de Manzoni entre jarrones de hierro. No hay duda: Europa está actualmente administrada por locos sin escrúpulos, dispuestos a sacrificar a los pueblos europeos en aras del imperialismo de Guásinton y de sus continuas atrocidades perpetradas en nombre de la libido dominandi. Evidentemente los locos que quieren la guerra son los que no irán al frente de combate y los que enviarán al frente a los que en su mayor parte no quieren la guerra.

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     Un vídeo de Spanish Revolution, por otra parte, sobre el mismo tema, dedicado a nuestro entrañable gobierno progre(sista) y en concreto al presidente y a la ministra de la Guerra: Id vosotros a la guerra.

  


lunes, 11 de marzo de 2024

Los trinos del demonio

El sueño de Tartini, Léopold Boilly (1824)
 
Son 'antifascistas' porque el fascismo es ya un adversario-comodín que les permite no rebelarse contra el capitalismo neoliberal, el único y auténtico enemigo.
 
 Cuando el fascismo es un fantasma del siglo pasado, organizan unas jornadas antifascistas que culminarán en una manifestación a guisa de exorcismo religioso.
 
 Las redes sociales y la conexión continua a la Red Informática Universal intentan paliar un sentimiento de soledad a la vez que, paradójicamente, lo fomentan.
 
 No solo algunos desaprensivos hicieron negocios con la pandemia, sino que la pandemia, calificada popularmente de 'plandemia', fue el mayor negocio programado.
 
 Amor conyugal: La etimología subyacente de la palabra 'cónyuge' revela una imagen terrorífica: la del yugo que empareja a los dos bueyes, los unce y los subyuga.
 
 Lo que le preocupa al Gobierno actual (y a todos los gobiernos habidos y por haber) es la continuidad de su negocio, España, por ejemplo, y su gobernabilidad.
 
 Europa, la princesa que dio nombre a nuestro continente, seducida, arrebatada y violada por el toro de Zeus, está a punto de dar a luz un monstruo horripilante.
 
 La paz se define siempre en relación con la guerra, y si se acabó la posguerra, como ha declarado un analista político, es porque estamos viviendo la preguerra.
 
 La máquina de propaganda gubernamental de las altas instancias no deja de funcionar, tratando ahora de legitimar una posible “guerra preventiva” contra Rusia.
 
 Si Europa va como Mambrú a la guerra a la que la empujan sus dirigentes -¡qué dolor, qué dolor, qué pena!- no volverá viva sino muerta que llevan a enterrar.
 
 ¿A quién le interesa dividirnos entre nacionales y extranjeros, cristianos y musulmanes, creyentes y agnósticos, izquierdas y derechas, sino al Poder ejecutivo?
 
 La catástrofe no es que todo se venga a bajo de repente, como suele pensarse, sino que, como pontificó Walter Benjamin, todo siga igual: eso es lo catastrófico.
 
 La rebeldía contra la imposición de una identidad sexual no consiste en ser cisgénero ni tampoco trasgénero, posturas que no hacen sino reforzar la identidad.

jueves, 7 de marzo de 2024

Teletipos

 El Periódico Global publica la noticia en primera plana: Europa se prepara ya para un escenario de guerra, listo el atrezo y utillaje teatral del espectáculo.

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Se preguntaba Friedrich Nietzsche qué diferencia había entre un convencido y un engañado, y se respondía con toda razón: Ninguna, si se engaña bien al engañado.

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El Gran Padre Blanco, senil y demenciado como está, desentierra el hacha de la guerra y como buen halcón guerrero azuza las tropas de sus vasallos contra Rusia.


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La edición ucraniana de una indecente revista norteamericana de moda y tendencias publica una fotografía idílica de tres muchachas cadetes de un liceo militar.

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Ya es hora de que saquen la vacuna de la Enfermedad X aún no identificada, no vaya a ser que luego sea demasiado tarde y no pueda frenarse la próxima pandemia.


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Hay que fabricar un suero seguro y eficaz que contrarreste la amenaza mortal de la Enfermedad X a punto de provocar una crisis sanitaria global sin precedente.

 

domingo, 3 de septiembre de 2023

Europa, 1916

     El dibujante neerlandés Louis Raemaekers (1869-1956), del que hablamos en Carteles contra la guerra y en Europa remasterizada y digitalizada,  nos ha dejado numerosas obras sobre la Primera Guerra Mundial o Gran Guerra, en las que denunciaba la invasión alemana y las atrocidades cometidas por los que consideraba bárbaros, mientras que representaba el bando de los aliados como civilizados.  Su obra se caracteriza por la denuncia de las guerras que emprendió Alemania en el pasado siglo, pero puede servirnos para condenar cualesquiera otras guerras en particular, y la guerra en general, como la que ahora se desarrolla en el siglo XXI en suelo europeo de Rusia contra Ucrania y la OTAN.

    A propósito de las quejas de que los dibujos de Raemaekers sobre los horrores de la guerra eran muy sangrientos y de su alegoría Europa, 1916, escribía G. K. Chesterton lo siguiente:

    Hay algunos críticos ingleses que aún no han considerado algo tan simple como que el alegato contra los horrores debe ser horrible. Sólo en este sentido, esta publicación de la obra del distinguido dibujante extranjero es algo que merece nuestra atención e iluminación. El punto central de la espantosa experiencia que hoy se ha tragado todas nuestras experiencias menores es que en cualquier caso nos enfrentamos a lo abominable; y lo más bello que podemos esperar mostrar es sólo una abominación de ello. Sin embargo, hay horror y horror. La distinción entre la exageración bruta y el énfasis artístico difícilmente podría estudiarse mejor que en la alegoría del Sr. Raemaekers, y el uso que hace del antiquísimo símbolo de la rueda. 

 

    Europa es representada arrastrada y rota sobre la rueda como en la antigua tortura; pero la rueda es la de un cañón moderno, de modo que el tenue fondo puede llenarse con la sugerencia de una maquinaria totalmente moderna. Se trata de una sátira muy verídica, pues hay muchos científicos que parecen reconciliarse con el aplastamiento de la humanidad por un vago entorno mecánico en el que hay ruedas dentro de ruedas. Pero la contención interior del artista se sugiere en el tratamiento del propio tormento, que se sugiere por un cierto desgarro en las vestiduras, mientras los miembros están flácidos y la cabeza casi somnolienta. No se esfuerza ni llora; tampoco se oye su voz en las calles. El artista no tenía que dibujar el dolor, sino la desesperación. El artista no tenía que dibujar el dolor, sino la desesperación; y aunque el dolor es bastante antiguo, la desesperación en particular es moderna. La víctima atormentada por un credo podía al menos gritar "Me he convertido". Pero aquí incluso los términos de la rendición son irreconocibles; y ella sólo puede preguntar "¿Soy civilizada?".

 

    En esta otra representación de la mujer amarrada a la rueda del vehículo -un tanque- con una  mano en el fuego, bajo el epígrafe "Prusianismo y civilización" figura una frase terrible de Friedrich von Bernhardi, el teórico militar prusiano más influyente de comienzos del siglo XX: Might is the supreme right, and the dispute as to what is right is decided by the arbitrement of war.   “El poder es el derecho supremo, y la disputa sobre lo que es correcto se decide mediante el arbitraje de la guerra." Cuya continuación es: War gives a biologically just decision since its decision rest on the very nature of things. "La guerra da una decisión biológicamente justa ya que su decisión descansa en la naturaleza misma de las cosas".

jueves, 13 de julio de 2023

"Todos somos ucranianos"


    
La periodista Fátima Uribarri se preguntaba en XLSemanal: ¿De dónde venimos los europeos? Buena pregunta. La respuesta no nos la daba ella, nos la daba, según ella, la Ciencia: El subtítulo responde misteriosamente: Los yamnayas tienen la respuesta. Y el disparate que trata de llamar nuestra atención conectándonos con la actualidad de la guerra: Todos (los europeos) somos ucranianos. Ya éramos ucranianos, al parecer, aun antes de que existieran Ucrania y Europa.
 
     Debajo del pretencioso titular “Todos somos ucranianos”, se lee lo siguiente: Estudios recientes corroboran que el origen genético y lingüístico indoeuropeo procede de los yamnayas, un pueblo guerrero que partió de las estepas del Sur de Rusia y Ucrania en la edad del cobre y se expandió por Europa y Asia. De ellos venimos.
 
     (...) Su expansión en el tercer milenio antes de Cristo, en la Edad del Cobre, por Europa y Asia es la responsable de una firma genética común, porque los pastores yamnayas se mezclaron con las poblaciones locales y fueron los hablantes de un primigenio protoindoeuropeo, germen de muchas lenguas modernas; entre ellas, el castellano.
 
    Puede decirse que en la actualidad la mitad aproximadamente de la población mundial habla una lengua de origen indoeuropeo; entre las más habladas están el inglés, que es la lengua del Imperio, el castellano,  el portugués, el hindi, el bengalí y el ruso. Pero no se olviden que hay otra mitad del planeta que habla otras lenguas como el árabe, el chino o el japonés, y otras muchas más, que no proceden del tronco indoeuropeo.

    La lengua rusa y la ucraniana, son, según Villar Liébana (Los indoeuropeos y los orígenes de Europa, edit. Gredos, 1996), dos lenguas hermanas de las tres variedades lingüísticas de las lenguas eslavas orientales (la tercera es el bielorruso), procedentes de la rama, utilizando la metáfora del árbol, de las lenguas eslavas indoeuropeas, como demuestran algunas similitudes lingüísticas. Por ejemplo la palabra indoeuropea *bhráter (hermano) se dice en bielorruso, ucraniano y gran ruso brat, y su correlato femenino *swesor (hermana) se dice sestrá. Enseguida nos resuenan las correspondencias de otras lenguas indoeuropeas, como las latinas frater y soror y anglogermánicas brother/Brüder y sister/Schwester de aquellos étimos que escribimos con un * delante que quiere decir que son términos reconstruidos por el método comparativo. 
 
 Esquema tomado de Los indoeuropeos y los orígenes de Europa.
 
   Más adelante, volviendo al susodicho artículo, se dice que las raíces indoeuropeas vienen de las estepas de Ucrania... y de Rusia, por lo que no puede generalizarse como se ha hecho más arriba atribuyéndole la exclusiva del origen de Europa solo a Ucrania.
 
    Todas las áreas geográficas que a finales de la Edad de Bronce y durante la Edad de Hierro hablaban lenguas indoeuropeas –desde el sur de Siberia, la India y casi toda Europa– tienen ascendencia yamnaya.
 
    Si leemos el artículo hasta el final, veremos que los europeos actuales tenemos ADN de varios grupos: africanos, lo primero de todos, de los primeros cazadores y recolectores llegados de África; de los agricultores y ganaderos neolíticos, lo  segundo, que vinieron posteriormente desde Mesopotamia y Anatolia, y, finalmente, de los yamnayas, llamados así porque yamna significa "sepulcro"  en ruso y  ucraniano.
 
 
        De los yamnayas, identificados con los ucranianos (y rusos, no se olvide), se nos dice en el artículo que: Con su habilidad en la doma de caballos y el uso del carro se hicieron predominantes e introdujeron una sociedad jerarquizada. 
 
     Serían, por lo tanto, responsables de la jerarquía y del patriarcado, así como quizá también, apunto yo, de la esclavitud. Así las cosas, y volviendo de nuestros orígenes remotos a lo de hoy, no se entiende, sin embargo, cómo es que los ucranianos a estas alturas no están integrados de pleno derecho en la Unión Europea, y de paso en la Alianza Atlántica, como ordena y manda Dios (o sea el tío Sam, que en Dios, o sea en el Dolar su fe deposita y su confianza) . 
 
Wir haben es satt, estamos hartos, en alemán.
 
    Si todos los europeos somos ucranianos, debemos vitorear a nuestro Líder Supremo, el Servidor del Pueblo, nuestro presidente Volodimir Zelenski, acelerarle el deseado ingreso en la OTAN/NATO y otorgarle ya la presidencia de la Comisión Europea, maldiciendo al malvado y pérfido  Zar-Putín ruso, y empuñar las armas contra él, porque ellos, los rusos, no son europeos y, por lo tanto, no son ucranianos.

sábado, 29 de abril de 2023

¿Qué es Europa?

    ¿Qué es Europa? Antes de decir lo que sea Europa conviene decir lo que desde luego no es. Europa no es, como se pretende, la Unión Europea (UE) ni desde un punto de vista geográfico ni histórico tampoco, porque la UE es un engendro burocrático normativo impuesto desde arriba que responde a una ideología capitalista y militarista bajo la tutela de los Estados Unidos de América, vía OTAN.

    ¿Qué es, entonces, Europa? Europa es un mito en construcción permanente, que los políticos profesionales del viejo continente utilizan, cuando las cosas no les van bien, para decir que hace falta 'más Europa', queriendo decir 'más Unión Europea', que ya hemos visto que no es lo mismo. No se sabe para qué hace falta eso ni a quién le hace falta exactamente. También aprovechan para descalificarse unos a otros tachándose de anti-europeos, como si ese fuera el peor reproche que hacer se les pudiera. 

 

    Hoy, ningún partido político con representación parlamentaria cuestiona la trascendencia de la “construcción europea” ni su deriva autoritaria tanto en lo sanitario como en lo militar.  Los principales medios de (in)formación de masas predican el dogma europeísta, convencidos como están de que el engendro de la UE es "la encarnación del Bien", el jardín en medio de la jungla, como decía el otro.

    Esta supraestructura comenzó, al parecer, en 1951 con la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), y yendo de la Ceca a la Meca, pasó a ser tras el tratado de Roma el Mercado Común en 1957, -con lo de 'mercado' ya se veía por dónde iban los tiros-, para convertirse después en la Comunidad Económica Europea (CEE), que sonaba un poco mejor que 'mercado' que recordaba a los mercaderes que Nuestro Señor expulsó del templo, aunque seguía siendo un ente económico-, y finalmente, pasó a ser lo que ahora se denomina la Unión Europea (UE).   

 

    Su evolución a lo largo del tiempo ha dado lugar a una estructura económica y política compleja que promueve intereses económicos y políticos que nada o muy poco tienen que ver con los deseos de la gente que vivimos en la vieja Europa raptada y violada por el tío de América.  

    Europa es un mito que habría que destruir para que pudiera vivir lo que hay por debajo de ese nombre propio: “Europa debe morir para que nosotros, la gente que vivimos en Europa, podamos vivir”.

    La llamada construcción europea no tiende a destruir los estados nacionales, sino a sustituirlos por un estado supranacional con vocación más o menos federal pero centralizado bajo el yugo imperialista, gobernado por la Comisión Europea, que es una de las siete instituciones o tentáculos del engendro, que ostenta el poder ejecutivo y la iniciativa legislativa, regentada por la señora Ursula von der Leyen, y que  ni siquiera ha sido elegida democráticamente, y subordinada a los intereses de Estados Unidos y de los poderes económicos privados, en aplicación de los artículos de fe del Foro Económico Mundial. 

  La lengua franca de la UE. es, curiosamente, el inglés, la lengua del Imperio, pese a que el Reino Unido se ha desmarcado de la Unión, y el único país que oficialmente habla inglés es Irlanda, pero, sin embargo, es el idioma oficial de la UE.  

Viñeta de Miki y Duarte
 
     Los contratos millonarios de la UE que firmó la presidenta con Pfizer-BionTech y las sanciones económicas que decretó contra Rusia, adoptadas a instancias del tío Sam, que son los principales beneficiarios de estas crisis, se vuelven contra la vieja Europa perjudicando a sus habitantes.

    Del mito clásico del rapto de Europa por Zeus escribimos aquí mismo. Vuelvo ahora sobre el soneto de Lope de Vega, aprovechando el motivo del rapto de la princesa fenicia que vino de Oriente, como la luz, y que fue violada en la isla de Creta por el toro monoteísta, y aprovechamos la sugerencia y algunas de sus rimas, para añadirle ahora un estrambote: 

Ya en la mar, el raptor y falso toro
 que era Zeus putañero el pie besaba 
 de la cándida Europa, que añoraba 
 muy lejana la costa y su decoro. 
 
 En las olas, relumbran hebras de oro
 de su pelo que el viento repeinaba. 
No sabía la ninfa que arruinaba
 libre aquel su albedrío, su tesoro. 
 
 Despojada en la arena de sus faldas,
 supo al fin cuán amargos los amores 
sometiéndose al macho, a sus espaldas. 
 
Ya violada, le afloran los colores, 
brotan líquidas perlas de esmeraldas:
 «Ay, he echado a perder -gimió- mis flores. 
 
 Me dejé avasallar, así es la Historia 
que me da muerte a mí, a mi nombre gloria.»

sábado, 9 de abril de 2022

Europa remasterizada y digitalizada

    En Europa la identidad digital avanza a pasos agigantados desde hace algunos años. ¿Qué es la digitalización? Un dígito en nuestra lengua madre es un dedo, y habida cuenta de que se contaba con los dedos de la mano -la calculadora de la vieja- un dígito es también un número. Digitalización es, por lo tanto, cuantificación numérica, conversión en número de algo que no lo es. Digitalizar es cuantificar lo incuantificable, numerarlo. Y numerarlo es cosificarlo. 
 
    Recordemos aquel sabio dicho de nuestra lengua que reza: Caballo y caballero no son dos, sino uno y uno (o uno y otro, según otra versión, y podríamos decir, uno solo, como el mítico centauro) pero nunca dos. Si digitalizamos el caballo y el caballero, obtenemos un número, el número dos. Estamos sumando. Todos sumamos. Sumamos todos, y si sumamos estamos convirtiendo lo que no se puede sumar en números, es decir en cosas, o mejor dicho, en ideas, incluidos nosotros que somos los que contamos, las personas. 

     ¿Cómo comenzó este proceso de digitalización de la vieja Europa? Pues habría que remontarse ni más ni menos que a Pitágoras, quien creía que el número (arithmós) era el principio (arché) de todas las cosas, como si dijéramos su materia prima, su ser y su sustancia. 
 
    Pero, si no queremos remontarnos tan lejos y venimos a lo más cercano, vemos que el origen de nuestra conversión en un número está relacionado con el control que sobre nosotros pretende ejercer el Estado, que nos otorga, por ejemplo en España, un número: el de nuestro Documento Nacional de Identidad (o en su defecto el de nuestro pasaporte). Las entidades privadas o no estatales, por otra parte, también nos otorgan un número en función del peso específico de nuestro capital: el de nuestra cuenta corriente o tarjetas de crédito y débito. 
 
    El control que pretende ejercer el Estado sobre nosotros necesita constantemente de una coartada que lo justifique, dado que atenta contra nuestra libertad. Esa justificación habría que buscarla en principio en el riesgo terrorista, que pone en peligro nuestra seguridad. Últimamente este argumento, que se basaba en la existencia de un terrorista enemigo que ponía en peligro la seguridad de todos, no se sostenía, se veía como algo muy lejano e improbable, quedaba ya obsoleto, por lo que se recurrió a otro más sofisticado: la existencia de un virus de una letalidad peligrosísima del que podríamos ser portadores sin saberlo. Era una manera de decirnos que los terroristas y el virus éramos nosotros. Se entronizaba así la Sanidad, mejor que la salud, que sigue siendo una palabra patrimonial popular, para justificar nuestra inmolación o sacrificio en aras del ideal. 
¿La tecnología al servicio de las personas o las personas al servicio de la tecnología?
 
    El pasaporte vacunal, en efecto, es lo que mejor materializaba este progreso con el que avanzaba la digitalización de la sociedad a manos del caballo de Troya que es nuestro esmarfon o teléfono inteligente o, sencillamente, móvil, un aparato que lleva adosada nuestra identidad, nuestra alma, que es nuestro dinero, nuestros datos personales con un número que nos identifica como si fuera nuestra sombra. No hace falta ya ningún Documento Nacional de Identidad, nuestro DNI es nuestro móvil, que encarna nuestra identidad virtual, al que hablamos y que nos escucha: es nuestra agenda telefónica, nuestro geolocalizador, nuestro pasaporte, nuestro todo. Me he visto obligado a aprenderme su número, que no es sólo mi número de teléfono, sino mi DNI, mi pasaporte, mi tarjeta sanitaria, mi banco, mi todo. Resulta muy cómodo llevar todos estos datos en un solo soporte, pero resulta muy ingenuo no ver que ese soporte nos lleva a nosotros mismos que hemos vendido el alma al diablo. Resulta muy ingenuo no ver que el haber cedido todos estos datos no iba a causarnos ningún perjuicio en detrimento de nuestra libertad.
 
 
 
    Cuando se habla del incremento del control social y de la vigilancia en la vieja Europa, siempre sale alguien rebuznando «es peor en China», lo que seguramente es verdad pero el mal de los chinos, que son muchos como se sabe, no puede consolarnos a los europeos, que somos a la sazón muchísimos menos, muy muy pocos: mal de muchos, dice el refrán, consuelo de tontos. Esto recuerda la enseñanza moral del cuento aquel de El Conde Lucanor del infante don Juan Manuel:  “Por pobreza nunca desmayedes, pues otros más pobres que vos veredes”; argumento que retomó Calderón de la Barca en La vida es sueño y versificó así: Cuentan de un sabio que un día / tan pobre y mísero estaba, / que sólo se sustentaba / de unas hierbas que cogía. / ¿Habrá otro, entre sí decía, / más pobre y triste que yo?; / y cuando el rostro volvió / halló la respuesta, viendo / que otro sabio iba cogiendo / las hierbas que él arrojó. Lo que viene a decir que no podemos quejarnos, que hay otros que están mucho peor que nosotros y no se quejan, aunque tienen más razones para hacerlo.
 
    Lo que está meridianamente claro es que a fecha de hoy, España, Europa y en sentido general, Occidente, se exponen a la digitaliación de nuestra sociedad, tomando como punto de partida la salud para llegar hasta la identidad personal. Es verdad que hace años ya que somos dependientes de nuestros móviles pero, desaparecidos prácticamente los móviles prepago, no se había visto nunca hasta la pandemia que tuviéramos que sacar los esmárfones para justificar nuestra identidad en lo concerniente a nuestro estado de salud, o, mejor dicho, de vacunación, que no es lo mismo. Había que exhibirlo hasta para entrar a comer a un restorán, y hasta para consultar su menú a través del código digital. 
 

 
    Nadie puede salir ya de su casa sin su adminículo móvil. Y ahora que el secreto médico se ha vuetlo cada vez más evanescente, pese a la cacareada protección de datos, el resto de nuestros datos sigue siendo aspirado por los codiciosos bancos de datos, compañías de seguros, navegadores de la Red, etc. El esmarfon es la moderna epifanía del Estado y el Capital asociados a un número: nuestra identidad personal que es también la económica, sobra que se diga. 
 
    La Unión Europea no se queda a la zaga, ya que ha regulado su «agenda digital para 2030» desde marzo de 2021. Se trataría con todo ello de dotar a cada uno de un pasaporte digital europeo en el que estaría incluido el carné de vacunación.  En esta generalización de la identidad digital que mezcla lo público y lo privado, el Estado y el Capital en términos políticos clásicos, el Foro Económio Mundial, con sede en Suiza, trabaja en ello desde hace años y no lo oculta. 
 
 La casa de los locos o El manicomio, Louis Raemaekers (1915)