No tiene nada de raro que a la agenda que se ha sacado la ONU de la manga de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible para mejorar la vida de los habitantes de la Tierra (sic, literal) para el futuro año 2030 -dos mil treinta-, la llamen Britannico more “agenda veinte treinta”, olvidando de este modo que se trata de un plan de 17 metas muy bonitas adornadas con 17 colores del amplio espectro del arco iris para hacerlas más atractivas bajo un policromado anagrama, un pin multicolor redondo que lucen autoridades y políticos en sus solapas, cuya consecución se aplaza de este modo ocho años.
Algunos se oponen a ella considerando que es una agenda diabólica, sionista y satánica que pretende salvar el planeta destruyendo a la humanidad que lo habita. En realidad, la cosa es más sencilla: se trata de una programación de unas metas cuya consecución nuestros gobernantes posponen, aplazándolas para un futuro inexistente. Tratan, por ejemplo, de acabar con la pobreza y el hambre en el mundo, y de lograr “paz, justicia e instituciones sólidas”, objetivos muy loables y muy buenas intenciones. Pero, en primer lugar, no entiendo el adjetivo de “sólidas”. Y en segundo, ¿por qué no decir alcanzar paz y justicia sencillamente? Objetivos muy loables, ya digo, pero ¿por qué planteárselos a largo plazo? ¿Por qué no acabar con la pobreza y con el hambre y con las guerras en el mundo ahora mismo? Y además ¿cómo acabamos, por ejemplo, con la guerra de Ucrania? ¿Enviando armas al frente? Son los “goals” -Objetivos o metas de Desarrollo Sostenible, léase “goles”- que la ONU pretende meternos para crear el Nuevo Orden Mundial.
No es que sea una
agenda diabólica, sionista y satánica. Es, sencillamente, una manera de decirnos "Nuestras intenciones son buenas. Si algo va mal, disculpen las molestias. Estamos trabajando por su
futuro”. No se preocupen, en el año 2030, que es por esencia un año inalcanzable, no habrá pobreza, ni
discriminación racial o sexual, ni hambre, ni guerra en el mundo, ni
contaminación ni enfermedades ni... pero mientras tanto: ajo y agua, que dice la
gente: a joderse y aguantarse. Además ya se sabe, de buenas intenciones está pavimentado el infierno. Sobre todo cuando estas intenciones se imponen desde arriba y no surgen como todo lo bueno desde abajo.
He aquí un rap, titulado “fuck 20-30” que viene a cuento y que podría traducirse por “A la mierda 20-30”, donde predominan los anglicismos como el mentado "fuck" y las rimas acabadas en -ea, como agenda.