Había en San Andrés del Rabanedo,
en tierras leonesas, un
campamento,
el Centro de Instrucción y Reclutamiento
núm. 12, donde aullaba el viento.
Vega, sotos y montes, y entre el olmedo
río que fluye y trae, vivo, el recuerdo
de las voces de mando de los sargentos
de las que apenas se oyen lejanos ecos.
Cae ahora la nieve. Cunde el silencio.
Sobre los fríos páramos, vaho el aliento.
En la noche estrellada, tú solo dentro
de guardia en la garita del universo.
¿Qué al Ferral del Bernesga hoy te ha traído?
¿Qué en estos andurriales se te ha perdido?
Fuiste a servir al Rey y ya has cumplido.
Ya juraste bandera, y soldadito,
ya te has incorporado a tu destino.
Y ha pasado ya un largo cuarto de siglo:
todo ha cambiado y sigue siendo lo mismo.
Líbrate del soldado que eres tú mismo,
líbrate del cuartel que va contigo,
donde, si te descuidas, te matan vivo,
donde te hacen un hombre si no andas listo.
Húndete en la memoria del puro olvido,
líbrate de las patrias y patriotismos,
vuelve a tu pura infancia como un chiquillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario