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lunes, 26 de mayo de 2025

Una mirada retro- y prospectiva de Quino

El humor gráfico del llorado Joaquín Salvador Lavado Tejón, alias Quino (1932-2020), no deja de sorprendernos por sus dibujos sencillos y textos breves y penetrantes en los que se concentra una gran enseñanza, es decir, un desengaño que nos hace sonreír y reflexionar a la vez. He elegido estos dibujos que tratan sobre el futuro, cuyo protagonista, si nos fijamos en la expresión de su rostro, está triste y preocupado en la primera y tercera viñetas, mientras que en la segunda y central se muestra contento. Comparando las tres viñetas, vemos que tienen en común la representación espacial clásica del tiempo cronometrado, presentando la siguiente secuencia: izquierda (pasado), centro (presente) y derecha (futuro).
En la viñeta superior vemos a un personaje de mediana edad cariacontecido haciendo eses a lo largo de un camino que va de la izquierda a la derecha, en la dirección de nuestra lectura, como si dijéramos del pasado al futuro. Tras él, en efecto, una señal que indica una dirección hacia delante con flecha puntiaguda y el letrero “AL FUTURO”. Se da a entender que el hombre se halla, como diría el Dante, “nel mezzo del camin di nostra vita”, o en la traducción que hace en verso Abilio Ehevarría de la Divina Comedia, publicada por Alianza Editorial: “En mitad del camino de la vida / me hallé en el medio de una selva oscura / después de dar mi senda por perdida”. Hay un elemento gráfico importante: el cielo despejado del pasado y del presente a la izquierda y en el centro, y los nubarrones del futuro a la derecha del lector espectador. Quizá sea eso lo que hace que el personaje no tenga ánimo para seguir adelante y lo que le hace dar pasos en falso. Se diría que duda de ir en la dirección correcta.  En la izquierda no hay nubes que amenacen tormenta en el cielo como las que hay en la derecha. En el centro tenemos lo que caracteriza al presente: el anuncio fatídico del futuro. Y el hombre, que ha hecho un recorrido errático, está dudoso como lo estamos todos y cada uno de nosotros cuando vemos que nos dirigimos hacia el Futuro, un futuro que, por definición, no llega nunca, pero, sin embargo, está aquí siempre presente y anunciado. 
 
 
En la viñeta central, nuestro protagonista se alegra y hasta se ilusiona. Echa una mirada retrospectiva y ve que avanzan hacia él un grupo animoso de jóvenes. Lo dice entre exclamaciones: ¡Jóvenes! Cambia la expresión de su rostro. Se alegra. Y se hace la siguiente reflexión: “¡Esa fe que los impulsa hacia adelante me ayudará a continuar!”. Gracias a la aparición de otros caminantes resueltos y decididos, se hace la ilusión de que va a poder continuar su camino en su compañía y en la dirección esperada. Espera y los espera. Se ilusiona porque ve que ellos encarnan lo que él no tiene porque no lo ha tenido nunca o porque lo ha perdido si lo tuvo alguna vez: la fe necesaria para seguir siempre hacia delante, sin perder el rumbo marcado, lo que le produce cierta esperanza, otra virtud teologal necesaria para seguir adelante. 
En la última viñeta, los jóvenes han adelantado a nuestro protagonista, que se ha quedado atrás viéndolos pasar. La expresión de su rostro ha vuelto a cambiar cuando ha visto que aquellos jóvenes, alineados como un batallón, que él esperaba que lo animasen a continuar con el ejemplo de su fe, con los que no ha podido ni siquiera comunicarse, avanzan cabizbajos como autómatas, como máquinas programadas, todos con la huella de la planta de un zapato en donde la espalda pierde su digno nombre. Los supuestos “jóvenes” caminan hacia el sombrío futuro sin detenerse en el presente como un ejército en marcha. 
 
 
Frente a la alegoría que nos presenta Quino aquí de que la vida es un camino y nosotros los caminantes, y la consideración de Ortega de que nuestra vida -nuestra existencia, habría que decir más bien-,  sería “ante todo toparse con el futuro” porque “la vida es futurición, es lo que aún no es”, frente a eso, decía, habría que recordar los versos de Machado: Caminante, no hay camino: se hace camino al andar. 
 
El esquema metafórico del “camino de la vida” pone el acento en ese carácter futurizo del hombre subrayado por Ortega: el hombre es ese ser que por las condiciones de su existencia, deviene futurizo, es decir, según la docta academia, "orientado o proyectado hacia el futuro", que, es, no hace falta recordarlo, la muerte. 
 
oOo 
Esta otra viñeta de la entrañable Mafalda de Quino insiste sobre el mismo tema del futuro. Frente a una imagen turística y arqueológica de Grecia, Mafalda considera, le dice, "como pasado estás muy bien, pero sos todo ruinas". A continuación añade: "En cambio el futuro está todavía sin construir; por eso le tenemos fe". Insiste aquí en que frente a las ruinas del pasado, el futuro está intacto porque no ha sido dañado por el paso del tiempo, y añade, "porque uno lo mira y no ve ruinas". En la última viñeta, Mafalda que mira prospectivamente hacia el futuro, es decir hacia adelante, se entristece y arruga el morro; se diría que está pensando que no ve ruinas griegas, efectivamente, pero eso es porque no ve absolutamente nada, que es peor.

viernes, 31 de enero de 2025

Del valor y el precio

    Decíamos en la  Lección de economía Dinero y Artes, a propósito de la frase de don Antonio Machado: Todo necio confunde valor y precio lo siguiente: “Las artes, como todas las cosas en este mundo, no se libran del proceso comercial que las convierte en mercancías y en propiedades privadas, por lo que sus obras tienen un precio, y a menudo muy alto, tan alto que muchas veces resulta incalculable, hasta el punto de que suele estar en razón inversamente proporcional al del valor y utilidad que tienen para la gente, por lo que cuanto menos valen para el común de los mortales, más caras se pagan, y viceversa”. 

    Diógenes de Sinope, apodado el Perro, era consciente ya de que todas las cosas (incluidas las personas en su mayoría) tenían un precio en el mercado,  y de que el amor al dinero era la patria de todos los males, la metrópolis, dice literalmente él en griego: el fundamento, la fuente, la madre que los parió a todos ellos,  τὴν φιλαργυρίαν εἶπε μητρόπολιν πάντων τῶν κακῶν: el amor al dinero, dijo, es la madre patria de todos los males.
 


    Y era también consciente de la arbitrariedad de todos los precios que hacía que cosas de gran valor se vendieran muy baratas y que las más valiosas no tuvieran precio alguno, y, al revés, que las que no valían absolutamente para nada, como la mayoría de las llamadas obras de arte, costaran carísimas en el mercado, como señalábamos arriba; cuanto más inútiles e inservibles de hecho fueran,  más caras e inasequibles resultaban. Y ponía a título de ejemplo él una pieza escultórica, una estatua humana, verbigracia. Afirmaba que podía llegar a alcanzar en su época la astronómica cifra de tres mil dracmas en la subasta del mercado. Se ha estimado, según leo en la Güiquipedia inevitable, que una dracma del siglo V antes de Cristo, es decir, de la época de Periclés podía equivaler a 36 dólares norteamericanos del año 2006, por lo que las tres mil dracmas del precio que atribuye Diógenes a la efigie equivaldrían, grosso modo,  a 108.000 dólares de ese año, que no es poco.

    Otro ejemplo de esto puede constituir el perro de Alcibíades, por el que su dueño llegó a pagar la elevadísima cantidad de setenta minas, o sea un talento, que eran 60 minas,  y diez dracmas más, lo que, teniendo en cuenta que una mina eran cien dracmas, vendría a ser siete mil dracmas lo que costó el chucho que Alcibíades, sobrado de talentos, nunca mejor dicho, paseaba orgulloso por Atenas, y que le sirvió para distraer la atención de sus conciudadanos y hacer que no repararan en su persona y sí en su perro.  
    Frente a estos precios elevadísimos de una obra de arte y de una mascota con pedigrí, como contrapartida, el precio de un cuartillo de harina de cebada, del que podía depender solucionar el problema del hambre de una persona, resultaba muy barato en el mercado. No se habían tenido muy en cuenta los costes de producción: el trabajo que había detrás de preparar y arar la tierra de cultivo, sembrar y cosechar el cereal, y lo importante del producto para la elaboración del pan, que contiene mayor cantidad de proteína que el elaborado con harina de trigo,  y la alimentación del organismo, dado su beneficioso valor nutritivo.

    Diógenes no quería decir, obviamente, que hubiera que encarecer un producto fundamental como era la harina y subir su precio, pues no era partidario él de ninguna economía de mercado, sino que quería denunciar que no era lógico que un capricho escultórico fuera tan caro y un artículo de primera necesidad, como suele decirse, tan barato; se trata simplemente de constatar la falta de correlación entre el valor de las cosas y el precio con el que se las tasa y se les asigna, y la arbitrariedad por lo tanto de todas las tasaciones y precios comerciales sujetos como están a los numerosos vaivenes y caprichos de las leyes de la oferta y la demanda del mercado.

domingo, 29 de septiembre de 2024

Un recuerdo escolar

    Escribe el historiador británico Edward Gibbon (1737-1794), autor de la célebre Historia de la decadencia y caída del imperio romano, en sus Memorias de mi vida la siguiente reflexión que trae a la memoria algún que otro recuerdo infantil escolar: "La escuela es una caverna de miedo y de tristeza: la movilidad de los jóvenes cautivos está encadenada a un libro y a un pupitre; un maestro inflexible exige su atención, que está a cada momento deseosa de escapar. Trabajan, como los soldados de Persia, bajo el látigo; y su educación está casi terminada antes de que puedan comprender el sentido o la utilidad de las duras lecciones que se ven obligados a repetir. Esa dependencia ciega y absoluta puede ser necesaria, pero nunca puede ser placentera. La libertad es el primer deseo de nuestro corazón; la libertad es la primera bendición de nuestra naturaleza; y, a menos que nos atemos con las cadenas voluntarias del interés o la pasión, avanzamos en libertad como avanzamos en años". 
 
 
    Enseguida me recuerda -y recordar es hacer que algo vuelva a pasar por el corazón, sede de los sentimientos y de la memoria- aquellos versos de don Antonio Machado:

Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.
|
Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.
|
Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.
|
Y todo un coro infantil
va cantando la lección:
«mil veces ciento, cien mil;
mil veces mil, un millón».
|
Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de la lluvia en los cristales.

 

    Y me viene también a la memoria inevitablemente la canción que cantaban en 1978 Lole y Manuel titulada precisamente "Recuerdo escolar", con letra y música del propio Manuel Flores, que toca la guitarra, y la voz cristalina como un arroyo de Lole.

 

  Una voz gritando siempre,
siempre gritando: ¡silencio!

Mis manos llenas de tinta
emborronan un cuaderno.

Lejos, muy lejos, muy lejos
se oye la voz del maestro
que habla de montes y ríos.

Me escapo por la ventana
corro, corro por el cielo
y voy, jinete celeste,
sobre un nubarrón muy negro.

Persiguiendo nubes blancas
paso la tarde de invierno
Me despierta una campana;
Padre nuestro...

 Una voz gritando siempre
siempre gritando: ¡silencio!

oOo 

    Hay quienes proponen contra el adoctrinamiento escolar lo que llaman homeschooling, la escolarización domiciliaria o educación en el hogar, lo que, lejos de ser una solución, agrava el problema, ya que introducimos la jaula de la escuela en la jaula familiar. Si algo bueno podía tener el colegio, era que liberaba a los niños durante unas horas de la institución familiar, como recíprocamente el hogar libera de la escuela, salvo durante la ominosa pandemia, cuando se cerraron los colegios en las Españas y se confinó a los niños en sus casas a merced de la enseñanza on line. La escolarización hogareña, sin embargo, no libera a las tiernas criaturas de ninguna de las jaulas: ni de la familia durante unas horas ni de la escuela, que se mete en casa ahora a través del móvil, de la tableta y del Ordenador Personal.

    A propósito de la escuela, el lector interesado puede leer en Contra la escuela los textos Cerremos las escuelas y La Revolución universitaria de Giovanni Papini, traducidos por vez primera al español, con un apéndice sobre W. Hazlitt y su De la ignorancia de los doctos, y las aportaciones de José Bergamín, H. M. Erzensberger y Andrés Rábago, El Roto.

   

sábado, 7 de octubre de 2023

Coincidentia oppositorum

    Un fragmento de Heraclito de Éfeso, el 49 de la edición de Diels-Kranz dice: Uno para mí diez mil, si es el mejor. En versión original griega: εἷς έμοὶ μύριοι έὰν ἄριστος ἦι. Esta sentencia puede relacionarse, como ya indicó Marcovich en su edición del autor, con el fragmento de Demócrito de Abdera núm. 98 de los mismos D.-K., que dice: La amistad de una persona inteligente es mejor que la de todas las que no lo son juntas, o en la traducción de García Bacca: La amistad de un solo hombre inteligente vale más que la de todos los imbéciles juntos (en griego original ἑνὸς φιλίη ξυνετοῦ κρέσσων ἀξυνέτων πάντων). 
 
     Vienen a decir ambos fragmentos, el de Heraclito y el de Demócrito, que lo importante es la calidad, no la cantidad, porque el número aritmético no debe tenerse en cuenta para nada. Vienen a coincidir así los tradicionalmente opuestos Demócrito, el burlón, y Heraclito, el llorón. 
 
Demócrito riendo y Heraclito llorando, Peter Paul Rubens (1636-1638)
 
      Desde antiguo, en efecto, suelen contraponerse ambos sabios presocráticos,  ya en la propia literatura grecolatina, de lo que nos dan cuenta muchos tratamientos pictográficos y literarios: un Heraclito llorón contrapuesto a un Demócrito contento y sonriente frente al mundo y sus vicisitudes, como dos actitudes ante la vida, como si dijéramos optimismo y pesimismo.
 
    Baltasar Gracián, por ejemplo entre nosotros, en su Agudeza y arte de ingenio (1648) dice al respecto: Extravagantes y paradojos fueron los dos encontrados sabios, Demócrito y Heráclito; aquél, de todas las cosas se reía, éste, de todas lloraba: con que significaron bien la miseria de la vida humana. Sor Juana Inés de la Cruz, por su parte, recoge la contraposición en sus versos: Uno dice que de risa / sólo es digno el mundo vario; / y otro que sus infortunios / son sólo para llorados. Viene la monja a decirnos que en el mundo todo es opinión, es decir, que todo depende del cristal o de la actitud con que se considere. 
 
    Pero frente a esta contraposición entre risa y llanto ante los males del mundo, cabe decir que así como no hay razones para la una tampoco las hay para el otro, y que quizá la solución de la antinomia sea estar en la tristeza contento, y en la alegría triste: IN TRISTITIA HILARIS, IN HILARITATE TRISTIS. O mejor, combatir la tristeza con la hilaridad, y la hilaridad con la tristeza. 
 
    Sin embargo, ambos sabios coinciden -coincidientia oppositorum- de alguna forma en estos fragmentos que estamos comparando en el valor de la calidad por encima de la cantidad. 
 
    Vale más la mejoría que la mayoría. Ahora bien ¿en qué consiste esa mejoría? El fragmento de Heraclito lo deja en el aire, pero el de Demócrito lo dice bien claro: En la inteligencia, una inteligencia que no se adquiere por la suma de personas y pareceres personales, cada cual con su opinión por aquello de que a cada uno le corresponde la suya propia, como nos recuerda el verso de Terencio tan repetido y proverbial: quot homines, tot sententiae, suus cuique mos, que reformularíamos mejor como quot homines, tot opiniones: cuantos hombres, tantas opiniones, cada cual la suya propia
 
    La inteligencia, precisamente, consiste en apartarse de las opiniones personales y en seguir la razón que a todos nos es común, como podemos reconocer a cada paso que damos y nos topamos con ella, si nuestras creencias e ideas y opiniones propias no nos lo impiden, razón a la que Antonio Machado llama Verdad, con mayúscula: ¿Tu verdad? no, la Verdad; / y ven conmigo a buscarla. / La tuya, guárdatela.

martes, 3 de octubre de 2023

Pareceres XXX

146.- Cambio climático: Escribía ya Agustín de Hipona, san Agustín, en alguno de sus Sermones, allá por los siglos IV y V de nuestra era cristiana, cuando aún no había registros de temperaturas que pudieran compararse con las actuales que tanto nos alarman, que a nadie le gustaron nunca los días que le tocó vivir -después de nuestra común expulsión del paraíso- y que cada año regularmente cuando sentimos el frío, solemos decir quejándonos: Nunca hizo tanto frío. Nunca hizo estos calores, siendo así que hace el mismo de siempre. Nuestra vicepresidenta en funciones, por su parte, declara: El cambio climático es una realidad y son necesarias medidas urgentes para paliarlo. No valen las palabras, solo sirven los hechos. Nos dan a entender estas palabras, que no sirven según ellas mismas dicen declarando su inutilidad, que si no adoptamos esas medidas urgentes, esos hechos que son válidos, no podremos paliar el problema. Pero si negamos la mayor, que es el problema, nos quedamos sin argumento racional que justifique la  aplicación de las “necesarias medidas urgentes”.
 
 
147.- Naturalmente. Escribe el colombiano Nicolás González Dávila. Cuidémonos del discurso donde abunde el adjetivo "natural" sin comillas: alguien se engaña a sí mismo, o quiere engañarnos. Desde las fronteras naturales hasta la religión natural. Siguiendo a este autor, vayamos, más allá de las fronteras y de las religiones naturales, un poco más lejos: ¿qué hay de natural, sin comillas metalingüísticas, en la naturaleza? Nada, naturalmente. 
 
148.- All right, then, I'll go to hell. ¡Qué soberbia lección nos da Huckelberry Finn, el entrañable personaje que creó Mark Twain! Huck se pregunta si debe o no entregar a su amigo Jim, un esclavo negro fugitivo. La buena sociedad cristiana de la época le ha enseñado que la esclavitud está bendecida por Dios, lo que hace que Huck se plantee si hace bien ayudando a su amigo a escapar, repasa las lecciones que aprendió en la catequesis sobre lo que les sucede a personas como él que ayudan a los esclavos fugitivos, y finalmente asume las consecuencias de su acción y acepta su destino: Está bien, entonces iré al infierno
 
149.- El experto y la Muerte: La historia que yo ya conocía como 'Los Derviches y la Muerte' ("Dos derviches que venían de Joppa se encontraron con la peste que se dirigía hacia allí. Le preguntaron a cuántos pretendía matar. Su respuesta fue: "A trescientos". De regreso a Joppa se encontraron con la Peste que volvía de ese lugar y le informaron de que habían oído hablar de la muerte de 3.300. "Oh" respondió la Peste, "maté solo a 300. Los otros murieron de miedo), me llega ahora bajo otra forma con un reproche final que hace a esta versión superior a la primera: La Muerte (que sustituye a la Peste) y el Experto (en lugar de los dos derviches giróvagos): La Muerte está sentada ante las murallas de la ciudad y espera.... Pasa un sabio erudito, se sienta con ella y le pregunta: "¿Qué haces aquí?". La Muerte responde: "Voy a la ciudad a buscar a trescientas personas". El experto corre a la ciudad y grita alarmado: "¡La Muerte vendrá a por 300 personas!". Acto seguido, todo el mundo corre a su casa presa del pánico y se encierra durante muchos días y noches. Finalmente mueren 3300 personas. Cuando el experto abandona la ciudad, la Muerte sigue allí sentada y el erudito le dice enfadado: "¡Ibas a llevarte a 300 personas, pero al final han sido 3300!". La Muerte responde: "Me llevé a 300, enfermos y ancianos, que son los que yo venía a buscar, como cada semana. El resto, le reprocha, se los llevó el miedo, ¡del que tú eres responsable!". 
 
150.- Valor y precio. Dice Nicolás González Dávila: En tiempos aristocráticos lo que tiene valor no tiene precio; en tiempos democráticos lo que no tiene precio no tiene valor. Y contrapone de esta forma la aristocracia del valor con la democracia del precio. A lo que hay que añadir lo que nos dejó dicho don Antonio Machado: Todo necio confunde valor y precio. Y habría que traer también a colación a Óscar Guail cuando a la pregunta de qué es un cínico responde en su lengua: What is a cynic? A man who knows the price of everything and the value of nothing. Un hombre que conoce el precio de todo y el valor de nada. 
 

lunes, 25 de septiembre de 2023

"Más gimnasia y menos latín"

    Cayó en mis manos casualmente la edición del 6 de septiembre de 2019 de La Nueva España, periódico asturiano de campanario, donde leí que los docentes estaban a favor de que los alumnos recibieran más horas de Educación Física. Supongo que se refería específicamente a los docentes asturianos de esa materia, aunque se dijera en general. El Ministerio, al parecer, quería que la gimnasia -me gusta más, qué le vamos a hacer, esta añeja denominación griega  y me parece más noble que el horrísono eufemismo perifrástico de "Educación Física" que se estila ahora- tuviera mayor peso específico en los centros y sus currículos para atajar el problema del sedentarismo y la obesidad infantiles, objetivo muy loable que al decir del periodista M. G. Salas, “los profesores asturianos aplauden”.


 Viñeta de Claude Serre contra el deporte (1938-1998)

    A los que tenemos por razones de edad algo de memoria histórica esto nos trae a la memoria lo de “Más gimnasia (o más deporte, o más Educación Física, según otros) y menos latín", de aquel ministro franquista de cuyo nombre no quisiera acordarme, pero que, lo recuerdo perfectamente, se llamaba don José Solís Ruiz, apodado la Sonrisa del Régimen por la bonhomía de su aspecto bonachón. 

    La anécdota es harto conocida pero merece la pena recordarla una vez más. Era este Ministro natural de Cabra de Santo Cristo, provincia de Córdoba, y firme partidario de que en el Bachillerato español dejara de ser obligatorio el estudio del latín como había sido hasta entonces y se diera más importancia a cosas como el deporte, la gimnasia o la educación física, o como quiera que se diga. Un profesor de la Complutense le dijo entonces que si el latín servía para algo era para que por lo pronto a su señoría, oriundo de Cabra, se le llamase egabrense... y no otra cosa. 

    Aquel ministro franquista puede sonreír ya desde su tumba  porque en primer lugar, el latín acabó desapareciendo, como él quería, de la enseñanza obligatoria en el bachillerato al correr de los años con la LOGSE socialista, y, en segundo lugar, porque,  según el citado periódico, una de las 34 medidas "educativas" que el PSOE de Pedro Sánchez pondrá en marcha si repite en el Gobierno es convertir la Educación Física en materia troncal, como Matemáticas o Lengua,  lo que conllevará más horas de clase de esta asignatura en detrimento de otras, porque creo interpretar que no se trata de ampliar el horario escolar sin más y de incluir las horas destinadas a atajar el sedentarismo y obesidad infantiles entre las actividades extraescolares fuera de horario, sino que implica, según el principio de Arquimedes, que si aumentan las horas semanales asignadas a Educación Física (y no se incrementa el horario escolar, ya de por sí bastante nutrido) disminuirá el horario de otras materias. Y ya no se trata de que haya más deporte y menos horas de Latín, que ya no hay ninguna obligatoria para nuestros bachilleres, sino de que quizá haya menos Matemáticas,  o menos Lengua o menos Inglés..., lo que no deja de ser un despropósito educativo a todas luces.

 Viñeta de Claude Serre contra el deporte (1938-1998)
  
    Por otra parte, dos consideraciones: en primer lugar, el Estado subvenciona y patrocina el deporte, porque así cultiva el panem et circenses,  sobre todo el deporte rey, capaz de desatar nuestros instintos más bajos aquí y en cualquier punto del universo mundo  y de desencadenar, ya sea en el estadio, ya a través de la pantalla del televisor en el corazón de nuestro agridulce hogar o en el bar de la esquina, nuestras más rastreras, bajas y vergonzantes pasiones, que son, huelga decirlo, las patrióticas, gregarias y nacionalistas; y en segundo lugar, téngase en cuenta que el carácter competitivo que tiene el deporte para el que lo practica y entontecedor para el que lo contempla,  lo diferencia del simple juego al que se entregan libres y despreocupados los pequeños sin que nadie se lo mande. 


    Recordemos, para acabar, al entrañable Juan de Mairena, alter ego de don Antonio Machado, que les decía a sus alumnos que siempre había sido “enemigo de lo que hoy llamamos, con expresión tan ambiciosa como absurda, educación física”. Y añadía: “No hay que educar físicamente a nadie. Os lo dice un profesor de Gimnasia.” Y también: "La gimnástica como espectáculo tiene entontecido a medio mundo y pronto acabará por entontecer al otro medio". Y más aún: “Todo deporte... es trabajo estéril, cuando no juego estúpido. Y esto se verá más claramente cuando una ola de ñoñez y de americanismo invada a nuestra vieja Europa.” Pues bien, esa ola ha inundado ya a la vieja Europa, incluida la curtida piel de toro que es España y sus diecisiete españitas que son las autonomías o reinos democráticos de taifas. 

lunes, 18 de septiembre de 2023

Cinco citas fidedignas y una falsa.

 Una cita del filósofo alemán Immanuel Kant (1724-1804): "La inteligencia de una persona se mide por la cantidad de incertidumbres que es capaz de soportar." (Die Klugheit eines Menschen wird daran gemessen, wie viel Unsicherheiten er zu ertragen vermag.)

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"La libertad a la que aspira el hombre moderno no es la del hombre libre, sino la del esclavo de vacaciones."

Nicolás Gómez Dávila (1913-1994)

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"El ojo que ves no es / ojo porque tú lo veas;/ es ojo porque te ve."

Antonio Machado (1875-1939)

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"El corazón,  si pudiese pensar, se detendría"

Fernando Pessoa (1888-1935)

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"La televisión es, con su sola presencia, el control social en la propia casa. No hay necesidad de imaginarla como un periscopio espía del régimen en la vida privada de cada uno, porque ella es mucho más que eso: es la certidumbre de que la gente ya no se habla, de que está definitivamente aislada frente a una palabra sin réplica."

 (La TV, c'est, par sa présence même, le contrôle social chez soi. Pas besoin de l'imaginer comme périscope espion du régime dans la vie privée de chacun, puisqu'elle est mieux que cela : elle est la certittude que les gens ne se parlent plus, qu' ils sont définitivement isolés face à une parole sans réponse).

Jean Baudrillard (1929-2007)

Lo que escribía Baudrillard en los setenta a propósito de la caja tonta puede aplicarse hoy y nunca más a propósito porque parece que ha sido pensando adrede, a la WWW (World Wide Web), la Red Informática Universal de internet y todo lo que gira en torno a ella: móviles, redes sociales y demás TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación, o mejor: Tecnologías de la Conformación y de la Incomunicación).   

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  Recojo de la Red una cita atribuida falsamente a Jorge Luis Borges, una fake quote en la lengua del Imperio, por lo que a mí se me alcanza, de las muchas que abundan en la Red, sobre en este caso la tauromaquia. Borges,  preguntado supuestamente por un periodista sobre el toreo y la figura del torero, habría respondido:

    ─La tauromaquia es una de las formas vigentes de la barbarie. En cuanto a la figura del torero, creo que es esencialmente un cobarde. Un hombre que con todo un aparato racional de estrategias, entrenamientos, armas, estocadas practicadas, clases y mucho estudio premeditado, se mide frente a un animal pasmado por la sorpresa, por la ansiedad; un animal que no tiene otro recurso que los reflejos de su instinto primario. Bajo esa disparidad podemos medir el valor de los toreros. La valentía verdadera no soporta desniveles tan abusivos. Por eso para mí los toreros no son valientes, sino más bien bufones.

   No hace falta atribuirle esta crítica a Borges ni a ningún otro maestro de prestigio para darle valor a dicho juicio, bastan los argumentos.

martes, 29 de agosto de 2023

Pareceres (XXVII)

131.- Modos de integración. Los modos de integración de los movimientos contestatarios o rebeldes en los engranajes del sistema por la vía de la participación (participar es, etimológicamente, tomar uno su parte) son más efectivos y eficaces, al fin y a la postre, que la marginación y la represión de antaño, a la que sólo recurren los regímenes democráticos actuales en última instancia, porque está asociada a regímenes autoritarios muy mal vistos, y por lo contraproducente que resulta prohibir y reprimir algo sin levantar la liebre del deseo.

 

 132.- Pensamiento crítico. La educación que se imparte en los centros de enseñanza no tiene mucho que ver con el desarrollo de la inteligencia natural, sino todo lo contrario. Se fomenta allí el llamado “espíritu  o pensamiento crítico” que consiste en aceptar unos postulados biempensantes que no pueden ser cuestionados ni precisamente criticados. Buena paradoja. Se encuentran, sin embargo, algunas personas, cada vez menos, dada la imposición de la educación primaria y secundaria obligatorias sobre toda la población, que no han recibido instrucción alguna o muy poca y que gozan de una inteligencia natural envidiable, que, sin tener nociones específicas de una rama del conocimiento, llegan a conclusiones sorprendentemente acertadas acerca de las cosas. Y al revés, encontramos muchas personas instruidas que son palmariamente ignorantes y que, si no carecen de inteligencia, se dejan engañar fácilmente sin ningún problema. Son precisamente las personas más educadas, las que han recibido más instrucción las que más fácilmente pueden ser manipuladas. El hombre del pueblo, escéptico por naturaleza y radicalmente incrédulo, si es que queda alguno, no lee nunca un periódico ni se interesa por la política o la economía, porque sabe a su manera y da por sentado que todo lo que traen los papeles es mentira. Ese hombre del pueblo, o el pueblo, sin más, es el principal problema del sistema, que siente la necesidad de educarlo, de reacondicionarlo, pero la mayoría de la gente no necesita reacondicionamiento. Creerán fácilmente cualquier cosa que les digan, y harán cualquier cosa que les manden. 

  

133.- La verdad y la Verdad. Una copla de Antonio Machado dice así: ¿Tu verdad? No: la Verdad, / y ven conmigo a buscarla. / La tuya, guárdatela. Me llama la atención el uso que hace de la mayúscula, que le sirve para contraponer la verdad y la Verdad, es decir, la opinión o creencia que tenemos cada uno y que hace que creamos que poseemos la verdad, y la Verdad con mayúscula que es la verdad de la buena, la verdad verdadera, la que no puede ser ni mía ni tuya, porque no puede conjugarse con los pronombres posesivos. Por eso hay que ir a buscarla, porque no la tenemos en privada posesión nadie, porque no puede ser patrimonio de ninguno en particular. Sin embargo el deseo de ir a buscarla juntos se debe a que es lo único común que tenemos: su necesidad, que es notable por su ausencia, porque en lugar de dejarla que se exprese por nuestra boca nos llenamos de ideas, opiniones, creencias que no son razonables, que no se sostienen, que se derrumban a poco que se las confronte. Puede relacionarse la soledad de Machado con aquel fragmento de Heraclito que dice que siendo la razón común -la Verdad, con mayúsculas del poeta- la mayoría de los hombres tiene un pensamiento privado propio -una verdad, con minúsculas, una verdad de mentirijillas que se revela enseguida como propiedad privada. Y también puede relacionarse con aquel otro terceto de Machado: En mi soledad / he visto cosas muy claras / que no son verdad, que no deja de ser una invitación a dejar de ver las cosas bajo nuestro prisma particular e individual y a comenzar a verlas en comunidad.

 

134- Guoquismo: En los Estados Unidos, toda la vida intelectual está amenazada de muerte a causa de puntos de vista 'no convencionales'. Y quien dice en los Estados Unidos dice también en la vieja Europa, aquí entre nosotros. Editores, periodistas, investigadores, profesores son despedidos por sus declaraciones o por sus preferencias racistas, sexistas, machistas... Los autores y sus artículos académicos dejan de publicarse si se apartan de la doxa u opinión reinante políticamente correcta o, mejor dicho, corregida. Un ejemplo de este guoquismo (del inglés woke, 'despierto') made in USA pero enseguida importado es la eliminación del derecho a la libertad de expresión en los campus universitarios. Bajo este nuevo tipo de censura, la cultura ya no será esta apertura emocionante, impresionante y, diríase, inquietante a mundos desconocidos, sino un encierro del ego en muros impenetrables y protectores.

 

 135.- De cómo leer del revés la prensa del derechas que enrevesa la realidad. Como muestra, un ejemplo de hace veinte años -veinte años no es nada, como cantaba el tango de Gardel- sacado del periódico francés “Libération” del 15 de septiembre de 2003, para que no se diga que uno oculta las fuentes de las que bebe: “Au Libéria, pendant la paix, la guerre continue”, cuya traducción es: “En Liberia, durante la paz, continúa la guerra.” Liberia, nombre propio de un estado del África occidental, puede sustituirse por cualquier otro nombre propio de cualquier otro estado, a gusto del lector, por ejemplo, sin ir muy lejos, el de nuestro país: “En España, durante la paz, continúa la guerra”. Obtenemos así no una noticia superficial sacada de la realidad propiamente dicha de los periódicos, es decir, una mentira, que es lo que nos brindan los medios de formación de masas ordinariamente para distraernos, sino una revelación, vislumbre o constatación mucho más profunda de verdad de que la paz es una forma “pacífica” y sutil de guerra soterrada, camuflada y, por lo tanto, más difícil de denunciar que la guerra propiamente dicha porque es una guerra que ni siquiera se declara para poder así pasar desapercibida. 

La apoteosis de la guerra, Vasily Vereshchagin (1871)

miércoles, 2 de agosto de 2023

No es el fin (A vueltas con la muerte, I)

    A la entrada principal del Cementerio Central de Managua puede leerse una leyenda en latín que reza: Letum non omnia finit, o lo que es lo mismo:  La muerte no pone fin a todas las cosas. No debe extrañarnos, por cierto, que muerte, además de "mors, mortis", que es como se dice normalmente, también se diga en latín "letum", como aparece en la frase, porque de "letum", una palabra de género neutro que es sinónima de la otra, deriva precisamente nuestro adjetivo "letal", sinónimo de "mortal".

    En otro cementerio, el insular de San Michele en Venecia, se halla la misma inscripción como epitafio de la lápida de la tumba del poeta ruso exiliado en Estados Unidos Joseph Brodsky, galardonado con el Nobel de Literatura en 1987. Brodsky quiso ser enterrado en Venecia, a la que dedicó el libro “Marca de agua”, donde el poeta y viajero, que no turista,  encontraba la paz y la belleza de "la città piu bella del mondo" reflejada en el espejo del agua de la laguna. Le encantaba viajar todos los inviernos  a Venecia, huyendo de la plaga sofocante del turismo veraniego, en invierno, cuando sólo el tañido de las campanas podía despertarlo a uno plácidamente un domingo por la mañana.


    Letum non omnia finit no es una frase cristiana todavía, sino un verso del poeta latino Propercio (muerto en el año 15 a. de C.),  escrito a raíz del fallecimietno de su amada Cintia, que ahora sirve como lema del cementerio de la capital nicaragüense y de epitafio a la tumba del poeta ruso.

    El dístico completo de Propercio (Elegias, IV, 7)  dice así: Sunt aliquid Manes, letum non omnia finit / luridaque euictos effugit umbra rogos.  Y viene a significar:  "Algo las ánimas son: no acaba todo la Muerte, / y huye la sombra gris, viva, de la cremación".  Hace mención a los Manes, que eran las almas de los difuntos, a los que se rendía culto en Roma para tenerlos propicios. 


    Nuestro don Antonio Machado reformula, entre nosotros, este tema ante la muerte de su amada Leonor, con la que sueña como si estuviera viva,  en su célebre poema Soñé que tú me llevabas, incluido en Campos de Castilla, en el que se pregunta al final con una exclamación interrogativa: ¡quién sabe / lo que se traga la tierra!
 
 Soñé que tú me llevabas / por una blanca vereda, / en medio del campo verde, / hacia el azul de las sierras, / hacia los montes azules, / una mañana serena. / Sentí tu mano en la mía, / tu mano de compañera, / tu voz de niña en mi oído / como una campana nueva, / como una campana virgen / de un alba de primavera. / ¡Eran tu voz y tu mano, / en sueños, tan verdaderas!... / Vive, esperanza: ¡quién sabe / lo que se traga la tierra!

    En otro lugar, suspira hondamente Machado y canta: Late corazón... No todo / se lo ha tragado la tierra. Machado, pues, con ¡Quién sabe /  lo que se traga la tierra! y con No todo / se lo ha tragado la tierra reformula en nuestras letras el tópico properciano de Letum non omnia finit, traducido por Aníbal Núñez como "no se termina todo con la muerte". La muerte, pues, no es el fin, pero ¿qué es la muerte?

sábado, 25 de marzo de 2023

Gobernar es mentir (y II)

    Gobernar es, en efecto, mentir, sin que pueda afirmarse lo contrario, que mentir sea gobernar, pero sí que parece que para gobernar es preciso engañar, y para engañar hay que mentir, porque el Poder se basa en dos pilares fundamentales que son uno solo en definitiva: la mentira y el miedo. 
 
    Tanto la una como el otro son imposiciones de arriba, y se basan en que para lograr la obediencia es preciso intimidar, como seintimida al niño para que se duerma o para que coma y, en definitiva, para que obedezca. Hay que engañar al niño diciéndole que viene el coco, o que viene el lobo. Y hay que engañar al hombre porque el hombre es por naturaleza ingobernable y para lograrlo es preciso engañarle, mentirle. 
 
    Recurramos a la etimología de las dos palabras que componen la ecuación de nuestra fórmula. Gubernare era en latín 'dirigir una nave' y más exactamente 'pilotarla, timonearla' es decir, manejar el gubernum, que era el timón, también llamado en castellano gobernalle, como hacía el timonel, que era quien dirigía el rumbo de la nave. 
 
Alegoría: la nave del Estado, Frans Francken (1562-1616)
 
         En griego 'gubernare' se decía κυβερνᾶν (kybernân), de donde deriva nuestra 'cibernética'. Enseguida se nos aparece como sin querer la metáfora de la nave del Estado, de largo recorrido en nuestras letras: el Estado sería una nave -y todos iríamos juntos en el mismo barco, como suele decirse-, y el gobierno sería el timón que dirige esa nave hacia buen puerto. El problema de esta metáfora es que parece que se conoce previamente el destino o puerto al que se dirige dicha nave, su rumbo. Se diría que el que maneja el timón -o el gobierno- sabe a dónde dirige la nave, cuando no es cierto, porque no se sabe a dónde vamos si no hemos ido antes, pero se actúa como si se supiera, como si la travesía estuviera hecha antes de hacerse, y en eso consiste el engaño. 
 
    Algo en ese sentido de que no hay meta ni por lo tanto camino previo sugería Antonio Machado cuando decía en aquellos versos: Caminante, son tus huellas / el camino y nada más. / Caminante, no hay camino / se hace camino al andar. Y al final del poema: Caminante, no hay camino / sino estelas en la mar
 
    En cuanto a la etimología de 'mentir', es bastante curiosa, porque procede del verbo latino mentiri, derivado de mens mentis 'la mente', que en principio no significaba “engañar, no decir la verdad', como acabó significando, sino 'inventar, imaginar'. Pero eso es lo curioso: que las palabras mente y mentira comparten un mismo origen común: Tendemos a creer que nuestra mente es el templo de la verdad y nada más que la verdad, cuando lo que sugiere el expediente etimológico es todo lo contrario: que la fabuladora mente nos engaña como una bellaca, urdidora de mentiras y embelecos. 
 
    El caso es que para gobernar es preciso mentir. Y se miente creando miedo, intimidando: Se ha dicho muchas veces que el pastor engaña a las ovejas mentándoles al lobo, cuando probablemente quien va a matarlas no es el lobo, sino el propio pastor que las llevará al matadero. También se ha repetido a veces el dicho espurio que Séneca le habría soltado a Nerón, personificando uno y otro respectivamente al sabio y al poderoso: Tu poder se basa en mi miedo. Si yo no tengo miedo, tú no tienes poder.

lunes, 4 de abril de 2022

Analectas*

De Charles Péguy:

 Homero es nuevo esta mañana, y nada es quizá tan viejo como el periódico de hoy.

El maestro que abrió una primera vez la gramática latina por la declinación de rosa, rosae no supo nunca en qué floridos jardines abría el alma del chaval. 

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 De Antonio Machado 

Escribe Antonio Machado, en carta a Juan Ramón Jiménez, a primeros de 1913: “Yo mismo me pregunto algunas veces ¿quién escribe muchas cosas que salen de mi pluma? Me declaro irresponsable de las tres cuartas partes de todo cuanto he hecho, y de cuanto haga en lo sucesivo”.

Desde el mirador de la guerra: “Colocados en este mirador -el que nos proporciona la guerra- claramente vemos que lo terriblemente monstruoso es lo que llamamos paz”. 


De arte y moral: “Para el artista, los imperativos de la moral tendrán siempre algo de camisas de fuerza; la autonomía que el artista reclama hará siempre frunciar el ceño al moralista”.

 


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 De Fernando Pessoa

 Una estrofa de Pessoa: Deixa passar o vento / sem lhe perguntar nada. / Seu sentido é apenas / ser o vento que passa... Y mi adaptación particular cambiando el viento por el tiempo: Deja pasar el tiempo / sin preguntarle nada. / No tiene más sentido / que ser tiempo que pasa...

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De Jean Paul Ritcher: 

Discurso de Cristo muerto en lo alto del edificio del mundo:

No hay Dios”.

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*(Del latín analecta, -ōrum, y este del griego ἀνάλεκτα análekta 'cosas recogidas') Florilegio, antología, colección de trozos selectos de materias literarias.

 

viernes, 31 de diciembre de 2021

Pautas para el Camino.

Si quieres hacer el Camino, estas son las pautas que debes tener en cuenta antes de emprenderlo.
1ª.- Ten siempre presentes en tu corazón los versos de Machado: “Caminante, no hay camino / se hace camino al andar.” 
 
2ª.- No hay meta ni destino que merezca la pena: ni Roma ni Santiago. Ya sabes, peregrino: huye, como si fuera la mismísima peste, del trillado camino.
 
3ª.- Viajero de verdad, que no vulgar turista, no sabe a dónde va.
 
4ª.- Amer savoir celui qu'on tire du voyage. Lo escribió Baudelaire: Saber amargo aquél que se saca del viaje. El saber amargo y de alguna manera también el sabor amargo que obtenemos de los viajes es que no hay escapatoria, que el viaje es un engaño, y ese es el mayor aprendizaje, el del desengaño, contra lo que nos venden las agencias turísticas, que podemos obtener.
 
5ª También había que tener presente la frase que atribuyen a Aníbal sin demasiado fundamento: aut uiam inueniam aut faciam: o encontraré el camino o lo haré. Esta frase transmite un significado esencialmente negativo: no hay que seguir un camino preestablecido, pero tampoco hay que inventar ningún otro camino. Sabemos, desde Zenón por lo menos, que el movimiento no se demuestra andando. 

 



Peregrino sin rumbo, / Veleta al viento, / Recorriendo caminos / Voy y senderos.

Yo no llevo bordón / Ni calabaza, / Ni manto de estameña / Oscura o parda,

Ni tampoco un sombrero /De ala ancha y vuelta, / Ni zurrón ni mochila, / Ni una venera.

Soy sólo un caminante / Sin rumbo fijo / Sin brújula ni norte, / Sin un destino.

Yo no beso, devoto, /A ningún santo, / Ni albergo el propósito /  De ir a Santiago.

No es ese mi camino / Ni esa mi meta: / Ni Roma ni Santiago / De Compostela.