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viernes, 13 de mayo de 2022

Del adoctrinamiento escolar

    Adoctrinar es inculcar a alguien determinadas ideas, opiniones o creencias que, mentirosas como son, contribuyen al sostenimiento del sistema por su propia falsedad. No es menester enseñar todo el paño, ya que de un solo botón como muestra se deduce lo demás.

    Ha llegado a mi conocimiento una unidad didáctica, como llaman ahora a las viejas lecciones de los libros de texto, preparada para el curso que viene según el currículo de la nueva ley de educación, la LOMLOE, que se impartirá en los cursos impares a partir de septiembre (quedando para el año siguiente la implantación en los cursos pares). ¡Qué negocio redondo el cambio constante de los currículos académicos, los viejos temarios de los libros de texto, para las editoriales!

    La susodicha lección corresponde al progrma de Diversificación Curricular del ámbito Científico y Tecnológico I de 3º de ESO, de la editorial Bruño. 

       Se les propone a los alumnos, lo primero de todo, que vean un video didáctico y respondan a continuación a unas preguntas sobre su contenido, como, por ejemplo, qué significa virus en latín, y por qué los dichosos virus no son seres vivos, cuestión interesantísima esta última sobre la que no se profundiza. ¿Son seres vivos o no lo son los virus? Se afirma que no lo son y santas pascuas. Pero si no son seres vivos, ¿qué son? ¿seres muertos? Este ejercicio fomenta que los alumnos deban prestar atención a los medios audiovisuales como si fueran fuentes oraculares, convirtiéndolos en espectadores pasivos atentos a pantallas. A continuación se les propone, que investiguen los distintos víruses que causan el SIDA, la gripe, etc., para lo que deberán acceder a los contenidos de la Red Informática Universal.

    Y finalmente, después del vídeo y de la investigación, se organiza un debate con toda la clase, y esto es lo más interesante: Copio literalmente del libro de texto: “Hay personas que han optado por no vacunarse contra la COVID-19, poniendo en riesgo su salud y la de aquellos que les rodean. ¿Debería ser obligatoria la vacunación o debe ser responsabilidad de cada uno y, por lo tanto, voluntaria?” La pregunta, maliciosa y capciosa donde las haya, da a entender que los sueros experimentales contra la COVID-19, que se ha visto que fallan más que una escopeta trucada de feria, son seguros y eficaces, y que no hacer uso de ellos es una gravísima irresponsabilidad que pone en riesgo la salud de uno y la de los demás, cuando parece que la cosa es justamente al revés: es cuando te ponen la inyección cuando ponen en riesgo tu salud (y quizá la de los que te rodean) porque la vacuna no te protege del contagio, luego vas a enfermar y vas a contagiar. Sin embargo la pregunta tiene un sesgo tendente a favor de la vacunación obligatoria, que en España, y hoy por hoy, no lo es.


     Sería preferible, para organizar un debate más enriquecedor y más honesto, modificar el enunciado de la propuesta en este sentido: “Hay personas que han optado por vacunarse contra la COVID-19, poniendo en riesgo su salud y la de aquellos que les rodean. ¿A qué crees que se ha debido? ¿Han jugado las autoridades sanitarias y los gobiernos algún papel en esto? ¿Y los médicos? ¿A qué crees que se ha debido el miedo exagerado y fomentado por los medios de comunicación?

    Esta pequeña muestra sirve para ver el modelo de formación con el que las autoridades educativas, al servicio de las sanitarias que, a su vez, obedecen a los dictados de la Gran Farmacia y de la Organización Mundial de la Salud, que so pretexto de organizar la salud propaga las enfermedades creando los monstruos que pretende destruir, quieren adoctrinar en escuelas e institutos. 

    Así están algunos libros de texto, propagando la doctrina de la Santa Madre Iglesia de la Ciencia de la Vacunología. No se propone un tema de debate libre, sino que se realiza una exposición simplista y maniquea del tema para que sea mucho más difícil (quizá imposible) razonar y decir algo que no sea lo que está mandado que se diga y que se piense.

      El texto es éticamente peligroso porque puede promover el acoso escolar al señalar, como personas que ponen en riesgo a otros, a aquellas que han decidido no inocularse.

    La educación en España, tanto la pública como la concertada y la privada, está lastrada por los intereses de los políticos, ávidos de manipular el filón de la educación, convertida en la panacea del adoctrinamiento ahora que ya no se enseña ni se aprende nada en las instituciones académicas. ¿Eso es lo que enseñan en la escuela, en el instituto y en la universidad?

jueves, 9 de septiembre de 2021

La vuelta al cole de la niña adoctrinada

        A la pregunta de qué opinaba de tener que volver al cole con la mascarilla puesta, la niña de la foto declaraba hace un año por estas mismas fechas (pero sus palabras siguen estando de rabiosa actualidad) : Es un poquito peor porque no puedes respirar del todo, pero no pasa nada, es mejor eso que morirte. El brazo de un adulto, quizá de su padre, apoyado en su hombro, parece darle cuerda a la niña adoctrinada por todos los medios para que recite como un papagayo la lección bien aprendida y salga por la tele y por las redes sociales, y sea protagonista por un día del evento de la vuelta al cole. Hay, evidentemente, detrás de esas declaraciones una enorme tarea pedagógica del Ministerio de Sanidad. 


             Es mejor “eso” que morirte, dice la niña. ¿Quién le ha dicho a esta niña que “eso” (respirar un poquito peor, con el encantador diminutivo infantil 'poquito' que minimiza la cosa y le quita hierro al asunto) es mejor que morirse? ¿Quién le ha dicho a esta niña que va a morirse, haciéndola entrar de ese modo de una forma brutal en la sociedad adulta? ¿Iba acaso a morirse ella por no llevar un ridículo pañal en los morros con el que se respira, como ella misma reconoce, un poquito peor? ¿Acaso se respira mejor cuando uno está muerto? El adoctrinamiento educativo que ha padecido esta niña (y toda la sociedad española) por todos los medios es brutal.

            Padres y maestros pueden sentirse orgullosos de haber logrado que sus vástagos sean más responsables que muchos adultos, como revela esta niña adoctrinada, que para muchos es la expresión lúcida del sentido común. Pero nada más lejos de la razón que un sentido que se pretende común a fuerza de inculcárselo desde arriba a las masas de individuos, porque lo que expresa la encantadora niña por su boquita amordazada es una opinión personal que sólo conecta bien con las inquietudes de alguien previamente anestesiado, hipnotizado e idiotizado, como la  mayoría democrática del país, con la creencia de que si contrae el virus va a morirse ipsofacto. Quizá los padres de esta niña tengan miedo de que pueda pasarle algo, como suele decirse, pero no deberían en todo caso habérselo trasmitido a esta tierna criaturita.


           Que morirse, además, es lo peor que puede pasarle a uno es, en efecto, otra creencia muy extendida pese a que quienes lo afirman no tienen ninguna experiencia previa de su propia muerte para corroborarlo. Mucha gente se pregunta a veces: ¿Puede haber algo peor que la muerte? Y se responde: Seguramente que no. Pero hay algo peor que la muerte, que no sabemos lo que es, señores míos: una vida mala, una mala vida como esta que nos hacen llevar a cuestas, que eso sí que lo sabemos.

        Que veamos en declaraciones como la de esta niña adoctrinada un modelo de ciudadanía responsable dice mucho del grado de infantilización que hemos alcanzado, carentes de sentido crítico, dispuestos a acatar cualquier medida restrictiva y a comulgar con cualquier piedra de molino que se nos ofrezca como si fuera una salvífica hostia consagrada.

lunes, 1 de febrero de 2021

Del adoctrinamiento universitario

Unas declaraciones de la atolondrada, voy a decir, Ministra de Igualdad del Gobierno de España, doña Irene Montero, que ha defendido a capa y espada el derecho de toda mujer a llegar "sola y borracha" a su casa (mejor hubiera dicho "sola y a altas horas de la madrugada", porque lo de llegar a casa beodo uno o beoda una -igual da, que eso es la igualdad, nombre del ministerio que ella regenta- tiene su mérito sin ayuda de nadie y es un poco difícil, sobre todo cuando se roza el coma etílico-, sus declaraciones, decía, oídas de pasada en alguna cadena de televisión pública o privada, no recuerdo bien, pero igual da que da lo mismo, me han hecho recapacitar un poco sobre la función de la maltrecha Universidad en estos tiempos que nos corren.

Me explico. Le preguntaban los periodistas su opinión sobre el escrache que había sufrido recientemente el Vicepresidente don Pablo Iglesias, su pareja y padre de sus hijos, a cargo de unos estudiantes izquierdistas en un acto universitario al grito de "¡Fuera vendeobreros de la Universidad!", y ella defendiendo la libertad de expresión de los estudiantes, lo que la honra y me parece muy loable por su parte, alegaba que la Universidad era, lo oí de pasada, pero se me quedó grabado, un "centro de creación de ideas" (sic). Me quedé estupefacto con esta formulación que se le escapó a la ministra, que la soltó allá te va, a topa tolondro, es decir, sin mucha reflexión sobre lo que estaba diciendo -de ahí lo de atolondrada, que decía al principio-, pero por eso mismo es muy significativa, reveladora y sintomática, aunque los medios no se hayan hecho eco que yo sepa,  de lo que realmente piensa en su fuero interno sobre nuestra alma mater, y analizándola me dije a mí mismo: cuánta verdad ha dicho sin querer decir lo que decía la ministra. 

 Plaza de Feijoo, Facultad de Psicología,  Oviedo

No dijo que la Universidad fuera un centro de difusión de ideas que se someten a la criba de la razón, lo que hubiera sido una expresión acertada y con la que podríamos estar todos muy de acuerdo. Tampoco dijo que fuera un centro de discusión de ideas y de libre pensamiento, donde cabían y se discutían libremente todas las ideologías, que sería mucho más noble y acertado todavía. Dijo que era un centro de "creación", literalmente eso dijo, es decir, de fabricación, de generación, de implementación, como dicen ahora con horrísono palabro de cinco sílabas, es decir, donde va uno con la cabeza vacía y se la amueblan enseguida con la argamasa del cocido ideológico del adoctrinamiento. 

Para que le metan a uno ideas en la cabeza no merece la pena, me parece a mí, matricularse en ninguna facultad. Todos tenemos ideas, muchas ideas, demasiadas ideas e ideología metidas en la sesera, y no tenemos ninguna necesidad de que nos inculquen ninguna más, sino más bien de lo contrario. Lo que debería, precisamente, hacer cualquier Universidad que se precie un poco es ayudarnos a desembarazarnos de los enquistamientos de las muchas que tenemos.

La Universidad, al menos la que yo recuerdo y a lo mejor tengo un poco idealizada, lo reconozco, era un centro de discusión, o mejor dicho, de deconstrucción, esto es de "desmontaje de un concepto o de una construcción intelectual por medio de su análisis, mostrando así contradicciones y ambigüedades" según reza la Academia, de las muchas ideas que hay establecidas. 

Pero resulta reveladora, ya digo, la definición de la señora Montero de lo que es la Universidad española actual: un establecimiento donde se crean ideas políticamente corregidas, o, con un lenguaje más acorde al de la ministra, "un taller de ideas". Y es que ella, mucho más joven que yo y víctima que ha sido de la ESO española y del plan Bolonia, ha conocido otra Universidad, sin duda alguna, muy distinta de la mía, donde vas cual tabula rasa y te meten enseguida ideas en la cabeza para comerte el coco,  como en mis tiempos se decía.
 

sábado, 9 de enero de 2021

Imágenes que adoctrinan

Leo en la edición digital de El Faro de Vigo que la festividad de San Xulián, patrón de A Illa de Arousa, que se celebra el 7 de enero, ha sido este año muy diferente de lo esperado. No hubo gente vestida con sus mejores galas callejeando día y noche por el municipio arousano, sino calles vacías y la mayoría de los bares cerrados a cal y canto debido a la supuesta pandemia declarada por la OMS y refrendada por las autoridades sanitarias autonómicas y centrales.

En la primera fotografía vemos a la Guardia Civil realizando controles. Los hubo a la entrada del puente de A Illa y también en el interior del casco urbano, según informa dicho periódico gallego. El año pasado por estas mismas fechas, el mismo diario sacaba este titular con motivo del evento que rescato de la hemeroteca de la Red: A Illa celebra su fiesta más anárquica y callejera. Cientos de isleños salen de casa temprano para festejar el día de San Julián, y no regresan hasta el amanecer siguiente... Nada que ver con lo de este año.

 

Los únicos actos que se celebraron de esta festividad más lúdica que religiosa fueron, sin embargo, dos misas con aforo limitado en las que, como muestra la segunda fotografía, los escasos fieles, el sacerdote y hasta el santo lucieron la mascarilla obligatoria, enmascarados todos en plena celebración de la eucaristía. Nada de romería ni verbena ni jolgorio.


¡Buena forma de instruir y aleccionar con el ejemplo desde el altar del templo! Las imágenes, que han sido tradicionalmente un método de adoctrinamiento del vulgo, colocadas en las iglesias para inculcar la conciencia religiosa a las masas analfabetas incapaces de leer los libros sagrados, siguen desempeñando igual función hoy en día a juzgar por lo que vemos en esta parroquia gallega, que ha hecho lucir al mismísimo san Xulián una mascarilla. Hasta tal punto puede llegar la estulticia del sacerdote que oficia la misa, si es él el responsable del embozamiento del santo y no le llegó la orden de más elevada jerarquía, que también pudo suceder.

Lo que está claro es que el Vaticano bendice, quizá con la mejor intención del mundo pero ya se sabe de cuántas óptimas intenciones está pavimentado el infierno, el uso de las mascarillas y la inyección de la vacuna anticovidiana, que el Papa reclamó en su sermón de Navidad que se dispense a todo el mundo, sobre todo a los más vulnerables: En este tiempo de oscuridad y de incertezas por la pandemia, surgen luces de esperanza como el descubrimiento de las vacunas... dijo el pontífice. 

Los dos papas, a falta de uno que tenemos, ya se han vacunado dando ejemplo a toda la cristiandad por lo visto. No me cabe mucha duda de que son capaces, de taparles la boca y aun de darles la vacuna a las imágenes de nuestro mismísimo Señor Jesucristo, de María Santísima y hasta de Dios padre si se tercia. Y si no es así, que baje el Señor y lo vea.

El vergonzoso amordazamiento que padece el santo de la parroquia gallega tiene una repercusión psicológica enorme e inmediata en los fieles que así se acostumbran a ver como natural algo que no lo es: la imposición social de la llamada Nueva Normalidad. 

Lo mismo sucede con los juguetes para los niños. Ahí están esas horribles muñecas enmascarilladas que lucen atrevidos diseños a la moda, y estos ositos de peluche enmascarados para los más pequeños que vemos en la última fotografía. Dando ejemplo aleccionador. Un pésimo ejemplo. El peor de los ejemplos.


sábado, 7 de marzo de 2020

Del adoctrinamiento universitario

Unas declaraciones de la atolondrada, voy a decir, Ministra de Igualdad del Gobierno de España, doña Irene Montero, que ha defendido a capa y espada el derecho de toda mujer a llegar "sola y borracha" a su casa (mejor hubiera dicho "sola y a altas horas de la madrugada", porque lo de llegar a casa beodo uno o beoda una -igual da, que eso es la igualdad, nombre del ministerio que ella regenta- sin ayuda de nadie es un poco difícil, sobre todo cuando se roza el coma etílico-, sus declaraciones, decía, oídas de pasada en alguna cadena de televisión pública o privada, no recuerdo bien, pero igual da que da lo mismo, me han hecho recapacitar un poco sobre la función de la maltrecha Universidad en estos tiempos que nos corren.

Me explico. Le preguntaban los periodistas su opinión sobre el escrache que había sufrido recientemente el Vicepresidente don Pablo Iglesias, su pareja y padre de sus hijos, a cargo de unos estudiantes izquierdistas en un acto universitario al grito de "¡Fuera vendeobreros de la Universidad!", y ella defendiendo la libertad de expresión de los estudiantes, lo que la honra y me parece muy loable por su parte, alegaba que la Universidad era, lo oí de pasada, pero se me quedó grabado, un "centro de creación de ideas" (sic). Me quedé estupefacto con esta formulación que se le escapó a la ministra, que la soltó allá te va, a topa tolondro, es decir, sin mucha reflexión sobre lo que estaba diciendo -de ahí lo de atolondrada, que decía al principio-, pero por eso mismo es muy significativa y sintomática, aunque los medios no se hayan hecho eco que yo sepa,  de lo que realmente piensa en su fuero interno sobre nuestra alma mater, y analizándola me dije a mí mismo: cuánta verdad ha dicho sin querer decir lo que decía la ministra. 

 Plaza de Feijoo, Facultad de Psicología,  Oviedo

No dijo que la Universidad fuera un centro de difusión de ideas que se someten a la criba de la razón, lo que hubiera sido una expresión acertada y con la que podríamos estar todos muy de acuerdo. Tampoco dijo que fuera un centro de discusión de ideas y de libre pensamiento, donde cabían y se discutían libremente todas las ideologías, que sería mucho más noble y acertado todavía. Dijo que era un centro de "creación", literalmente eso dijo, es decir, de fabricación, de generación, de implementación, como dicen ahora con horrísono palabro de cinco sílabas, es decir, donde va uno con la cabeza vacía y se la amueblan enseguida con la argamasa del ideológico adoctrinamiento. 

Para que le metan a uno ideas en la cabeza no merece la pena, me parece a mí, matricularse en ninguna facultad. Todos tenemos ideas, muchas ideas, demasiadas ideas e ideología, y no tenemos ninguna necesidad de que nos inculquen ninguna más, sino más bien de lo contrario. Lo que debería, precisamente, hacer cualquier Universidad que se precie un poco es ayudarnos a desembarazarnos de los enquistamientos de las muchas que tenemos.

La Universidad, al menos la que yo recuerdo y a lo mejor tengo un poco idealizada, lo reconozco, era un centro de discusión, o mejor dicho, de deconstrucción, esto es de "desmontaje de un concepto o de una construcción intelectual por medio de su análisis, mostrando así contradicciones y ambigüedades" según reza la Academia, de las muchas ideas que hay establecidas. 

Pero resulta reveladora, ya digo, la definición de la señora Montero de lo que es la Universidad española actual: un establecimiento donde se crean ideas políticamente corregidas, o, con un lenguaje más acorde al de la ministra, "un taller de ideas". Y es que ella, mucho más joven que yo y víctima que ha sido de la ESO española y del plan Bolonia, ha conocido otra Universidad, sin duda alguna, muy distinta de la mía, donde vas cual tabula rasa y te meten enseguida ideas en la cabeza para comerte el coco,  como en mis tiempos se decía.