lunes, 27 de septiembre de 2021

ADVERSVS PAEDAGOGOS

Psicagogo, del griego ψυχαγωγός (psychagogós), es un compuesto de ψυχή (psyché) «alma» pero también «mente» y ἄγωγός (agogós) «conductor, director, guía».

Está hecho a imagen y semejanza de demagogo, de δῆμος (demos, «pueblo») «conductor del pueblo», y pedagogo, de παιδός (paidós, «niño») «conductor del niño». 

El -agogo es el experto que sabe a dónde hay que llevar al pueblo, al niño y el alma. Psicagogo, como hiperónimo, engloba a los hipónimos demagogo y pedagogo. 

Psicagogo era en la antigüedad un epíteto del dios griego Hermes en su calidad de guía de los espíritus de los difuntos en su viaje al reino de los muertos. 


Hermes guiando las almas de los pretendientes muertos a los infiernos, Jan Styka (1858-1925)

Los pedagogos son, pues, psicagogos que han menospreciado la enseñanza, desarrollando el concepto compensatorio y fraudulento de “inteligencia emocional”. 

El sacerdocio psicopedagógico o pedopsicagógico, tanto monta, se consagra al culto del logro de la felicidad imposible y a la aceptación de la realidad. 

Los psicopedagogos han sustituido en la escuela semilaica de hoy a sacerdotes y curas de almas, desempeñando la labor de confesores y directores espirituales. 

Han desterrado de la enseñanza el despertar de la inteligencia, fomentando la afectividad y el pensamiento positivo bobalicón del sonríe y el mundo te sonreirá. 

Han desarrollado una jerga vacía de contenido, un lenguaje políticamente correcto e inclusivo, cuyo envoltorio retórico oculta la más absoluta e inane vacuidad. 

La calidad del proceso de enseñanza y aprendizaje se ha resentido sobremanera, reduciéndose a educación y a mero adoctrinamiento que embota el sentido crítico. 

¿Pública o privada? Para unos la educación debe estar en manos del Estado, para otros de la familia. Nadie cuestiona el qué, sino sólo quién debe impartirla. 

La psicopedagogía se impone a la docencia o transmisión tradicional de los conocimientos: importa más el despropósito de "aprender a aprender" que los saberes. 

La pedopsicagogía apuesta por una enseñanza no memorística, olvidando que sin el desarrollo de la memoria no puede haber proceso de aprendizaje ni enseñanza. 

No es grave que el niño cometa faltas ortográficas o tenga pocos conocimientos teóricos y vocabulario, con tal de que sobrelleve feliz su reclusión y socialice. 

Departamentos de Orientación. Su existencia en los centros educativos ha mermado el sentido natural de orientación y fomentado el desnorte o pérdida del norte. 

 Las almas en el Aqueronte  Adolf Hiremy-Hirschl (1889)

No perdamos de vista a dónde conduce Hermes psicagogo y psicompompo las almas de los mortales: al reino de los muertos, esto es, a la aceptación de la Realidad.
 
La hipótesis de la escuela como herramienta y motor de cambio social ha resultado falsa: la educación no transforma, sino que consolida el estado de las cosas. 

El papel que desempeña la escuela en el entramado social de reproducción del sistema la convierte en un instrumento más de dominación al servicio del Poder. 

La función esencial de la escuela es el adoctrinamiento profundo; sin embargo escandaliza más la catequesis superficial sea nacionalista, sexual o religiosa. 

¿Enseñar a pensar? A nadie le hace falta que le enseñen a pensar ni qué tiene que pensar, basta con que le dejen pensar libremente, libre la mente de ataduras. 


La función de la escuela es domesticar simultáneamente a grandes contingentes de población aún no conformada, hacinados en aulas, para que entren por el aro. 

Contra la asignatura de Economía, la moderna catequesis laica y apostolado de la nueva religión del Capital, que fomenta el espíritu emprendedor y empresarial. 

Hemos asistido religosamente, y así nos va ahora, al entronamiento dictatorial de la economía mercantil neoliberal en la enseñanza y la educación obligatorias. 

¿Qué es lo que te enseñan en la escuela? Te enseñan a aprender, entre el aburrimiento y la mansedumbre gregaria del aborregamiento, a obedecer sin rechistar. 

En el centro educativo donde yo trabajaba sustituyeron el bronco timbre que señalaba el principio y final de las clases por música amable con idéntica función. 

Los ciudadanos que produce el sistema educativo creen participar en la toma de decisiones políticas cuando lo único que hacen es ir cada cuatro años a votar. 

La escuela fomenta la inteligencia artificial en detrimento de la natural generando robots obedientes y trabajadores que obran de manera mecánica sin emoción. 


Miles de profesores soportan malamente una profesión cuyo único sentido es imponer la obediencia ciega y la sumisión total que demanda el sistema educativo. 

Hay profesores que, rebelándose contra su labor tradicional, se convierten en sumisos animadores socioculturales, lo que no tiene nada de malo... ni de bueno.

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