Por fin he recibido, después de más de veinte días de espera, el libro que había encargado “99 sonetos romanescos” de Giuseppe-Gioachino Bellien edición bilingüe, traducción, introducción y notas de Luigi Giuliani, publicado por Ediciones Hiperión en 2013.
Vienen estos sonetos a sumarse a los 47 que tradujo Agustín García Calvo en 2006, ofreciendo nuevas versiones de algunos de los ya traducidos y otros nuevos vertidos por vez primera a nuestra lengua.
He seleccionado de estos últimos el que lleva por título 'Er commercio
libbero' (El libre comercio), que es una conversación de una
prostituta con su cliente defendiendo la dignidad de su profesión, el oficio más viejo del mundo, y
quejándose en la última estrofa de la competencia de las mujeres
poco profesionales que no pertenecen al gremio.
Y aunque me aparto en no pocos puntos de la versión de Luigi
Giuliani, reconozco que le debo la traducción del tercer
hendecasílabo, que le he copiado íntegramente.
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Be'? Sò pputtana, venno la mi' pelle:
fo la miggnotta, sì, sto ar cancelletto:
lo pijo in quello largo e in quello stretto:
c'è ggnent'antro da dì? Che cose belle!
Ma cce sò stat'io puro, sor cazzetto,
zitella com'e tutte le zitelle;
e mo nun c'è chi avanzi bajocchelle
su la lana e la paja der mi' letto.
Sai de che me laggn'io? No der mestiere
che ssarìa bbell'e bbono, e cquanno bbutta
nun pò ttrovasse ar monno antro piacere.
Ma de ste dame che stanno anniscoste
me laggno, che, vedenno cuanto frutta
lo scortico, ciarrubbeno le poste. -
- Roma, 16 diciembre 1832
Pues ¿qué?, soy puta, me vendo en subasta,- hago la calle, sí, saco buen provecho,
- y me dan por el ancho y el estrecho.
- ¿Hay algo que objetar? ¡Con eso basta!
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- Mas yo, don Pichacorta, he sido de hecho,
- doncella y cual doncella, virgen casta
- y hoy no hay tío que no funda la pasta
- bajo la colcha de mi puto lecho.
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- ¿Que de qué me quejo? No del oficio
- que puede ser muy bueno y, cuando renta,
- no hay mejor en el mundo que este vicio.
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- Sino de esas damas impertinentes
- me quejo, que al ver cuánto tiene cuenta
- el puterío, nos birlan los clientes.