El
estado, cuya esencia
es la guerra primordial,
de Israel, maldito sea,
bombardea sin piedad
Gaza entera, arrasa todo
como manda la Torá,
mata a niños inocentes
como Herodes de Judá.
Su derecho a defenderse
le confiere impunidad,
justifica el genocidio,
la mayor atrocidad.
Es la nación elegida,
vengativa
y criminal,
del patriarca del desierto,
iracundo Jehová.
Desatada ya la guerra
y el continuo batallar,
se ha enterrado en Tierra Santa
la promesa de la paz.
Paz, F. P. Reshetnikov (1950)
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