lunes, 20 de octubre de 2025

Tratado de vexilología, y voz del pueblo.

Tratado de vexilología

Banderas que se lleva el viento, Gabriel Pérez-Juana (2025)

Ejército y bandera, El Roto (2014)

oOo
 
La voz del pueblo 
"Mierda a la política", pintada anónima.
 
El argumento del jefe, Tute (2025)
  

domingo, 19 de octubre de 2025

La Nueva Escuela

    El pedagogo suizo Adolphe Ferrière (1878-1960), promotor de la Escuela Nueva, una corriente de renovación pedagógica surgida a finales del siglo XIX y desarrollada a lo largo del  XX, propuso la reforma de la vieja escuela tradicional denunciando su fracaso; basándose en principios psicopedagógicos modernos pretendió reformar la sociedad mediante una "educación para la vida", dándole la vuelta al non uitae sed scholae discimus ('no aprendemos para la vida, sino para la escuela') de Séneca, convirtiéndolo en lo que debería ser: non scholae sed uitae discimus ('no aprendemos para la escuela, sino para la vida'). Su propuesta está recogida en sus libros como, por ejemplo, 'Transformons l'école' (1920). 
 
 
    Contaba Ferrière que la escuela, lejos de su etimología griega (en griego scholé, ocio), se había convertido en un centro de trabajo (en latín tripalium, tres estacas que servían como instrumento de tortura), un suplicio, lo que se había logrado siguiendo las indicaciones del diablo, su fundador (cito textualmente):  Al niño le gusta la naturaleza: se le enclaustró en aulas cerradas. Al niño le gusta jugar: se le obligó a trabajar. Le gusta ver que su actividad sirve para algo: se hizo de forma que su actividad no tuviera ningún objetivo. Le gusta moverse: se le obligó a permanecer inmóvil. Le gusta manipular objetos: se le puso en contacto con las ideas. Le gusta servirse de las manos: solo se puso en juego su cerebro. Le gusta hablar: se le obligó al silencio. Le gustaría razonar: le hicieron memorizar. Le gustaría investigar la ciencia: se la sirvieron ya hecha. Le gustaría seguir su imaginación: lo sometieron al yugo de los adultos. Le gustaría entusiasmarse: inventaron los castigos. Le gustaría ser útil libremente: le enseñaron a obedecer pasivamente. «Perinde ac cadaver» [igual que un cadáver].
 
    Muy pronto este régimen dio sus frutos. Donde mejor estaban los niños era en la escuela, intramuros, no extramuros, correteando por ahí sin ton ni son. Así es como debía ser. En la escuela aprenden a someterse a unos horarios, de encierro y libertad con el alivio de sus correspondientes recreos. Sin embargo, algunos niños, a los que se les hacía insoportable aquel confinamiento, se rebelaron contra la escuela,  hicieron novillos y practicaron el absentismo escolar: huyeron al bosque a trepar a los árboles, a coger moras, a corretear, saltándose las clases... 
 
    Pronto se vio el fracaso de aquella vieja escuela decimonónica, por lo que el diablo, nunca ayuno de recursos, ingenió otra estrategia, sugiriendo a los ilustres pedagogos como Ferrière que crearan la Nueva Escuela: los niños podrían gozar de salidas didácticas, organizándose periódicas excursiones. Los escolares agradecerían infinitamente la salida del centro (eso es lo que sugiere el prefijo ex- de la palabra ex-cursión con toda su fuerza centrífuga) a los maestros y profesores enrollados que los sacaran por un tiempo prudencial de la jaula de las aulas, para recargar las pilas o mejor, como dicen ahora, las baterías, de forma que pudiesen volver con energía renovada a la incursión (el prefijo in-, aquí de claro valor centrípeto, señala la vuelta a la normalidad y enclaustramiento; tras la excursión se impondría la incursión en la machadiana “monotonía / de lluvia tras los cristales”).
 
 
    Bien entrados ya en el siglo XXI, la Escuela Nueva es una realidad. Centros públicos y privados compiten en la organización de las llamadas “actividades extraescolares”, hasta el punto de que todos disponen prescriptivamente de un Departamento a ellas consagrado, y de un Jefe encargado de hacer su programación y el seguimiento de dichas actividades fundamentales para el normal funcionamiento de un centro escolar de primaria y secundaria que se precie, cuya obligatoriedad sin ellas resultaría intolerable, igual que un calendario sin festividades, un trabajo sin vacaciones o una semana sin su finde.
 
    Hemos ido viendo desde entonces cómo también rivalizan unos y otros equipos directivos de los centros en la organización de diversos saraos académicos como posados fotográficos para orlas conmemorativas del inolvidable curso escolar, eventos deportivos y concursos varios de misses y misters, bailes de primavera y de graduación, ceremonias de comienzo y fin de curso, llegando a fletar autobuses y chóferes para que se vayan turnando en los largos trayectos por las autopistas de Dios devorando millas a toda pastilla, trenes, cruceros y hasta aviones para poner en circulación por tierra, mar y aire por el ancho mundo las cohortes de estudiantes. 
 
    Parece a fin de cuentas que las Actividades Extraescolares, por lo tanto, se hubieran convertido en las auténticas actividades escolares, las que más caracterizan y definen al Centro Escolar convirtiéndose en el eje de su 'proyecto educativo'(sic), siendo las intraescolares, por emplear este término para las clases cada vez menos magistrales poco más que un breve paréntesis entre una y otra extraescolar y una disculpa para realizar las que realmente promocionan al Centro, las que rompen con la reclusión claustrofóbica, sin las que esta sería insoportable.
 
La vieja y la nueva escuela.

     Los profesores que osan criticar la excesiva realización de dichas actividades, por su parte, son tachados de intransigentes cavernícolas y carcas chapados a la antigua por pretender tener a los alumnos "amarrados al duro banco" de las galeras turquescas que siguen siendo, pese a todos los pesares, las aulas. Como consecuencia de todo esto, la mayoría de los centros educativos han cambiado y se han convertido en centros de actividades extra-escolares: organizan excursiones, intercambios de "inmersión lingüística" (sic) y viajes que hacen la competencia a las agencias del gremio; hacen turismo para dar una vuelta -eso es el "tour"- y volver tras el garbeo del giro copernicano a lo mismísimo de siempre. 
 
    Al tiempo que se organizan las salidas pedagógicas, se extreman las medidas de control interior instalándose cámaras de videovigilancia e intensificándose las guardias de patios y recreos a cargo de profesores que se convierten así en vigilantes más preocupados del buen comportamiento de los escolares que del proceso de enseñanza y aprendizaje.
 
    Pero la Nueva Escuela no solo consistió en la organización de actividades extraescolares, sino, sobre todo, en la imposición de la educación en lugar de la enseñanza, lo que con el tiempo se revelaría igualmente desastroso y no menos doctrinario: la gran mayoría de los niños dejaría de interesarse por las cosas, echando a perder el tesoro de su curiosidad infantil. En la Nueva Escuela se les deja hablar y expresarse hasta la saciedad, y hacer ruido. Nada más obsoleto que aquella voz del maestro gritando "¡silencio!". Se alienta a que los pequeños expresen con sus propias voces y palabras lo que se les inculca, que no deben memorizar, con el detrimento que esto supone para el desarrollo de la capacidad mnemotécnica: memoria minuitur nisi eam exerceas: la memoria se atrofia si no se hace uso de ella. 
      Como a los niños les gusta preguntar, para que no cansen a sus maestros y profesores, se les sirven las respuestas antes de que formulen sus interminables preguntas, y se les aconseja que utilicen la Red donde está toda la información disponible hasta la fecha, y recurran, en el colmo de la estupidez natural, a la Inteligencia Artificial, a través de las pantallas y medios audiovisuales, en detrimento de las viejas pizarras trasnochadas. 
 
    El viejo demonio, fundador de la vieja escuela y refundador de la nueva, sonríe satisfecho, qué diablos,con la nueva e incomprensible jerga psicopedagógica o pedopsicagógica con la que se envuelve su regalo envenenado: la Vieja Escuela de toda la vida de Dios envuelta en el celofán de la Nueva Escuela.

sábado, 18 de octubre de 2025

Pareceres LXXXVII

426.- Orgulloso de ser vasco. No es mi caso, pero creo que si yo fuera vascongado, que no lo soy, no me sentiría orgulloso de serlo, como decía en francés ("fier d´être basque") la publicidad de un queso de oveja de cuyo nombre no quiero acordarme, sino todo lo contrario: me daría muchísima vergüenza enorgullecerme de serlo. No por nada. No por el caso concreto que nos ocupa, sino porque yo no me enorgullezco de haber nacido donde he nacido: ha sido una casualidad de la vida como otra cualquiera, ajena a mi voluntad, algo que le puede pasar a cualquiera como el mismo hecho de haber nacido: yo no elegí nacer o no, tampoco elegí el lugar de mi nacimiento, ni la familia ni la vida siquiera. ¿Quién se enorgullece de ser lo que es? ¿Los que son lo que son? Y ¿qué han hecho para sentirse orgullosos de ser lo que son aparte de serlo? ¿Quién es más vasco, el queso o los tres chicarrones del norte de España o del sur de Francia, esos tres Patxis tan tópicos que resultan atípicos, atuendados con boina negra de ancho vuelo con pitorro típicamente vasco, o sea, con chapela, en un marco incomparable de un paisaje idílico –verde y montañoso en unos tonos pastel y propios de una suave acuarela- con un bucólico caserío al fondo?¿Qué han hecho para sentirse orgullosos de su vascongadez? Según mi humilde modo de entender las cosas, uno puede enorgullecerse acaso de lo que haga y sea obra y responsabilidad suya, pero no de lo que es.

427.- El regreso del hijo pródigo. Hay una versión moderna de la parábola, del hijo pródigo, basada en la narración del evangelista Lucas (capítulo XV, versículos 11-32), que le debemos al escritor francés y premio Nobel de literatura, galardón en su caso bien merecido, André Gide (1869-1951), que se titula “Le retour de l'enfant prodigue” (1948), que presenta una significativa variante sobre el relato evangélico. La parábola de Lucas pone en escena a tres personajes: el padre, el hijo mayor, que permanece junto a su padre sin abandonarlo, y el hijo mozo que le pide a su padre la parte de la herencia y se marcha de casa al descubrimiento del mundo, dilapidando su hacienda con rameras. El padre, cuando regresa arrepentido, le recibe con los brazos abiertos y le da mil besos porque, como la oveja descarriada, ha vuelto al redil. El hijo pródigo de Gide regresa, como el otro, fatigado a la casa paterna, pero por la noche, al acostarse a dormir en el lecho mullido, se abre suavemente la puerta y entra un hermano más pequeño: “Quiero irme, la casa de nuestro padre es ya demasiado estrecha para mí”, le confiesa. Y el hermano, que esa noche había regresado fatigado, se alegra de oírlo, lo abraza y empieza a darle consejos, a decirle lo que debe hacer, dónde ir; y lo incita a mostrarse más valiente que él, más orgulloso, a no aceptar el regreso al establo paterno: así llamaba a la casa de su padre. Lo acompaña hasta la puerta y le da ánimos para que él, al menos, no tenga que volver: “¡Vamos! Bésame, hermano mío: llevas contigo todas mis esperanzas. Sé fuerte. Olvídanos, olvídame. ¡Si pudieras no regresar!” Tal vez, cavilaba en su fuero interno, mi hermano sea más fuerte que yo y no regrese.

El regreso del hijo pródigo, James Tissot (1850)

428.- Su triunfo. Aunque la noticia podría calificarse de positiva por el título mesiánico de "SU TRIUNFO" y por los siguientes titulares, donde se sugiere que ha sido el artífice de la paz en el cercano Oriente porque es el líder que Israel necesitaba y la salvación de Gaza, lo que podría ayudar al personaje a satisfacer su ego codicioso  del Premio Nobel de la Paz, algo que no ha sucedido al menos este año, empeñado ahora en lograr la paz en Ucrania, la fotografía destroza la imagen del personaje: por el pelo ralo, desteñido y no anaranjado, la fofa papada, la pose seria, dictatorial, debida a que es un plano contrapicado, tomado por el fotógrafo en posición más baja del retratado a fin de resaltar su superioridad con respecto a quien contempla la fotografía, que es el peor ángulo para un retrato porque revela las arrugas de la persona. Hay además una corona que flota sobre la cabeza del preboste norteamericano, que es la M del logo de la revista británica TIME. Pero quizás lo que más le ha dolido al vanidoso personaje narcisista es que esta foto en particular, que es la peor posible, adorne una portada que ostensiblemente lo elogia. La forma en que la foto socava ligeramente el título de la portada es parte de lo que la hace interesante y una elección visual poderosa. El sesgo de confirmación hace que la imagen corrobore sus sentimientos, da igual lo que haya hecho. Otro preboste yanqui, por ejemplo, hizo menos que él por merecerlo, y le otorgaron el premio Nobel de la Paz, porque caía bien, hiciera lo que hiciera, representaba la esperanza del cambio, y la redención que nunca se produjo. En la portada de la revista aparece la palabra triunfal: Triumph, que contiene las cinco letras de su apellido: Triumph. Aunque ha triunfado, la foto le está llamando calvo y gordo. Y lo más importante y en lo que nadie repara; se le está llamando "fascista" al pretender vincularle físicamente por el gesto con Benito Mussolini. Ya que tiene cierta semejanza con el típico gesto mussoliniano.


429.- Guerra híbrida. Desconcertado me tienen las declaraciones que la presidenta de la Comisión Europea, cuyo nombre propio voy a omitir deliberadamente. Ha dicho que Europa está en "guerra híbrida" con Rusia y afirma que hay que "responder" a los ataques del presidente del gobierno de ese país. "Ha llegado el momento de llamarlo por su nombre: esto es guerra híbrida". Lo ha dicho sin ambages, dejando claro que ya no se trata sólo de una amenaza sino de una realidad y que la situación está escalando. Y yo me pregunto de qué puede ser híbrida una guerra. Tengo presente que híbrido -hybrida o hibrida en latín con ortografía dudosa, era un animal salido de un cruce de una hembra doméstica con un macho salvaje, por ejemplo de una cerda y un jabalí, y por extensión el término se generalizó al hijo de padres de diversos países o de diversa condición y enseguida adoptó la connotación de monstruoso e irregular. La guerra que nos anuncia die Vorsitzende es una guerra mixta y también bastarda por lo tanto. ¿A qué se refiere? A una guerra híbrida de guerra y paz: ciberataques, cables submarinos cortados, campañas de desinformación masiva, ataques de drones, elecciones democráticas fraudulentas y crecientes amenazas rusas que pretenden socavar la unión de Europa y su decidido apoyo a la santa Ucrania. Ha dicho die Vorsitzende que tenemos que salir de nuestra zona de confort. En resumen, esta Caperucita azul nos dice que viene el lobo. Lo mismo nos dijo en otra de sus alocuciones premonitorias:  “Estamos al borde, o incluso al comienzo, de otra crisis sanitaria mundial. Por eso hoy puedo anunciar que la UE encabezará una nueva Iniciativa Mundial de Resiliencia Sanitaria”. ¿Otra crisis sanitaria que se suma a la bélica para engendrar una doble crisis híbrida? ¡Menos lobos, Kleines Blaukäppchen!


430.- Razones para descreer. -Lo que nos enseña cualquier teoría conspiranoica es que, en el fondo, todas las teorías, conspiranoicas o no, no son más que eso, teorías carentes de razón. El común de los mortales fundamentamos nuestras creencias en confianzas no verificadas. Y lo que creemos que es un consenso científico, no hay tal. Lo más interesante de cualquier teoría conspiranoica no es lo que afirma, sino que tiene razón en que no vemos lo que tenemos delante. Ella no escapa a la paradoja de que la alternativa que propone para abrirnos los ojos chocará contra aquello que le otorga, en principio, su credibilidad. El hecho de creer en las vacunas o no hacerlo, en que el paracetamol produzca autismo,  en que la Luna es un holograma y la Tierra no sea redonda, como nos han inculcado, sino plana, se me ocurre, se resume en quién confías, en el fondo, cuando lo único que queda es confiar. Por supuesto, siempre hay voces más dignas de confianza que otras, pero lo cierto es que la sociedad moderna ya no evalúa los hechos científicos de manera racional ni los datos por su veracidad, sino por cómo encajan en sus valores pervios y creencias preestablecidos. La evidencia no solo informa, sino que también amenaza o refuerza identidades de grupo. Me pregunto a quién puede interesar exactamente que eso ocurra. Y si a promoverlo podemos llamarlo conspirar. Una teoría conspirativa, según la inevitable Güiquipedia, es una explicación de un suceso o situación que afirma la existencia de una conspiración por parte de grupos poderosos y siniestros, llamados a veces satánicos,​ a menudo de motivación política, cuando otras explicaciones son más probables y tranquilizadoras pero no menos verdaderas.​​​

  

viernes, 17 de octubre de 2025

Cárceles

    Un Ministro del Interior de las Españas ya fallecido  (no era el actual, que aún vive, pero para el caso como si lo fuera, ni siquiera recuerdo si era conservador o progresista, lo que viene a ser lo mismo) declaró que la situación económica que por entonces atravesaba el reyno y que calificó como difícil, no muy distinta de la actual, no afectaría a la partida destinada a las prisiones para el año venidero. Haya o no haya nuevos presupuestos del Estado para el año que viene, no importa, se prorrogan los existentes, y siempre habrá una partida para las cárceles.
  
    Según los datos disponibles en la Red, en el reyno de las Españas hay unos 23.000 funcionarios de prisiones, o sea, carceleros, y la población reclusa para 2025 se cifra en alrededor de los 60.000 'internos', según los datos disponibles de principios de año. A 31 de diciembre de 2024, en efecto, se registraron 59.226 personas privadas de libertad, de las cuales 55.103 eran hombres y 4.123, mujeres. La cifra total puede variar ligeramente durante el año debido a la fluctuación de ingresos y salidas de prisión, por lo que la ta tasa española de población reclusa podría situarse en torno a un poco más de uno por ciento: 126,2 reclusos por cada 100.000 habitantes, según los datos de 2023, y España se encontraría entre los países de Europa Occidental con mayor población reclusa. Pero podemos dormir tranquilos pensando que los malhechores están encarcelados y que nosotros somos libres, lo que no es verdad, porque ni son todos los que están ni están todos los que son. Además, no hace falta insistir en que el Poder Judicial existe para que no haya precisamente justicia, legitimando con su existencia las tropelías y las injusticias. 
 

    El excelentísimo aprovechó su discurso para combatir la imagen "distorsionada", según él, de las cárceles, como si no supiéramos lo que es eso. Al día siguiente publicó un artículo en El Diario Global(ista), alias El País, diciendo: "La sociedad debe conocer qué se hace dentro de las prisiones. Es bueno que ahora que se habla tanto de impuestos la gente sepa en qué se gasta el dinero. Nos vamos a seguir esforzando para que las prisiones sigan teniendo los recursos que necesitan… No se puede hablar de justicia o de seguridad sin hablar del sistema de prisiones". 
 
    Todo esto ocurría, precisamente, el día de la patrona de las prisiones, el día de la Merced y de las Mercedes, el 24 de septiembre. Muchas mercedes, o sea, muchas gracias, señor ministro, le sean dadas a Vuestra Merced, o sea a Vd. por recordarnos a qué se destinan los impuestos con los que contribuimos a la causa, esos impuestos que pagamos y que según la publicidad vuelven a nosotros. 
 
    ¿Hemos olvidado cuál es la razón de ser de las cárceles? No lo perdamos de vista: Las prisiones existen para que los que estamos fuera creamos, engañados, que somos libres: privamos de libertad de una manera evidente a nuestros semejantes para que no se vea la evidencia de que todos estamos en verdad privados de ella. 
 
    La cárcel es, por lo tanto, una metáfora de la falta de libertad en la que malvivimos todos. Hemos de desmentir el mito de la libertad, que sirve como sostén principal del Estado y del orden establecido;  reconozcamos que lo que está padeciendo en la cárcel no es precisamente la persona, que está presa lo mismo dentro que fuera de la prisión, sino algo que no es la persona, que queda por debajo y que de una manera especial está allí constreñida; más bien algo que está contra la persona lo mismo que está contra la cárcel. 
 
    Chicho Sánchez Ferlosio lo expresó muy bien en la versión que grabó del célebre romance anónimo de El Prisionero en su disco A contratiempo (1978), al que añadió unos versos de su cosecha en los que el prisionero se quejaba también de la cárcel que tiene por dentro:  Cárcel tengo por fuera / cárcel por dentro... / Tener no me importara / cárcel por fuera / si de la de aquí adentro / salir pudiera.
    La cárcel es un encerramiento grosero por medio de muros, con la consiguiente privación de libertad que conlleva. Suele distinguirse entre presos políticos y presos comunes, pero en realidad y bien mirado los presos comunes son tan políticos o más que los primeros. A veces creemos que las cárceles están llenas de peligrosísimos delincuentes, pero no es cierto: la mayoría de los que están entre rejas están por delitos de drogas o contra el patrimonio por haber robado porque carecían de todo. La gente no suele engañarse cuando piensa, lo diga o no lo diga, que los malhechores más peligrosos están fuera de las cárceles, igual que los locos más peligrosos, que no están precisamente en los hospitales psiquiátricos.
 
    El poema completo de Chicho (tomado de Chicho Sánchez Ferlosio: Canciones, poemas y otros textos, Edit. Hiperión, 2008)'Cárcel tengo por fuera'. Subrayo en negrita los versos que canta añadidos al Romance del Prisionero, cantados en esta ocasión por Amancio Prada bajo el título Cárcel por dentro, añadiendo al final estos dos versos que supongo del propio Chicho:  '¿Quién tu cuerpo y tu cara / me devolviera?'
  Cárcel tengo por fuera, / cárcel por dentro, / voy vagando y vagando, / puerta no encuentro; / puerta no encuentro, ¡ay, no!, / puerta no encuentro, / el camino que busco nace / de adentro.
 
Tener no me importara / cárcel por fuera / si de la de aquí adentro / salir pudiera, / salir pudiera, ¡ay, sí!, / salir pudiera, / por un rayo de luz / mi vida diera. 
 
Veo el campo a lo lejos / por la ventana, / tristeza y esperanza, / noche y mañana; / noche y mañana, ¡ay, sí!, / noche y mañana, / tristeza omnipotente, / esperanza vana. 
 
Allí crece la yerba / de primavera, / esperanza y tristeza, /  (luz y quimera) / flor y tijera, / flor y tijera, ¡ay, sí!, / flor y tijera, / tristeza del que espera / y desespera. 
 
Donde nacen las penas / no crece hierba, / crecen cardos y ortigas, / frontera negra, / frontera negra, ¡ay sí!, / negra frontera, / por dentro mi dolor, / mi alma por fuera. 

jueves, 16 de octubre de 2025

Clase obrera

    Cuando yo estudiaba en la Universidad, hace una friolera de años, se reivindicaba a voz en grito en las manifestaciones izquierdistas y estudiantiles: “¡El hijo del obrero, a la Universidad!”, y yo me sentía que era, efectivamente, de alguna manera ese hijo de la clase obrera que estaba consiguiendo a duras penas y con no pocas dificultades económicas estudiar fuera de casa una carrera universitaria en la Facultad viviendo en una pensión cutre, lóbrega y barata. Había logrado lo que me había propuesto, estudiar Filosofía y Letras, en concreto Filología Clásica, una carrera gloriosamente inútil, con el sacrificio de mis padres y mío propio a través de becas y de trabajo veraniego en correos, privándome de las vacaciones estivales de las que disfrutaba el resto de mis compañeros.

     Mi madre, huelga decirlo, siempre fue un ama de casa. Profesión: sus labores. Un eufemismo que quería cubrir aquel otro. Y, cuando me preguntaban por la profesión de mi padre, yo no sabía qué decir. En los impresos oficiales, ponía, con una mezcla indescriptible de vergüenza y a la vez de orgullo: “Obrero”. Hubo una etapa del franquismo en que se quiso imponer el eufemismo “productor” para sustituir a “obrero” precisamente y aludir al trabajador asalariado por cuenta ajena no especializado, que trabajaba a duros turnos en una fábrica siderúrgica, como mi padre, denominación que por suerte no tuvo mucho éxito y no triunfó.

     El caso es que parece que ya no existe la clase obrera, esa que según los marxistas estaba llamada a redimir al género humano y a los parias de la tierra, famélica legión, en la lucha final. Esa clase que todos los primeros de mayo se santificaba con un resignado grito que yo no he entendido nunca: ¡Viva la clase obrera! Yo creía que lo que deberían gritar los proletarios era todo lo contrario: ¡Muera la clase obrera! Porque "clase obrera" era sinónimo de explotación, como cantaba John Lenon en su 'Working class hero', cuyo estribillo rezaba con sarcástica ironía que ser héroe de la clase obrera es algo que valía la pena o que había que ser. A mí me parecía que si esta clase social estaba llamada a la emancipación lo que había que gritar era "¡Viva la libertad! ¡Abajo el trabajo!". Pero lo que gritaban los trabajadores que celebraban el Día del Trabajo, dirigidos por los sindicatos orgánicos y por sus respectivos caciques o líderes sindicales, como los llaman hoy con flagrante anglicismo, obreros ellos mismos liberados de la cadena del trabajo asalariado, era “¡Vivan las cadenas!”.

   

A working class hero, John Lenon 

    Nos damos cuenta de que existe la clase obrera cuando algún trabajador muere en algún accidente laboral, olvidando que el accidente es que exista todavía el trabajo mismo. Si antes el problema era proporcionarle suficiente tiempo libre al trabajador, ahora el problema es proporcionarle al parado un trabajo más o menos digno, una ocupación que no sea provisional y basura precaria, un trabajo que acabe de llegar, pues cada vez se tarda más en acceder al mercado laboral (sic) y en jubilarse, entre un despido y la firma de un nuevo contrato eventual, en períodos cada vez más exiguos. El trabajo ya no es algo serio para toda la vida, sino algo provisional, eventual… Mi padre, que antes recordaba, fue prejubilado, como tantos otros, antes de la edad reglamentaria. Hoy sus restos mortales descansan en un nicho del cementerio. 

miércoles, 15 de octubre de 2025

Crónica de cosas que pasan (5)

Alto el fuego: Después de dos años de guerra, se acuerda el alto el fuego en la franja de Gaza, lo que no significa que se haya alcanzado la paz como cacarean los medios masivos de manipulación de masas. Conviene recordar una cita del historiador latino Publio (si no era Gayo su auténtico prenombre) Cornelio Tácito que, unida a las imágenes que nos sirven de la destrucción de la ciudad de Gaza, revelan mucho más que todo lo que dicen los servicios informativos de los medios de comunicación y adoctrinamiento de masas: ubi solitudinem faciunt pacem appellant, una cita que, puesta en boca de Calgaco, el caudillo de los caledonios o pictos, que se enfrentó a las legiones romanas de Gneo Julio Agrícola, suegro del historiador, se ha empleado para denunciar el imperialismo en particular y en general contra cualquier acción bélica, una frase que traduce Moralejo como “llaman... paz al sembrar la desolación”, o, si se prefiere una versión más literal: “donde lo arrasan todo, dicen que hacen la paz”.

Este Calgaco es, de alguna manera, como escribió René Pichon, el portavoz, no solo de los caledonios, sino de todos los bárbaros, de todos los adversarios del imperio de la loba romana. Renzo Tosi ha hecho notar el paralelismo formal de la cita de Tácito con un versículo del Libro de la Sabiduría del Viejo Testamento, donde se describe la necedad y la ceguera de los idólatras y el origen de su idolatría, (14,22) en el que los idólatras “viviendo sumamente combatidos de su ignorancia, a un sinnúmero de muy grandes males les dan el nombre de paz”. Las imágenes ilustrativas, que hablan por sí solas, nos las sirve la cadena de televisión RT (Russia Today):
 
 
Chicas con pene (y ¿chicos con vagina?). Esta expresión tan chocante a primera y simple vista se lee en una guía de educación sexual que el Gobierno Vasco difunde a través del Departamento de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico como material didáctico bilingüe destinado a niños de Primaria de seis a doce años “Saioz saio/De sesión en sesión”.  La autora del guión es Saioa Hernández, Javier Ruiz se ha ocupado del guion gráfico, y la ilustración y el diseño corren a cargo de Eider Eibar. Se ha editado con licencia de Creative Commons y se presenta como un colorido y divertido cómic que explica a los menores en veintiocho páginas en castellano y otras veintiocho en vascuence el mundo al revés, pues si ellos tienen más o menos claro que los niños tienen pito y las niñas en su lugar tienen chocho, por decirlo con sus palabras habituales, aquí se les dice que hay chicas con pene -no dicen pito, sino pene, que es más culto, menos vulgar y se entiende menos. 
Supongo que lo que quiere decir la guía pedagógica de educación sexual es que hay chicos que se autoperciben -obviamente, no utilizan este término con los escolares- como chicas y que por lo tanto son chicas, porque lo importante no es lo que tienen o dejan de tener, sino lo que sienten (sic). Se les dice -inculca, mejor- también que hay chicos y chicas transexuales, y que todas las personas son intersexuales porque tienen características de los dos sexos, y se explica el fenómeno del cambio de sexo mediante ilustraciones que lo trivializan, sin percatarse de que la modificación física del cuerpo conlleva prácticas quirúrgicas con riesgos graves e irreversibles. 
 
El autor del prólogo, el sexólogo 'sustantivo' -sexualidad que se centra no en el sexo que se tiene o que se practica, sino en el que se es- Joserra Landarroitajauregi se felicita de que recurriendo a “dos instrumentos minoritarios y minorizados -un pequeño arte, el cómic y un pequeño idioma, el euskera a través de la imagen y la sugerencia, mediante el ingenio y la gracia, un poco indagando y otro poco provocando” se contribuya a “la difusión, divulgación y universalización de sabios saberes (sic) y valiosos valores” (re-sic). No tiene desperdicio este párrafo suyo, que resume muy bien el despropósito pedagógico: “Se trata de poner en valor materias que, por ser sexuales, han sido históricamente negadas, silenciadas o difamadas; así: la intersexualidad, la diversidad sexual, los diferentes cuerpos y sexualidades, las diferentes orientaciones e identidades, los muchos modos de ser mujer y de ser hombre, las muchas maneras de gustarse, amarse o gozarse”. 
 
La educación sexual que se ofrece “no se queda en los genitales y en sus usos”, que es quizá donde debería quedarse en cualquier caso, “sino que aspira a la exquisita formación de los sexos contemplando sus muchos hechos de diversidad”. El buenrollismo queda patente en la expresión “crear buen rollo entre los sexos” y en el objetivo final, bastante loable por cierto, pero ya se sabe que de buenas intenciones está empedrado el pavimento del infierno, de que “chicas y chicos se traten mucho y se traten bien, para que se conozcan y se reconozcan, para que se acepten, se gusten, se quieran y se gocen”. Ya lo cantaban Los Bravos, sin tantas retóricas alharacas, a finales de los sesenta: "Los chicos con las chicas tienen que estar, las chicas con los chicos han de vivir...

martes, 14 de octubre de 2025

¿Qué es el tiempo?

Philomena Cunk es el personaje cómico de ficción interpretado por Diane Morgan que encarna a una atolondrada periodista de investigación científica en la serie televisiva británica Moments of wonder, 'Momentos de asombro'. En ella, Philomena divulga información errónea a la vez que hace preguntas básicas a sus entrevistados no exentas a veces de enjundia y de malicia, que dejan pensando al espectador y al propio entrevistado. Estos no son personajes ficticios, suelen ser catedráticos, doctores y especialistas en filosofía, teología, física cuántica, arte y muchas otras disciplinas, la flor y nata académica del Reino Unido. A un físico, por ejemplo, le preguntó qué es más veloz la luz o la sombra.

En esta ocasión, desde el Museo del Reloj de Greenwich, que es para ella la capital del tiempo, Philomena se pregunta qué es el tiempo, después de afirmar que es algo valioso, relacionándolo remotamente con el dinero, diciendo que ha existido antes de que empezara a contar, lo que le lleva a preguntarse qué son los relojes y qué es lo que miden. 

 Un reloj musical suizo 

A la vista de la mayoría de los relojes, podría decirse que el tiempo es algo circular -el eterno retorno- pero en realidad es lineal, es la línea vertical imaginaria del meridiano de Greenwich, también llamado meridiano cero y primer meridiano, que divide el planeta en dos mitades idénticas de 180º cada una, segmentadas en husos horarios de 15º, que es el resultado de la división de los 360º de la circunferencia completa entre las veinticuatro horas que tiene el día.  

Moments of Wonder: ¿Qué es el tiempo?

Philomena dice que se halla en el único lugar del mundo donde puede estar a la vez entre el pasado y el futuro, con el presente pasándole por su entrepierna,  running right up trough my middle bits.

Dice que nadie sabe lo que es el tiempo excepto los científicos, que lo saben todo. Y entonces pregunta al científico Stuart Clark, doctor, astrónomo y miembro de la Royal Astronomical Society, qué es el tiempo, y este le responde categóricamente: En realidad no lo sabemos. Pero, acto seguido, formula dos posibles hipótesis manteniendo la dicotomía físico/psíquico, que viene a ser la misma, grosso modo, que objetivo/subjetivo: el tiempo puede ser algo físico y objetivo y entonces sería como un río que fluye, o algo psicológico y subjetivo. 

Philomena le interrumpe preguntándole qué quiere decir con la hipótesis del río, a lo que Stuart Clark le responde que el tiempo fluye como el agua del río, y que los sucesos que nos pasan en la vida son como cosas que hay en el río que el agua encuentra a su paso, de lo que concluye la presentadora que los eventos que nos pasan en la vida son como los peces y demás que hay en los ríos. 

 

En la línea de la respuesta seria del científico de no se sabe qué es el tiempo, nos viene como anillo al dedo lo que escribió Agustín de Hipona, San Agustín, en sus Confesiones XI, 14, 17, donde contrapone el hecho de saber lo que es el tiempo, con el de ponerse a explicarlo, porque saber sabemos lo que es, tenemos una idea de él que todos manejamos, (gracias sobre todo, entre paréntesis, a los llamados tiempos verbales de nuestras gramáticas escolares), esa idea nos sirve para hablar de las cosas, pero no podemos hablar de ella sin poner en peligro su consistencia y existencia, por eso dice el santo que no puede explicarlo con palabras, que lo sabemos pero no lo sabemos: 

 

¿Qué es, pues, el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé. Lo que sí digo sin vacilación es que sé que si nada pasase no habría tiempo pasado; y si nada sucediese, no habría tiempo futuro; y si nada existiese, no habría tiempo presente. Pero aquellos dos tiempos, pretérito y futuro, ¿cómo pueden ser, si el pretérito ya no es y el futuro todavía no es? Y en cuanto al presente, si fuese siempre presente y no pasase a ser pretérito, ya no sería tiempo, sino eternidad. Si, pues, el presente, para ser tiempo es necesario que pase a ser pretérito, ¿cómo deciros que existe éste, cuya causa o razón de ser está en dejar de ser, de tal modo que no podemos decir con verdad que existe el tiempo sino en cuanto tiende a no ser?


lunes, 13 de octubre de 2025

Hojarasca otoñal

Jota alternativa: La Virgen del Pilar dice que no quiere ser francesa ni quiere ser española, ni convicta ni confesa, ni tampoco capitana de la tropa aragonesa.

 
La información que los medios masivos de comunicación ponen en escena es la máquina más sofisticada de guerra, por una parte publicidad y por otra propaganda.
  Antes de que nos echen de la OTAN por no alcanzar los objetivos, como amenaza el déspota yanqui, lo honesto sería negarnos a seguir y que nos fuéramos nosotros.
 
...Dos años ya siguiendo en directo, día a día, una guerra informativa de una violencia sin par entre Israel y Palestina polarizando la opinión pública mundial.
 
Hay una guerra en el frente militar y otra, no menos cruenta, en el frente informativo. Palestina la ha perdido en el militar, pero ha ganado en el informativo.
 
La guerra informativa de Gaza se ha convertido en las sufridas España en una batalla semántica, sobre si es o no es un genocidio y de quién es el genocidio.
 
Se realizará el homenaje a los que dieron su vida por España, y se procederá a la izada solemne de la bandera nacional, tiñéndose el cielo de sangre y amarillo.
 
A las boinas de los tres ejércitos de tierra, mar y aire (y espacio), se suma la de la neófita UME, Unidad Militar de Emergencias, de color amarillo mostaza.
 
En el cartel del Desfile del Día de la Fiesta Nacional del Ministerio de Defensa no se ve el sombrero de tres picos de la Guardia Civil, el simbólico tricornio.
 
Gozoso no es poder ir al trabajo a pie o en bici, como propone la ley de movilidad sostenible del gobierno progresista, la gozada es no tener que ir a trabajar.
 
Uno de los primeros ejemplos trágicos y literarios occidentales de violencia vicaria contra el otro sexo que recae mortalmente sobre los hijos es el de Medea.
 
La campaña “Personas con energía propia” que fomenta el Ministerio para la Transición Ecológica promueve el beneficio individual y colectivo del autoconsumo.
En Bruselas no convence la estrategia española de contabilizar la lucha contra el cambio climático como inversión en defensa que ensancha el concepto militar.
 
No quería que se me escapara de las manos lo que había conseguido al fin con tanto esfuerzo; quería poseerlo y acabé apretándolo tan fuerte que se me rompió.
 
En lugar de estar atentos a lo que pasa, de lo que nos informan sobradamente los medios masivos de comunicación, deberíamos prestar atención a lo que no sucede.
 
¿Qué es el hombre? Un triángulo equilátero, tres en uno: Padre, el documento nacional de identidad; Hijo, la cuenta bancaria, y Santo Espíritu, el esmarfon.
 

domingo, 12 de octubre de 2025

¡Carabelas de Colón, todavía estáis a tiempo!

    Nada mejor que una canción para celebrar el acontecimiento que hoy se conmemora. Agustín García Calvo es el autor de la letra de "Atrás, a contratiempo", que compuso basándose en una ocurrencia de su amigo Rafael Sánchez Ferlosio, que le ofreció los dos primeros versos (Carabelas de Colón, / todavía estáis a tiempo) y que canta con gracia y desgarro Chicho Sánchez Ferlosio, hermano del escritor, que compuso la música,  animando a las carabelas de Cristóbal Colón a que como monjitas arrepentidas den marcha atrás y vuelvan al puerto del que partieron sin descubrir América, un alegato contra la Historia, y contra lo que se pretende celebrar el día 12 de octubre, que se convirtió entre nosotros en el Día de la Hispanidad, de la españolidad o de la españolez, como decía don Rafael, y en nuestra Fiesta Nacional en el año del Señor de 1987  "con la intención de recordar de forma solemne momentos de la historia colectiva que forman parte del patrimonio histórico, cultural y social común, asumido como tal por la mayoría de los ciudadanos".

    Dicen que fue Rodrigo de Triana, por cierto, el marinero que gritó alborozado el primero en el viaje de Colón después de casi dos meses y medio de ardua navegación desde la calavera La Pinta:   "¡Tierra! "¡Tierra a la vista!"


    Sobre la cuestión de la lengua no hay nada que objetar: es una maravilla que podamos entendernos muchos americanos y españoles hablando y escribiendo en esta lengua en la que lo hacemos, cosa que no hubiera sido posible sin el descubrimiento de América. Pero lo que no parece tan bien del "descubrimiento" fue la colonización y la imposición de nuestro modelo. Hubiera sido mejor, la verdad, que el Nuevo Mundo no se hubiera convertido, como se convirtió enseguida, en un espejo de este Viejo Mundo. ¡Ojalá hubiera seguido virgen! No es que creamos aquí en el mito del buen salvaje, pues cada vez creemos menos en menos cosas, pero si en algo creemos poco, mucho menos todavía que en el buen salvaje de Rousseau, es en el mito del buen civilizado y el cuento chino de la civilización.

  

         He aquí la letra de la canción que interpretaba Chicho: Carabelas de Colón, / todavía estáis a tiempo. / Antes que el día os coja, / virad en redondo presto, / presto. / Tirad de escotas y velas, / pegadle al timón un vuelco, / y de cara a la mañana / desandad el derrotero. / Atrás, ¡a contratiempo! / Mirad que ya os lo aviso, / mirad que os lo prevengo: / que vais a dar con un mundo / que se llama el Mundo Nuevo, / nuevo; / que va a hacer redondo el mundo, / como manda Tolomeo, / para que girando siga / desde lo mismo a lo mesmo. / Atrás, ¡a contratiempo! / Por delante de la costa / cuelga un muro de silencio; / si lo rompéis, chocaréis / con terremotos de hierro, / hierro. / Agua irisada de grasas / y rompeolas de huesos, / de fruta, de cabecitas / veréis los árboles llenos. / Atrás, ¡a contratiempo! / ¡A orza, a orza, palomas!, / huid a vela y a remo. / El mundo que vais a hacer, / más os valiera no verlo, / verlo. / Hay montes de cartón-piedra, / ríos calientes de sebo, / arañas de veinte codos, / sierpes que vomitan fuego. / Atrás, ¡a contratiempo! / Llueve azufre y llueve tinta, / sobre selvas de cemento, / chillan colgadas en jaulas / crías de monos sin pelo, / pelo.  

                                            Los indios pata-de-goma, / acorazados de acero, / por caminos de betún / ruedan rápidos y serios. / Atrás, ¡a contratiempo! / Por las calles trepidantes / ruge el león del desierto. / Por bóvedas de luz blanca / revuelan pájaros ciegos, / ciegos. / Hay un plátano gigante / en medio del cementerio / que echa por hojas papeles / marcados de cifra y sello. / Atrás, ¡a contratiempo! / Sobre pirámides rotas / alzan altares de hielo / y adoran a un dios de plomo / con dientes de oro negros, / negros. / Con sacrificios humanos / aplacan al dios del miedo, / corazoncitos azules / sacan vivos de los pechos. / Atrás, ¡a contratiempo! / Trazan a tiros los barrios, / a escuadra parten los pueblos. / Se juntan para estar solos, / se mueven para estar quietos, / quietos. / Al avanzar a la muerte / allí lo llaman progreso. / Por túneles y cañones / sopla enloquecido el Tiempo. / Atrás, ¡a contratiempo! 


                                                                            Por eso, carabelitas, / oíd, si podéis, consejo: / No hagáis historia, que sólo / lo que está escrito está hecho, / hecho. / Con rumbo al sol que os nace, / id el mapa recogiendo, / por el Mar de los Sargazos / tornad a Palos, el puerto. / Atrás, ¡a contratiempo! / Monjitas arrepentidas, / entrad en el astillero. / Os desguacen armadores, / os coman salitre y muergos, / muergos. / Dormid de velas caídas / al son de los salineros / y un día de peregrinas, / id a la sierra subiendo. / Atrás, ¡a contratiempo! / Volved en Sierra de Gata / a crecer pinos y abetos,  / criar hojas y resina / y hacerles burla a los vientos, vientos. / Allí el aire huele a vida, / se siente rodar el cielo, / y en las noches de verano / cantan grillos y jilgueros. /
Atrás, ¡a contratiempo!


        Pero no sólo es el día de la Fiesta Nacional, la Iglesia celebra el día de la Virgen del Pilar, en el que la virgen María se le apareció supuestamente al apóstol Santiago a la orilluca del Ebro a su paso por Zaragoza.

    Y es también el día de las Fuerzas Armadas, "un día de orgullo, de satisfacción, de sentirnos más unidos que nunca, teniendo en cuenta que somos miembros de un gran país como es España", según declaraba hace unos años la actual ministra de la Guerra con motivo de esta efeméride o acontecimiento notable que se recuerda en su aniversario, que en su alocución enviaba un recuerdo cariñoso "a las familias que han perdido a sus familiares este año. Siempre estarán en nuestros corazones. Su acto de servicio no lo olvidaremos nunca". Consideraba significativamente la señora ministra que la muerte es un acto de servicio. Y, más adelante, en su breve y atropellada alocución afirmaba que "es un día muy importante para España y es un día importante para las fuerzas armadas, esas fuerzas armadas generosas, esas fuerzas armadas que están siempre en todos los lugares más difíciles y más complicados en el extranjero y en España; (...) los hombres y mujeres de las fuerzas armadas están siempre presentes con voluntad de servicio y de amor a España".

"Su acto de servicio no lo olvidaremos nunca"
    
     La ministra, delante de la bandera rojigualda española, se encuentra flanqueada por la de la Unión Europea, azul con sus doce estrellas marianas, y la de la NATO/OTAN, aquella organización a la que de entrada le habíamos dicho que no y en la que acabamos entrando de cabeza con todas las consecuencias, de color también azul marino como el Océano Atlántico y con la rosa de los vientos que es la brújula que nos marca el Norte.  Por cierto, antes de que nos expulsen de la NATO/OTAN como ha amenazado el déspota estadounidense que quiere engrandecer a América, no estaría mal por nuestra parte y sería un gesto digno de elogio, marcharnos nosotros por nuestro propio pie voluntariamente.   Ahí queda la sugerencia para la coalición de gobierno progresista.
 
    La ministra de la Guerra, en otras declaraciones, afirmaba que había que "trabajar pensando en la industria de Defensa" porque esa industria creaba "puestos de trabajo".  Y citaba a modo de ejemplo las fragatas F-110, los submarinos S-80, los vehículos 8 por 8 y un largo etcétera que es clave para la modernidad de las Fuerzas Armadas y la modernización de la industria de Defensa "porque crea muchos puestos de trabajo".  Ese mismo argumento podría llevarnos a la peligrosa defensa de la prostitución, ahora que dicen que España es el principal consumidor (sic) de prostitución en Europa y el tercero a nivel mundial, porque, al igual que la industria de Defensa, genera muchos puestos de trabajo en puticlús de alterne y en las esquinas a la luz de las farolas. 

sábado, 11 de octubre de 2025

El canto del cisne

Imaginemos al viejo abogado, ya jubilado, paseando a la hora imprecisa del crepúsculo, más propicia acaso que otras horas del día para la reflexión, por los jardines de su finca de Túsculo, no lejos de Roma. Absorto en sus cavilaciones, meditabundo y grave, conversa animadamente con alguien.


Habla, alejado de las intrigas cotidianas de la actualidad y la vida pública, a la que consagró sus mejores años, de la muerte, preguntándole a su interlocutor y por ende también a sí mismo si la muerte es un bien o, por el contrario, una desgracia. 

Corrían los tiempos, difíciles como lo son todos, de la dictadura de Julio César, malos tiempos para un hombre como Cicerón que había optado, en la hora decisiva de la guerra civil,  conservador y republicano de viejo cuño que era, por el bando del derrotado Pompeyo, y por aquella causa perdida que no agradó a los dioses, que no permitieron que triunfase, pero sí a hombres del temple de Catón, que se suicidó muriendo por la libertad republicana. 

 
 El joven Cicerón, Vincenzo Foppa (1464)
-A mí me parece que la muerte no puede ser mala, sino todo lo contrario: un bien. –Ha sentenciado el viejo abogado que, a punto de cruzar el umbral que separa la vida de la muerte, teme a la Parca que lo espera, y no sólo a la que llamamos muerte natural, sino a un posible asesinato. Su interlocutor no es ningún aprendiz de leguleyo que admira incondicionalmente a su maestro, como buen discípulo que se ha acercado a saludarlo y a conversar con él, como podría parecer a primera vista. No. Hemos de pensar que el discípulo de Marco Tulio Cicerón es el propio Marco Tulio Cicerón,  mucho más joven, que de pronto le replica conversando consigo mismo: 

-No. A mí, por cierto, me parece que la muerte es mala. -Ambos se han detenido un momento ante el murmullo de una fuente. Cicerón, cabizbajo, guarda silencio. El ilustre abogado sonríe porque recuerda una bellísima historia que alguna vez leyó.

Oigamos su voz bien timbrada y sus modulaciones. No en vano es la voz de uno de los mejores abogados que en el mundo han sido:

 -Comoquiera que Trofonio y Agamedes habían edificado el templo consagrado al dios Apolo en Delfos, le pidieron a este con suma reverencia que les concediese como recompensa no una cosa concreta, sino lo que él, en su inmensa sabiduría y providencia, considerase que era lo mejor para el ser humano. No le pidieron riquezas, ni placeres, ni poder, ni ninguna otra cosa mundana, sino que dejaron prudentemente a su consideración el don que el dios se dignara a otorgarles por su obra arquitectónica, un templo que no podía sino despertar la admiración y el elogio de todos los que lo habían visto terminado. Apolo les manifestó a través de un sueño que les otorgaría su premio al cabo de dos días. Cuando cantó el gallo al tercer día, ambos arquitectos fueron hallados muertos. Sus rostros, por cierto, revelaban a las claras que su muerte no había sido un castigo divino por su soberbia, como podrían creer algunos en sus cortas luces, sino el mayor galardón que podrían recibir en esta vida. Apolo les había otorgado lo que consideraba que no sólo era un bien, y no un mal como algunos creen, sino además lo mejor para el hombre. 

Cicerón conversando en su villa de Túsculo, Charles Lebayle  (segunda mitad siglo XIX)

Cicerón guarda silencio. Ha impresionado a su interlocutor vivamente, que, no obstante, reacciona al cabo de unos instantes argumentando que lo que ha contado no deja de ser una leyenda, no la prueba definitiva ni contundente de un razonamiento. 

-¿No has oído hablar del canto del cisne moribundo? –Pregunta el anciano volviendo a la carga retórica. 

-No. –Asevera el joven. 

-He leído en algún sitio que el canto del cisne cuando barrunta su muerte es lo más hermoso que nuestro oído puede escuchar, más aún si cabe que la voz de las sirenas que encantaron a Ulises. Considera que los cisnes están consagrados a Apolo, que es el dios de la profecía, y que por lo tanto poseen el don de presentir las cosas, del que se valen cuando sienten que se avecina su hora, como suele decirse cuando uno se refiere a la de su muerte. Antes de morir, según cuentan, entonan el más bello cántico que oírse pueda, muy superior al del cortejo del cisne enamorado, con lo que nos auguran a los mortales el supremo bien que es la muerte que a todos nos aguarda. 
-Es posible, maestro, que la muerte no sea tan mala como la imaginamos y nos la pintan, y como sugieren esas historias, pero creo que no hay indicios suficientes como para dar el siguiente paso dialéctico y afirmar que sea un bien. Sería preferible en todo caso no afirmar nunca nada positivo, y concluir que la muerte puede no ser un mal sin que eso conlleve que sea necesariamente un bien, manteniendo aquella actitud socrática de no afirmar lo que no se sabe, dado que sólo conocemos a ciencia cierta la magnitud de nuestra ignorancia. 

Muerte de Cicerón

-Tal vez… -Musita Cicerón recordando a Sócrates. Pero ya no oye. Fascinado por el eco de sus propias palabras, se detiene aspirando la fragancia que exhala una flor. Tampoco puede seguir conversando. Se fatiga mucho. El viejo abogado no le teme a la muerte, y ha defendido su última causa pronunciando un discurso con el que su voz asciende a la categoría lírica del canto maravilloso del último cisne. 

-La muerte propia, de hecho, de la que no tenemos ninguna experiencia previa, es cualquier cosa que no nos figuremos ni imaginemos. Se dice finalmente a sí mismo parafraseando la sentencia del viejo Heraclito de Éfeso.