Ucrania recluta soldados -mercenarios- hispanoparlantes y paga bien, como anuncia en su página güeb. Ni siquiera es necesario hablar ucraniano ni la lengua del tío Sam para ir al frente a contrarrestar los ataques del malvado Putin, el zar ruso, a cambio de un sueldo traducido a más de 3.000 eurazos.
¿De dónde sale el salario que paga la guerra? Del Estado de Ucrania, subvencionado por sus propios súbditos, la Unión Europea de la Ursulina y el Tío Sam que está senil y anda detrás de todo esto desde que empezó. Un ejemplo más de la íntima relación sentimental del indisoluble matrimonio entre el Estado y el Capital, que Dios ha unido y que nadie separará.
Las fuerzas armadas ucranianas reclutan mercenarios -soldados- dispuestos a dar su vida por la Patria y las ideas, sean nacionales o extranjeros, poco importa. Se trata de la Legión Internacional que quiere incrementar sus filas, cuyo lema es "Defiende la libertad" y va de menor a mayor, o de lo local a lo global, como dicen los cursis, in crescendo: de Ucrania, de Europa, del mundo.
Los requisitos para ingresar en la Legión Internacional son de 18 a 60 años, no tener antecedentes penales ni enfermedades crónicas, forma física adecuada... Aunque no es obligatoria la experiencia militar, se valorará a la hora de ser aceptado haber servido como policía, bombero, paramilitar...
Vamos a lo que importa: cuál es la soldada, que se efectuará en grivnas, que es la moneda ucraniana de curso legal. Aproximadamente al cambio 550 euros al mes tras la línea del frente, 1.100 por servir en zonas de peligro y unos 3000 al mes por despliegue en combate. Además, los soldados heridos recibirán tratamiento médico gratuito y una pensión vitalicia en caso de discapacidad y su familia en el de muerte heroica en el combate.
El billete de 200 grivnas, que es la moneda ucraniana, muestra la imagen de la bella poetisa de esa nacionalidad Lesya Ukrainka, que derrama en sus versos numerosas lágrimas por Ucrania. Y no es para menos. Hasta quince billetes como ese puede ganar al mes el legionario desplegado en el frente de combate...
Un cómico engreido, una burocracia europea ruín y satisfecha, y el tio Sam con sus jueguecitos y negocios de armamento sofisticado, es todo lo que da de sí, por estos lares, el mundo libre para la guerra, siendo ésta la gran razón de ser del Mercado y sus organismos reguladores: los Estados civilizados, donde se impone y generaliza la condición mercenaria, esa que ya se ha desplegado con especial maña e impacto por parte de la Farma(fia)céuticas en el 'histórico' reinicio de esa nueva era que anuncian y pretenden pandémica.
ResponderEliminarLo pandémico ahora no es el virus -aunque el Gobierno sanitario recomienda ya la mascarilla, esperemos que se quede en mera recomendación-, sino la guerra.
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