viernes, 10 de octubre de 2025

Hojas secas

Nueva edición remasterizada de Gripe Aviar: "La enfermedad en poco más de dos meses ha obligado en todo el país al sacrificio de casi dos millones de gallinas".
 
  
 El dinero es fe, dice un prestigioso economista. Si todos creemos colectivamente en él, como creemos sin duda, le conferimos un poder del que carece sin la fe.
 
Si creemos en el dinero, le otorgamos, digno de crédito, la fuerza tan poderosa que ha movido el mundo en los cinco últimos milenios y la que lo mueve todavía.
 
 Lo canta la gran Liza Minnelli en un número musical de la película Cabaret: El dinero es el motor que hace girar al mundo con su tintineante y metálico sonido.
 
  El dinero es la idea abstracta de algo que no existía pero que ahora existe, algo en lo que todos hemos decidido creer y que requiere una fe inmensa, religiosa.
 
 El dinero es tan intangible que solamente algo más de la décima parte del que se mueve en el mundo es dinero real, efectivo. El resto es dinero... financiado.
 

 ¿Hablan las cosas? Puede que nos digan algo a su modo y no entendamos su lenguaje. ¿No están acaso sugiriéndonos algo esas hojas caídas en otoño sin palabras? 
 
oOo 
 
La baja médica es la fórmula mágica que permite vivir temporalmente sin trabajar, libres de la maldición bíblica que es nuestra condena al trabajo asalariado. 
 
¿Quién orienta al orientador que aconseja a los alumnos estudiar Formación Profesional en vez de Bachillerato? Sospecho que los vaivenes del mercado laboral.

El absentismo laboral motivado por la crisis de ansiedad que provoca el trabajo es el mal del siglo que afecta especialmente, dicen, a las jóvenes generaciones.

 
  

  Los Estados Unidos, dice su presidente, están siendo invadidos por un enemigo interno que hay que controlar con las fuerzas armadas antes de que se descontrole.
 
Ha renombrado el Departamento de Defensa como lo que es de verdad: Ministerio de Guerra, y declara la guerra interna -from within- del Estado contra el pueblo.
 
 En la Teogonía de Hesíodo se dice que en primer lugar hubo caos y que de ahí surgió el orden o cosmos. No es verdad: el caos es el orden que hay establecido.
 
 
Navegamos, como Ulises, frente a la isla de las sirenas, cuyos cánticos nos invitan a naufragar en un consumo compulsivo que no podrá saciar ninguna mercancía. 
 
Los cánticos de las sirenas digitales de los teléfonos móviles nos prometen conexión con el mundo cuando en realidad nos aíslan más en nuestra vida cotidiana.
 
De tanto ir el cántaro a la fuente, acaba quebrándose y rompiendo el asa o la frente, convirtiéndose, acto seguido, en arqueológica pieza exhibida en el museo.
 
Las hijoputeces del sistema: promete facilitarnos las cosas con la implementación de nuevas tecnologías cuando lo que hace es tecnológicamente complicárnoslas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario