Alto el fuego: Después de dos años de guerra, se acuerda el alto el fuego en la franja de Gaza, lo que no significa que se haya alcanzado la paz como cacarean los medios masivos de manipulación de masas. Conviene recordar una cita del historiador latino Publio (si no era Gayo su auténtico prenombre) Cornelio Tácito que, unida a las imágenes que nos sirven de la destrucción de la ciudad de Gaza, revelan mucho más que todo lo que dicen los servicios informativos de los medios de comunicación y adoctrinamiento de masas: ubi solitudinem faciunt pacem appellant, una cita que, puesta en boca de Calgaco, el caudillo de los caledonios o pictos, que se enfrentó a las legiones romanas de Gneo Julio Agrícola, suegro del historiador, se ha empleado para denunciar el imperialismo en particular y en general contra cualquier acción bélica, una frase que traduce Moralejo como “llaman... paz al sembrar la desolación”, o, si se prefiere una versión más literal: “donde lo arrasan todo, dicen que hacen la paz”.
Este Calgaco es, de alguna manera, como escribió René Pichon, el portavoz, no solo de los caledonios, sino de todos los bárbaros, de todos los adversarios del imperio de la loba romana. Renzo Tosi ha hecho notar el paralelismo formal de la cita de Tácito con un versículo del Libro de la Sabiduría del Viejo Testamento, donde se describe la necedad y la ceguera de los idólatras y el origen de su idolatría, (14,22) en el que los idólatras “viviendo sumamente combatidos de su ignorancia, a un sinnúmero de muy grandes males les dan el nombre de paz”. Las imágenes ilustrativas, que hablan por sí solas, nos las sirve la cadena de televisión RT (Russia Today):
Chicas con pene (y ¿chicos con vagina?). Esta expresión tan chocante a primera y simple vista se lee en una guía de educación sexual que el Gobierno Vasco difunde a través del Departamento de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico como material didáctico bilingüe destinado a niños de Primaria de seis a doce años “Saioz saio/De sesión en sesión” no. La autora del guión es Saioa
Hernández, Javier Ruiz se ha ocupado del guion gráfico, y la
ilustración y el diseño corren a cargo de Eider Eibar. Se ha editado con
licencia de Creative Commons y se presenta como un colorido y divertido cómic que explica a los menores en veintiocho páginas en castellano y otras veintiocho en vascuence el mundo al revés, pues si ellos tienen más o menos claro que los niños tienen pito y las niñas en su lugar tienen chocho, por decirlo con sus palabras habituales, aquí se les dice que hay chicas con pene -no dicen pito, sino pene, que es más culto, menos vulgar y se entiende menos.
Supongo que lo que quieren decir la guía pedagógica de educación sexual es que hay chicos que se autoperciben -obviamente, no utilizan este término con los escolares- como chicas y que por lo tanto son chicas, porque lo importante no es lo que tienen o dejan de tener, sino lo que sienten (sic). Se les dice -inculca, mejor- también que hay chicos y chicas transexuales, y que todas las personas son intersexuales porque tienen características de los dos sexos, y se explica el fenómeno del cambio de sexo mediante ilustraciones que lo trivializan, sin percatarse de que la modificación física del cuerpo conlleva prácticas quirúrgicas con riesgos graves e irreversibles.

El autor del prólogo, el sexólogo 'sustantivo' -sexualidad que se centra no en el sexo que se tiene o que se practica, sino en el que se es- Joserra Landarroitajauregi se felicita de que recurriendo a “dos instrumentos minoritarios y minorizados -un pequeño arte, el cómic y un pequeño idioma, el euskera a través de la imagen y la sugerencia, mediante el ingenio y la gracia, un poco indagando y otro poco provocando” se contribuya a “la difusión, divulgación y universalización de sabios saberes (sic) y valiosos valores” (re-sic)”.
No tiene desperdicio este párrafo suyo, que resume muy bien el despropósito pedagógico: “Se trata de poner en valor materias que, por ser sexuales, han sido históricamente negadas, silenciadas o difamadas; así: la intersexualidad, la diversidad sexual, los diferentes cuerpos y sexualidades, las diferentes orientaciones e identidades, los muchos modos de ser mujer y de ser hombre, las muchas maneras de gustarse, amarse o gozarse”.
La educación sexual que se ofrece “no se queda en los genitales y en sus usos”, que es quizá donde debería quedarse en cualquier caso, “sino que aspira a la exquisita formación de los sexos contemplando sus muchos hechos de diversidad”.
El buenrollismo queda patente en la expresión “crear buen rollo entre los sexos” y el objetivo final, bastante loable por cierto, pero ya se sabe que de buenas intenciones está empedrado el pavimento del infierno, de que “chicas y chicos se traten mucho y se traten bien, para que se conozcan y se reconozcan, para que se acepten, se gusten, se quieran y se gocen”. Ya lo cantaban Los Bravos, sin tantas retóricas alharacas, a finales de los sesenta: "Los chicos con las chicas tienen que estar, las chicas con los chicos han de vivir..."
La inter-sexualidad ya viene a ser un motor auxiliar que con la inter-acción, la inter-comunicación y la inter-mediación hacen los 4 motores que mueven la nave nodriza permitiendo amamantar las complacientes y consensuadas bruticie e imbecilidad que en este sistema espectacular libremente se articulan.
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