viernes, 31 de octubre de 2025

Pareceres LXXXVIII

431.- El templo de las Musas. El robo a plena luz del día de las joyas napoleónicas del Museo del Louvre de París ha revelado la deficiencia de las instalaciones de videovigilancia externas, ya que la cámara que cubría la zona de la Sala Apolo, por donde entraron los cacos, no cubría el balcón crucial. Pero no hay que preocuparse: el nuevo plan de seguridad que se diseñe cubrirá todas las fachadas del museo y modernizará el equipo para prevenir futuros ataques de intrusos. El robo no ha sido solo “el robo del siglo”, como se ha denominado, sino una profanación, o más aún: un sacrilegio. El Museo es el sancta sanctorum de la última religión moderna y secular, que es el Arte. El Museo, y el parisino es uno de los más importantes templos de la Historia del Arte del mundo, es la gran catedral que atesora, en lugar de reliquias, obras artísticas igualmente consagradas. Su valor es incalculable no porque sea muy alto o difícil de evaluar, sino porque las piezas que atesora, la mayoría de ellas, si no todas, fruto de la rapiña de los coleccionistas, no tienen precio. Por eso el robo ha indignado casi tanto como la profanación de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, por un individuo que se bajó los calzones y se puso a orinar en el altar.
    
432.- Nadie en línea en la Red. O la mayoría bots, es decir robots, porque bot es aféresis monosilábica de robot. Un bot es una aplicación de un programa informático automatizado que realiza tareas repetitivas en una red. Dicha aplicación sigue instrucciones específicas para imitar el comportamiento humano, pero es más rápida y precisa. Cada vez más IA, como cuando uno llama por teléfono y no puede hablar con ningún semejante porque no hay nadie al aparato, solo un robot que nos da órdenes. Por primera vez en la historia hay más bots que personas en Red, y la tendencia va a crecer hasta el infinito, porque Internet, tal y como lo conocíamos e imaginábamos, ha desaparecido por completo. Desde hace unos diez años, las plataformas en línea han ido desplazando progresivamente los mensajes, imágenes y opiniones creadas por personas y favoreciendo el contenido creado por máquinas. ¿Una teoría conspiranoica más creada y apoyada por algunos usuarios paranoicos? La Inteligencia Artificial de ChatGPT de OpenAI, Gemini, la IA de Google, o Apple Intelligence, ha acelerado todavía más este proceso. Es posible que en un futuro inmediato, no muy lejano, el contenido prácticamente total de Internet sea obra de la Inteligencia Artificial, cuyo resultado es, como puede comprobarse, la información falsa, la ausencia de filtro y de autoría humana  ¿Significa algo que un vídeo tenga decenas de miles de reproducciones, o que una canción tenga millones de descargas? Si un profesor le pide a ChatGPT, por ejemplo, que genere una tarea que pueda asignar a sus alumnos, estos resuelven la tarea utilizando ChatGPT, y el profesor acaba corrigiendo las tareas usando a su vez la Inteligencia Artificial, ¿qué pintan el profesor y los alumnos en el proceso de aprendizaje? Es la serpiente que se muerde la cola, el uróboro perfecto.
 
  
433.- Chimeneas, estufas de leña y vacunas a embarazadas: Si un grupo de expertos de la Alianza Europea de Salud Pública y una Comisión de las Naciones Unidas dice que una estufa de leña puede provocar cáncer de pulmón y asma por humo de leña, habrá que creer lo que dicen, ya que para eso han estudiado en prestigiosas universidades como Yale o Harvard. También, en otro orden de cosas, afirman los expertos de la Organización Mundial de la Salud y de los ministerios sanitarios de los estados terapéuticos sufragados por las empresas de la Gran Farmacopea que las vacunas durante el embarazo no son dañinas, sino altamente recomendables para la salud de la madre y del bebé, por lo que podría afirmarse que una vacuna inyectada a la persona gestante puede matar, como suele decirse, dos pájaros de un tiro, una expresión muy carpetovetónica que se corresponde con otras en otros idiomas: los ingleses dicen algo parecido a nosotros: kill two birds with one stone (matar dos pájaros de una pedrada), mientras que los alemanes dicen en su lengua, que es la de Goethe, zwei Fliegen mit einer Klappe schlagen, matar dos moscas de un golpe de palmeta matamoscas, lo que suele suceder fácilmente por el tamaño menor de las moscas y sobre todo si ambas se hallan copulando.
  
434.- El nombre propio y el pseudónimo. Escribía Gabriel Albiac a propósito de la publicación de las cartas de amor de Vargas Llosa a su glamurosa, sofisticada y elegante novia durante ocho años, que B. Traven, un nombre propio como otro cualquiera, era un muro contra el que se habían estrellado “los más prolijos críticos literarios”, porque era un pseudónimo que encabezaba una docena de novelas y un puñado de cuentos de la primera mitad del siglo veinte, como El tesoro de Sierra Madre, llevada al cine por John Huston en 1948. Narra la historia de tres hombres pobres que se hacen amigos y se unen, víctimas de la fiebre del oro, para buscar el rico mineral en las montañas de Sierra Madre, en México, encuentran un yacimiento pero la codicia del vil metal y la desconfianza corroe pronto su amistad. Sorprendente el final: unos bandidos confunden con arena los sacos del tesoro, los rompen y vacían, despreciando su contenido, y se llevan los burros y las provisiones, mientras un fuerte vendaval dispersa el polvo de oro por el desértico paisaje. Y concluía Albiac: “Obra mayor de un Nadie. Alrededor de cuyo vacío biográfico se enredaron tantas sabias conjeturas, que son aún más ficción que sus ficciones”. Pero B. Traven no es un Nadie, es un pseudónimo, como lo son todos los nombres propios; también usó otros, como el de Ret Marut, y dejó dicho, para ocultar el bulto de su identidad, que la biografía de un creador carecía totalmente de importancia, porque lo importante era su obra. Pero en nuestros tiempos las biografías de los creadores suplantan a sus creaciones, que de este modo quedan postergadas, carentes de importancia, cuando es lo único que debería si acaso valorarse. 
 
  
435.- El que lo dice lo es. Recuerdo que en mi niñez, cuando discutíamos en el patio del colegio, y alguien nos insultaba, le contestábamos: ‘El que lo dice lo es’, a lo que solía replicarse con la rima consiguiente de la coletilla: “Con el culo al revés”. Se revertía así, como un bumerán, la carga del insulto sobre el que lo había lanzado porque cuando alguien critica a otro, proyecta sobre el otro sus propios defectos, temores o aspectos que se niega a ver y a asumir en sí mismo, ya que el otro es un espejo en el que uno se ve, como en sus pupilas, siempre reflejado. Se cuenta que el presidente ruso se burló del anterior presidente yanqui, el abuelete gagá, quien en una entrevista televisiva había declarado que su homólogo ruso era un asesino, comentando que ese calificativo correspondía a la propia personalidad del presidente estadounidense que lo había proferido. Vamos, que vino a decirle: El que lo dice lo es, o con sus palabras:  "Yo soy goma y tu eres pegamento. Los insultos rebotan en mí y se pegan a ti". No es un simple dicho infantil. Su significado es muy profundo: siempre nos vemos reflejamos en los demás, que son nuestro espejo. Pero ambos, tanto el zar ruso como el pistolero yanqui, tenían razón en llamarse asesinos.  
 

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