La llorada Mercedes Sosa, alias La Negra, cantaba en 1993 con su cálida voz una preciosa tonada titulada “Todo cambia”, celebrando la caída del dictador chileno Pinochet ("Sí señor: ya cayó, ya cayó"), con una letra de inspiración heraclitana por aquello que se supone que dijo Heraclito de πάντα ῥεῖ (pánta rheî), pero que realmente no dejó escrito como tal.
viernes, 1 de octubre de 2021
¡Todo cambia! ¿Cambia todo?
jueves, 30 de septiembre de 2021
¡Muéstreme su pase sanitario!
La foto no está trucada. Las propias agencias de verificación lo reconocen. Muestra un cartel de la nueva película de cine holandesa "Mi mejor amiga Ana Frank" donde puede leerse diagonalmente, en mayúsculas negras sobre franja blanca, en neerlandés: "voor ongevaccineerden verboden", lo que en román paladino significa: “prohibido para los no vacunados”.
Las agencias de verificación se han apresurado enseguida a investigar, y a desmentir la noticia, pese a que la imagen no está manipulada: “Una foto del cartel de una película holandesa sobre Ana Frank se está difundiendo en las redes sociales. Afirma que los no vacunados no pueden ver la película. Esto es falso.”
¿Es verdad o es falso, como dicen las agencias de verificación, que no puedes ir al cine a ver esta película o cualquier otra si no estás vacunado?
La afirmación es a la vez verdadera y falsa. En los Países Bajos se prohíbe la entrada al cine a las personas no vacunadas que no acrediten documentalmente que están libres de la mácula del pecado vírico mediante el green pass, pasaporte sanitario, certificado QR o como quiera llamarse al invento, o documento equivalente, porque se supone, y es demasiado suponer, que si has recibido los pinchazos reglamentarios estás libre de contagio tanto por activa como por pasiva y media.
La exigencia del salvoconducto se hace extensiva a los restaurantes o a cualquier espectáculo público cultural o deportivo. El gobierno holandés dice que las personas que no estén vacunadas o que no puedan demostrar que han pasado la infección pueden hacerse las pruebas correspondientes de forma gratuita, demostrando así el ejecutivo de ese país, que es como los periodistas llaman al gobierno, que no grava económica- y directamente a sus súbditos que no estén vacunados-¡menos mal, dentro de lo malo malo, faltaría más-!, aunque no por ello deja de hacerlo a través de los impuestos indirectos con que se pagan las pruebas y las vacunas y no por ello deja de obligarles a demostrar que están libres de pecado, es decir, de la mácula del virus.
Parece que hay una razón sanitaria de tipo médico detrás de esta segregación, pero no la hay, porque el hecho de estar vacunado no demuestra per se que uno esté libre del virus coronado, como se está viendo en países como Israel, pionero en la vacunación, donde hasta su propio gobierno lo ha reconocido, y donde ya van por la cuarta comunión de la dosis. Y suma y sigue. La razón es otra, es política, los fines de esta medida de apartheid son el control social. No tiene nada que ver, por lo tanto, con la salud.
La segregación de los no vacunados, que se justifica por su supuesto peligro de contagio, no tiene ningún sentido desde el punto de vista médico y epidemiológico si la vacuna cumple su función. Los certificados de vacunación y la propia vacunación son absurdos. Si la vacunación fuera efectiva no necesitaría ningún documento acreditativo, demostraría su eficacia por sí sola, lo que, por cierto, no se está viendo.
La polvareda que ha levantado la cartelera de “Mi mejor amiga Ana Frank” es grande en las redes sociales, por mucho que quieran taparla los verificadores. Enseguida, y no sin razón, se ha comparado la segregación de los que no quieren o no pueden vacunarse contra el virus coronado por cualquier razón con la exclusión de los judíos bajo el nacionalsocialismo, y esto, precisamente, en una película sobre Ana Frank, la niña judía que se escondió de los nazis con su familia y conocidos durante algo más de dos años en una casa trasera de Ámsterdam, pero que finalmente fue descubierta y murió en el campo de concentración de Bergen-Belsen, de lo que nos dio cuenta en su famoso diario.
Hay quien comenta, estableciendo con razón ciertos paralelismos: "La historia se repite". Las comparaciones se establecen con la estrella judía, la estrella amarilla que los judíos estaban obligados a llevar como marca distintiva en su solapa durante el nacionalsocialismo, y, en segundo, lugar con el pasaporte o salvoconducto sanitario, instaurado en algunos países europeos a imagen y semejanza del Gesundheitspass nazi.
miércoles, 29 de septiembre de 2021
La lámpara de Diógenes
Diógenes Laercio narrando la vida de su tocayo Diógenes de Sinope le dedica una frase memorable en el libro sexto, parágrafo 41, de sus “Vidas y opiniones de los filósofos ilustres”, consagrado a Antístenes y a la escuela cínica: (Diógenes) Se paseaba en pleno día con una lámpara encendida, diciendo: “Estoy buscando un hombre” (Διογένης) λύχνον μεθ᾽ ἡμέραν ἅψας περιῄει λέγων "ἄνθρωπον ζητῶ."
Diógenes con su lámpara buscando al hombre en Atenas, J.H.W. Tischbein (1751-1829)
Diógenes porta un candil durante el día buscando a un hombre, es decir, a alguien que responda a la idea de 'ser humano', ἄνθρωπος (ánthropos) en griego clásico, que no encuentra ni a la luz del sol a pleno día ni con la ayuda de la linterna, ni encontraría nunca tampoco aunque se mirara en un espejo porque nada ni nadie, ninguna cosa ni persona como caso eximio entre las cosas de este mundo, responde cabalmente, verdaderamente, a la idea que se tiene de ella. Esta interpretación es un ataque a las Ideas platónicas. Diógenes va en busca del concepto de 'ser humano' pero no encuentra más que personas de carne y hueso, individuos concretos.
Se ha querido ver en esta anécdota desde muy antiguo, sin embargo, un significado moral en el sentido de que Diógenes va buscando personas 'auténticas, honradas, virtuosas, buenas' que no encuentra en su deambular por las calles de Atenas. ¿Por qué no encuentra hombres de verdad? Podría tratarse de un problema personal de ceguera o de poca visión, por eso lleva la linterna de día, para ayudarse con la luz del fuego, dado que con la luz natural no le basta para encontrarlos.
En relación con eso cuenta Diógenes Laercio también, en el parágrafo 40: "Al salir del baño, alguien le preguntó si había mucha gente bañándose, y dijo que no; pero cuando otro le preguntó si había mucha gentuza, contestó que sí". Y más adelante, parágrafo 60, leemos otra anécdota similar: cuando regresaba de los Juegos Olímpicos a los que había asistido como espectador, alguien le preguntó si había mucho gentío y él le respondió: “Mucho gentío, sí, pero pocos hombres” ("πολὺς μέν," εἶπεν, "ὁ ὄχλος, ὀλίγοι δ᾽ οἱ ἄνθρωποι"). Se contraponen aquí los términos gentío ὄχλος (óchlos), de donde deriva oclocracia, el gobierno de la muchedumbre o de la plebe, con hombres ἄνθρωποι (ánthropoi), y la cuestión se plantea en términos cuantitativos el gentío es mucho, los hombres que hay pocos.
En el parágrafo 32 de la obra citada se recoge una anécdota que contaba Hecatón en sus Dichos -una colección de frases ingeniosas y donaires- sobre Diógenes: Una vez daba voces gritando: “¡A mí los hombres!”; y a los que acudieron, los apaleó con el bastón diciendo: “A hombres llamé, no a desechos” φωνήσας ποτέ, "ἰὼ ἄνθρωποι," [καὶ] συνελθόντων, καθίκετο τῇ βακτηρίᾳ, εἰπών, "ἀνθρώπους ἐκάλεσα, οὐ καθάρματα,". Se contraponen aquí los hombres con desechos, en la traducción de Bredlow que cito, en concreto con los objetos que se rechazaban como impuros en la ceremonia de las lustraciones, que en sentido figurado puede ser “piltrafas humanas”.
Fedro, el fabulista latino, nos cuenta la anécdota de la lámpara de Diógenes atribuyéndosela a Esopo en la fábula núm. 19 del libro III, que cito en traducción rítmica propia: Cuando era Esopo el único siervo de su señor, / se le ordenó la cena muy pronto preparar. / Así que lumbre casa por casa fue a buscar, / y al fin halló dónde el candil poder prender. / El largo entonces recorrido que fuera al ir / hizo más corto; que por la plaza se metió / mayor de vuelta. Y de la chusma un charlatán: / “¿Qué haces, Esopo, a pleno día con un farol?” / “Busco, le dijo, a un hombre.” Y a casa se marchó. / Si esto el pesado en su fuero interno caviló, / vio que al viejo Esopo un hombre no le pareció / al bromear sin ton ni son con su quehacer.
Ambas interpretaciones del ἄνθρωπον ζητῶ/hominem quaero/busco al hombre, la antiplatónica y la moral no tienen por qué ser excluyentes, y pueden de hecho complementarse. Diógenes con su búsqueda del hombre está criticando las ideas platónicas y, al mismo tiempo, la falsía de las personas que encuentra.
martes, 28 de septiembre de 2021
Siglas y más siglas
En el siglo pasado las siglas inglesas se castellanizaban traduciéndolas a nuestra lengua y formando en ella la correspondiente sigla, así por ejemplo frente a NATO, que son las siglas de North Atlantic Treaty Organization, tenemos en castellano OTAN, que corresponden a Organización del Tratado del Atlántico Norte; frente a UNO United Nations Organization, tenemos ONU que es la sigla de la Organización de Naciones Unidas.
Se cuenta, a propósito de esta última organización, que en 1946, cuando la ONU condenó la dictadura franquista y excluyó a España de la organización porque Franco había impuesto un gobierno fascista al pueblo español, el régimen organizó como réplica una manifestación patriótica en la Plaza de Oriente de Madrid donde se exhibió una pancarta ya mítica que decía: “Si ellos tienen UNO, nosotros tenemos dos”, con una referencia clarísima a la testosterona y a los testículos hispanos. Curiosamente, la propia ONU en 1955 admitió a España en la organización, todavía vivito y coleando dictador y dictadura. Y a partir de entonces nosotros teníamos no UNO sino ONU, acrónimos ambos.
El acrónimo es la sigla que puede ser pronunciada como una palabra, por ejemplo las citadas ONU, OVNI, pero no IPC, dado que no podemos leerla sin deletrearla: ipecé.
Frente a la tendencia que observábamos de castellanizar las siglas anglosajonas, parece que se impone ahora su conservación habida cuenta del predominio de la lengua del Imperio como lengua franca en el universo mundo. Así por ejemplo hemos asistido en el último año y medio largo al pestilente florecimiento de las pruebas de laboratorio denominadas PCR, que son las siglas inglesas de Polimerase Chain Reaction, que en castellano deberían ser al revés RCP (Reacción en Cadena a la Polimerasa), pero se ha impuesto la denominación original anglosajona, resultando una sigla que no se puede articular en nuestra lengua sin deletrearla, por lo que decimos “peceerre”, con la duda del género gramatical que hay que atribuirle pues se dice tanto “hacerse un peceerre” como “hacerse una peceerre”, aunque parece que se impone la forma femenina si tenemos en cuenta que el término determinante es “reaction”, que corresponde a "reacción" que es femenino en nuestra lengua.
El uso cada vez más frecuente de acrónimos (OTAN, ONU, UE, OMS, ESO etc.) y de siglas PCR, IPC incrementa el número de palabras que tiene una lengua e impide la reflexión sobre lo que significan, dado que si sirven para algo, además de para aligerar sus denominaciones, es para ocultar su significado, y el planteamiento de lo que hay detrás de esas siglas. Así, por ejemplo, OTAN no sugiere lo mismo que Organización del Tratado del Atlántico Norte. Si escarbásemos un poco en las palabras semánticas a las que corresponden las siglas, tendríamos que preguntarnos qué pintan en dicha Organización países mediterráneos como Turquía, Grecia o Italia, o Colombia, que linda con el Pacífico y el mar Caribe, pero no con el Atlántico, y menos con el hemisferio Norte, dado que está atravesada por la línea ecuatorial.

Primer mitin del PCE en la legalidad en Valladolid en 1977
Generalmente las siglas y los acrónimos son denominaciones efímeras. Tomemos por ejemplo PC, que debemos deletrear para leer como “pecé”. Para alguien de mi generación con la mínima memoria histórica corresponden al Partido Comunista, que tanto se destacó en la lucha contra la dictadura franquista, hasta que Santiago Carrillo volvió a España y claudicó aceptando la monarquía que había instaurado el dictador, (llegó a crearse un adjetivo "pecero" para los militantes de dicho partido), pero para un milenial el “pecé” es el ordenador, porque corresponden a las siglas anglosajonas de Personal Computer, es decir, a “computadora personal”, cuya sigla castellana sería al revés CP, que sin embargo podrían corresponder a Colegio Público, Código Postal o vete tú a saber a qué otra cosa o institución.
lunes, 27 de septiembre de 2021
ADVERSVS PAEDAGOGOS
domingo, 26 de septiembre de 2021
Dos cuestiones vexilológicas
Algo parecido sucedió más recientemente en Italia cuando, estando presentes los diarcas españoles, el rey Felipe VI y el emérito Juan Carlos I en un acto oficial, sonó el himno nacional español, la Marcha Real, cantada con la letra aquella de José María Pemán de los tiempos de Franco y Maricastaña (¡Viva España...Gloria a la Patria que supo seguir sobre el azul del mar el caminar del Sol. Triunfa España..., etc.)
Según el Estatuto de Autonomía de Cantabria de 1981: "La bandera propia de Cantabria es la formada por dos franjas horizontales de igual anchura, blanca la superior y roja la inferior." Siendo puristas, no es lo mismo el color rojo que el carmesí. Si entramos en el campo semántico de este color, nos encontramos con que las lenguas disponen de numerosos matices para reflejar las distintas tonalidades más o menos intensas o encendidas de este color tan primario: escarlata, colorado, grana, carmesí, granate, púrpura, carmín, rubí, bermellón... Pero en la práctica no diferenciamos la bandera polaca de la cántabra, a no ser que incluyamos los respectivos escudos en cada una de ellas…
Me diréis que es coincidencia. No lo es, sin embargo, porque en el fondo, y bien miradas, todas las enseñas nacionales y pendones de comunidades autónomas y nacionalidades son idénticas, al margen de los colores y diseños que posean.
sábado, 25 de septiembre de 2021
"Todos tenemos que morir"
“Todos
tenemos que morir… ” Lo ha sentenciado la Dirección General de Tráfico
del Ministerio del Interior del Gobierno de España atropellándonos con un tuite (twitt en la lengua del Imperio) que resucita el tópico literario del memento mori, condenándonos así a todos efectivamente a muerte.
Han argumentado que no cuesta nada aplicar pequeñas pautas lingüísticas inclusivas como esta, que fomentan, aseguran con ingenua candidez, la igualdad de género y acaban con las actitudes misóginas y discriminatorias hacia el sexo femenino de las mujeres.
Hay que tener en cuenta, sin embargo, que el género gramatical no se da en todas las lenguas. En algunas, como en inglés se ha visto reducido a los pronombres personales de 3ª persona (he/she/it, pero sólo en singular; en plural sólo hay they), y eso no hace a los hablantes de la lengua del Imperio menos machistas, imperialistas o patriarcales que nosotros, por ejemplo.
Mientras tanto, la DGT, responsable del caos organizado del tráfico por esas calles de asfalto, carreteras y autopistas de Dios por donde circulan los automóviles innecesarios a toda velocidad como si supieran a dónde van, cuando no van a ninguna parte, coches fúnebres que conducen a peatones atropellados y reducidos a la condición servil de chóferes, nos aconseja que seamos prudentes y nos pongamos el cinturón de seguridad para no morir antes de tiempo... que ya nos llegará la hora, nuestra hora, la hora de nuestra muerte, de la que no nos libra ni Dios.
viernes, 24 de septiembre de 2021
La mala prensa de Diógenes
Ahora bien, el auténtico cínico, en el sentido moderno de la palabra, es Alejandro, que, deslumbrado por la respuesta de Diógenes, dijo que de no haber sido quien era, Alejandro Magno, le hubiera gustado ser Diógenes. Alejandro es el primer cínico de la modernidad. Nada le hubiera impedido, si hubiera querido de verdad, renunciar al Poder que encarnaba y haber seguido el ejemplo del filósofo y la "senda de los pocos sabios que en el mundo han sido".
Lo mismo se puede decir de la Grecia moderna, a la que algunos le echaron la culpa de nuestras propios males y frustraciones, olvidando que parte de lo poco bueno que tenemos, si no todo, nos viene de allí, como la luz del sol, ex Oriente lux, esa luz que nos sigue quitando el opaco Alejandro, el más mandado de todos los mandamases.
jueves, 23 de septiembre de 2021
Más cromos para el álbum
No deseaba tanto un simple fin de semana o güiquén, sino el único ujapién o final feliz deseable: el fin de la semana, el mes y el año, sin reloj ni calendario.
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oOo
Sociedad hipocondríaca, empeñada como está en vivir un futuro saludable, se desvive tanto por él que deja de vivir ahora y de abrevar en las aguas del olvido.
oOo
miércoles, 22 de septiembre de 2021
El durmiente del valle
Un soneto de Rimbaud me fascinó desde la primera vez que lo leí. He intentado varias veces traducirlo al español y tratado de reproducir su ritmo, su música. En cuanto a la letra, me he separado a veces mucho del original (ya se sabe: traduttore, traditore: 'traductor, traidor'); por ejemplo, en el verso 12, donde el poeta de Charleville dice: Les parfums ne font pas frisonner sa narine ("los perfumes no hacen estremecerse la ventana de su nariz"), yo, obligado por el alejandrino partido en sus dos hemistiquios y la rima en "ío" que me había impuesto hice este hallazgo: "No le dan los perfumes ningún escalofrío".
De verdor hay un hoyo
donde un riachuelo canta
Añadiendo a las hierbas locamente desmayos
De plata; donde el Sol, de la montaña tanta,
Brilla; es un vallecito que hace espuma de rayos.
Boquiabierto, un soldado joven,
casco caído,
Y bañándose en fresco berro azul su testuz,
Duerme; en la hierba, al aire libre, está tendido,
Blanco en su lecho verde, donde llueve la luz.
Los pies entre los lirios, duerme.
Está risueño
Cual sonreiría un niño enfermo, echa un sueño:
Naturaleza, mécelo cálida; tiene frío.
No le dan los perfumes ningún
escalofrío;
Está durmiendo al sol, la mano sobre el pecho
manso. Dos hoyos rojos tiene en costal derecho.
El hombre herido, Gustave Courbet (1840)
La traducción, a veces,
nos obliga a crear, o, mejor dicho, a recrear lo que otros han creado
antes. En este caso se trata de un espléndido poema con un final inesperado: En el último verso del soneto descubrimos que el soldado que creíamos vivo, durmiendo plácidamente al sol tal
vez una siesta en mitad de una naturaleza idílica con la mano sobre el pecho, está en realidad muerto, como el hombre herido que pintó Courbet treinta años antes de que Rimbaud escribiera este espléndido soneto a los dieciséis años, como
cualquiera de nosotros mismos, muertos en vida.
martes, 21 de septiembre de 2021
Recuerdos de la mili
Había en San Andrés del Rabanedo,
en tierras leonesas, un
campamento,
el Centro de Instrucción y Reclutamiento
núm. 12, donde aullaba el viento.
Vega, sotos y montes, y entre el olmedo
río que fluye y trae, vivo, el recuerdo
de las voces de mando de los sargentos
de las que apenas se oyen lejanos ecos.
Cae ahora la nieve. Cunde el silencio.
Sobre los fríos páramos, vaho el aliento.
En la noche estrellada, tú solo dentro
de guardia en la garita del universo.
¿Qué al Ferral del Bernesga hoy te ha traído?
¿Qué en estos andurriales se te ha perdido?
Fuiste a servir al Rey y ya has cumplido.
Ya juraste bandera, y soldadito,
ya te has incorporado a tu destino.
Y ha pasado ya un largo cuarto de siglo:
todo ha cambiado y sigue siendo lo mismo.
Líbrate del soldado que eres tú mismo,
líbrate del cuartel que va contigo,
donde, si te descuidas, te matan vivo,
donde te hacen un hombre si no andas listo.
Húndete en la memoria del puro olvido,
líbrate de las patrias y patriotismos,
vuelve a tu pura infancia como un chiquillo.




























