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sábado, 18 de octubre de 2025

Pareceres LXXXVII

426.- Orgulloso de ser vasco. No es mi caso, pero creo que si yo fuera vascongado, que no lo soy, no me sentiría orgulloso de serlo, como decía en francés ("fier d´être basque") la publicidad de un queso de oveja de cuyo nombre no quiero acordarme, sino todo lo contrario: me daría muchísima vergüenza enorgullecerme de serlo. No por nada. No por el caso concreto que nos ocupa, sino porque yo no me enorgullezco de haber nacido donde he nacido: ha sido una casualidad de la vida como otra cualquiera, ajena a mi voluntad, algo que le puede pasar a cualquiera como el mismo hecho de haber nacido: yo no elegí nacer o no, tampoco elegí el lugar de mi nacimiento, ni la familia ni la vida siquiera. ¿Quién se enorgullece de ser lo que es? ¿Los que son lo que son? Y ¿qué han hecho para sentirse orgullosos de ser lo que son aparte de serlo? ¿Quién es más vasco, el queso o los tres chicarrones del norte de España o del sur de Francia, esos tres Patxis tan tópicos que resultan atípicos, atuendados con boina negra de ancho vuelo con pitorro típicamente vasco, o sea, con chapela, en un marco incomparable de un paisaje idílico –verde y montañoso en unos tonos pastel y propios de una suave acuarela- con un bucólico caserío al fondo?¿Qué han hecho para sentirse orgullosos de su vascongadez? Según mi humilde modo de entender las cosas, uno puede enorgullecerse acaso de lo que haga y sea obra y responsabilidad suya, pero no de lo que es.

427.- El regreso del hijo pródigo. Hay una versión moderna de la parábola, del hijo pródigo, basada en la narración del evangelista Lucas (capítulo XV, versículos 11-32), que le debemos al escritor francés y premio Nobel de literatura, galardón en su caso bien merecido, André Gide (1869-1951), que se titula “Le retour de l'enfant prodigue” (1948), que presenta una significativa variante sobre el relato evangélico. La parábola de Lucas pone en escena a tres personajes: el padre, el hijo mayor, que permanece junto a su padre sin abandonarlo, y el hijo mozo que le pide a su padre la parte de la herencia y se marcha de casa al descubrimiento del mundo, dilapidando su hacienda con rameras. El padre, cuando regresa arrepentido, le recibe con los brazos abiertos y le da mil besos porque, como la oveja descarriada, ha vuelto al redil. El hijo pródigo de Gide regresa, como el otro, fatigado a la casa paterna, pero por la noche, al acostarse a dormir en el lecho mullido, se abre suavemente la puerta y entra un hermano más pequeño: “Quiero irme, la casa de nuestro padre es ya demasiado estrecha para mí”, le confiesa. Y el hermano, que esa noche había regresado fatigado, se alegra de oírlo, lo abraza y empieza a darle consejos, a decirle lo que debe hacer, dónde ir; y lo incita a mostrarse más valiente que él, más orgulloso, a no aceptar el regreso al establo paterno: así llamaba a la casa de su padre. Lo acompaña hasta la puerta y le da ánimos para que él, al menos, no tenga que volver: “¡Vamos! Bésame, hermano mío: llevas contigo todas mis esperanzas. Sé fuerte. Olvídanos, olvídame. ¡Si pudieras no regresar!” Tal vez, cavilaba en su fuero interno, mi hermano sea más fuerte que yo y no regrese.

El regreso del hijo pródigo, James Tissot (1850)

428.- Su triunfo. Aunque la noticia podría calificarse de positiva por el título mesiánico de "SU TRIUNFO" y por los siguientes titulares, donde se sugiere que ha sido el artífice de la paz en el cercano Oriente porque es el líder que Israel necesitaba y la salvación de Gaza, lo que podría ayudar al personaje a satisfacer su ego codicioso  del Premio Nobel de la Paz, algo que no ha sucedido al menos este año, empeñado ahora en lograr la paz en Ucrania, la fotografía destroza la imagen del personaje: por el pelo ralo, desteñido y no anaranjado, la fofa papada, la pose seria, dictatorial, debida a que es un plano contrapicado, tomado por el fotógrafo en posición más baja del retratado a fin de resaltar su superioridad con respecto a quien contempla la fotografía, que es el peor ángulo para un retrato porque revela las arrugas de la persona. Hay además una corona que flota sobre la cabeza del preboste norteamericano, que es la M del logo de la revista británica TIME. Pero quizás lo que más le ha dolido al vanidoso personaje narcisista es que esta foto en particular, que es la peor posible, adorne una portada que ostensiblemente lo elogia. La forma en que la foto socava ligeramente el título de la portada es parte de lo que la hace interesante y una elección visual poderosa. El sesgo de confirmación hace que la imagen corrobore sus sentimientos, da igual lo que haya hecho. Otro preboste yanqui, por ejemplo, hizo menos que él por merecerlo, y le otorgaron el premio Nobel de la Paz, porque caía bien, hiciera lo que hiciera, representaba la esperanza del cambio, y la redención que nunca se produjo. En la portada de la revista aparece la palabra triunfal: Triumph, que contiene las cinco letras de su apellido: Triumph. Aunque ha triunfado, la foto le está llamando calvo y gordo. Y lo más importante y en lo que nadie repara; se le está llamando "fascista" al pretender vincularle físicamente por el gesto con Benito Mussolini. Ya que tiene cierta semejanza con el típico gesto mussoliniano.


429.- Guerra híbrida. Desconcertado me tienen las declaraciones que la presidenta de la Comisión Europea, cuyo nombre propio voy a omitir deliberadamente. Ha dicho que Europa está en "guerra híbrida" con Rusia y afirma que hay que "responder" a los ataques del presidente del gobierno de ese país. "Ha llegado el momento de llamarlo por su nombre: esto es guerra híbrida". Lo ha dicho sin ambages, dejando claro que ya no se trata sólo de una amenaza sino de una realidad y que la situación está escalando. Y yo me pregunto de qué puede ser híbrida una guerra. Tengo presente que híbrido -hybrida o hibrida en latín con ortografía dudosa, era un animal salido de un cruce de una hembra doméstica con un macho salvaje, por ejemplo de una cerda y un jabalí, y por extensión el término se generalizó al hijo de padres de diversos países o de diversa condición y enseguida adoptó la connotación de monstruoso e irregular. La guerra que nos anuncia die Vorsitzende es una guerra mixta y también bastarda por lo tanto. ¿A qué se refiere? A una guerra híbrida de guerra y paz: ciberataques, cables submarinos cortados, campañas de desinformación masiva, ataques de drones, elecciones democráticas fraudulentas y crecientes amenazas rusas que pretenden socavar la unión de Europa y su decidido apoyo a la santa Ucrania. Ha dicho die Vorsitzende que tenemos que salir de nuestra zona de confort. En resumen, esta Caperucita azul nos dice que viene el lobo. Lo mismo nos dijo en otra de sus alocuciones premonitorias:  “Estamos al borde, o incluso al comienzo, de otra crisis sanitaria mundial. Por eso hoy puedo anunciar que la UE encabezará una nueva Iniciativa Mundial de Resiliencia Sanitaria”. ¿Otra crisis sanitaria que se suma a la bélica para engendrar una doble crisis híbrida? ¡Menos lobos, Kleines Blaukäppchen!


430.- Razones para descreer. -Lo que nos enseña cualquier teoría conspiranoica es que, en el fondo, todas las teorías, conspiranoicas o no, no son más que eso, teorías carentes de razón. El común de los mortales fundamentamos nuestras creencias en confianzas no verificadas. Y lo que creemos que es un consenso científico, no hay tal. Lo más interesante de cualquier teoría conspiranoica no es lo que afirma, sino que tiene razón en que no vemos lo que tenemos delante. Ella no escapa a la paradoja de que la alternativa que propone para abrirnos los ojos chocará contra aquello que le otorga, en principio, su credibilidad. El hecho de creer en las vacunas o no hacerlo, en que el paracetamol produzca autismo,  en que la Luna es un holograma y la Tierra no sea redonda, como nos han inculcado, sino plana, se me ocurre, se resume en quién confías, en el fondo, cuando lo único que queda es confiar. Por supuesto, siempre hay voces más dignas de confianza que otras, pero lo cierto es que la sociedad moderna ya no evalúa los hechos científicos de manera racional ni los datos por su veracidad, sino por cómo encajan en sus valores pervios y creencias preestablecidos. La evidencia no solo informa, sino que también amenaza o refuerza identidades de grupo. Me pregunto a quién puede interesar exactamente que eso ocurra. Y si a promoverlo podemos llamarlo conspirar. Una teoría conspirativa, según la inevitable Güiquipedia, es una explicación de un suceso o situación que afirma la existencia de una conspiración por parte de grupos poderosos y siniestros, llamados a veces satánicos,​ a menudo de motivación política, cuando otras explicaciones son más probables y tranquilizadoras pero no menos verdaderas.​​​

  

sábado, 17 de septiembre de 2022

Apuntes a vuela pluma

El precio del dinero. A veces hablan los economistas del precio del dinero. Yo no sé qué precio sea ese, no puedo cuantificar ni concebir siquiera esa cifra. Sólo sé lo caro que es el dinero, lo mucho que me ha costado ganarlo a lo largo de mi vida laboral, lo mucho que hay que sacrificarse por tener algo de calderilla en el bolsillo. Nosotros lo hemos convertido en el único dios verdadero, y le rezamos nuestro Credo particular, habiendo contraído una gran deuda con él hipotecándonos. Por eso no se puede decir alegremente que Dios no exista, existe y mucho. Es Mammón, el becerro de oro. 


Nuestro sistema de Justicia. Según Lewis Carroll, la Reina explicó a Alicia cómo funciona la justicia en el País de las Maravillas, es decir, en este prosaico mundo nuestro: -Ahí tienes al mensajero del Rey. Está encerrado ahora en la cárcel, cumpliendo su condena; y el juicio no empieza hasta el próximo miércoles: y por supuesto, el crimen se comete al final de todo (‘there's the King's Messenger. He's in prison now, being punished: and the trial doesn't even begin till next Wednesday: and of course the crime comes last of all). (La cita está tomada de Alicia a través del espejo). La Reina viene a decirle a Alicia que el crimen no ha sido cometido todavía, pero el reo está sentenciado antes de ser juzgado y no sólo eso, antes incluso de haber cometido el delito que está condenado a perpetrar, aunque no pueda ejecutarlo.


Cotilleos: Cotillear es según la docta Academia: “Hablar de manera indiscreta o maliciosa sobre una persona o sus asuntos”. Así que cotilleando, que es gerundio. Al parecer, el origen de este palabro es antroponímico, basado en la historia de María de la Trinidad, alias la tía Cotilla, un personaje del siglo XIX, de la época de Fernando VII, el Rey Felón, que fue llevada al cadalso en 1838 por haber asesinado a un grupo de liberales. Aficionada como era a difundir chismes y supercherías a favor del Régimen, la prensa y literatura popular de la época la convirtió en un personaje célebre caracterizado por su indiscreción y charlatanería... El interés morboso por la vida privada de famosos revela la falta de interés de nuestra propia vida. Nos interesa de los famosos más que las obras por las que han alcanzado la fama sus biografías, el espectáculo indecente de su vida privada: el strip-tease de sus intimidades a través de la televisión y, principalmente, de las redes sociales. No interesa lo que escribe un escritor sino su biografía, lo que se ha escrito sobre su vida privada. De hecho, interesa más la vida privada de Lorca, pongamos por caso, que su poesía. 



¿Teoría de la conspiración o conspiración de la teoría? Por un momento dejamos de hablar de las crisis visibles y bien visibles y todo el mundo nos pusimos a hablar sin saber de un virus invisible, que se transmitía por contacto humano por lo que los besos llegaron a desaconsejarse, a no ser que se dieran con mascarilla,  tapabocas o barbijo como se dice al otro lado del Océano. ¿Pero qué gusto puede haber en un beso así? Prohíben que la gente salga de casa. Desaconsejan hasta que los niños compartan juguetes, que la gente se dé la mano, que se abrace, que haya contacto social… El virus, al ser invisible, es un terror indeterminado, pavoroso. La invisibilidad es lo que otorga más poder a la amenaza, porque una amenaza visible puede ser racionalizada, pero una invisible no puede, es irracional, y se propaga igual que la bubónica peste por el aire. 


Democracia representativa. El concepto moderno de "democracia", que es el régimen de gobierno que padecemos actualmente en la mayoría de los países del mundo, apareció por primera vez en la obra de Jeremy Bentham, publicada en 1776 en la lengua del Imperio: A fragment on Government. Hasta entonces no se concebía otra forma de democracia que no fuera la que habían creado los griegos, puesta en práctica en Atenas y en otras ciudades de su órbita de influencia, la democracia directa, en la que los ciudadanos tomaban sus propias decisiones sin necesidad de elegir representantes que las tomaran en su nombre. A partir del siglo XVIII, el término 'democracia' incluye dentro de su definición conceptual la característica esencial añadida y traicionera, por más que nunca lo fuera en sus orígenes, de “representativa”.
 
 
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