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domingo, 7 de julio de 2024

Los muertos de Roma, de Giuseppe-Gioachino Belli

    Frente al tópico de que la muerte a todos iguala, nos presenta Belli en este magistral soneto, “Los muertos de Roma”, tres clases sociales diferenciadas por su entierro. En la primera estrofa nos presenta los funerales de la burguesía, la clase media, diríamos hoy, que se entierra de día, con un rito elaborado aunque cansado.

    En la segunda estrofa nos presenta a la clase alta, la nobleza, entre los que se hallan los señores y los hideputas, sus bastardos, que según la creencia de la época tenían buena suerte -lo que recojo en mi traducción-, cuyos entierros se realizan al atardecer, con gran pompa.

    En la tercera y la cuarta se presenta a la clase baja, el pueblo, entre los que está el poeta y su destinataria, Clementina, que caminan -a lo largo de toda su vida miserable, se sobreentiende- hacia la tumba, a los que se entierra al amanecer en una fosa común.

    En la última estrofa está lo más sublime del soneto: Los muertos de Roma somos nosotros. Lo dice el hendecasílabo que la abre: “Esos somos nosotros”, porque no somos más que muertos desde el momento en que nacemos. Tema que retoma en otro célebre soneto, en El bautizo del hijo varón, en cuyo último terceto dice, en traduccíon de García Calvo: “Pobres ciegos, ¿no veis que pa estar ciertos, / el Libro de Bautismos de este Estado / debe llamarse Libro de los Muertos?   

Cuelli morti che ssò dde mezza tacca
fra ttanta ggente che sse va a ffà fotte,
vanno de ggiorno, cantanno a la stracca,
verzo la bbùscia che sse l’ha dda iggnotte.

Cuell’antri, in cammio, c’hanno la patacca
de Siggnori e dde fijji de miggnotte,
sò ppiù cciovili, e ttiengheno la cacca
de fuggì er Zole, e dde viaggià dde notte.

Cc’è ppoi ’na terza sorte de figura,
n’antra spesce de morti, che ccammina
senza moccoli e ccassa in zepportura.

Cuesti semo noantri, Crementina,
che ccottivati a ppesce de frittura,
sce bbutteno a la mucchia de matina.

Roma, 23 gennaio 1833

    La traducción que presento me ha salido con un registro lingüístico bastante más culto, por la servidumbre de la rima, que el original de Belli. Me refiero sobre todo al verso segundo, que dice “fra tante ggente que sse va a ffà fotte”, que significa “entre tanta gente que se va a tomar por culo, o a que la jodan”, expresión que quiere decir en el romanesco de Belli “que se muere”, por lo que habría que traducir “estirar la pata”, “espicharla”, “palmarla”, o algún otro giro popular, pero he tenido que optar por “que fallece”.

 Los muertos de Roma

Los muertos de media categoría
entre la mucha gente que fallece

van, con cantos funerarios, de día
hacia la fosa que a tragar se ofrece.
 
 Mas los nobles que tienen hidalguía
y bastardos que suerte favorece
tienen, más corteses, la altanería
de huir del Sol y de ir cuando atardece. 

Hay luego un tercer tipo de de figura,

otra especie de muertos, que camina
sin cirios ni caja a la sepultura.

Esos somos nosotros, Clementina,
que, cual baratos peces de fritura,
nos echan a la pila matutina.

23 de enero de 1833

    El actor italiano Luigi Vannucchi recita el soneto de Belli, escrito como todos los suyos en dialecto italiano romanesco, en el siguiente vídeo:
 
 

viernes, 31 de mayo de 2024

La vejez, según Belli

    Alejémonos un poco hoy de las cuestiones de rabiosa actualidad para adentrarnos, por el camino de la poesía satírica romanesca del gran Belli, en cosa de más hondo calado y seriedad como es la vejez -eso que ahora llaman con ridícula metáfora "el otoño de la vida", la "tercera edad" o "los mayores" en vez de "los viejos"-, gravedad que, a su vez, habrá que contrarrestar con una cómica sonrisa.
  
LA VECCHIAGLIA 
Bboccetto mio, ggià cche ttu’ mojje morze
 e vvòi ’na stacca pe ssiconna mojje; 
si la prima da té ppoco ariccorze,
 cuesta che ppijji mó ccosa ariccòjje? 
 
Tre ccose all’omo vecchio Iddio je vorze
 fà ccresce, e ttre ccalà: trist’a cchi ccojje!
 In primi e antonia crescheno le vojje
 de fà er crestoso e ccaleno le forze.
 
 Pe ssiconna ppartita de la lista,
 sor Giammatista mio, c’è lo strapazzo
de cresce er naso e de calà la vista:
 
 e pell’urtima bbuggera der mazzo,
 (e cquesta fa ppe vvoi, sor Giammatista)
 crescheno li cojjoni e ccala er cazzo. 
11 febbraio 1832
 
Monumento a Giuseppe-Gioachino Belli (Roma)
 
 
     En la primera estrofa, se nos presenta a un viejo que se ha quedado viudo y se enamora de una jovenzuela. El poeta le plantea que si su fallecida esposa obtuvo poco de él, qué va a obtener esta segunda, mucho más fogosa.
 
    En la segunda cuarteta, se sentencia que Dios concede al hombre viejo que le crezcan tres cosas y que le disminuyan otras tres. Y se enumera la primera de estas cosas: crecen ("in primis et ante omnia" en latín macarrónico: en primer lugar y ante todo) las ganas de ser un bravucón, un gallo de pelea, pero fallan ya las fuerzas.

    En el primer terceto se enumera la segunda de las tres cosas: crece la nariz y se pierde la vista. Aquí se da en el original italiano el nombre del destinatario: "sor Giammattista mio" (mi querido Juanbautista), que ya en el primer verso aparecía citado como "bboccetto mio"(mi querido vejete), con un posesivo afectivo.

    Y en el segundo y último terceto, se saca la última carta de la baraja, dedicada como una flecha hiriente al amigo Giammatista: un hendecasílabo malsonante que en italiano presenta una feliz aliteración de la "c" crescheno li cojjoni e ccala er cazzo, cuya última palabra venía esperada por las rimas precedentes, y que con su comicidad derriba el mito sexual del poderío masculino, y que vendría a ser en castellano, algo así como: crecen los cojones, cuelga el carajo. 
 
 
LA VEJEZ
  Muerta tu mujer, vejete pendejo, 
quieres por segunda una joven jaca; 
 si tu esposa sacó poco festejo,
esta que tomas hoy ¿de ti qué saca? 
 
Tres cosas quiso Dios hacer al viejo
 crecer y tres menguar, ¡pobre al que ataca!
 En primer lugar crece la alharaca
 de hacerse el gallito, y falla el forcejo.
 
 En el segundo puesto de la lista,
 está, colega, lo que escachifolla:
 ver crecer la napia y mermar la vista.
 
 Y por último ingrediente de la olla,
 (y esto va por ti, amigo Juanbautista)
 crecen los cojones, mengua la polla.

domingo, 19 de mayo de 2024

L' ammalato magginario, de Belli

    Se hace eco aquí Giuseppe-Gioachino Belli de la burla popular que recae sobre el enfermo imaginario, haciendo un guiño a Molière. El poeta da consejos a un amigo hipocondriaco basados en el sentido común: que coma, que beba, que salga a tomar el aire y a pasear, y el consejo explícito y cómico de que se saque el enema, lavativa o clisma que se ha introducido en el recto y el colon a través del ano "para curarse". En los tercetos finales del soneto le anima a que deje de tener miedo a la enfermedad (y a la amenaza de muerte que conlleva), y de que viva con alegría, no apesadumbrado, para lo que debe tirar al río y deshacerse de todas las medicinas que toma, porque el tratamiento, o el remedio, como decimos nosotros,  es peor que la enfermedad. 


L' AMMALATO MAGGINARIO

 
Lo crederò pperché mme lo ggiurate
c'un antro po' nnun ve trovavo vivo.
L'aspettito però mmica è ccattivo:
io ve vedo com'erivo st'istate.

Volete guarì ssubbito? Maggnate,
bbevete quarche bbon ristorativo,
levateve dar culo er lavativo,
e usscite in ste bbellissime ggiornate.

Fora, fora: un po' d'aria de campaggna:
quello sce vò ppe vvoi: moto, alegria,
e ppoi ggnente pavura de magaggna.

Sù, a ffiumaccio spezziale e spezziaria.
L'omo campa cquaggiù dde quer che mmaggna;
e 'r curasse è la peggio ammalatia.

5 settembre 1835

 


 El ENFERMO IMAGINARIO

Le creeré porque jura y perjura

que a poco más y no lo encuentro vivo.

Pero no tiene aspecto llamativo:

viendo yo su veraniega figura.

Coma bien si quiere rápida cura,

bébase un buen tónico digestivo,

sáquese del ojete el lavativo

y salga a disfrutar de la natura.

Fuera, y tome el aire de la campaña;

lo que necesita: alegría, andar

y no le tenga miedo a la guadaña.

¡Botica y boticario al río al par!

El hombre vive de lo que rebaña,

y el curarse es peor que el enfermar.

 

viernes, 10 de mayo de 2024

Judit y Holofernes

    He aquí un nuevo soneto de Giuseppe-Gioachino Belli, de temática bíblica en esta ocasión. Se titula La bbella Giuditta, "La bella Judit", y narra el episodio en el que Judit, una rica viuda de Betulia, libra a su ciudad del asedio del general asirio Holofernes acostándose con él y, después de hacer el amor, cuando él se hubo dormido, cortándole la cabeza de un tajo con la cimitarra. 

    Los once primeros versos del soneto resumen el capítulo 13 del Libro de Judit, y en la última estrofa el poeta reflexiona cómo se puede matar por la fe, como sucedía en la Roma papal, tal como hacía el verdugo Mastro Titta, que aparece mencionado en el verso séptimo, que era el apodo de Giovanni Battista Bugatti (1799-1869), el último sayón del Estado Pontificio, quien entre 1796 y 1864, según comenta Luigi Giuliani en su traducción de Belli, ejecutó a 516 condenados a muerte "por la fe", es decir, por no tenerla.   

    Llama la atención el verso octavo, donde se dice que Judit mandó a Holofernes después de haberle cortado la cabeza -la decapitación, más que un símbolo de la castración como quieren los clásicos del psicoanálisis, es la suma castración- a "joder coños eternos". En otro soneto de Belli "La madre de las santas" se equipara la vulva con la sepultura del hombre  (la fica è seportura).   

 La bbella Gbiuditta

Disce l'Abbibbia Sagra che Ggiuditta
doppo d'avé ccenato con Llionferne,
smorzate tutte quante le luscerne
ciannò a mmette er sordato a la galitta,

che appena j'ebbe chiuse le lenterne
tra er beve e lo schiumà della marmitta,
cor un corpo da fìa de Mastro Titta
lo mannò a ffotte in ne le fiche eterne,

e cche, agguattata la capoccia, aggnede
pe ffà la mostra ar popolo ggiudio
sino a BBettujja co la serva a piede.

Ecchete come, Pavoluccio mio,
se pò scannà la gente pe la fede,
 e ffà la vacca pe ddà ggrolia a DDio.
 
 
Judit y Holofernes, Caravaggio (1598-1599)

La bella Judit

  Diz' la Santa Biblia que Judit, bella,
tras haber con Holofernes cenado,
habiendo las lámparas apagado,
metió el canario de él en jaula de ella (1),

que a penas hubo el ojo el rey cerrado
tras el polvo y vino de la botella,
con tajo de verdugo lo degüella,
  a joder coño eterno encomendado,

y que, arrancada la cabeza, fue
para mostrársela al pueblo judío
hasta Betulia con su sierva a pie.

Aquí tienes cómo, Paolo mío,
se pue' matar en nombre de la fe
y darle gloria a Dios con puterío.
 
(1) Literalmente dice "metió el soldado en la garita", aludiendo con ambos términos al pene y a la vulva.

Judit decapitando a Holofernes, Artemisia Gentileschi (1613)

domingo, 5 de mayo de 2024

El libre comercio

    Por fin he recibido, después de más de veinte días de espera, el libro que había encargado “99 sonetos romanescos” de Giuseppe-Gioachino Bellien edición bilingüe, traducción, introducción y notas de Luigi Giuliani, publicado por Ediciones Hiperión en 2013.

    Vienen estos sonetos a sumarse a los 47 que tradujo Agustín García Calvo en 2006, ofreciendo nuevas versiones de algunos de los ya traducidos y otros nuevos vertidos por vez primera a nuestra lengua. 

        He seleccionado de estos últimos el que lleva por título 'Er commercio libbero' (El libre comercio), que es una conversación de una prostituta con su cliente defendiendo la dignidad de su profesión, el oficio más viejo del mundo, y quejándose en la última estrofa de la competencia de las mujeres poco profesionales que no pertenecen al  gremio. Y aunque me aparto en no pocos puntos de la versión de Luigi Giuliani, reconozco que le debo la traducción del tercer hendecasílabo, que le he copiado íntegramente.

Be'? Sò pputtana, venno la mi' pelle:
fo la miggnotta, sì, sto ar cancelletto:
lo pijo in quello largo e in quello stretto:
c'è ggnent'antro da dì? Che cose belle!

Ma cce sò stat'io puro, sor cazzetto,
zitella com'e tutte le zitelle;
 e mo nun c'è chi avanzi bajocchelle
su la lana e la paja der mi' letto.

Sai de che me laggn'io? No der mestiere
che ssarìa bbell'e bbono, e cquanno bbutta
nun pò ttrovasse ar monno antro piacere.

Ma de ste dame che stanno anniscoste
me laggno, che, vedenno cuanto frutta
lo scortico, ciarrubbeno le poste.

Roma, 16 diciembre 1832
 

 Pues ¿qué?, soy puta, me vendo en subasta,
hago la calle, sí, saco buen provecho,
y me dan por el ancho y el estrecho.
¿Hay algo que objetar? ¡Con eso basta!

Mas yo, don Pichacorta, he sido de hecho,
doncella y cual doncella, virgen casta
y hoy no hay tío que no funda la pasta
bajo la colcha de mi puto lecho.

¿Que de qué me quejo? No del oficio
que puede ser muy bueno y, cuando renta,
no hay mejor en el mundo que este vicio.

Sino de esas damas impertinentes
me quejo, que al ver cuánto tiene cuenta
el puterío, nos birlan los clientes.

viernes, 19 de abril de 2024

Otro soneto del Belli (Er confortatore)

    Giuseppe-Gioachino Belli escribió este soneto en dialecto italiano romanesco el 13 de setiembre de 1830, titulado "er confortatore", que podemos traducir como el confortador o el consolador, es decir, aquel que consuela y que da "vigor, espíritu y fuerza" a alguien. 
 
    Fue escrito después de una ejecución capital que se produjo días antes en Roma en la que el reo murió decapitado.
 
Grabado y firma de Giuseppe-Gioachino Belli
 
     En la primera estrofa del soneto, Belli nos introduce súbitamente a los lectores en una oscura celda. Es medianoche. No vemos nada, pero oímos el chirrido del pestillo de la puerta del calabozo. Alguien se acerca. A continuación resuena el vozarrón del alguacil que le comunica al anónimo encarcelado, que somos nosotros, los lectores, la sentencia de muerte.
 
    A continuación, en la segunda estrofa, aparece e medio de la oscuridad una siniestra visión: entre dos antorchas, flanqueado por dos vigilantes y dos esbirros, se presenta el monje encapuchado, que he denominado Fray Consolador, encargado de dar ánimos al condenado. Se trata de un fraile encapuchado de la Cofradía de San Juan Degollado que había en Roma y se dedicaba a la tarea de asistir a los reos de muerte, consolarlos, recoger sus últimos deseos, hacerlos morir "en la gracia de Dios" y finalmente ocuparse de su entierro.
 
    En la tercera estrofa Fray Consolador se abraza de improviso al cuello del condenado a muerte y le dice que se alegre porque al morir va a subir volando al paraíso, lo que recuerda a aquella broma irreverente de unos clérigos irrespetuosos que decían rezar mucho para que Su Santidad el Papa "pudiera ir al Cielo cuanto antes", es decir, que se muriera, aunque, acusados de delito de odio, se defendieron diciendo que no le deseaban la muerte al Santo Padre, sino su pronta ascensión al Reino de los Cielos.
 
    En la última estrofa, el condenado le contesta sarcásticamente al fraile que se deje ejecutar él en su lugar si tanto gozo y alegría le produce el hecho de ascender al Cielo.  
 
 
Sta notte a mmezza notte er carcerato
sente uprì er chiavistello de le porte,
e ffasse avanti un zervo de Pilato
a ddijje: “Er fischio te condanna a mmorte”.
 
Poi tra ddu’ torce de sego incerato, 
co ddu’ guardiani e ddu’ bbracchi de corte, 
entra un confortatore ammascherato, 
coll’occhi lustri e cco’ le guance storte.
 
Té l’abbràccica ar collo a ll’improviso, 
strillanno: «Alegri, fijjo mio: riduna
le forze pe’ vvolà ssu in paradiso».
 
«Che alegri, cazzo! alegri la luna!», 
quello arispónne: «Pozziate esse acciso; 
pijjatela pe’ vvoi tanta furtuna». 
 
 

Anoche a media noche el presidiario
sintió abrirse el candado de la trena
y adelantarse a él un funcionario
a decirle: “A muerte el juez te condena”. 
 
Luego entre dos antorchas alumbrado
con dos guardias y esbirros de faena
fray consolador entra encapuchado,
de ojos brillantes y estudiada pena.
 
Se abraza a su cuello de pronto al vuelo
gritando: “Alégrese, hijo mío: reúna
fuerzas para subir volando al Cielo.
 
¿Que me alegre? ¡Alegre la puta luna!
Le respondió: Tráguese usté el anzuelo,
y agénciesela usté tanta fortuna.
 
    Hay una musicalización de este soneto y otros más de Belli a cargo de Ardecore, el grupo formado por el cantautor Giampaolo Felici y los músicos de Zu, que interpretan en clave moderna pero respetuosamente las canciones populares pertenecientes a la tradición romana, que pueden escucharse en 996. Le canzoni di G.G, Belli.

jueves, 11 de abril de 2024

Secretos de confesionario

    Me envió un amigo un soneto de Giuseppe-Gioachino Belli que no conocía, titulado La gratella der confessionario, o sea La rejilla del confesionario (o confesonario, que de ambas formas puede decirse en castellano), escrito en dialecto italiano romanesco como todos los suyos, y fechado el 11 de abril de 1834, que me resultó enseguida gracioso y entrañable por el personaje que presenta, el padre Semmolella o Semolilla: un viejo confesor y mascador empedernido de tabaco  que se las ha ingeniado para hacer que la rejilla de la cabina se abra sigilosamente y se cierre a voluntad suya cuando acude alguna penitente hermosa a confesar sus pecados. 
 
    Este personaje hoy resultaría políticamente muy poco correcto y de conducta más que reprobable, pero humana, demasiado humana, habida cuenta de que, abusando del poder 'espiritual' que tiene, se aprovechaba de las bellas feligresas que acuden a confesar sus pecados, aunque no se dice muy bien cómo lo hace, esa es la gracia del soneto, porque nadie ha visto nunca lo que allí sucede cuando se abre la rejilla.
 
    Antes de la generalización de la costumbre de fumar el tabaco traído de las Américas, se extendió por Europa la de mascarlo y de inhalarlo, el famoso rapé que sirvió para acuñar la expresión, al parecer, de "echar un polvo". A eso alude  el término "ttabaccone" que emplea Belli. Era el padre Semolilla mascador y no tanto fumador empedernido de tabaco. 
 
 
 
     En cuanto a los confesionarios, cabe decir que los modernos son unisex por lo que no suelen hacer distinción de sexos de los confesantes, y se presentan cerrados y con puertas, dotados de compartimentos individuales para confesor y penitente, con buen acomodo, intimidad y reserva; pero los tradicionales, que yo recuerdo de mi niñez en las iglesias, disponían de un asiento interior para el confesor y una ventanilla con celosía a cada lado para oír la confesión de las mujeres, que se arrodillaban por fuera a un costado del confesionario. Las mujeres iban de lado, mientras que los varones solían, por su parte, confesarse de frente, por la parte delantera cuando quedaba diáfana -en la mayoría de los casos-, usando la portezuela del confesionario como reclinatorio. La gracia del confesionario del padre Semolilla, es que la rejilla lateral podía abrirse y cerrarse... 
 
    El soneto presenta el esquema tradicional de rimas ABBA ABBA CDC DCD.  La historia,  sencilla e ingeniosa, se presenta en los dos cuartetos: un viejo confesor ha inventado un mecanismo que le resulta muy útil. El viejo fraile, que hemos de imaginar desdentado y con picadura de tabaco siempre en la lengua y los pocos dientes que le quedan, se codea en el confesionario con jóvenes y bellas penitentes, que se prestan a otorgarle sus favores en la intimidad de la cabina a cambio de la absolución de sus pecados. La imagen del viejo confesor abriendo sigilosamente la rejilla es espléndida, hecho que coincide con el acto de arrepentimiento de la dama. En el primer terceto hay una elipsis que deja a la imaginación lo que pueda suceder una vez abierta la celosía. En el último, las mujeres, confesadas, van al altar con los labios y las mejillas manchados de trazas de tabaco a recibir la hostia consagrada.
 
 Un confessore vecchio e ttabbaccone,
Che sse chiamava er padre Semmolella,
Aveva fatto fà la su’ gratella
Da oprì e chiude siconno l’intenzione.
 
E quanno capitava in confessione
‘Na pinitente giuvenotta e bella,
L’upriva adaciadacio, e intanto quella
Faceva l’atto suo de contrizzione. 
 
Quer ch’imbrojassi co ste donne er tristo
E ste donne imbrojassino cor frate, 
Pe dì la verità nun z’è mai visto.
 
Se sa ssolo che doppo confessate
Annaveno a l’artare a ppijà Cristo
Co le labbra e le guance stabaccate.
 
He aquí, modestamente, la versión que ofrezco:
 
 
Un confesor viejo y muy tabacón,
que se llamaba padre Fray Colilla,
había hecho que su ventanilla
se abriera y se cerrara a petición.
 
Y cuando le tocaba en confesión
la penitente bella y jovencilla,
 abría sigiloso la rejilla
al hacer ella acto de contrición.
 
Lo que con estas damas haga el listo
y con el fraile hicieran las mentadas 
jamás nadie a decir verdad lo ha visto.
 
Se sabe solo ya que, confesadas,
iban a comulgar el santo Cristo,
la boca y las mejillas tabacadas.

domingo, 10 de marzo de 2024

El mercado de Plaza Navona

    De los 2279 sonetos que -¡se dice pronto!- escribió  Giuseppe-Gioachino Belli en dialecto italiano romanesco, conocía yo los 47 que tradujo Agustín García Calvo con tanta gracia, a los que había sumado yo El padre de los santos, que conocí gracias a la película 'Gente di Roma', de Ettore Scola, y su correlato La madre de las santas, que me fue fácil encontrar enseguida. Gracias al libro ahora de Nuccio Ordine “Clásicos para la vida. Una pequeña biblioteca ideal”  (Ed. Acantilado, Barcelona, 2017), añado este “El mercado de Plaza Navona”, compuesto por Belli en 1834, que nos traslada como por arte de magia al mercado que había antiguamente en la plaza Navona de Roma, donde el autor se sorprende de que en medio de tantas cosas de provecho se vendan tantos libros, libracos y libreros que no quitan el hambre. El soneto, en el último terceto, da voz al cura que les dice a sus feligreses que por el amor de Dios no lean libros, que no dan de comer ni quitan el hambre, y que además enseñan cosas que no debe saber un cristiano.

    Comenta el bueno de Nuccio que si bien es cierto que con la cultura no se come, no hay que olvidar que "si no se nutre tanto el espíritu como el cuerpo no habrá futuro para la humanidad". Y cita otro hendecasílabo de un conocido soneto de Belli, de La Creación del Mundo: "Ommini da vienì, ssétte futtuti" (¡Hombres del porvenir, ya estáis jodidos!).   

 

Que en la plaza el miércoles, gentes mías, /  haya chatarreros, cajetilleros, /  merceros, traperos, alfareros, / quincalleros y mil mercadurías, /

no hay na' que decir. Pero estanterías / de libros y libracos y libreros / ¿qué pintan allí? ¿Qué sacar podrías / de tanto libro y tantos papeleros? /

Vacío el buche, pilla un libro abierto, / y tras tenerlo una hora en las manos / dime si estás bien lleno o de hambre muerto. /

  ¿Qué predicaba en misa el señor cura?/  “No son los libros cosa de cristianos: / Hijos, por Dios, dejaros de lectura”.*

*Traducción alternativa: Hijos, por Dios, no leáis tal basura.

 

  Ch’er mercordí a mmercato, ggente mie, 

 Sce ssiino ferravecchi e scatolari, 

Rigattieri, spazzini, bbicchierari, 

Stracciaroli e ttant’antre marcanzie, 

 

 Nun c’è ggnente da dí. Ma ste scanzie 

Da libbri, e sti libbracci, e sti libbrari, 

Che cce vienghen’ a ffà? ccosa sc’impari 

 Da tanti libbri e ttante libbrarie? 

 

 Tu ppijja un libbro a ppanza vòta, e ddoppo 

 Che ll’hai tienuto pe cquarc’ora in mano, 

Dimme s’hai fame o ss’hai maggnato troppo. 

 

Che ppredicava a la Missione er prete? 

 «Li libbri nun zò rrobba da cristiano: 

Fijji, pe ccarità, nnu li leggete».

martes, 11 de octubre de 2022

El coño

    Se ha hecho viral recientemente un vídeo de 2019 titulado,  #AMATUCHOCHO, que alguien subió a las redes atribuyéndoselo falsamente al Ministerio de Igualdad del Gobierno de las Españas, cosa que las agencias de verificación progubernamentales han desmentido enseguida. En realidad se trata de un challenge (sic, por el anglicismo), es decir, un reto o desafío o quizá provocación de la cantante Mónica Naranjo, que presentaba un programa de divulgación sexual llamado "Mónica y el Sexo" en una cadena de televisión privada que se emitió durante 2019 y 2020.  

 

    Bajo el susodicho lema amoroso, aparecen dieciséis de los nombres vulgares del coño como este mismo de "chocho", incurriendo en el 'caca, culo, pedo, pis' escatológico e infantil, y dieciséis mujeres distintas abocinando su boca como si fuera su vulva. Finalmente la propia Mónica hace lo mismo sacando la lengua a modo de burla dentro de lo que parece una campaña dirigida al empoderamiento de las mujeres que se declaran amantes de su coño, del que se sienten dueñas y señoras, porque es esencialmente "suyo" y de nadie más. La voz de Mónica nos dice que hay muchas formas vulgares de llamarlo pero solo una de liberarlo, que es amarlo: un mensaje insulso e insustancial si no fuera, además, falso.  El amor a lo sometido, si no quiere convertirse en amor a la sumisión misma, debe conllevar la denuncia de aquello que lo somete.

    ¿Qué diríamos si saliera un tipo diciendo #AMATUPOLLA y haciendo un gesto fálico como levantar el dedo corazón o medio doblando los dedos de cada lado, o dándonos un corte de mangas? ¿No nos parecería, además de grosero y políticamente poco correcto, un mensaje intolerablemente machista?

    Me ha parecido, sinceramente, de pésimo gusto y bastante ordinario, pero me ha traído enseguida a la memoria el soneto con estrambote de Belli "La Madre de las Santas", mucho más inteligente y gracioso que el challenge de Mónica, donde se mezclan los nombres cultos y los vulgares, que traduje, o hice una versión, mejor dicho de él, porque la traducción en sentido estricto es en cualquier caso muy difícil, y en este imposible. En él aparecen cuarenta formas diferentes de referirse a lo mismo. Algunos de los términos del soneto han quedado obsoletos en el italiano actual, y se echa de menos uno moderno, que es la "gnocca". Fue escrito en dialecto italiano romanesco por Giuseppe-Gioachino Belli el 6 de diciembre de 1832 en Roma, y se lo dedicó al coño, como complemento del dedicado a la picha, "El padre de los Santos", . 

 
 Quien quiera mentar lo de Catalina
 para hacerse entender de docta gente 
tendrá que decir vulva o vagina 
o sexo femenino mismamente. 
 
Pero la chusma normal y corriente 
decimos coño, chocho o pesetina, 
 concha, hucha, hachazo, capilla ardiente, 
chirla, chirri, raja y almeja y mina,
 
 el chichi o el conejo o la raposa,
 la higa, el parrús, el toto y el michino, 
el potorro, el fandango, o bien la-cosa
 
 o asunto, breva, mondongo y chumino, 
felpudo, loncha, grieta cavernosa, 
castaña, bollo o jaula del pepino. 
 
Y hay en materia tan pecaminosa
 quien dice parte pudenda, hendidura,
 perdición del hombre y sepultura. 
 
El origen del mundo, Gustave Courbet (1866)
 
 

Chi vvò cchiede la monna a Ccaterina
Pe ffasse intenne da la ggente dotta
Je toccherebbe a ddì vvurva, vaccina,
E ddà ggiù co la cunna e cco la potta.

Ma nnoantri fijjacci de miggnotta
Dimo scella, patacca, passerina,
Fessa, spacco, fissura, bbuscia, grotta,
Freggna, fica, sciavatta, chitarrina,

Sorca, vaschetta, fodero, frittella,
Ciscia, sporta, perucca, varpelosa,
Chiavica, gattarola, finestrella,

Fischiarola, quer-fatto, quela-cosa,
Urinale, fracosscio, ciumachella,
La-gabbia-der-pipino, e la-bbrodosa.

E ssi vvòi la scimosa,
Chi la chiama vergoggna, e cchi nnatura,
Chi cciufèca, tajjola, e ssepportura.

Recitado del soneto de G.G. Belli.

martes, 26 de octubre de 2021

'El Padre de los Santos'


Traduzco, o recreo, mejor dicho, porque la traducción en sentido estricto es imposible, el soneto doblemente estrambótico porque tiene dos estrambotes como colofón, escrito en dialecto italiano romanesco por Giuseppe-Gioachino Belli el 6 de diciembre de 1832 en Roma, y titulado 'El padre de los Santos", que le dedicó a la polla y en el que aparecen cincuenta y un sinónimos o formas diferentes de referirse a lo mismo.
 
 A la polla puede llamarse pija, 
aparato, nervio, verga y cipote, 
pedazo-de-carne, mango, garrote, 
hisopo, berraco, gaita y clavija,
 
 manivela, picha, herramienta, rabo,
 el palitroque, la minga, la chorra, 
 instrumento, plátano, cachiporra, 
 cirio, mazo, tranca, pitorro y clavo; 
 
pinga y manubrio, pilila y vergajo, 
y ciruelo y pepino y el calvito, 
y canario y longaniza y badajo,
 
y, además, trabuco, paquete, pito, 
 y también crece-en-la-mano, carajo, 
 zurriago y mi hermanito pequeñito. 
 
Y añado que el doctor 
 lo llama falo, sexo varonil, 
órgano sexual y miembro viril. 
 
Y el viejo boticario dice Príapo, 
y pene su mujer 
cuando, Santo Dios, no le da placer.
 
 
"Aquí habita la felicidad"

 Fragmento de la película 'Gente di Roma' de Ettore Scola, donde se recita el soneto.
 
 
ER PADRE DE LI SANTI (Original):
 
Er cazzo se pò dì radica, ucello, 
Cicio, nerbo, tortore, pennarolo, 
Pezzo-de-carne, manico, cetrolo, 
Asperge, cucuzzola e stennarello. 
 
Cavicchio, canaletto e chiavistello, 
Er gionco, er guercio, er mio, nerchia, pirolo, 
Attaccapanni, moccolo, bruggnolo, 
Inguilla, torciorecchio, e manganello. 
 
Zeppa e batocco, cavola e tturaccio, 
 E maritozzo, e cannella, e ppipino, 
E ssalame, e ssarciccia, e ssanguinaccio. 
 
Poi scafa, canocchiale, arma, bambino, 
Poi torzo, cresscimmano, catenaccio, 
Mànnola, e mi'-fratello-piccinino. 
 
E te lascio perzino
Ch'er mi' dottore lo chiama cotale, 
Fallo, asta, verga e membro naturale.
 
 Quer vecchio de spezziale 
Dice Priapo; e la su' moje pene, 
Segno per dio che nun je torna bene.