miércoles, 10 de diciembre de 2025

Lo que le dice el Año Viejo al Año Nuevo (The End)

    Una viñeta del dibujante griego Arcás publicada hace ahora nueve años, que reflejaba lo que le decía el año 2016, que estaba a punto de finalizar, envejecido y canoso, medio calvo ya y barbudo, al inminente 2017, joven e imberbe todavía, y que es, en dos palabras: obsolescencia programada, es lo mismo, actualizado, no hace falta decirlo, que le dice ahora mismo el presente año del Señor 2025 al futuro 2026 que está esperando que le den el pistoletazo en la línea de salida: está previsto que tú, el año supuestamente nuevo,  dures trescientos sesenta y cinco días igual que yo, ya que ninguno de los dos somos bisiestos, y que las promesas de mejora en general que conllevas (felicidad, realización de todos nuestros más íntimos deseos y sueños de paz en la tierra, armonía, libertad, fraternidad y  demás zarandajas) se queden en agua de borrajas y caigan en desuso y el saco roto del olvido por la fuerza misma de la costumbre y el propio funcionamiento de la maquinaria que prevé que así sea y que se alimenta de esas mismas y falsas ilusiones de novedad,  de modo que, cuando uno está a punto de descubrir y denunciar el engaño del año en el que vivimos,  se abre paso una nueva institución temporal, que hará su aparición estelar en todos los calendarios y que es "el año nuevo" con idénticas y falsas promesas e ilusiones.  
 
 
 
    ¿Descubriremos alguna vez los humanos seres que el año viejo y el año nuevo, tú y yo, no somos sino el mismo año que gira como la tierra en torno al sol, la misma ave Fénix que muere incinerada y renace de sus propias cenizas? El dibujante griego lo reflejó muy bien en otra de sus viñetas en la que presenta la silueta incolora del espíritu de un fallecido que se halla en el cielo conversando con un Ángel del Señor, al que le pregunta qué es lo que pasa detrás de un biombo sobre el que cuelgan unas prendas de vestir y tras el que se ven unos pies humanos, y el Ángel le responde que el año se está cambiando, es decir, se está disfrazando para parecer otro, lo que nos recuerda a los hablantes castellanos el inveterado dicho idiomático de que es el mismo perro con distinto collar.  
 
 

Las viñetas y tiras cómicas de Arcás aparecieron por primera vez en los quioscos griegos a principios de los años 80. Su obra, desde entonces hasta la actualidad, ha ido creciendo considerablemente. Al mismo tiempo, su identidad personal y aspecto físico han sido y son un misterio hasta para sus propios lectores y editores griegos. Arcás ha preferido mantener el anonimato bajo la firme creencia de que a un artista debe conocérselo más por su obra que por su personalidad propia.   Su particular sentido del humor (casi negro), impregnado de un tono sarcástico, está presente en casi todas sus historietas. Sin embargo, lo que realmente explica su éxito es la universalidad de los temas que trata. En este sentido, puede decirse de él, sin exagerar, que es ya todo un clásico, porque su humor está fuera del tiempo. 

'La vida de después', además de ser una de los mejores y más celebradas historietas de Arcás es la más larga por ahora. Narra la vida de Arni, un hombre joven que ha muerto de repente de un infarto y que se encuentra de pronto en el paraíso conversando con un ángel sobre lo humano y lo divino. El Ángel del Señor le dice a Arni que no se deprima que morirse no es algo tan terrible, ya que le puede pasar a cualquiera. Cuando Arni le pregunta al Ángel qué opinión tiene sobre la incineración de los cadáveres humanos, este le responde que es un auténtico progreso porque en la Edad Media los quemaban vivos... Una muestra genial de su humor negro y sarcástico. 

 
The end, el fin de...

La gente quiere que llegue el finde, como se dice ahora, o el fin de semana, que se decía antes o también el güiquén con flagrante anglicismo,  llegar a fin de mes, celebrar el fin de año:

-que llegue el finde para descansar y desconectar de la rutina, libre de las cadenas del trabajo asalariado o de la educación preparatoria, que es la cara moderna de la antigua esclavitud abolida de la faz del mundo para seguir subsistiendo bajo nuevas formas;

-llegar a fin de mes, económicamente hablando, porque el dinero es aquello en que se convierte nuestra vida, time is money, money is time; llegar a fin de mes significa cobrar a mes vencido, obtener la recompensa económica  por nuestra prostitución, cobrar el estipendio que debería alcanzar hasta el próximo fin de mes y que sólo nos durará unos días, quizá unas semanas…

-celebrar el fin de año con burbujas espiritosas de champán para que parezca que damos carpetazo y hacemos borrón y cuenta nueva, dispuestos a que el año que comienza sea de verdad un año nuevo y no, lo que acabará inevitablemente siendo, una repetición de lo mismo de siempre.

Porque lo que en realidad queremos es el fin del tiempo que nos venden como futuro siempre: el fin de la semana, el fin del mes y el fin de todos los años que pretenden computar el paso del tiempo: feliz fin de semana, por lo pronto, y feliz fin de mes y de año todo junto. Esperando el porvenir, y el porvenir nunca llega.



1 comentario:

  1. Las palabras del profeta me han recordado a Ferlosio: (Campana vespertina): Vendrán más años malos y nos harán más ciegos; vendrán más años ciegos y nos harán más malos. Un saludo.

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