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viernes, 10 de mayo de 2024

Judit y Holofernes

    He aquí un nuevo soneto de Giuseppe-Gioachino Belli, de temática bíblica en esta ocasión. Se titula La bbella Giuditta, "La bella Judit", y narra el episodio en el que Judit, una rica viuda de Betulia, libra a su ciudad del asedio del general asirio Holofernes acostándose con él y, después de hacer el amor, cuando él se hubo dormido, cortándole la cabeza de un tajo con la cimitarra. 

    Los once primeros versos del soneto resumen el capítulo 13 del Libro de Judit, y en la última estrofa el poeta reflexiona cómo se puede matar por la fe, como sucedía en la Roma papal, tal como hacía el verdugo Mastro Titta, que aparece mencionado en el verso séptimo, que era el apodo de Giovanni Battista Bugatti (1799-1869), el último sayón del Estado Pontificio, quien entre 1796 y 1864, según comenta Luigi Giuliani en su traducción de Belli, ejecutó a 516 condenados a muerte "por la fe", es decir, por no tenerla.   

    Llama la atención el verso octavo, donde se dice que Judit mandó a Holofernes después de haberle cortado la cabeza -la decapitación, más que un símbolo de la castración como quieren los clásicos del psicoanálisis, es la suma castración- a "joder coños eternos". En otro soneto de Belli "La madre de las santas" se equipara la vulva con la sepultura del hombre  (la fica è seportura).   

 La bbella Gbiuditta

Disce l'Abbibbia Sagra che Ggiuditta
doppo d'avé ccenato con Llionferne,
smorzate tutte quante le luscerne
ciannò a mmette er sordato a la galitta,

che appena j'ebbe chiuse le lenterne
tra er beve e lo schiumà della marmitta,
cor un corpo da fìa de Mastro Titta
lo mannò a ffotte in ne le fiche eterne,

e cche, agguattata la capoccia, aggnede
pe ffà la mostra ar popolo ggiudio
sino a BBettujja co la serva a piede.

Ecchete come, Pavoluccio mio,
se pò scannà la gente pe la fede,
 e ffà la vacca pe ddà ggrolia a DDio.
 
 
Judit y Holofernes, Caravaggio (1598-1599)

La bella Judit

  Diz' la Santa Biblia que Judit, bella,
tras haber con Holofernes cenado,
habiendo las lámparas apagado,
metió el canario de él en jaula de ella (1),

que a penas hubo el ojo el rey cerrado
tras el polvo y vino de la botella,
con tajo de verdugo lo degüella,
  a joder coño eterno encomendado,

y que, arrancada la cabeza, fue
para mostrársela al pueblo judío
hasta Betulia con su sierva a pie.

Aquí tienes cómo, Paolo mío,
se pue' matar en nombre de la fe
y darle gloria a Dios con puterío.
 
(1) Literalmente dice "metió el soldado en la garita", aludiendo con ambos términos al pene y a la vulva.

Judit decapitando a Holofernes, Artemisia Gentileschi (1613)