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sábado, 29 de abril de 2023

¿Qué es Europa?

    ¿Qué es Europa? Antes de decir lo que sea Europa conviene decir lo que desde luego no es. Europa no es, como se pretende, la Unión Europea (UE) ni desde un punto de vista geográfico ni histórico tampoco, porque la UE es un engendro burocrático normativo impuesto desde arriba que responde a una ideología capitalista y militarista bajo la tutela de los Estados Unidos de América, vía OTAN.

    ¿Qué es, entonces, Europa? Europa es un mito en construcción permanente, que los políticos profesionales del viejo continente utilizan, cuando las cosas no les van bien, para decir que hace falta 'más Europa', queriendo decir 'más Unión Europea', que ya hemos visto que no es lo mismo. No se sabe para qué hace falta eso ni a quién le hace falta exactamente. También aprovechan para descalificarse unos a otros tachándose de anti-europeos, como si ese fuera el peor reproche que hacer se les pudiera. 

 

    Hoy, ningún partido político con representación parlamentaria cuestiona la trascendencia de la “construcción europea” ni su deriva autoritaria tanto en lo sanitario como en lo militar.  Los principales medios de (in)formación de masas predican el dogma europeísta, convencidos como están de que el engendro de la UE es "la encarnación del Bien", el jardín en medio de la jungla, como decía el otro.

    Esta supraestructura comenzó, al parecer, en 1951 con la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), y yendo de la Ceca a la Meca, pasó a ser tras el tratado de Roma el Mercado Común en 1957, -con lo de 'mercado' ya se veía por dónde iban los tiros-, para convertirse después en la Comunidad Económica Europea (CEE), que sonaba un poco mejor que 'mercado' que recordaba a los mercaderes que Nuestro Señor expulsó del templo, aunque seguía siendo un ente económico-, y finalmente, pasó a ser lo que ahora se denomina la Unión Europea (UE).   

 

    Su evolución a lo largo del tiempo ha dado lugar a una estructura económica y política compleja que promueve intereses económicos y políticos que nada o muy poco tienen que ver con los deseos de la gente que vivimos en la vieja Europa raptada y violada por el tío de América.  

    Europa es un mito que habría que destruir para que pudiera vivir lo que hay por debajo de ese nombre propio: “Europa debe morir para que nosotros, la gente que vivimos en Europa, podamos vivir”.

    La llamada construcción europea no tiende a destruir los estados nacionales, sino a sustituirlos por un estado supranacional con vocación más o menos federal pero centralizado bajo el yugo imperialista, gobernado por la Comisión Europea, que es una de las siete instituciones o tentáculos del engendro, que ostenta el poder ejecutivo y la iniciativa legislativa, regentada por la señora Ursula von der Leyen, y que  ni siquiera ha sido elegida democráticamente, y subordinada a los intereses de Estados Unidos y de los poderes económicos privados, en aplicación de los artículos de fe del Foro Económico Mundial. 

  La lengua franca de la UE. es, curiosamente, el inglés, la lengua del Imperio, pese a que el Reino Unido se ha desmarcado de la Unión, y el único país que oficialmente habla inglés es Irlanda, pero, sin embargo, es el idioma oficial de la UE.  

Viñeta de Miki y Duarte
 
     Los contratos millonarios de la UE que firmó la presidenta con Pfizer-BionTech y las sanciones económicas que decretó contra Rusia, adoptadas a instancias del tío Sam, que son los principales beneficiarios de estas crisis, se vuelven contra la vieja Europa perjudicando a sus habitantes.

    Del mito clásico del rapto de Europa por Zeus escribimos aquí mismo. Vuelvo ahora sobre el soneto de Lope de Vega, aprovechando el motivo del rapto de la princesa fenicia que vino de Oriente, como la luz, y que fue violada en la isla de Creta por el toro monoteísta, y aprovechamos la sugerencia y algunas de sus rimas, para añadirle ahora un estrambote: 

Ya en la mar, el raptor y falso toro
 que era Zeus putañero el pie besaba 
 de la cándida Europa, que añoraba 
 muy lejana la costa y su decoro. 
 
 En las olas, relumbran hebras de oro
 de su pelo que el viento repeinaba. 
No sabía la ninfa que arruinaba
 libre aquel su albedrío, su tesoro. 
 
 Despojada en la arena de sus faldas,
 supo al fin cuán amargos los amores 
sometiéndose al macho, a sus espaldas. 
 
Ya violada, le afloran los colores, 
brotan líquidas perlas de esmeraldas:
 «Ay, he echado a perder -gimió- mis flores. 
 
 Me dejé avasallar, así es la Historia 
que me da muerte a mí, a mi nombre gloria.»