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viernes, 31 de mayo de 2024

La vejez, según Belli

    Alejémonos un poco hoy de las cuestiones de rabiosa actualidad para adentrarnos, por el camino de la poesía satírica romanesca del gran Belli, en cosa de más hondo calado y seriedad como es la vejez -eso que ahora llaman con ridícula metáfora "el otoño de la vida", la "tercera edad" o "los mayores" en vez de "los viejos"-, gravedad que, a su vez, habrá que contrarrestar con una cómica sonrisa.
  
LA VECCHIAGLIA 
Bboccetto mio, ggià cche ttu’ mojje morze
 e vvòi ’na stacca pe ssiconna mojje; 
si la prima da té ppoco ariccorze,
 cuesta che ppijji mó ccosa ariccòjje? 
 
Tre ccose all’omo vecchio Iddio je vorze
 fà ccresce, e ttre ccalà: trist’a cchi ccojje!
 In primi e antonia crescheno le vojje
 de fà er crestoso e ccaleno le forze.
 
 Pe ssiconna ppartita de la lista,
 sor Giammatista mio, c’è lo strapazzo
de cresce er naso e de calà la vista:
 
 e pell’urtima bbuggera der mazzo,
 (e cquesta fa ppe vvoi, sor Giammatista)
 crescheno li cojjoni e ccala er cazzo. 
11 febbraio 1832
 
Monumento a Giuseppe-Gioachino Belli (Roma)
 
 
     En la primera estrofa, se nos presenta a un viejo que se ha quedado viudo y se enamora de una jovenzuela. El poeta le plantea que si su fallecida esposa obtuvo poco de él, qué va a obtener esta segunda, mucho más fogosa.
 
    En la segunda cuarteta, se sentencia que Dios concede al hombre viejo que le crezcan tres cosas y que le disminuyan otras tres. Y se enumera la primera de estas cosas: crecen ("in primis et ante omnia" en latín macarrónico: en primer lugar y ante todo) las ganas de ser un bravucón, un gallo de pelea, pero fallan ya las fuerzas.

    En el primer terceto se enumera la segunda de las tres cosas: crece la nariz y se pierde la vista. Aquí se da en el original italiano el nombre del destinatario: "sor Giammattista mio" (mi querido Juanbautista), que ya en el primer verso aparecía citado como "bboccetto mio"(mi querido vejete), con un posesivo afectivo.

    Y en el segundo y último terceto, se saca la última carta de la baraja, dedicada como una flecha hiriente al amigo Giammatista: un hendecasílabo malsonante que en italiano presenta una feliz aliteración de la "c" crescheno li cojjoni e ccala er cazzo, cuya última palabra venía esperada por las rimas precedentes, y que con su comicidad derriba el mito sexual del poderío masculino, y que vendría a ser en castellano, algo así como: crecen los cojones, cuelga el carajo. 
 
 
LA VEJEZ
  Muerta tu mujer, vejete pendejo, 
quieres por segunda una joven jaca; 
 si tu esposa sacó poco festejo,
esta que tomas hoy ¿de ti qué saca? 
 
Tres cosas quiso Dios hacer al viejo
 crecer y tres menguar, ¡pobre al que ataca!
 En primer lugar crece la alharaca
 de hacerse el gallito, y falla el forcejo.
 
 En el segundo puesto de la lista,
 está, colega, lo que escachifolla:
 ver crecer la napia y mermar la vista.
 
 Y por último ingrediente de la olla,
 (y esto va por ti, amigo Juanbautista)
 crecen los cojones, mengua la polla.

domingo, 19 de mayo de 2024

L' ammalato magginario, de Belli

    Se hace eco aquí Giuseppe-Gioachino Belli de la burla popular que recae sobre el enfermo imaginario, haciendo un guiño a Molière. El poeta da consejos a un amigo hipocondriaco basados en el sentido común: que coma, que beba, que salga a tomar el aire y a pasear, y el consejo explícito y cómico de que se saque el enema, lavativa o clisma que se ha introducido en el recto y el colon a través del ano "para curarse". En los tercetos finales del soneto le anima a que deje de tener miedo a la enfermedad (y a la amenaza de muerte que conlleva), y de que viva con alegría, no apesadumbrado, para lo que debe tirar al río y deshacerse de todas las medicinas que toma, porque el tratamiento, o el remedio, como decimos nosotros,  es peor que la enfermedad. 


L' AMMALATO MAGGINARIO

 
Lo crederò pperché mme lo ggiurate
c'un antro po' nnun ve trovavo vivo.
L'aspettito però mmica è ccattivo:
io ve vedo com'erivo st'istate.

Volete guarì ssubbito? Maggnate,
bbevete quarche bbon ristorativo,
levateve dar culo er lavativo,
e usscite in ste bbellissime ggiornate.

Fora, fora: un po' d'aria de campaggna:
quello sce vò ppe vvoi: moto, alegria,
e ppoi ggnente pavura de magaggna.

Sù, a ffiumaccio spezziale e spezziaria.
L'omo campa cquaggiù dde quer che mmaggna;
e 'r curasse è la peggio ammalatia.

5 settembre 1835

 


 El ENFERMO IMAGINARIO

Le creeré porque jura y perjura

que a poco más y no lo encuentro vivo.

Pero no tiene aspecto llamativo:

viendo yo su veraniega figura.

Coma bien si quiere rápida cura,

bébase un buen tónico digestivo,

sáquese del ojete el lavativo

y salga a disfrutar de la natura.

Fuera, y tome el aire de la campaña;

lo que necesita: alegría, andar

y no le tenga miedo a la guadaña.

¡Botica y boticario al río al par!

El hombre vive de lo que rebaña,

y el curarse es peor que el enfermar.

 

viernes, 10 de mayo de 2024

Judit y Holofernes

    He aquí un nuevo soneto de Giuseppe-Gioachino Belli, de temática bíblica en esta ocasión. Se titula La bbella Giuditta, "La bella Judit", y narra el episodio en el que Judit, una rica viuda de Betulia, libra a su ciudad del asedio del general asirio Holofernes acostándose con él y, después de hacer el amor, cuando él se hubo dormido, cortándole la cabeza de un tajo con la cimitarra. 

    Los once primeros versos del soneto resumen el capítulo 13 del Libro de Judit, y en la última estrofa el poeta reflexiona cómo se puede matar por la fe, como sucedía en la Roma papal, tal como hacía el verdugo Mastro Titta, que aparece mencionado en el verso séptimo, que era el apodo de Giovanni Battista Bugatti (1799-1869), el último sayón del Estado Pontificio, quien entre 1796 y 1864, según comenta Luigi Giuliani en su traducción de Belli, ejecutó a 516 condenados a muerte "por la fe", es decir, por no tenerla.   

    Llama la atención el verso octavo, donde se dice que Judit mandó a Holofernes después de haberle cortado la cabeza -la decapitación, más que un símbolo de la castración como quieren los clásicos del psicoanálisis, es la suma castración- a "joder coños eternos". En otro soneto de Belli "La madre de las santas" se equipara la vulva con la sepultura del hombre  (la fica è seportura).   

 La bbella Gbiuditta

Disce l'Abbibbia Sagra che Ggiuditta
doppo d'avé ccenato con Llionferne,
smorzate tutte quante le luscerne
ciannò a mmette er sordato a la galitta,

che appena j'ebbe chiuse le lenterne
tra er beve e lo schiumà della marmitta,
cor un corpo da fìa de Mastro Titta
lo mannò a ffotte in ne le fiche eterne,

e cche, agguattata la capoccia, aggnede
pe ffà la mostra ar popolo ggiudio
sino a BBettujja co la serva a piede.

Ecchete come, Pavoluccio mio,
se pò scannà la gente pe la fede,
 e ffà la vacca pe ddà ggrolia a DDio.
 
 
Judit y Holofernes, Caravaggio (1598-1599)

La bella Judit

  Diz' la Santa Biblia que Judit, bella,
tras haber con Holofernes cenado,
habiendo las lámparas apagado,
metió el canario de él en jaula de ella (1),

que a penas hubo el ojo el rey cerrado
tras el polvo y vino de la botella,
con tajo de verdugo lo degüella,
  a joder coño eterno encomendado,

y que, arrancada la cabeza, fue
para mostrársela al pueblo judío
hasta Betulia con su sierva a pie.

Aquí tienes cómo, Paolo mío,
se pue' matar en nombre de la fe
y darle gloria a Dios con puterío.
 
(1) Literalmente dice "metió el soldado en la garita", aludiendo con ambos términos al pene y a la vulva.

Judit decapitando a Holofernes, Artemisia Gentileschi (1613)

viernes, 19 de abril de 2024

Otro soneto del Belli (Er confortatore)

    Giuseppe-Gioachino Belli escribió este soneto en dialecto italiano romanesco el 13 de setiembre de 1830, titulado "er confortatore", que podemos traducir como el confortador o el consolador, es decir, aquel que consuela y que da "vigor, espíritu y fuerza" a alguien. 
 
    Fue escrito después de una ejecución capital que se produjo días antes en Roma en la que el reo murió decapitado.
 
Grabado y firma de Giuseppe-Gioachino Belli
 
     En la primera estrofa del soneto, Belli nos introduce súbitamente a los lectores en una oscura celda. Es medianoche. No vemos nada, pero oímos el chirrido del pestillo de la puerta del calabozo. Alguien se acerca. A continuación resuena el vozarrón del alguacil que le comunica al anónimo encarcelado, que somos nosotros, los lectores, la sentencia de muerte.
 
    A continuación, en la segunda estrofa, aparece e medio de la oscuridad una siniestra visión: entre dos antorchas, flanqueado por dos vigilantes y dos esbirros, se presenta el monje encapuchado, que he denominado Fray Consolador, encargado de dar ánimos al condenado. Se trata de un fraile encapuchado de la Cofradía de San Juan Degollado que había en Roma y se dedicaba a la tarea de asistir a los reos de muerte, consolarlos, recoger sus últimos deseos, hacerlos morir "en la gracia de Dios" y finalmente ocuparse de su entierro.
 
    En la tercera estrofa Fray Consolador se abraza de improviso al cuello del condenado a muerte y le dice que se alegre porque al morir va a subir volando al paraíso, lo que recuerda a aquella broma irreverente de unos clérigos irrespetuosos que decían rezar mucho para que Su Santidad el Papa "pudiera ir al Cielo cuanto antes", es decir, que se muriera, aunque, acusados de delito de odio, se defendieron diciendo que no le deseaban la muerte al Santo Padre, sino su pronta ascensión al Reino de los Cielos.
 
    En la última estrofa, el condenado le contesta sarcásticamente al fraile que se deje ejecutar él en su lugar si tanto gozo y alegría le produce el hecho de ascender al Cielo.  
 
 
Sta notte a mmezza notte er carcerato
sente uprì er chiavistello de le porte,
e ffasse avanti un zervo de Pilato
a ddijje: “Er fischio te condanna a mmorte”.
 
Poi tra ddu’ torce de sego incerato, 
co ddu’ guardiani e ddu’ bbracchi de corte, 
entra un confortatore ammascherato, 
coll’occhi lustri e cco’ le guance storte.
 
Té l’abbràccica ar collo a ll’improviso, 
strillanno: «Alegri, fijjo mio: riduna
le forze pe’ vvolà ssu in paradiso».
 
«Che alegri, cazzo! alegri la luna!», 
quello arispónne: «Pozziate esse acciso; 
pijjatela pe’ vvoi tanta furtuna». 
 
 

Anoche a media noche el presidiario
sintió abrirse el candado de la trena
y adelantarse a él un funcionario
a decirle: “A muerte el juez te condena”. 
 
Luego entre dos antorchas alumbrado
con dos guardias y esbirros de faena
fray consolador entra encapuchado,
de ojos brillantes y estudiada pena.
 
Se abraza a su cuello de pronto al vuelo
gritando: “Alégrese, hijo mío: reúna
fuerzas para subir volando al Cielo.
 
¿Que me alegre? ¡Alegre la puta luna!
Le respondió: Tráguese usté el anzuelo,
y agénciesela usté tanta fortuna.
 
    Hay una musicalización de este soneto y otros más de Belli a cargo de Ardecore, el grupo formado por el cantautor Giampaolo Felici y los músicos de Zu, que interpretan en clave moderna pero respetuosamente las canciones populares pertenecientes a la tradición romana, que pueden escucharse en 996. Le canzoni di G.G, Belli.

jueves, 11 de abril de 2024

Secretos de confesionario

    Me envió un amigo un soneto de Giuseppe-Gioachino Belli que no conocía, titulado La gratella der confessionario, o sea La rejilla del confesionario (o confesonario, que de ambas formas puede decirse en castellano), escrito en dialecto italiano romanesco como todos los suyos, y fechado el 11 de abril de 1834, que me resultó enseguida gracioso y entrañable por el personaje que presenta, el padre Semmolella o Semolilla: un viejo confesor y mascador empedernido de tabaco  que se las ha ingeniado para hacer que la rejilla de la cabina se abra sigilosamente y se cierre a voluntad suya cuando acude alguna penitente hermosa a confesar sus pecados. 
 
    Este personaje hoy resultaría políticamente muy poco correcto y de conducta más que reprobable, pero humana, demasiado humana, habida cuenta de que, abusando del poder 'espiritual' que tiene, se aprovechaba de las bellas feligresas que acuden a confesar sus pecados, aunque no se dice muy bien cómo lo hace, esa es la gracia del soneto, porque nadie ha visto nunca lo que allí sucede cuando se abre la rejilla.
 
    Antes de la generalización de la costumbre de fumar el tabaco traído de las Américas, se extendió por Europa la de mascarlo y de inhalarlo, el famoso rapé que sirvió para acuñar la expresión, al parecer, de "echar un polvo". A eso alude  el término "ttabaccone" que emplea Belli. Era el padre Semolilla mascador y no tanto fumador empedernido de tabaco. 
 
 
 
     En cuanto a los confesionarios, cabe decir que los modernos son unisex por lo que no suelen hacer distinción de sexos de los confesantes, y se presentan cerrados y con puertas, dotados de compartimentos individuales para confesor y penitente, con buen acomodo, intimidad y reserva; pero los tradicionales, que yo recuerdo de mi niñez en las iglesias, disponían de un asiento interior para el confesor y una ventanilla con celosía a cada lado para oír la confesión de las mujeres, que se arrodillaban por fuera a un costado del confesionario. Las mujeres iban de lado, mientras que los varones solían, por su parte, confesarse de frente, por la parte delantera cuando quedaba diáfana -en la mayoría de los casos-, usando la portezuela del confesionario como reclinatorio. La gracia del confesionario del padre Semolilla, es que la rejilla lateral podía abrirse y cerrarse... 
 
    El soneto presenta el esquema tradicional de rimas ABBA ABBA CDC DCD.  La historia,  sencilla e ingeniosa, se presenta en los dos cuartetos: un viejo confesor ha inventado un mecanismo que le resulta muy útil. El viejo fraile, que hemos de imaginar desdentado y con picadura de tabaco siempre en la lengua y los pocos dientes que le quedan, se codea en el confesionario con jóvenes y bellas penitentes, que se prestan a otorgarle sus favores en la intimidad de la cabina a cambio de la absolución de sus pecados. La imagen del viejo confesor abriendo sigilosamente la rejilla es espléndida, hecho que coincide con el acto de arrepentimiento de la dama. En el primer terceto hay una elipsis que deja a la imaginación lo que pueda suceder una vez abierta la celosía. En el último, las mujeres, confesadas, van al altar con los labios y las mejillas manchados de trazas de tabaco a recibir la hostia consagrada.
 
 Un confessore vecchio e ttabbaccone,
Che sse chiamava er padre Semmolella,
Aveva fatto fà la su’ gratella
Da oprì e chiude siconno l’intenzione.
 
E quanno capitava in confessione
‘Na pinitente giuvenotta e bella,
L’upriva adaciadacio, e intanto quella
Faceva l’atto suo de contrizzione. 
 
Quer ch’imbrojassi co ste donne er tristo
E ste donne imbrojassino cor frate, 
Pe dì la verità nun z’è mai visto.
 
Se sa ssolo che doppo confessate
Annaveno a l’artare a ppijà Cristo
Co le labbra e le guance stabaccate.
 
He aquí, modestamente, la versión que ofrezco:
 
 
Un confesor viejo y muy tabacón,
que se llamaba padre Fray Colilla,
había hecho que su ventanilla
se abriera y se cerrara a petición.
 
Y cuando le tocaba en confesión
la penitente bella y jovencilla,
 abría sigiloso la rejilla
al hacer ella acto de contrición.
 
Lo que con estas damas haga el listo
y con el fraile hicieran las mentadas 
jamás nadie a decir verdad lo ha visto.
 
Se sabe solo ya que, confesadas,
iban a comulgar el santo Cristo,
la boca y las mejillas tabacadas.

viernes, 27 de enero de 2023

Más versos de Daniel Lima

    El poeta brasileño Daniel Lima nos ha dejado versos memorables como los de este pequeño poema que reivindica la duda que nos libera de todas las certezas: Antes, vivia na certeza, / como uma águia aprisionada na gaiola. / A dúvida me libertou / deixando-me voar no espaço livre, / não mais certo de nada / senão da importância do voo.

Antes vivía en la certeza, / como un águila atrapada en una jaula. / La duda me liberó / dejándome volar en cielo abierto, / no seguro ya de nada / más que de la importancia del vuelo.

 


    Entre los Sonetos quase sidos destaca este Alma simultânea, que, con sus catorce hendecasílabos blancos -sin rima- agrupados en dos cuartetos y dos tercertos, dice así en versión original:

Tenho qualquer idade em qualquer tempo: / velho agora e menino logo adiante; / aqui jovem e depois homem maduro; / às vezes nem nascido, às vezes morto.

A idade em mim rebenta impetuosa / não do tempo existido, mas das coisas / que me criam, e também que são criadas / pelo que sou e sinto em face delas.

Menino e velho sou, não sucessivo, / mas simultâneo a cada sentimento /- múltipla idade de uma alma múltipla.

Às vezes já estou morto há muitos anos, / muito depois e frio; mas às vezes / sinto que vou nascer, sinto-me antes.

Autorretrato, Christian Krohg (1852-1925)
 

Tengo cualquier edad en cualquier tiempo:/ viejo ya y niño luego en adelante;/ joven aquí y después hombre maduro; / a veces no aún nacido, a veces muerto.

La edad en mí revienta impetuosa / no del tiempo que fue, sino de cosas / que me crean y son también creadas / por lo que soy y siento frente a ellas.

Niño y viejo soy, mas no sucesivo, / simultáneo en cada sentimiento / -una edad múltiple de un alma múltiple.

A veces muerto ya hace muchos años,/ mucho después y frío; pero a veces / siento que voy a nacer, me siento antes.

     

martes, 18 de octubre de 2022

Un soneto imperfecto

    El teólogo, poeta y sacerdote católico brasileño, además de profesor de psicología y filosofía, Daniel Lima (1916-2012) es autor del precioso soneto "Nao existas -te peço. -Nao existas" incluido en sus "Sonetos quase sidos", publicados al año de su muerte en 2013. 

 

    Compuesto en perfectos hendecasílabos, carece de rima. Se trata, sin embargo de un poema redondo que culmina con el mismo verso con el que empieza y ofrece una profunda reflexión sobre la vida y la existencia. 


-¡No existas! -te suplico. -¡Tú no existas!

Mas siempre aléjate de mí, en el sueño;

lejos de lo que fueras, si existieses:

que el existir degrada al ser más puro.


Hasta el fin, consérvate soñada

criatura, inexistente cuanto puedas,

si sin querer existes, si tocada

de presencia real ya tienes vida.


Así y todo existiendo, sé soñada,

no te dejes tocar por la existencia

que impurifica todo y todo mancha


y te pone más lejos, más te aparta

de tu ser verdadero, inexistente.

¡No existas -te suplico-, tú no existas!

 


      Me enteré de la existencia, nunca mejor dicho, de este poeta casi póstumo por la foto lisboeta de un amigo que me comentó que la frase "Penso mas nâo existo"  se le atribuía a él. No he encontrado en lo que he podido leer de su obra la formulación exacta, pero sí esta refutación del famoso "Pienso, luego existo" de Descartes en su poema breve titulado Anticartesiana (2001), que dice en versión original: O Filósofo acordou / e vendo-se ao espelho disse: / "Eu penso: eu sou". / E ao afastar-se / ouviou nâo sei de onde / uma parece voz:  / "Mas nâo existo!", y en castellano sería algo así: El Filósofo despertó / y mirándose al espejo dijo: / "Pienso: soy". / Y al alejarse / oyó de no sé dónde / una como voz: / "¡Pero no existo!".  
 
    De Daniel Lima, cuya obra a mi entender no ha sido traducida a ninguna otra lengua todavía, presento aquí el poema "Réquiem por los filósofos", en versión original portuguesa y en traducción propia, con una introducción sobre este autor que para mí ha supuesto todo un descubrimiento.

martes, 11 de octubre de 2022

El coño

    Se ha hecho viral recientemente un vídeo de 2019 titulado,  #AMATUCHOCHO, que alguien subió a las redes atribuyéndoselo falsamente al Ministerio de Igualdad del Gobierno de las Españas, cosa que las agencias de verificación progubernamentales han desmentido enseguida. En realidad se trata de un challenge (sic, por el anglicismo), es decir, un reto o desafío o quizá provocación de la cantante Mónica Naranjo, que presentaba un programa de divulgación sexual llamado "Mónica y el Sexo" en una cadena de televisión privada que se emitió durante 2019 y 2020.  

 

    Bajo el susodicho lema amoroso, aparecen dieciséis de los nombres vulgares del coño como este mismo de "chocho", incurriendo en el 'caca, culo, pedo, pis' escatológico e infantil, y dieciséis mujeres distintas abocinando su boca como si fuera su vulva. Finalmente la propia Mónica hace lo mismo sacando la lengua a modo de burla dentro de lo que parece una campaña dirigida al empoderamiento de las mujeres que se declaran amantes de su coño, del que se sienten dueñas y señoras, porque es esencialmente "suyo" y de nadie más. La voz de Mónica nos dice que hay muchas formas vulgares de llamarlo pero solo una de liberarlo, que es amarlo: un mensaje insulso e insustancial si no fuera, además, falso.  El amor a lo sometido, si no quiere convertirse en amor a la sumisión misma, debe conllevar la denuncia de aquello que lo somete.

    ¿Qué diríamos si saliera un tipo diciendo #AMATUPOLLA y haciendo un gesto fálico como levantar el dedo corazón o medio doblando los dedos de cada lado, o dándonos un corte de mangas? ¿No nos parecería, además de grosero y políticamente poco correcto, un mensaje intolerablemente machista?

    Me ha parecido, sinceramente, de pésimo gusto y bastante ordinario, pero me ha traído enseguida a la memoria el soneto con estrambote de Belli "La Madre de las Santas", mucho más inteligente y gracioso que el challenge de Mónica, donde se mezclan los nombres cultos y los vulgares, que traduje, o hice una versión, mejor dicho de él, porque la traducción en sentido estricto es en cualquier caso muy difícil, y en este imposible. En él aparecen cuarenta formas diferentes de referirse a lo mismo. Algunos de los términos del soneto han quedado obsoletos en el italiano actual, y se echa de menos uno moderno, que es la "gnocca". Fue escrito en dialecto italiano romanesco por Giuseppe-Gioachino Belli el 6 de diciembre de 1832 en Roma, y se lo dedicó al coño, como complemento del dedicado a la picha, "El padre de los Santos", . 

 
 Quien quiera mentar lo de Catalina
 para hacerse entender de docta gente 
tendrá que decir vulva o vagina 
o sexo femenino mismamente. 
 
Pero la chusma normal y corriente 
decimos coño, chocho o pesetina, 
 concha, hucha, hachazo, capilla ardiente, 
chirla, chirri, raja y almeja y mina,
 
 el chichi o el conejo o la raposa,
 la higa, el parrús, el toto y el michino, 
el potorro, el fandango, o bien la-cosa
 
 o asunto, breva, mondongo y chumino, 
felpudo, loncha, grieta cavernosa, 
castaña, bollo o jaula del pepino. 
 
Y hay en materia tan pecaminosa
 quien dice parte pudenda, hendidura,
 perdición del hombre y sepultura. 
 
El origen del mundo, Gustave Courbet (1866)
 
 

Chi vvò cchiede la monna a Ccaterina
Pe ffasse intenne da la ggente dotta
Je toccherebbe a ddì vvurva, vaccina,
E ddà ggiù co la cunna e cco la potta.

Ma nnoantri fijjacci de miggnotta
Dimo scella, patacca, passerina,
Fessa, spacco, fissura, bbuscia, grotta,
Freggna, fica, sciavatta, chitarrina,

Sorca, vaschetta, fodero, frittella,
Ciscia, sporta, perucca, varpelosa,
Chiavica, gattarola, finestrella,

Fischiarola, quer-fatto, quela-cosa,
Urinale, fracosscio, ciumachella,
La-gabbia-der-pipino, e la-bbrodosa.

E ssi vvòi la scimosa,
Chi la chiama vergoggna, e cchi nnatura,
Chi cciufèca, tajjola, e ssepportura.

Recitado del soneto de G.G. Belli.

martes, 26 de octubre de 2021

'El Padre de los Santos'


Traduzco, o recreo, mejor dicho, porque la traducción en sentido estricto es imposible, el soneto doblemente estrambótico porque tiene dos estrambotes como colofón, escrito en dialecto italiano romanesco por Giuseppe-Gioachino Belli el 6 de diciembre de 1832 en Roma, y titulado 'El padre de los Santos", que le dedicó a la polla y en el que aparecen cincuenta y un sinónimos o formas diferentes de referirse a lo mismo.
 
 A la polla puede llamarse pija, 
aparato, nervio, verga y cipote, 
pedazo-de-carne, mango, garrote, 
hisopo, berraco, gaita y clavija,
 
 manivela, picha, herramienta, rabo,
 el palitroque, la minga, la chorra, 
 instrumento, plátano, cachiporra, 
 cirio, mazo, tranca, pitorro y clavo; 
 
pinga y manubrio, pilila y vergajo, 
y ciruelo y pepino y el calvito, 
y canario y longaniza y badajo,
 
y, además, trabuco, paquete, pito, 
 y también crece-en-la-mano, carajo, 
 zurriago y mi hermanito pequeñito. 
 
Y añado que el doctor 
 lo llama falo, sexo varonil, 
órgano sexual y miembro viril. 
 
Y el viejo boticario dice Príapo, 
y pene su mujer 
cuando, Santo Dios, no le da placer.
 
 
"Aquí habita la felicidad"

 Fragmento de la película 'Gente di Roma' de Ettore Scola, donde se recita el soneto.
 
 
ER PADRE DE LI SANTI (Original):
 
Er cazzo se pò dì radica, ucello, 
Cicio, nerbo, tortore, pennarolo, 
Pezzo-de-carne, manico, cetrolo, 
Asperge, cucuzzola e stennarello. 
 
Cavicchio, canaletto e chiavistello, 
Er gionco, er guercio, er mio, nerchia, pirolo, 
Attaccapanni, moccolo, bruggnolo, 
Inguilla, torciorecchio, e manganello. 
 
Zeppa e batocco, cavola e tturaccio, 
 E maritozzo, e cannella, e ppipino, 
E ssalame, e ssarciccia, e ssanguinaccio. 
 
Poi scafa, canocchiale, arma, bambino, 
Poi torzo, cresscimmano, catenaccio, 
Mànnola, e mi'-fratello-piccinino. 
 
E te lascio perzino
Ch'er mi' dottore lo chiama cotale, 
Fallo, asta, verga e membro naturale.
 
 Quer vecchio de spezziale 
Dice Priapo; e la su' moje pene, 
Segno per dio che nun je torna bene.

miércoles, 22 de septiembre de 2021

El durmiente del valle

    Un soneto de Rimbaud me fascinó desde la primera vez que lo leí. He intentado varias veces traducirlo al español y tratado de reproducir su ritmo, su música. En cuanto a la letra, me he separado a veces mucho del original (ya se sabe: traduttore, traditore: 'traductor, traidor'); por ejemplo, en el verso 12, donde el poeta de Charleville dice: Les parfums ne font pas frisonner sa narine ("los perfumes no hacen estremecerse la ventana de su nariz"), yo, obligado por el alejandrino partido en sus dos hemistiquios y la rima en "ío" que me había impuesto hice este hallazgo: "No le dan los perfumes ningún escalofrío". 


Manuscrito de "Le dormeur du val" Octubre 1870. Arthur Rimbaud.


 De verdor hay un hoyo donde un riachuelo canta

Añadiendo a las hierbas locamente desmayos

De plata; donde el Sol, de la montaña tanta,

Brilla; es un vallecito que hace espuma de rayos.



Boquiabierto, un soldado joven, casco caído,

Y bañándose en fresco berro azul su testuz,

Duerme; en la hierba, al aire libre, está tendido,

Blanco en su lecho verde, donde llueve la luz.



Los pies entre los lirios, duerme. Está risueño

Cual sonreiría un niño enfermo, echa un sueño:

Naturaleza, mécelo cálida; tiene frío.



No le dan los perfumes ningún escalofrío;

Está durmiendo al sol, la mano sobre el pecho

manso. Dos hoyos rojos tiene en costal derecho.


El hombre herido, Gustave Courbet (1840)

    La traducción, a veces, nos obliga a crear, o, mejor dicho, a recrear lo que otros han creado antes. En este caso se trata de un espléndido poema con un final inesperado: En el último verso del soneto descubrimos que el soldado que creíamos vivo, durmiendo plácidamente al sol tal vez una siesta en mitad de una naturaleza idílica con la mano sobre el pecho, está en realidad muerto, como el hombre herido que pintó Courbet treinta años antes de que Rimbaud escribiera este espléndido soneto a los dieciséis años, como cualquiera de nosotros mismos, muertos en vida.