jueves, 21 de enero de 2021
Siete mensajes breves
miércoles, 20 de enero de 2021
Globalización y perversión del lenguaje
Perversión del lenguaje: El lenguaje se ha pervertido de tal forma que se le hace decir lo contrario que dice: se bombardea a un pueblo en nombre del Pueblo (“tuvimos que destruir la aldea para salvarla”, como declaró un veterano del Vietnam), se mata a los hombres en nombre de la Humanidad, se invade un país para llevarle la democracia, se le masacra para liberarlo de una dictadura brutal, se violan los derechos humanos para hacer que se respeten, se priva de libertad en defensa de la propia libertad, se nos quita la vida porque no es saludable y se salta por encima de cualquier vestigio de derecho para imponer el imperio de la ley. En suma, el fin justifica los medios. Maquiavelo, triunfal, sonríe desde lejos. Y, encima, quieren que comulguemos con ruedas de molino.
Globalización: Todo el mundo bebiendo el mismo jarabe burbujeante,
no alcohólico, de color oscuro, embotellado en vidrio o en lata,
cuya publicidad  rezaba antaño que era la chispa de la vida, el
aguachirle universal y mundializado. Las  letras blancas de su marca comercial
entrelazadas sobre fondo rojo, los colores del impresentable Papá
Noel, su engendro más logrado y el mayor corruptor
de la infancia que en el mundo ha sido, son el símbolo mundial del
American Way of Life. Se une
ahora su nombre a la guerra contra el presunto virus que han declarado los Amos
del Mundo abogando por el distanciamiento social, y haciendo campaña
contra las interacciones -¡qué palabro!- sociales y familiares. Su lema es esta curiosa paradoja: “Hoy,
estar separados es la mejor manera de estar juntos”.    
No,
 señor, la mejor manera de estar juntos no es estar separados. ¿En qué 
cabeza caben una memez y una sinvergonzonería como esas?
martes, 19 de enero de 2021
De la crisis sanitaria
La crisis sanitaria ha reforzado el poder del Estado sin debilitar, como pretendían algunos, el del Capital, que a la postre ha salido también robustecido. Es decir, el presunto virus ha venido a beneficiar el binomio Estado/Capital en detrimento del bienestar de la gente.
No sólo, pues, se ha incrementado el dominio del sistema político democrático que padecemos sino también el sistema económico, que avanza cada vez más hacia las formas de dinero virtual e ideal más abstractas. Es el sistema en general, lo que en los años sesenta se denominaba genéricamente el “establishment” y también el “status quo”, el que ha salido beneficiado.
Algunos intelectuales no poco ingenuos saludaban la llegada del virus que, aseguraban, iba a firmar el acta de defunción del capitalismo, y se alegraban en su fuero interno de que algo tan diminutamente minúsculo e invisible como un bichejo como ese ser pudiera cargarse la economía... A la vista está que no ha sido así, que en todo caso lo que se ha cargado no el bicho sino la gestión sanitaria de la crisis es la microeconomía, pero no la macroeconomía digital.
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| No Global Tour, obra de Santiago Sierra. | 
No, la crisis sanitaria no ha reforzado el Estado en detrimento de la economía y del mercado, sino que ha reforzado ambas cosas porque iban en el mismo paquete: reforzar el Estado era reforzar el Mercado, y viceversa. No se puede desligar Estado y Mercado, porque son dos aspectos de lo mismo, dos caras de la misma real y falsa moneda.
El empobrecimiento innegable de las pequeñas y medianas empresas y negocios no era la única consecuencia lógica del refuerzo del Estado y de las políticas del quédate-en-casa-si-no-eres-ensencial, dado que ese empobrecimiento llevaba aparejado el enriquecimiento de las grandes empresas tecnológicas informáticas del entretenimiento y la distracción y los grandes negocios. No hace falta dar ejemplos que están en la mente de todos.

 El futuro en llamas, obra de Santiago Sierra
Pero tampoco podemos quedarnos en ese análisis superficial. Cuando decimos que se ha reforzado el poder del Estado/Capital, que simplemente ha cambiado de manos concentrándose en unas pocas y bien digitalizadas, entendemos también que se ha reforzado la gestión, vamos a llamarla así, del tiempo que hacen uno y otro, que es la principal arma de dominio que tienen sobre nosotros, es decir, la imposición del ideal del futuro, que viene a decirnos sin cesar que pospongamos la vida, sea lo que sea, para otro día (si quieres celebrar muchas navidades futuras, no celebres la presente... y mensajes así por el estilo), entristeciéndonos, aguándonos la fiesta y amargándonos el día de hoy.
(Igual que hacía la Iglesia católica, por cierto, que nos prometía la vida verdadera, la vida eterna sin asomo ni amenaza de muerte ni de condenación en las calderas de Pedro Botero, la vida ideal pospuesta para después de la muerte si renunciábamos básicamente a los placeres de la vida, la única que teníamos, en aras de nuestra salvación o, como dicen ahora, de nuestra salud).
Dejar la vida para otro día supone postergarla para un momento que no pertenece al presente, sino que se proyecta indefinidamente en el futuro, dado que el futuro es por esencia procrastinación: mañana es siempre pasado mañana, lo que significa que mañana es nunca.
Ahora no es el momento de amar, de buscar la verdad, de crear, de experimentar la libertad y de vivir en definitiva porque hay algo que nos lo impide, llámese virus, cambio climático o como quiera llamarse: eso es lo esencial que dice el Estado que vela por nuestra salud con consejos paternalistas de las autoridades sanitarias, por las buenas, o por las malas con la "actuación" de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.
El reforzamiento del Estado implica que el dominio del futuro sobre el presente se hace más sólido, pues siempre habrá alguna nueva crisis que el Estado tendrá que resolver antes de que la gente pueda, finalmente, vivir, pero esto implica también que luchamos contra el Estado/Capital cada vez que vivimos no voy a decir “el presente”, sino ahora, aquí y ahora, cada vez que conseguimos razonar, desear, crear, luchar, experimentar la libertad a pesar de todo sin confiar en ningún mesías salvador o salvífica vacuna.
lunes, 18 de enero de 2021
De lo que Séneca le dijo a Nerón
Circula por ahí una frase atribuida a Séneca que le habría dicho en algún momento a Nerón y que, por lo que a mí se me alcanza y he podido averiguar, no tiene mucho fundamento histórico. Se trata de una cita espuria, pero que está muy bien traída sin embargo porque se puede aplicar a cualquier relación humana de poder y de dominio.
Nerón y Séneca, Eduardo Barrón González (1904)
La frase vale para cualquiera del común si se entiende que
“Séneca” no es ahí Lucio Anneo Séneca, nacido en Córdoba en torno al año 4 de nuestra era y muerto en el
65, filósofo estoico y preceptor del emperador Nerón, sino “séneca”, un nombre común y no propio dentro
de la Historia de la Cultura, y como define nuestro Diccionario de la
Real Academia “hombre de mucha sabiduría”, y si se entiende que
Nerón, por su parte, no es el emperador romano de la dinastía julio-claudia nacido
en el 37 y muerto en el 68, sino “nerón”, con  minúscula, es
decir un “hombre muy cruel”, según el citado Diccionario,
definición a la que habría que añadir la nota imprescindible de
“poderoso, el hombre más poderoso del mundo en su tiempo”. Como se sabe, Nerón acusó a su antiguo maestro de haber participado en la conspiración de Pisón contra el Imperio y le concedió la gracia de quitarse voluntariamente la vida. 
Hay que tener en cuenta que la institución del Poder se basa en dos cosas: la mentira y el miedo. ¿En qué consiste la primera? ¿Sobre qué engaño se fundamenta? Entre nosotros, occidentales, hay que remontarse hasta, por lo menos los griegos, y en concreto hasta el maestro Aristóteles, que escribió en la Política lo siguiente: "Mandar y obedecer no sólo son cosas necesarias, sino también convenientes, y ya desde el nacimiento algunos están destinados a obedecer y otros a mandar". (Política. 1.1254a, τὸ γὰρ ἄρχειν καὶ ἄρχεσθαι οὐ μόνον τῶν ἀναγκαίων ἀλλὰ καὶ τῶν συμφερόντων ἐστί, καὶ εὐθὺς ἐκ γενετῆς ἔνια διέστηκε τὰ μὲν ἐπὶ τὸ ἄρχεσθαι τὰ δ᾽ ἐπὶ τὸ ἄρχειν).
Aristóteles estableció la necesidad y conveniencia de que haya gobierno, unos hombres que manden y otros que obedezcan, y lo justificó diciendo que era natural que así fuera, es decir, que lo que había era así porque lo había querido la naturaleza y no se podía evitar. Justificaba así la existencia de la esclavitud y la supremacía del varón sobre la mujer. Si negamos que sea verdad lo que dijo Aristóteles, ¿qué les queda a los poderosos de este mundo para sustentar y sostener el Poder que encarnan, una vez denunciada la mentira? Sólo les queda el miedo.
 ¿Qué
le dice un hombre sabio, en el sentido popular de la palabra, es
decir, un hombre del pueblo, que es consciente de su vasta ignorancia, pero que pone en duda, precisamente porque nada sabe, las palabras del maestro Aristóteles de que sea necesario y conveniente que haya gobierno, un hombre que ni siquiera
tiene nombre propio, sino común, al poderoso? Le dice algo que le puede decir cualquiera al poderoso para, de ese modo, desempoderarlo: “Tu poder radica en mi miedo; yo ya
no tengo miedo, tú ya no tienes poder”. 
domingo, 17 de enero de 2021
2 + 2 = 5
sábado, 16 de enero de 2021
Seis mensajes breves
Titular del periódico Noticias de Navarra: "Muere un joven en Teruel abatido por un guardia civil". Debería decir: Un guardia civil mata a un joven en Teruel.
El telepredicador, presentando datos del impacto de contagios y culpabilizando a la ciudadanía: "Lo hemos pasado mejor de lo que deberíamos estas navidades".
Muchos se preguntan cuándo volverán las cosas a la normalidad. La respuesta, en una palabra, es: nunca, una vez convertida la excepción en la regla normativa.
Pregunta ingenua: ¿A dónde van los votos depositados por la ciudadanía en las urnas después del recuento electoral? Respuesta: -¿A dónde van a ir? ¡A la basura!
viernes, 15 de enero de 2021
Mafalda aprende el significado de "democracia"
Y aquí es donde reside el éxito del engaño de la palabra: hay una tercera forma de entender el significado de "democracia", que en principio habíamos descartado por la contradicción lógica que entrañaba, pero es la que se ha impuesto y es la políticamente correcta: sería el poder o fuerza ejercida por el pueblo, tomado como sujeto, sobre el propio pueblo tomado al mismo tiempo como objeto.
jueves, 14 de enero de 2021
Calidad de vida
miércoles, 13 de enero de 2021
Otro cuento de Navidad
Si quieres celebrar futuras y muchas navidades, no celebres la presente; hay que estar separados hoy para poder estar juntos mañana..., y mensajes así por el estilo nos han bombardeado a lo largo de estas entrañables y empalagosas fiestas navideñas. Los telepredicadores aguafiestas advertían de que la celebración de la fiesta podía ocasionar la muerte propia o la de los seres queridos, por lo que era mejor abstenerse de festejos y limitar al mínimo imprescindible el número de contactos. Ya vendrían tiempos mejores, cuando todos estuviéramos inmunizados gracias a la milagrosa y salvífica vacuna que se estaba ensayando en los laboratorios farmacéuticos... Hasta la burbujeante bebida norteamericana escribía su nombre separando las letras, y añadía debajo: "Hoy, estar separados es la mejor manera de estar juntos".
El espectro que se le aparece al viejo gruñón cascarrabias de Scrooge no tiene cara. Si la tuviera,
 tendría que ser una calavera, el rostro de la  propia Muerte. Este espíritu llevará a Scrooge a ver el cadáver de un hombre que yacía en su lecho de muerte cubierto con una sábana a modo de mortaja. Y le llevará al cementerio donde le señalará la lápida que le ha sido destinada donde están inscritos el nombre propio y el apellido del difunto.  El fallecido, ahora puede ver su rostro, no era otro sino el mismo Ebenezer Scrooge en carne y hueso. 
Todo había sido un sueño. O, mejor dicho, una pesadilla, como comprobó nuestro protagonista cuando despertó envuelto en sudor frío y vio al arrancar la hoja del calendario que ese día era precisamente el de Navidad. Y, al contrario de lo que van a hacer muchos de nuestros compatriotas, decidió celebrar la fiesta como nunca en su vida la había celebrado: acude a cenar a casa de su sobrino y su familia, ávido de festejar con los demás, saltándose el confinamiento y el toque de queda que se había impuesto a sí mismo hasta entonces a lo largo de toda su vida.
Precisamente la 
aparición de ese tétrico fantasma es lo que hace que Ebenezer Scrooge 
decida celebrar la Navidad presente que tiene por delante, y no confiar en el futuro, que no le deparaba otra cosa más, como nos depara a todos y cada uno, que la propia muerte, la aniquilación de la única vida que tenemos, porque la "vida futura" no existe, desengañémonos: el futuro es la negación de lo que hay, sea lo que sea, aquí y ahora mismo.
martes, 12 de enero de 2021
Otros diez comprimidos en cápsulas
11.- Abracadabra patasdecabra. Muchas personas recitan en todo el mundo mantras para la liberación de los males del cuerpo y de la mente como por arte de magia: versos sánscritos que comprenden fórmulas sagradas para la mayoría incomprensibles, divinas palabras que diría don Ramón del Valle-Inclán, como el latín eclesiástico que el pueblo ya no comprende en este Occidente tan des-orientado. La fuerza de esas palabras mágicas radica en el efecto placebo, en la fe que depositamos en ellas, en el hermetismo y el atractivo del misterio que exhala el hecho de que no se comprenda muy bien su significado.
12.- La propia personalidad es una ficción que nos acabamos creyendo a fuerza de representar el papel de nosotros mismos una y otra vez sobre las tablas del teatro del mundo en nuestra puesta en escena cotidiana. La prueba de que no es verdad que tú seas quien eres es que has de llevar siempre en el bolsillo un documento que acredite tu identidad. Tú mismo te miras un día en el espejo y te preguntas: ¿Quién soy yo? Y, a falta de mejor respuesta, acabas respondiéndote: Soy Narciso, y te quedas tan ancho, identificándote contigo mismo, es decir, con tu propia sombra. Pero alguien o algo por lo bajo, como el demonio de Sócrates, te dice que no.
13.- Profecía: El fin del mundo entendido como aniquilamiento de toda forma de vida humana inteligente sobre la faz del planeta Tierra no tendrá lugar ni en un futuro más o menos inmediato ni tampoco en un futuro lejano por la sencilla razón de que ya se ha producido y sucedido.
 
14.- ¿Reflejan la realidad los medios de comunicación? Eso, al menos, es lo que pretenden, creando un simulacro virtual de ella, que podemos llamar el Espectáculo, siguiendo el hallazgo terminológico del llorado Debord, una proyección que ya no responde a la realidad sino que la suplanta. En realidad lo que hacen es recrear la realidad. ¿Por qué la recrean? Tal vez porque no está creada de una vez por todas. Porque, si no lo hicieran, se tambalearía el edificio y se vendría abajo, como el castillo de naipes de todas nuestras certezas ante la sombra benéfica de una duda.
15.- Abogo por la proclamación de una nueva Ley Sálica. Una ley que no sólo impida reinar a las mujeres, lo que sería desde luego bastante sexista y discriminatorio, sino que prohíba reinar, aplicando el mismo rasero igualitario, también a los varones, para que no se sientan ellos discriminados en la exclusión del trono, que quedaría de este modo perpetuamente vacante. Hago esta propuesta -¿imposible?-, consciente de que así y solo así nadie será más que nadie.
16.- Recordemos la vieja parábola budista: cuando una casa está en llamas no preguntemos de dónde viene el fuego, o quién fue el incendiario o cuál es el pronóstico meteorológico para las próximas horas en el exterior: hagamos algo para apagar el incendio o escapemos, si ya es demasiado tarde para evitar la propagación de las llamas.
17.- La vida se ha convertido en un producto más de consumo a la venta en las enormes superficies comerciales llenas de ascensores y escaleras mecánicas que suben y bajan por nosotros, cuando no de un catálogo virtual de venta y entrega rápida a domicilio para que el cliente no necesite salir del caparazón de su casa (¡quédate en casa!). Pero se han agotado las existencias de “vida” en las rebajas. Lo sabe el ama de casa. Sabe que ya no vive: sobrevive. Es decir: se limita a existir. Por eso se da a la bebida o comulga con las hostias consagradas en forma de píldoras tranquilizantes y ansiolíticas, tomadas con fe litúrgica, para escapar de la depresión, el pan nuestro cotidiano.
18.- Es gracia que espera alcanzar de Vuestra Merced, o algo así, se ponía antes en las instancias dirigidas a la autoridad competente, legitimando la competencia de la autoridad. Toda reivindicación dirigida a un interlocutor preciso lleva consigo su propio logro, que es su rotunda derrota, porque da por válida la legitimidad de la existencia del interlocutor y de la reclamación que se le hace, poniendo en funcionamiento un mecanismo de negociación que fortalece el sistema vigente de dominación. La autoridad, legitimada, se aviene así a escucharnos y a concedernos graciosamente o denegarnos lo que se supone que queremos, que es lo que queremos realmente, pero no lo que queremos de verdad, que es, huelga decirlo, pero por si acaso, que no haya autoridad. Tal vez sería bueno que hiciéramos nosotros como aquellos manifestantes que durante una huelga salvaje mostraban una pancarta en la que podía leerse: NO PEDIMOS NADA. Ellos habían comprendido que la derrota estaba de antemano en la propia reivindicación.
19.- El pueblo no tiene nombre propio, sino común, porque pueblo no es sólo una masa de individuos y cada individuo personal un voto, como pretenden los políticos profesionales reducirlo para que sea sólo eso y nada más que eso, sino algo vivo y palpitante que está, a poco que se le deje hablar y se le preste oídos, diciendo rotundamente siempre que no a las imposiciones que sobre él se quieren fundamentar.
20.- Leído en los periódicos del Régimen: una de las principales causas de muerte en el mundo es el suicidio. Según la Organización Mundial de la Salud cerca de ochocientas mil personas se quitan la vida al año en el mundo, siendo muchísimas más las que lo intentan. Más allá del cáncer y del corazón, más que por las guerras, la gente se quita la vida porque, ante la imposibilidad de vivir, no quiere existir o sobrevivir, que viene a ser lo mismo que estar muerto. Se dan la muerte para huir de la muerte.


















