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viernes, 17 de mayo de 2024

Armados hasta los dientes (y II)

    Los halcones de la guerra ya han desenterrado el hacha como hacían los indios norteamericanos ahora extinguidos, y está claro que no van a fumar la pipa de la paz. 
 
    Han adoptado una actitud beligerante y exigen una acción de fuerza inmediata, no dudando en impulsar la política guerrera y el gasto en armamento para estar preparados para la eventualidad de una guerra que no quiere nadie y que no cesan de prevenir, es decir, de hacer que venga antes de tiempo. 
 

     La unión Europea, por su parte, ultima un nuevo Plan de Defensa para afrontar los “múltiples riesgos geoestratégicos”. Les gusta utilizar palabros cultos como este de “geoestratégico”, que la gente corriente y moliente no sabe muy bien qué quiere decir, pero que suena a geo- tierra y a estrategia "arte -pero no una de las bellas, sino de las más feas- de dirigir las operaciones militares" que practicaban en la antigua Grecia los strategoí o generales, que a su vez eran los que dirigían a un stratós o ejército hacia la muerte ajena (del enemigo) y propia si hacía falta. 
 
    En este contexto beligerante, preocupa un poco la declaración del ministro de Sanidad alemán, de cuyo nombre propio no merece la pena acordarse, de que el sistema sanitario teutón debe estar preparado para la posibilidad de una guerra. Afirmó literalmente uniendo la pandemia con la guerra: "Alemania no sólo debe prepararse para futuras pandemias, sino también para grandes desastres y posibles conflictos militares". Expresaba así sus temores de una posible extensión de la guerra en Ucrania. “En caso de crisis, cada médico, cada hospital, cada autoridad sanitaria debe saber qué hacer". Se refería por ejemplo a la posibilidad de distribuir a un gran número de heridos europeos en general, incluidos los nacionales, en los hospitales alemanes. 
 
 
    Reconocía que algo había que hacer. “Hacer nada no es una opción”. Sentenciaba. Su discurso giraba ante el tópico de que hay que estar preparados y prevenidos, porque si renunciamos a la prevención “ni siquiera necesitaríamos un ejército”. Y ahí es donde dio en el clavo probablemente sin querer. Agitar el fantasma de la guerra, como hacen ahora los políticos europeos y la prensa oficial del régimen a su servicio, sirve para justificar la existencia de los ejércitos y de los gastos militares, y en último extremo de las guerras que quieren conjurar.

sábado, 20 de abril de 2024

Bombas buenas y malas

Dependiendo de su nacionalidad y el uso

que se haga de ellas, bombas buenas hay y... malas.

No son iguales todas ni meterse pueden

en el mismo saco todas juntas y mezcladas,

igual que no se deben churras y merinas

cruzar ni confundirse, aun siendo ovejas ambas.

Las bombas occidentales son las bombas buenas

a más de tecnológicamente avanzadas

e inteligentes como solo ellas saben,

pacíficas, democráticas, humanitarias;

su razón de ser, la lucha contra el terrorismo;

jamás ofensivas, son disuasorias, necesarias;

instrumentos siempre de defensa. Se diría

que no son bombas explosivas, nunca estallan

en los países donde suelen producirse,

sino en lejanos escenarios de batallas

en donde los derechos humanos no se cumplen,

según afirman, como si se respetaran

en alguna parte, pero así se justifican;

cuya fabricación reactiva, malparada,

la economía y crea puestos de trabajo;

benditas sean por lo tanto, bombas y armas

benéficas además de buenas, mientras que otras,

las otras, no occidentales, son perversas, malas,

intrínsecamente criminales, terroristas

que causan en nuestras filas lamentables bajas,

sembrando el pánico y la muerte de inocentes:

malditas sean, sanguinarias, inhumanas.

 

miércoles, 6 de diciembre de 2023

Mensajes a la contra (I)

Siempre hay algún fetiche abstracto que salvar: el Alma de su eterna condenación, la Vida de la muerte, o el Planeta, a costa de nuestro concreto sacrificio.
 
 
oOo

¿No es sorprendente encontrar en esta sociedad tan agnóstica el mismo espíritu de sacrifico que exigía antaño la Iglesia bajo capa ahora científica ecológica?

 

oOo

John Kerry, el zar del clima, dijo que diez mil millones de humanos al ritmo que vamos en el año 2050 no son sostenibles para el planeta. A buen entendedor...

oOo

Los pedagogos rara vez amplían el acervo mundial de conocimientos; mucho más a menudo se oponen a su aumento de manera violenta e implacable.” (H.L. Mencken)

oOo

La cuestión de la existencia de Dios (o del virus, que viene a ser lo mismo) no puede negarse realmente: existen, pero su realidad -ideal- no implica su verdad.

oOo  

La industria de fabricación de armamento no da abasto contribuyendo a la creación de empleo, falta de mano de obra que cubra la creciente demanda del producto.

Satanás despertando a sus legiones, Estella Canziani (1913)
 oOo

sábado, 17 de junio de 2023

¡Qué buenos son nuestros ministros y ministras!

    El Gobierno de las Españas decidió hace cinco años, como por otra parte no cabía esperar menos, invertir dice él -lo que traducido al lenguaje corriente quiere decir malgastar- 7.300 millones de euros de los fondos de las arcas públicas durante los próximos catorce años en la construcción de cinco fragatas F-110, que sustituirán a las obsoletas de la Clase Santa María que tenían ya 35 años de antigüedad, 348 vehículos blindados Dragón 8 por 8, que sustituirán a los viejos BMR, cuyo blindaje resultaba endeble para afrontar la amenaza de los explosivos enterrados a su paso en lugares del mundo tan remotos como Afganistán, donde no se nos ha perdido nada, y en la modernización de los 69 aviones de combate (y cuatro pendientes de recibir) cazabombarderos Eurofighter, que en la lengua del Imperio significa “Eurocombatiente”. Su nombre, sin embargo, no precisa ni especifica si lo de “Euro” se refiere a Europa o a la moneda de la llamada eurozona o, lo que es más probable, a ambas cosas a la vez. 

    Los Estados Unidos de América, por su parte, están al parecer muy satisfechos de que el Gobierno del doctor Pedro Sánchez haya aumentado -incrementado, dicen ellos, en lugar de excrementado- lo que se llama con eufemismo el gasto de defensa -es decir armamento para las Fuerzas Armadas- en un 2% sobre el PIB de nuestro país.

    Así lo decidió nuestro modernísimo Consejo de Ministros y de Ministras, que de esta forma ha asegurado nuestra defensa por tierra, mar y aire con lo que constituye paradójicamente una ofensa al sentido común. ¿Cómo nos venden esta bochornosa e impresentable moto nuestros gobernantes (y gobernantas, no se olvide ni invisibilice el importante papel desempeñado por las mujeres en esta chapuza) a los votantes y contribuyentes? Pues diciendo que la inversión generará nada más y nada menos que 8.500 puestos de trabajo, directos e indirectos, en los astilleros de Navantia en Ferrol, así como en otras muchas empresas, de los que 7.000 dependen de la construcción de las fragatas: quieren darnos más trabajo. ¡Qué buenos son nuestros mandatarios (y mandatarias)! 

    En este sentido la por entonces Ministra de Educación y portavoz del Gobierno de las Españas doña Isabel Celaá dijo a los periodistas en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros y Ministras que aprobó dicho despropósito: “El gasto en Defensa es, efectivamente, gasto social”. Y añadió sin que se le cayera o arrugara al menos de vergüenza la cara dura que tiene, ratificando así las palabras de la Ministra de Defensa doña Margarita Robles que había asegurado lo mismo con otras palabras en una entrevista radiofónica: “el gasto militar contribuye, aparte de la seguridad y la defensa, en la creación de puestos de trabajo”.



    Ya unos meses atrás el presidente del Gobierno, el mentado doctor Sánchez, justificó la venta de armas a Arabia Saudí diciendo que el contrato venía del anterior ejecutivo -eufemismo de Gobierno-, disculpando así que el nuevo que él preside tuviera que ejecutar dicho compromiso y no pudiera anularlo. Ya se sabe. No se cansa uno de repetirlo: Los que mandan son los más mandados. 

    Por su parte, el entonces Ministro de Asuntos Exteriores don Josep Borrell afirmó, sin que tampoco se le cayera el rostro de vergüenza ni le temblara siquiera la voz, que las armas que España vendía a Arabia Saudí sabían a quién tenían que matar... Él no lo dijo con estas palabras exactamente. Dijo, astuto como es, algo así como que eran unas armas "inteligentes", tanto que nunca se equivocaban en el blanco... ¡Qué maravilla! El problema de esta definición políticamente tan correcta es que,  como le advertía doña Lidia Falcón en una valiente carta abierta, donde se avergonzaba como ciudadana española, como mujer y como feminista, dirigida al señor ministro, y de paso al alcalde de Cádiz y a los trabajadores de Navantia: "Pero lo que no nos ha dicho usted es cuál es el blanco".