Trabajamos por su calidad de vida, decía en la lengua de Molière
en letras mayúsculas blancas sobre fondo azul el panel informativo del ayuntamiento de Péribonka, en el Québec
francófono canadiense. Más abajo se especificaba en qué consistía ese
trabajo que iba a mejorar la calidad de vida de los habitantes de ese
municipio: Amenagement du cimetière, o, lo que es lo mismo, acondicionamiento del cementerio.
Estamos muy acostumbrados, también por estos pagos y lares nuestros, a
carteles de esta índole, que rozan el humor más negro, sarcástico y surrealista, así como el
recochineo por parte de las autoridades que nos gobiernan: Estamos trabajando para mejora su futuro. Disculpen las molestias actuales (El fin justifica los medios).
En aras del futuro, el dios más cruento que puede haber, sacrificamos nuestro presente, que es lo único que tenemos. A la espera de que llegue la tierra prometida del ansiado porvenir, nos piden que disculpemos las molestias que nos ocasionan.
Aquí nos lo ponen hasta por triplicado para que nos enteremos.