viernes, 19 de abril de 2024

Otro soneto del Belli (Er confortatore)

    Giuseppe-Gioachino Belli escribió este soneto en dialecto italiano romanesco el 13 de setiembre de 1830, titulado "er confortatore", que podemos traducir como el confortador o el consolador, es decir, aquel que consuela y que da "vigor, espíritu y fuerza" a alguien. 
 
    Fue escrito después de una ejecución capital que se produjo días antes en Roma en la que el reo murió decapitado.
 
Grabado y firma de Giuseppe-Gioachino Belli
 
     En la primera estrofa del soneto, Belli nos introduce súbitamente a los lectores en una oscura celda. Es medianoche. No vemos nada, pero oímos el chirrido del pestillo de la puerta del calabozo. Alguien se acerca. A continuación resuena el vozarrón del alguacil que le comunica al anónimo encarcelado, que somos nosotros, los lectores, la sentencia de muerte.
 
    A continuación, en la segunda estrofa, aparece e medio de la oscuridad una siniestra visión: entre dos antorchas, flanqueado por dos vigilantes y dos esbirros, se presenta el monje encapuchado, que he denominado Fray Consolador, encargado de dar ánimos al condenado. Se trata de un fraile encapuchado de la Cofradía de San Juan Degollado que había en Roma y se dedicaba a la tarea de asistir a los reos de muerte, consolarlos, recoger sus últimos deseos, hacerlos morir "en la gracia de Dios" y finalmente ocuparse de su entierro.
 
    En la tercera estrofa Fray Consolador se abraza de improviso al cuello del condenado a muerte y le dice que se alegre porque al morir va a subir volando al paraíso, lo que recuerda a aquella broma irreverente de unos clérigos irrespetuosos que decían rezar mucho para que Su Santidad el Papa "pudiera ir al Cielo cuanto antes", es decir, que se muriera, aunque, acusados de delito de odio, se defendieron diciendo que no le deseaban la muerte al Santo Padre, sino su pronta ascensión al Reino de los Cielos.
 
    En la última estrofa, el condenado le contesta sarcásticamente al fraile que se deje ejecutar él en su lugar si tanto gozo y alegría le produce el hecho de ascender al Cielo.  
 
 
Sta notte a mmezza notte er carcerato
sente uprì er chiavistello de le porte,
e ffasse avanti un zervo de Pilato
a ddijje: “Er fischio te condanna a mmorte”.
 
Poi tra ddu’ torce de sego incerato, 
co ddu’ guardiani e ddu’ bbracchi de corte, 
entra un confortatore ammascherato, 
coll’occhi lustri e cco’ le guance storte.
 
Té l’abbràccica ar collo a ll’improviso, 
strillanno: «Alegri, fijjo mio: riduna
le forze pe’ vvolà ssu in paradiso».
 
«Che alegri, cazzo! alegri la luna!», 
quello arispónne: «Pozziate esse acciso; 
pijjatela pe’ vvoi tanta furtuna». 
 
 

Anoche a media noche el presidiario
sintió abrirse el candado de la trena
y adelantarse a él un funcionario
a decirle: “A muerte el juez te condena”. 
 
Luego entre dos antorchas alumbrado
con dos guardias y esbirros de faena
fray consolador entra encapuchado,
de ojos brillantes y estudiada pena.
 
Se abraza a su cuello de pronto al vuelo
gritando: “Alégrese, hijo mío: reúna
fuerzas para subir volando al Cielo.
 
¿Que me alegre? ¡Alegre la puta luna!
Le respondió: Tráguese usté el anzuelo,
y agénciesela usté tanta fortuna.
 
    Hay una musicalización de este soneto y otros más de Belli a cargo de Ardecore, el grupo formado por el cantautor Giampaolo Felici y los músicos de Zu, que interpretan en clave moderna pero respetuosamente las canciones populares pertenecientes a la tradición romana, que pueden escucharse en 996. Le canzoni di G.G, Belli.

1 comentario:

  1. Es una mina este Belli! Gracias por traernos esos sonetos con su traducción!

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