
Una bruja vieja lleva en una escoba consigo a otra más joven a la que está enseñando a volar.

Una bruja vieja lleva en una escoba consigo a otra más joven a la que está enseñando a volar.
Un eslogan recurrente de la campaña del recién reelegido presidente de la república francesa ha sido (para echarse a temblar): “Los niños serán mi prioridad”.
Atrincherados y acomodados en el patio de butacas de la caverna platónica frente a la gran pantalla donde se proyecta la película de ficción que es la realidad.

Para nosotros la palabra virtud conlleva sin querer connotación negativa mojigata y puritana, pero para los griegos la areté era la búsqueda de la excelencia.
El actor Bartosz Bielenia mostró su solidaridad con el pueblo bielorruso ante el hemiciclo del parlamento europeo aullando, con el aplauso de los eurodiputados.
El monoteísmo, pese a la proclamación de la muerte de Dios que hiciera Nietzsche, no ha muerto, resucita en nuestros días en el culto al yo y la personalidad.
¿Una idea feliz? No vale la pena concebir ninguna, lo mejor que se puede hacer con las ideas es abortarlas y desembarazarse de una vez por todas de su lastre.
Una vieja y entrañable canción susurra Who knows where the time goes, quién sabe a dónde va el tiempo, y la pregunta queda flotando en el aire sin respuesta.
Se llamó “real” en España a una moneda acuñada por orden del rey, confundiéndose así realeza con realidad: dinero, que da realidad a las cosas que idealiza.
Ucrania gana el festival de Eurovisión; ya sólo queda entrar en la Unión Europea y la Organización del Tratado del Atlántico Norte en su carrera al estrellato.
Balenciaga, la firma española de alta costura, saca, dentro de la tendencia de moda de 'disfrazarse de pobre sin serlo', su nueva línea de calzado deportivo.
Se oye a veces decir a los psicólogos, esos psicagogos o modernos embaucadores de almas, que hay líderes negativos y positivos. Al calificar a unos de buenos y a otros de malos estamos dando por sentado que los líderes son intrínsecamente neutros, o sea que no son de por sí ni buenos ni malos, sino todo lo contrario, y es mentira, porque eso es mucho suponer y dar por supuesto.
Es curioso cómo palabras en principio vacías se impregnan de connotaciones positivas o negativas según el caso. Por ejemplo, si cotejamos dos clases de líderes distintos "pedagogos" con "demagogos", vemos que la primera palabra significa etimológicamente en griego conductores (-agogos) de niños -pedagogo era el nombre del esclavo griego generalmente que llevaba al patricio romano al colegio, es decir, al matadero de almas- y la segunda, conductores del pueblo, pero cualquier hablante del español sabe que la connotación del pedagogo es positiva (a pesar de que el más célebre sea el culpable de la matanza de los inocentes, Herodes, según sugirió Mairena) y el matiz que tiene el demagogo es claramente peyorativo: el político que, elegido por el pueblo en régimen democrático representativo, engaña fraudulentamente al pueblo no representando su voluntad soberana, lo manipula y lo lleva por el mal camino de la sumisión, del palo y tentetieso, es decir, como hacen todos los políticos profesionales.
La
palabra líder, como se sabe, es un anglicismo, proviene del inglés
leader “conductor”, y este término procede, a su vez, del
verbo to lead “conducir”. En alemán se dice Führer, que
es el calco semántico de “leader”, y ya sabemos todos, por el
ejemplo histórico que conocemos, que no puede haber un Führer, o
sea un líder, bueno. Los líderes son, por definición, negativos,
esencialmente perversos porque no saben a dónde nos conducen, porque
no saben a dónde van, y sin embargo ellos creen saberlo a pie
juntillas y estar en posesión de la verdad. En el colmo de los
colmos, llegan a decirnos que el mal que nos infligen es por nuestro
propio bien.

Cabe resaltar que es la máscara y la sonrisa boba las que tanto juego le proporcionan al espectáculo, ante el que nos postramos embobados.
¿Qué es mayoría?
-Todo, hijo mío.
(El Roto)
oOo
(Primo de Banksy)
oOo
Adoctrinar es inculcar a alguien determinadas ideas, opiniones o creencias que, mentirosas como son, contribuyen al sostenimiento del sistema por su propia falsedad. No es menester enseñar todo el paño, ya que de un solo botón como muestra se deduce lo demás.
Ha
llegado a mi conocimiento una unidad didáctica, como llaman ahora a
las viejas lecciones de los libros de texto, preparada para el curso que viene según el
currículo de la nueva ley de educación, la LOMLOE, que se impartirá
en los cursos impares a partir de septiembre (quedando para el año
siguiente la implantación en los cursos pares). ¡Qué negocio redondo el cambio constante de los currículos académicos, los viejos temarios de los libros de texto, para las editoriales!
La susodicha lección corresponde al progrma de Diversificación Curricular del ámbito Científico y Tecnológico I de 3º de ESO, de la editorial Bruño.
Se les propone a los alumnos, lo primero de todo, que vean un video didáctico y respondan a continuación a unas preguntas sobre su contenido, como, por ejemplo, qué significa virus en latín, y por qué los dichosos virus no son seres vivos, cuestión interesantísima esta última sobre la que no se profundiza. ¿Son seres vivos o no lo son los virus? Se afirma que no lo son y santas pascuas. Pero si no son seres vivos, ¿qué son? ¿seres muertos? Este ejercicio fomenta que los alumnos deban prestar atención a los medios audiovisuales como si fueran fuentes oraculares, convirtiéndolos en espectadores pasivos atentos a pantallas. A continuación se les propone, que investiguen los distintos víruses que causan el SIDA, la gripe, etc., para lo que deberán acceder a los contenidos de la Red Informática Universal.
Y
finalmente, después del vídeo y de la investigación, se organiza
un debate con toda la clase, y esto es lo más interesante: Copio literalmente del libro de texto: “Hay
personas que han optado por no vacunarse contra la COVID-19, poniendo
en riesgo su salud y la de aquellos que les rodean. ¿Debería ser
obligatoria la vacunación o debe ser responsabilidad de cada uno y,
por lo tanto, voluntaria?” La pregunta, maliciosa y capciosa donde las
haya, da a entender que los sueros experimentales contra la
COVID-19, que se ha visto que fallan más que una escopeta trucada de
feria, son seguros y eficaces, y que no hacer uso de ellos es una gravísima irresponsabilidad que pone
en riesgo la salud de uno y la de los demás, cuando parece que la
cosa es justamente al revés: es cuando te ponen la inyección cuando ponen en riesgo tu
salud (y quizá la de los que te rodean) porque la vacuna no te
protege del contagio, luego vas a enfermar y vas a contagiar. Sin embargo la pregunta tiene un sesgo tendente a favor de la vacunación obligatoria, que en España, y hoy por hoy, no lo es.
Sería
preferible, para organizar un debate más enriquecedor y más honesto, modificar el
enunciado de la propuesta en este sentido: “Hay personas que han
optado por vacunarse contra la COVID-19, poniendo en riesgo su salud
y la de aquellos que les rodean. ¿A qué crees que se ha debido? ¿Han jugado las autoridades sanitarias y los gobiernos algún papel en esto? ¿Y los médicos? ¿A qué crees que se ha debido el miedo exagerado y fomentado por los medios de comunicación?
Esta pequeña muestra sirve para ver el modelo de formación con el que las autoridades educativas, al servicio de las sanitarias que, a su vez, obedecen a los dictados de la Gran Farmacia y de la Organización Mundial de la Salud, que so pretexto de organizar la salud propaga las enfermedades creando los monstruos que pretende destruir, quieren adoctrinar en escuelas e institutos.
Así están algunos libros de texto, propagando la doctrina de la Santa Madre Iglesia de la Ciencia de la Vacunología. No se propone un tema de debate libre, sino que se realiza una exposición simplista y maniquea del tema para que sea mucho más difícil (quizá imposible) razonar y decir algo que no sea lo que está mandado que se diga y que se piense.
La
educación en España, tanto la pública como la concertada y la privada, está lastrada por los intereses de los
políticos, ávidos de manipular el filón de la educación, convertida en la panacea del adoctrinamiento ahora que ya no se enseña ni se aprende nada en las instituciones académicas. ¿Eso es lo que enseñan en la escuela, en el instituto y en la universidad?
La sudadera de Zelenski
El presidente ucraniano recauda fondos benéficos para la Guerra vendiendo por noventa mil libras su icónica sudadera marrón acreditada con su firma fehaciente.
La última moda de disfrazarse de pobre la diseñan marcas de lujo, que no se plantean las verdaderas razones por las que alguien puede llevar dicha vestimenta.
Una sudadera marrón con capucha, unos pantalones vaqueros y la barba de varios días convierten a cualquiera en un combatiente, resistente y heroico presidente.
La última tendencia de los influencers es lo que llaman “poverty cosplay”, o sea disfrazarse de pobre para parecer más auténticos, ellos que ganan pastizales.
La creciente popularidad de “uno de los líderes más increíbles de los tiempos modernos” hace que su estilo de vestir cree tendencia dentro del mundo de la moda.
(Publicidad) Hoy todo el mundo admira a un hombre que lleva una simple sudadera polar con capucha. Ponte tú una sudadera marrón, y, como él, siéntete admirado.
Las casas ataúd de Joncón

De la serie "Atrapados", Benny Lam
Doscientas mil personas viven en «casas ataúd» o cubículos de escasos metros cuadrados en Joncón, cuyo mercado inmobiliario es uno de los más caros del planeta.
Miles de jonconeses malviven en habitáculos diminutos que son a la vez cocina, retrete y dormitorio donde apenas pueden desenvolverse con la más mínima soltura.
El fotógrafo Benny Lam denuncia en su conmovedora colección fotográfica «Atrapados» las misérrimas condiciones de habitabilidad de las casas ataúdes jonconesas.
El jueves 5 de mayo, la Organización Mundial de la Salud emitió un comunicado de prensa en el que afirmaba que casi quince millones de personas habían muerto en el mundo entre los años 2020 y 2021 a causa de la pandemia que ella misma declaró, queriendo justificar así a posteriori la gravedad de la misma, y consolidar a priori su autoridad, es decir, su poder, sobre los gobiernos en materia de salud en futuras pandemias. No hace falta decir aquí que esa cifra es falsa.
El número que proporciona la OMS supera con creces los informes oficiales de los gobiernos, que han estimado el total de muertes durante esos dos años en casi seis millones (y suma y sigue, porque aunque ya no se hable tanto de la pandemia y la hayan dado por concluida, la gente se sigue muriendo con la exitosísima etiqueta de covid-19). Algunos periódicos subvencionados por el Estado y por el capital privado, como Le Monde, reciben sin empacho esta cifra con devota fe que es credulidad: "Estas cifras, muy esperadas, permiten dar una idea más realista de los efectos devastadores (incluidos los indirectos) de la peor pandemia en un siglo, que sigue cobrándose miles de vidas cada semana."
Lo
curioso de los casi quince millones de muertos que se saca de la manga la organización terrorista al servicio de la Gran Farmacia para justificar las
medidas que impuso al universo mundo es que se atribuyen tanto a
la enfermedad en sí causada por el virus coronado cosecha del 19, la covid-19, como a la
incidencia indirecta del impacto de dicho mal en los sistemas de
salud y sociedad, lo que no deja de ser una hiperbólica exageración que puede
justificar cualquier muerte como por ejemplo la de muchísima gente
que no fue tratada de otras patologías por negligencia médica
impuesta por las autoridades sanitarias respectivas, o la de aquellos que se suicidaron ante un panorama tan desolador como aquel que nos pintaban.
Da a entender la OMS que todo se debe a la monarquía del virus
coronado y a sus efectos secundarios o indirectos. El comunicado de prensa indica que
el número de muertes fue mayor en hombres que en mujeres, y mayor en
ancianos que en jóvenes, y que la mayoría de esas muertes se
concentraron en el sudeste asiático, en Europa y en América, zonas
del mundo que son ¿paradójicamente? las más inoculadas. ¿No sería
lógico, cabe pensar, que estas regiones del mundo fueran las que
tuvieran menor cantidad de muertes si era verdad lo de que aquellos sueros que les metieron salvaban vidas?
Según recientes declaraciones de la señora Ursula von der Leyen, otra que tal canta, todavía estamos lejos de haber superado la pandemia que decretó la OMS. Una mayoría de los europarlamentarios, 432 de los 705 que componen el parlamento y representan a los veintisiete países miembros de la Unión Europea han votado extender el certificado covid-19 o pasaporte 'sanitario' hasta el mes de junio... del año que viene.
La OMS no sólo miente, por lo tanto, para justificar el alarmismo que desató en todos los gobiernos declarando la pandemia universal, sino también para justificar el alarmante futuro que uno de sus mayores patrocinadores, el señor Bill Gates, ese gran filántropo que quiere tanto a la humanidad que la hace sufrir con un odio tan acendrado como su amor, pronostica y desata con su libelo: ¿Cómo prevenir la pandemia que viene?
El Ministerio de la Guerra, que es como se llamaba el hoy sedicente Ministerio de Defensa antaño, cuando al pan se le decía pan y al vino vino, ha llenado de golpe y sopetón el calendario nacional y las plazas de juras de bandera para civiles hasta junio para conmemorar el Día de las Fuerzas Armadas 2022. A comienzos de año sólo tenía prevista una de estas ceremonias de exaltación del militarismo y el nacionalismo que confluyen en el culto a un trapo ensangrentado de tantas vidas como se ha llevado por delante, pero ahora se prodigan por toda la curtida península, islas y ciudades autónomas de Ceuta y de Melilla.
Una vez finiquitada la pandemia, han vuelto las Juras de (Fidelidad a la) Bandera de personal civil, uno de los eventos más solemnes que existen según el citado ministerio del Gobierno de las Españas, que quiere recordarnos así que no es un acto exclusivamente militar, sino que cualquier ciudadano o ciudadana españoles y mayores de edad que lo desee puede en él participar.

¿Qué conlleva el juramento que se toma? Según el Ministerio de la Guerra, la Jura civil es la expresión cívica, pública e individual de lealtad hacia España y hacia los españoles. Se trata de un compromiso de defender los intereses colectivos en que el ciudadano decide por voluntad propia mostrar ante todos que está resuelto a contribuir a alimentar el fetiche del Bien Común.
La tarde del pasado sábado, en la Plaza Porticada de Santander, se caldeó el ambiente ofreciendo un concierto de música militar -marchas militares para amenizar desfiles militares- a fin de que santanderinos y visitantes disfrutaran, según la prensa local de campanario, “de este ambiente regio y solemne previo a la Jura” que se realizaría a mediodía del domingo 8 de mayo.

En el acto solemne celebrado en la misma plaza declararon su lealtad a la bandera 400 'jurandos', como les denomina el Ministerio, entre los que se encontraba la alcaldesa, varios concejales de la corporación y varios ciudadanos. Una vez tomado el juramento o promesa pública, los 'jurandos' desfilaron ante la Enseña Nacional. Las normas sanitarias desaconsejaban besar la Bandera, pese a que en la mili nos inculcaron que había que besarla (besadla como si estuvierais morreando a vuestra novia, coño, nos decía el sargento chusquero a los quintos de 1985). Bastaba ahora con una leve inclinación respetuosa de cabeza y contact-less al hallarse ante el pendón de la nación. La leve reverencia de los cuatrocientos 'jurandos' no restó emoción al acto, según la prensa local, en el que hombres y mujeres, jóvenes y viejos, expresaron de manera pública y voluntaria, su compromiso con la defensa de España y los valores constitucionales -hablamos de la constitución ontológica de la idea del ser nacional- que unen a todos los españolitos.