131.- Modos de
integración. Los modos de integración de
los movimientos contestatarios o rebeldes en los engranajes del
sistema por la vía de la participación (participar es,
etimológicamente, tomar uno su parte) son más efectivos y eficaces,
al fin y a la postre, que la marginación y la represión de antaño, a la que sólo
recurren los regímenes democráticos actuales en última instancia, porque está asociada a regímenes autoritarios muy mal vistos, y por lo contraproducente que resulta prohibir y reprimir algo sin levantar la
liebre del deseo.
132.-
Pensamiento crítico. La
educación que se imparte en los centros de enseñanza no tiene mucho
que ver con el desarrollo de la inteligencia natural, sino todo lo contrario. Se fomenta allí
el llamado “espíritu o pensamiento crítico”
que consiste en aceptar unos postulados biempensantes que no pueden
ser cuestionados ni precisamente criticados. Buena paradoja. Se encuentran, sin embargo, algunas personas, cada vez
menos, dada la imposición de la educación primaria y secundaria
obligatorias sobre toda la población, que no han recibido
instrucción alguna o muy poca y que gozan de una inteligencia
natural envidiable, que, sin tener nociones específicas de una rama del
conocimiento, llegan a conclusiones sorprendentemente acertadas
acerca de las cosas. Y al revés, encontramos
muchas personas instruidas que son
palmariamente ignorantes y que, si no carecen de inteligencia, se
dejan engañar fácilmente sin ningún problema. Son precisamente las
personas más educadas, las que han recibido más
instrucción las que más fácilmente pueden ser manipuladas. El
hombre del pueblo, escéptico por naturaleza y radicalmente
incrédulo, si es que queda alguno, no lee nunca un periódico ni se
interesa por la política o la economía, porque sabe a su manera y
da por sentado que todo lo que traen los papeles es mentira. Ese hombre del
pueblo, o el pueblo, sin más, es el principal
problema del sistema, que siente la necesidad de educarlo, de
reacondicionarlo, pero la mayoría de la gente
no necesita reacondicionamiento. Creerán fácilmente cualquier cosa
que les digan, y harán cualquier cosa que les manden.
133.-
La verdad y la Verdad.
Una copla de Antonio Machado dice así: ¿Tu
verdad? No: la Verdad, / y ven conmigo a buscarla. / La tuya,
guárdatela. Me
llama la atención el uso que hace de la mayúscula, que le sirve para
contraponer la verdad y la Verdad, es decir, la opinión o creencia
que tenemos cada uno y que hace que creamos que poseemos la verdad, y
la Verdad con mayúscula que es la verdad de la buena, la verdad
verdadera, la que no puede ser ni mía ni tuya, porque no puede
conjugarse con los pronombres posesivos. Por eso hay que ir a
buscarla, porque no la tenemos en privada posesión nadie, porque no
puede ser patrimonio de ninguno en particular. Sin embargo el deseo de ir a
buscarla juntos se debe a que es lo único común que tenemos: su
necesidad, que es notable por su ausencia, porque en lugar de dejarla
que se exprese por nuestra boca nos llenamos de ideas, opiniones,
creencias que no son razonables, que no se sostienen, que se
derrumban a poco que se las confronte. Puede relacionarse la soledad
de Machado con aquel fragmento de Heraclito que dice que siendo la
razón común -la Verdad, con mayúsculas del poeta- la mayoría de
los hombres tiene un pensamiento privado propio -una verdad, con
minúsculas, una verdad de mentirijillas que se revela enseguida como
propiedad privada. Y también puede relacionarse con aquel otro terceto
de Machado: En mi soledad / he visto cosas muy claras / que no son
verdad, que no deja de ser una invitación a dejar de ver las
cosas bajo nuestro prisma particular e individual y a comenzar a
verlas en comunidad.
134-
Guoquismo:
En los Estados Unidos, toda la vida intelectual está amenazada de
muerte a causa de puntos de vista 'no convencionales'. Y quien dice en los Estados Unidos dice también en la vieja Europa, aquí entre nosotros. Editores,
periodistas, investigadores, profesores son despedidos por sus
declaraciones o por sus preferencias racistas, sexistas, machistas... Los autores y sus artículos académicos dejan de
publicarse si se apartan de la doxa u opinión reinante políticamente
correcta o, mejor dicho, corregida. Un ejemplo de este guoquismo (del inglés woke, 'despierto') made in USA pero enseguida importado es la eliminación del derecho a la
libertad de expresión en los campus universitarios. Bajo este nuevo tipo de
censura, la cultura ya no será esta apertura emocionante,
impresionante y, diríase, inquietante a mundos desconocidos, sino
un encierro del ego en muros impenetrables y protectores.
135.-
De
cómo leer del revés la prensa del derechas que enrevesa la
realidad. Como muestra, un ejemplo de hace veinte años -veinte años no es nada, como cantaba el tango de Gardel- sacado del periódico francés
“Libération” del 15 de septiembre de 2003, para que no se diga que uno oculta las fuentes de las que bebe: “Au Libéria,
pendant la paix, la guerre continue”, cuya traducción es: “En
Liberia, durante la paz, continúa la guerra.” Liberia, nombre
propio de un estado del África occidental, puede sustituirse por
cualquier otro nombre propio de cualquier otro estado, a gusto del
lector, por ejemplo, sin ir muy
lejos, el de nuestro país: “En España, durante la paz, continúa
la guerra”. Obtenemos así no una noticia superficial sacada de la
realidad propiamente dicha de los periódicos, es decir, una mentira,
que es lo que nos brindan los medios de formación de masas
ordinariamente para distraernos, sino una revelación, vislumbre o
constatación mucho más profunda de verdad de que la paz es una
forma “pacífica” y sutil de guerra soterrada, camuflada y, por
lo tanto, más difícil de denunciar que la guerra propiamente dicha
porque es una guerra que ni siquiera se declara para poder así pasar
desapercibida.
La apoteosis de la guerra, Vasily Vereshchagin (1871)