martes, 12 de enero de 2021

Otros diez comprimidos en cápsulas

11.- Abracadabra patasdecabra. Muchas personas recitan en todo el mundo mantras para la liberación de los males del cuerpo y de la mente como por arte de magia: versos sánscritos que comprenden fórmulas sagradas para la mayoría incomprensibles, divinas palabras que diría don Ramón del Valle-Inclán, como el latín eclesiástico que el pueblo ya no comprende en este Occidente tan des-orientado. La fuerza de esas palabras mágicas radica en el efecto placebo, en la fe que depositamos en ellas, en el hermetismo y el atractivo del misterio que exhala el hecho de que no se comprenda muy bien su significado.

12.- La propia personalidad es una ficción que nos acabamos creyendo a fuerza de representar el papel de nosotros mismos una y otra vez sobre las tablas del teatro del mundo en nuestra puesta en escena cotidiana. La prueba de que no es verdad que tú seas quien eres es que has de llevar siempre en el bolsillo un documento que acredite tu identidad. Tú mismo te miras un día en el espejo y te preguntas: ¿Quién soy yo? Y, a falta de mejor respuesta, acabas respondiéndote: Soy Narciso, y te quedas tan ancho, identificándote contigo mismo, es decir, con tu propia sombra. Pero alguien o algo por lo bajo, como el demonio de Sócrates, te dice que no.

13.- Profecía: El fin del mundo entendido como aniquilamiento de toda forma de vida humana inteligente sobre la faz del planeta Tierra no tendrá lugar ni en un futuro más o menos inmediato ni tampoco en un futuro lejano por la sencilla razón de que ya se ha producido y sucedido. 

 


14.- ¿Reflejan la realidad los medios de comunicación? Eso, al menos, es lo que pretenden, creando un simulacro virtual de ella, que podemos llamar el Espectáculo, siguiendo el hallazgo terminológico del llorado Debord, una proyección que ya no responde a la realidad sino que la suplanta. En realidad lo que hacen es recrear la realidad. ¿Por qué la recrean? Tal vez porque no está creada de una vez por todas. Porque, si no lo hicieran, se tambalearía el edificio y se vendría abajo, como el castillo de naipes de todas nuestras certezas ante la sombra benéfica de una duda.

15.- Abogo por la proclamación de una nueva Ley Sálica. Una ley que no sólo impida reinar a las mujeres, lo que sería desde luego bastante sexista y discriminatorio, sino que prohíba reinar, aplicando el mismo rasero igualitario, también a los varones, para que no se sientan ellos discriminados en la exclusión del trono, que quedaría de este modo perpetuamente vacante. Hago esta propuesta -¿imposible?-, consciente de que así y solo así nadie será más que nadie. 

 

16.- Recordemos la vieja parábola budista: cuando una casa está en llamas no preguntemos de dónde viene el fuego, o quién fue el incendiario o cuál es el pronóstico meteorológico para las próximas horas en el exterior: hagamos algo para apagar el incendio o escapemos, si ya es demasiado tarde para evitar la propagación de las llamas.

17.- La vida se ha convertido en un producto más de consumo a la venta en las enormes superficies comerciales llenas de ascensores y escaleras mecánicas que suben y bajan por nosotros, cuando no de un catálogo virtual de venta y entrega rápida a domicilio para que el cliente no necesite salir del caparazón de su casa (¡quédate en casa!). Pero se han agotado las existencias de “vida” en las rebajas. Lo sabe el ama de casa. Sabe que ya no vive: sobrevive. Es decir: se limita a existir. Por eso se da a la bebida o comulga con las hostias consagradas en forma de píldoras tranquilizantes y ansiolíticas, tomadas con fe litúrgica, para escapar de la depresión, el pan nuestro cotidiano.

18.- Es gracia que espera alcanzar de Vuestra Merced, o algo así, se ponía antes en las instancias dirigidas a la autoridad competente, legitimando la competencia de la autoridad. Toda reivindicación dirigida a un interlocutor preciso lleva consigo su propio logro, que es su rotunda derrota, porque da por válida la legitimidad de la existencia del interlocutor y de la reclamación que se le hace, poniendo en funcionamiento un mecanismo de negociación que fortalece el sistema vigente de dominación. La autoridad, legitimada, se aviene así a escucharnos y a concedernos graciosamente o denegarnos lo que se supone que queremos, que es lo que queremos realmente, pero no lo que queremos de verdad, que es, huelga decirlo, pero por si acaso, que no haya autoridad. Tal vez sería bueno que hiciéramos nosotros como aquellos manifestantes que durante una huelga salvaje mostraban una pancarta en la que podía leerse: NO PEDIMOS NADA. Ellos habían comprendido que la derrota estaba de antemano en la propia reivindicación.

 

19.- El pueblo no tiene nombre propio, sino común, porque pueblo no es sólo una masa de individuos y cada individuo personal un voto, como pretenden los políticos profesionales reducirlo para que sea sólo eso y nada más que eso, sino algo vivo y palpitante que está, a poco que se le deje hablar y se le preste oídos, diciendo rotundamente siempre que no a las imposiciones que sobre él se quieren fundamentar.

20.- Leído en los periódicos del Régimen: una de las principales causas de muerte en el mundo es el suicidio. Según la Organización Mundial de la Salud cerca de ochocientas mil personas se quitan la vida al año en el mundo, siendo muchísimas más las que lo intentan. Más allá del cáncer y del corazón, más que por las guerras, la gente se quita la vida porque, ante la imposibilidad de vivir, no quiere existir o sobrevivir, que viene a ser lo mismo que estar muerto. Se dan la muerte para huir de la muerte.

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