martes, 26 de abril de 2022

Deus vult o La voluntad de Dios.

    La frase Deus vult tiene al parecer sus orígenes algo traídos por los pelos en la primera epístola de san Pablo a Timoteo, 2: 3-4: « (salutaris noster Deus) omnes homines vult salvos fieri» («(Dios nuestro Salvador) quiere que todos los hombres sean salvos»). Hay en la expresión “omnes homines” (todos los hombres) un afán totalitario que justificaría que el lema Deus vult sirviera como proclamación de la primera cruzada: una extensión del catolicismo a ultranza a toda la Tierra: Dios quiere salvanos a todos, sin excepción, incluso a los que no quieren que nadie les salve. Por lo que, aunque no queramos, debemos ser salvados por Nuestro Salvador.
 
Pancarta del partido político polaco de extrema derecha ONR
 
     Se configuró así este grito de guerra de la Primera Cruzada (1094-1099) que predicó el papa Urbano II para la recuperación de Tierra Santa y de la emblemática Jerusalén. La Europa cristiana formaba por vez primera en su historia una coalición militar frente a un enemigo común: los sarracenos que ocupaban Tierra Santa. La respuesta de la multitud a la prédica del papa fue unánime: ‘Deus vult! Deus vult! Deus vult!’ — ‘¡Dios lo quiere! ¡Dios lo quiere! ¡Dios lo quiere!’ El Papa dijo entonces: "Que sea un grito de guerra para vosotros en la batalla, porque vino de Dios. Cuando os unáis para atacar al enemigo, este grito enviado por Dios será el grito de todos: "¡Dios lo quiere! Dios lo quiere!" El reino de Cristo proclamaba así su esencia imperial, uniendo la cristiandad y la guerra, la cruz y la espada, y justificando y santificando esta última que respondería a la voluntad del Señor todopoderoso.
 
Sitio de Antioquía por los cruzados, miniatura medieval (1474)
 
     Bohemundo de Tarento fue una de las figuras estelares de esa primera cruzada, de la que oyó hablar por primera vez cuando estaba asediando Amalfi, en el golfo de Salerno (en la italiana Campania), en 1096, y vio pasar a unos caballeros que enarbolaban la Cruz y se dirigían a los puertos del sur de Italia gritando "Deus vult! Deus vult!". Sintió, diríase, entonces la llamada de Dios en forma de pintiparada oportunidad de conquista y pillaje en tierras bizantinas bendecida por la Santa Iglesia Católica y Apostólica.
 
    Dice la inevitable Güiquipedia: En el 1101 durante el asedio de la ciudad musulmana de Saraqusta, la Caesar Augusta de los romanos, los cruzados cristianos del Reino de Aragón establecieron un campamento permanente al norte de la ciudad llamado Deus lo vol (Dios lo quiere). Este campamento deformaría su nombre andando el tiempo convirtiéndose en el pueblo de Juslibol, un barrio rural hoy de la actual ciudad de Zaragoza.
 
    Durante la guerra civil española (1936-1939) volvieron a oírse no pocos ecos dentro del bando nacional de este Deus vult!, adoptando así el grito de los cruzados y declarando la propia guerra civil una cruzada que se hacía en el nombre de Dios y de España, la Patria. 
 
 
    En la dos primeras décadas de este siglo XXI, la frase ha resucitado en las redes sociales sobre todo como ataque folclórico al Islam en los Estados Unidos de América. Durante las protestas del verano de 2020 en el ayuntamiento de Milwaukee aparecieron carteles como el que reproduzco, donde se observa una significativa falta de ortografía que revela que quien lo escribió desconocía el significado de lo que fueron las cruzadas -crusades y no crucades en inglés-  y del lema Deus vult, que escriben Dues vult. En el cartel de algún moderno supremacista blanco se lee: Han renacido los caballeros templarios. Dues(!) vult.
 
¿Es esto lo que Dios quiere?
 
     Ya sabemos en qué consiste la voluntad de Dios cuando se decía en el emblemático Paternoster, en latín, como Dios manda: Fiat uoluntas tua sicut in caelo et in terra!, y en nuestro Padrenuestro: Hágase tu voluntad así en la Tierra como en el cielo.

lunes, 25 de abril de 2022

Con re-Tintín

    Informaba el otro día un periódico local digital de la reciente publicación entre nosotros del cómic La Isla Negra, el séptimo álbum de Hergé de las aventuras de Tintín, en cántabru, lo que según el susodicho diario suponía “un hito para la sociedad cántabra”.
 
    Dentro de lo que podríamos llamar la reinante onfaloscopia o acción de contemplarse el propio ombligo, según el neologismo ferlosiano, se incluye en los currículos de la escuela el estudio de los ríos de Cantabria como el Pas o el Asón, por ejemplo, antes que los ríos del mundo como el Nilo o el Amazonas, en aplicación de la doctrina pedagógica de comenzar enseñando lo local antes de abordar lo global, lo que reduce considerablemente el campo de visión de los alumnos. Lo mismo sucede con la mitología y el patrimonio arqueológico y ahora también lingüístico de Cantabria, labor esta última que se adereza con la creación de una literatura popular infantil en lengua 'propia', a lo que contribuye sin duda la publicación de este cómic.
 
 
     Pero ¿qué es esto del cántabru? Pues va a ser que es algo similar, a lo que parece, a la cantilena aquella que cantábamos cuando éramos pequeños jugando con las vocales de: “Cuando Fernando Séptimo usaba paletó”. El paletó, por cierto, era una prenda de vestir francesa (“paletot” en la lengua de Molière), una levita un poco más larga y holgada. Se cantaba primero sólo con la “a”:  Canda Farnanda Sáptama asaba palatá, luego con la “e” y así sucesivamente hasta completar todo el repertorio vocálico. 
 
    Pues algo así parece que es el cántabru que se nos quiere imponer subrepticiamente: consiste básicamente por un lado en coger el castellano y sustituir las -e finales por -i: (genti, demontri, óndi en lugar de gente, demontre y dónde, por ejemplo), fenómeno que se generaliza al presente de subjuntivo de los verbos de la primera conjugación, que en castellano se forman con -e (prigunti, enfadin en lugar de pregunte y enfaden); y por otro lado en cambiar las -o finales por -u (muchu, peru, tampocu en vez de mucho, pero, tampoco), y poca cosa más, como algunas palabras en vías de extinción de las hablas rurales de las distintas comarcas (lebaniega, trasmerana, campurriana, pejina, pasiega... ) de lo que se denominó geográficamente La Montaña y, más recientemente, Cantabria, tras la proclamación del glorioso Estatuto de Autonomía en 1981, hace ya algo más de cuarenta años.
 
    Con la invención, según algunos resurrección, del cántabru ya tenemos lengua propia, que es lo que nos faltaba para tener una identidad propia concorde con el marco legal político y económico de la autonomía. Ya sólo nos queda la fundación de una Real Academia de la Lengua Cántabra para que redacte una Gramática, que no será descriptiva sino prescriptiva en los centros de enseñanza, desde la escuela hasta la universidad, y un Diccionario, dado que las características lingüísticas del cántabru no están debidamente normativizadas todavía, para lo que es fundamental el apoyo imprescindible de las instituciones autonómicas.
 
 
    Como muestra un ejemplo de cántabru: He aquí la reflexión que hace Raúl Molleda, uno de los pocos que escriben así en la prensa local, a propósito de la la “intidá”, como dice él, de Cantabria, que ni siquiera los cántabros conocen, desconocimiento que no se debe tanto a la ignorancia como a la inexistencia de dicha identidad que sin embargo los políticos e intelectuales afines se empeñan en crear para justificar su propia existencia: Porque es de vergüenza, si lo habiera, que haiga genti de juera que se prigunti óndi demontri está la intidá de los cántabros, y los cántabros se enfadin muchu peru tampocu sepan contestar óndi. Lo que viene a ser en castellano: Porque es de vergüenza, si la hubiera, que haya gente de fuera que se pregunte dónde demontre está la identidad de los cántabros, y los cántabros se enfaden mucho pero tampoco sepan contestar dónde.
 
    El problema de la identidad nacional que plantea Raúl Molleda preocupa tanto a los nacionalistas centrales, que son los nacionalistas españoles, españolistas o centralistas a la antigua usanza, como a los periféricos, que son los nacionalistas vascos, gallegos, catalanes... y cántabros, que ahora claman por la endependencia, como dicen ellos.
 
    Este tema ha preocupado mucho también al gobierno francés que hace unos años lanzó un debate sobre en qué consistía la identidad nacional francesa, precisamente. Los franceses, según parece, gustan de mirarse el ombligo porque precisamente se creen el ombligo del mundo. Ellos, tan chovinistas que cantan La Marsellesa antes de los partidos de balompié de la selección gala y agitan la bandera tricolor como si estuvieran en el campo de batalla luchando a muerte por la liberté, egalité y fraternité, no saben cómo definir su identidad con los rasgos exclusivos que excluyan a los demás, a los que no son franceses. (A los españoles no van a excluirnos, porque, después de todo, somos buenos vecinos y nos gobierna la misma moneda, que es el Euro, pero a los africanos seguro que sí).
 
 
    La identidad nacional es un concepto nacionalista, un fetiche ficticio, valga la redundancia etimológica, que se pretende totalitario y cerrado, y, que resulta por lo tanto, excluyente: crea un nosotros y lo opone a un ellos, los que “no son de los nuestros”. Esa creencia, absurda como todas, justifica la realidad de las fronteras, muros que para muchos resultan infranqueables, sobre todo para los extranjeros procedentes de países pobres, o, más bien, empobrecidos, carentes como suelen estar de papeles que justifiquen su identidad.
 
    El que fuera presidente del gobierno español don Felipe González dijo en una ocasión: “Es difícil ser español o ser vasco porque no nos ponemos de acuerdo en qué consiste.” ¿Cómo vamos a ponernos de acuerdo en qué consiste ser españoles si no sabemos qué es España y qué es ser español, si no son más que ideas impuestas, sociales y no naturales, extrañas a la razón común? No es que sea difícil, es que es imposible. Pero sin embargo nos empeñamos en ello. O mejor dicho: hay quien, en lugar de dejarnos en paz, se empeña en que seamos españoles o vascos o andaluces o mallorquines o europeos, para lo que es preciso adoctrinarnos.
 
    Además de nuestro carácter de españoles y de nuestros diecisiete regionalismos y nacionalismos, que nos hacen vascos, catalanes, andaluces, cántabros etc, hay que sumar ahora, además, el carácter de Comunitarios de Europa que tenemos todos. En nuestros ayuntamientos, en efecto, ondean cuatro pendones por lo menos: el europeo, el español, el de la comunidad autónoma, y el del propio municipio. Y uno se pregunta: tantas banderas ¿para qué? ¿a qué bueno?
 
 
    Indudablemente, para que haya extranjeros. Interesa que haya quienes no son de los nuestros. Para ello se crea una nacionalidad, se excluye del grupo humano de esa nacionalidad a los demás, y se establecen las fronteras. Pero el problema no radica en que haya extranjeros, sino en que existan fronteras. Si no hubiera fronteras, no habría tampoco extranjeros.
 
    La pregunta “¿qué es?” sirve para poner en solfa y cuestión y disolver cualquier etiqueta identitaria que pretenda clasificarnos, cualquier atributo que le pongamos al verbo ser. ¿Qué es ser español o cántabro? ¿Qué es ser…? Pronto descubrimos que no lo sabemos, porque esa categoría “español” o “cántabro” por la que preguntamos -y preguntamos por ella porque ponemos en duda la verdad y no la realidad de su existencia- es una idea impuesta, un rótulo que intenta describir y a la vez prescribir nuestro comportamiento, y que, por lo tanto, coarta a modo de las cuatro tablas de un ataúd nuestra libertad.
 
    ¿No será nuestra identidad tanto la individual y personal, como la colectiva en general, un fetiche y un engañabobos laboriosamente forjados a lo largo del tiempo por nuestra propia y vana pretensión, condenada al fracaso, de tener una identidad que no sea falsa, hipócrita y teatral? No hay verdadera identidad. La identidad es real, pero todas las identidades son falsas. Liberémonos de todas las etiquetas. Dejemos de ser españoles, cántabros, creyentes, demócratas o lo que se nos ocurra… y empecemos a ser libres. A ver qué pasa.

domingo, 24 de abril de 2022

Ni Fu ni Fa

    La llamada cultura popular acierta más por ser popular que por ser cultura a expresar a veces los sentimientos de la gente. En este sentido propongo ver un fragmento del espisodio número 1 de la 8ª temporada de la serie de dibujos animados de Los Simpson, titulado “Ciudadano Kang”, donde Homer -Homero allende los mares- nos brinda una humilde lección de sabiduría del pueblo, ese gran escéptico.

    Kang y Kodos son dos calamares gigantes verdes y viscosos que se han propuesto invadir la Tierra y someter y esclavizar a toda la humanidad, para lo cual no se les ocurre mejor artimaña que abducir a los dos candidatos que a la sazón se disputaban la Casa Blanca, es decir, la presidencia de los Estados Unidos, y que por aquel entonces eran los señores Bill Clinton y Bob Dole, a los que abducen y eliminan, pero utilizan su piel como revestimiento para tomar su aspecto y hacerse pasar por ellos. 


     Homero Simpson lo descubre y decide desenmascarar a los dos candidatos que son la cara y la cruz de la misma moneda económica -y política- que pretende arrebatarles la vida y la libertad a los sufridos electores. La elección que hagan entre los unos o los otros es completamente indiferente. Gane Kang o gane Kodos, el resultado va a ser el mismo: el pueblo será sojuzgado.
 


    Desensmascarados en pleno debate electoral demócratas/republicanos, izquierdas/derechas, Homero Simpson muestra a la multitud la naturaleza de los dos cíclopes monoculares con tentáculos de calamar gigantesco

    Los dos mostruosos extraterrestres le explican a su público: “Somos un sistema bipartito: ¡tenéis que votar por uno de los dos!”. Así es la democracia.

    Finalmente sale elegido Kang y la Humanidad resulta esclavizada.

    Cuando al final del capítulo, Marge Simpson se queja del latigazo humillante que recibe del capataz, su marido Homero Simpson le responde que él no tiene nada que ver con aquello, porque él voto a Kodos. 



    Hoy los franceses se encuentran ante un dilema parecido con la segunda vuelta de sus elecciones. Tienen que elegir entre Guatemala y Guatepeor, entre Emmanuel Macron y Marine Le Pen, que son los equivalentes franceses de los dos cefalópodos pegajosos de los Simpson. La elección resulta indiferente y trivial, pero la oferta electoral, acostumbrados como estamos a la propaganda del mercado, nos brinda la ilusión democrática de que tenemos libertad para elegir entre dos opciones contrapuestas, entre digamos por utilizar dos marcas comerciales Coca-Cola y Pepsi-Cola, entre demócratas y republicanos, neoliberales y fascistas, progresistas y conservadores, izquierdas y derechas, incluidas las extremas: y, elijamos lo que elijamos, y votemos lo que votemos, da igual: el resultado es el mismo: la esclavitud de la humanidad, la explotación del hombre por el hombre. 

 

    Una vez que haya triunfado uno de los dos candidatos, en este caso Kang, podremos lamentarnos de lo mal que van las cosas. Siempre habrá alguien que nos brinde una solución: ¡Haber votado a Kodos y no a Kang! ¡Piénsatelo la próxima vez!

    El pueblo no presenta nunca ningún candidato a las elecciones. Son las élites -los cefalópodos extraterrestres- los que se presentan ante el pueblo como la solución.

sábado, 23 de abril de 2022

Oh fortuna tal que Luna

    En los cánticos goliárdicos de lo siglos XII y XIII hallados en el monasterio de Beuern (Carmina Burana) encontramos una célebre comparación sobre la fortuna, que es variable y cambia como la Luna, adoptando diversas fases:  de pronto pasa de cuarto creciente a luna llena, y de ahí a cuarto menguante y, por fin, a luna nueva: O fortuna uelut Luna...  


     La estrofa de O fortuna, que se repite tres veces a lo largo de la canción, está compuesta de seis versos de arte menor con rimas aabccb. La hemos encontrado ya, exactamente igual, en las Laudes amicae del cancionero de Ripoll:  dos tetrasílabos llanos cuyo origen puede explicarse por división en dos del octosílabo llano, que ya de por sí solía partirse por una diéresis medial como un verso compuesto de 4 + 4, en los que la rima interna cosonante o total vendrá además a ratificar la partición: o for-tú-na / ve-lut lú-na;  un heptasílabo proparoxítono o esdrújulo: stá-tu-va-ri-á-bi-lis; otros dos tetrasílabos rimados con diferente rima de los anteriores sém-per-crés-cis / aut-de-crés-cis, y otro heptasílabo proparoxítono que rima con el anterior: ví-ta-de-tes-tá-bi-lis.

    Oigamos, una vez más, la versión de Karl Orff.  Ofrezco una traducción en versión rítmica, con rimas, apta para cantar en castellano si alguien se anima, donde me he tomado la licencia,  de traducir "dorsum nudum" por "culo al aire", que los goliardos, espero, me perdonarán.

 

O Fortuna / velut luna, / statu variabilis, / semper crescis / aut decrescis; / vita detestabilis
Oh Fortuna, / tal que luna / de variable condición, / siempre creces / o decreces; / vida de abominación,

nunc obdurat / et tunc curat / ludo mentis aciem, / egestatem, / potestatem / dissolvit ut glaciem.
ora ataca / y ora aplaca / nuestra mente sin control, / la pobreza, / la riqueza, / funde como hielo al sol.

Sors immanis / et inanis, / rota tu volubilis, / status malus, / vana salus / semper dissolubilis,
Suerte vana / e inhumana, / rueda que girando vas, / inestable, / ser mudable, / siempre nos arruinarás,

obumbrata / et velata / michi quoque niteris; / nunc per ludum / dorsum nudum / fero tui sceleris.
empañada / y velada / me arrollas también a mí; / ya al desgaire / culo al aire / llevo por tu frenesí.

Sors salutis / et virtutis / michi nunc contraria, / est affectus / et defectus / semper in angaria.
En saludes / y en virtudes / me es contraria la ocasión, / mis apegos / y despegos / siempre en mala situación.

Hac in hora / sine mora / corde pulsum tangite; / quod per sortem / sternit fortem, / mecum omnes plangite!
A esta hora, / sin demora, / toque a cuerdas resonad; / que la suerte / tumbe al fuerte / todos conmigo llorad.


viernes, 22 de abril de 2022

El terror de la cultura contra la cultura del terror

    ¿Qué diríamos de este terorífico cartel de los años cuarenta que muestra un mostruo gigantesco que representa sin duda a los Estados Unidos de América destruyendo el viejo continente? 

 


    Diremos que en cierto modo ha resultado profético, dada la invasión cultural que ha sufrido Europa de eso que se ha dado en llamar el American way of life, el modo de vida americano. 

    Se trata, sin embargo, de una versión danesa de un cartel original del artista noruego Harald Damsleth (1906-1971) que formaba parte de la propaganda nazi contra el bando aliado en la II Guerra Mundial. Los americanos que combatían contra el Tercer Reich son presentados como un energúmeno gigantesco que pisotea y bombardea una Europa caracterizada como una ciudad monumental con su catedral, su fuente, su castillo, que forman parte de su historia. Un letrero irónico, sostenido por un hombrecillo que está de espaldas con dos enormes orejas, dice en danés en la parte inferior central: USA vil redde Europas kultur fra undergang, o sea: Estados Unidos de América  quiere salvar la cultura europea de la ruina. Y se añade fuera del cartel una pregunta: Med hvilken rett? ¿Con qué derecho?

    Una lejana y ultramarina estatua de la libertad se ve al fondo, a la izquierda, del otro lado del Océano, de donde ha venido el diabólico titán alado con dos alas a sus espaldas de un avión de combate al viejo continente.

    La alegoría del Imperio que es este mostruo simboliza, bajo la capucha blanca, el Ku Klux Klan, y por lo tanto el racismo y el lynching o linchamiento que estableció el juez de Virginia, aplicando la ley del lejano oeste de hacer un juicio sumarísimo para ahorcar al presunto delincuente, como sugiere la horca. Se critica también la apropiación que es en realidad expropiación de la cultura negra y de su música, el jazz, lo que se ve en los negros enjaulados bajo la capucha. Un rótulo reza: JITTERBUG   Triumph of Civilization, que no hace falta traducir, únicamente decir que el Jitterbug era un baile rápido popular en los años cuarenta que se interpretaba principalmente con música swing. Se ridiculizan también los concursos de belleza de misses con esas dos señoritas semidesnudas: Miss America, con un penacho indio y tocando la trompeta sentada sobre el hombro, y Miss Victoria, enarbolando la bandera de barras y de estrellas. 

    En la pierna izquierda femenina del energúmeno puede leerse en la lengua del Imperio sobre una cinta blanca anudada a ella: Most world's beautiful leg: la pierna más bonita del mundo.

    No falta en una mano un disco de vinilo, y en la otra el símbolo del dólar en un saco de monedas que porta un mafioso, como crítica de la codicia americana. La imagen también sugiere la violencia de las armas, que allí puede empuñar cualquiera, lo que da pábulo al gangsterismo. El mostruo venido del Nuevo Mundo avanza haciendo sonar el tambor, a ritmo marcial y militar, diríamos, y pisoteando con su pierna derecha que acaba en bomba sanguinolenta y ensangrentando la vieja madre Europa. El energúmeno simboliza también el sionismo, a través de la estrella de David de las seis puntas de la bandera del Estado de Israel que se ve en el a modo de faldón que cuelga del tambor en la entrepierna.

    El cartel no tiene desperdicio, visto como lo que es: una sátira de la "liberación", en realidad colonización cultural, de la vieja Europa, arruinada por el American way of life so pretexto de salvarla de la ruina. 


    'Leest Storm-SS'  no es el autor del cartel, ya que significa en neerlandés  "Lee Storm-SS", que era una revista de las SS neerlandesas, donde se publicó el cartel de Harald Damsleth en 1944. En el cartel bajo el rótulo sarcástico de LIBERATORS (libertadores, que era también el nombre de un avión bombardero norteamericano) se lee en neerlandés: De U.S.A. zullen Europeesche Kultuur van der ondergang redden: Los EE.UU. salvarán la cultura europea de la destrucción. La paradoja es evidente:  salvarán a Europa destruyéndola, es decir, americanizándola, como efectivamente no se puede negar que sucedió.

jueves, 21 de abril de 2022

Los que mandan, los más mandados

    Al montaje fotográfico de los nueve caretos de mandamases del mundo que circula por la Red, algunos de rabiosa actualidad y otros algo ya obsoletos, como tres de los presidentes de los Estados Unidos que aparecen en él, pueden añadirse desde mi punto de vista muchísimos más a gusto de cada cual. Se echa de menos, por cierto, entre los ex-presidentes yanquis a Barack Obama, que marcó un hito en la historia de ese país al ser la primera vez que un negro se instalaba en la Casa Blanca como presidente de los Estados Unidos.
 
    La lista, sin embargo, no tiene por qué ser a la fuerza masculina. Los rostros de la mandamasía de este mundo pueden ser también femeninos de mujeres que se han equiparado en lo peor, en el empoderamiento, a los varones. Se podía haber incluido a Angela Merkel, la ex-canciller alemana, por ejemplo, o a Jacinda Andern, la primera ministra neozelandesa, por no hablar de la Reina de Inglaterra o de figuras históricas que ya son agua pasada como Margaret Thatcher.
 

    La imagen dice con razón en la lengua del Imperio para que lo entienda casi todo el mundo: We are nothing but puppets playing our prescripted roles, o sea, algo así como: No somos nada más que títeres que interpretamos nuestros papeles según el guión. 
 
    Podíamos citar, asimismo, entre las féminas que aspiran a la mandamasía a Marine Le Pen, que se presenta actualmente a las elecciones francesas, bajo un eslogan de campaña que destila un inequívoco guiño feminista, Femme d'État (Mujer de Estado). Preguntada por su significado, ha dicho: Una mujer de Estado es alguien que toma la medida de restablecimiento de la autoridad del Estado. La fotografía de su rostro amable y sonriente va acompañada de su nombre simplemente, Marine, sin el apellido paterno, como si quisiera de alguna manera "matar al padre" en el sentido freudiano o al menos renegar y desmarcarse de él, y el cargo al que aspira Presidenta (así, en femenino singular) de la República Francesa. Las mujeres, en efecto, también pueden ser Hombres de Estado.
 

 
    Los que mandan, los mandamases son en realidad unos mandados, los más mandados: unos títeres que se mueven manejados por unos poderosos hilos invisibles que desempeñan los roles que les han sido encomendados y que ellos aceptan poner en escena en el teatro del mundo a la hora de administrar el Dinero que es guien gobierna de verdad.

miércoles, 20 de abril de 2022

Coplas goliardescas (y II)

Escena tabernaria, David Teniers (1658)

Don Dinero, / lo primero, / que es Divina Majestad: / tan contante, / tan sonante / y en olor de santidad. 
 
 Bebe, olvida / ley de vida, / sólo vives una vez; / vive y bebe / vida breve / apurando hasta la hez. 
 
 El Estado, / ¡ni pintado!, / nuevo dios del Sinaí. / Sin embargo, / me hago cargo: / Cago en Dios y cago en mí. 
 
Hoy la ciencia / es creencia / de una nueva religión / que se escuda / puesta en duda / tras la Santa Inquisición. 
 
 Con los años, / desengaños, / queda atrás la juventud. / ¡Cielo santo!, / ¡ay, qué espanto!, / cada Cristo con su cruz. 
 
Farsa, el mundo / tremebundo; / lo real es falsedad; / verdadera, / la Quimera; / falsa, la realidad 
 
Lo impusibli / es pusibli: / el cántabru medrará / ensin frenu, / mui de llenu, / nun juturu cuajará.
 

martes, 19 de abril de 2022

Teletipos (5)

La lógica sacrificial siempre propagada por los poderes públicos nos empuja a inmolar el presente en aras de un futuro radiante que nos redimirá del sacrificio. 
 
¿Cómo se han amparado los gobiernos en la pandemia para imponer un Estado de Excepción y tachado de negacionista de la extrema derecha a quien lo cuestionaba? 
 
Con la gente, no con los gobiernos de naciones que se escriben como Dios con letra inicial mayúscula: ni Rusia, ni Ucrania, ni EEUU... ni España tan siquiera. 
 
 
 
Denunciar la falsedad del discurso del gobierno estadounidense y vasallos sobre Ucrania no avala la 'operación militar especial' del zar del Kremlin moscovita. 
 
Recuerda los últimos versos de la comedia ¡Muérete y verás...! de Bretón de los Herreros: Para aprender a vivir / no hay cosa como morir / y resucitar después. 
 
El virólogo recomendó como amuleto para protegerse de los malos espíritus el uso de la mascarilla FFP2 en interiores, pese a ser menos eficaz que el talismán. 
 
La inmunidad actual no evitará, según el experto en el virus coronado, la trasmisión durante el otoño que viene, por lo que, dice, habrá que volver a vacunarse. 
 
¿No sorprende la rapidez con la que se han actualizado ahora en las redes sociales las fotos de los perfiles de "¡Me vacuné!" con la bandera azul y amarillenta? 
 
El liberalismo es la política más intervencionista que ha existido nunca en la vida de los individuos, la economía y la sociedad bajo la idea falaz de libertad. 
 
 
 
El presidente francés dice en campaña electoral que cuando dijo tener ganas de joder (enmerder) a los no vacunados lo decía afectuosamente (jodienda cariñosa). 
 
Un amigo francés acerca de los comicios electorales: Les Elections servent à donner l'illusion de la Démocratie: ...sirven para crear la ilusión de Democracia. 
 
Guerra en Ucrania: Un batallón de voluntarios: "No queremos que nos someta un tirano extranjero". ¿Prefieren someterse voluntariamente a un tirano nacional?

lunes, 18 de abril de 2022

Zelenski, o 'il dolce stil novo' de liderazgo

    Aparte de la guerra que tiene lugar en el campo de batalla y de la que nos informan más que cumplidamente a todas las horas del día y de la noche, hay otra guerra mediática más sutil que se desarrolla en las redes sociales, una guerra en la que priman más las emociones que los razonamientos, que ya ha ganado Zelenski, una guerra decisiva para la suerte del país, Ucrania, que regenta.

 


    Zelenski era un actor de una comedia televisiva que ha logrado captar al electorado, retrasmitiendo la guerra en vivo y en directo, en streaming, por decirlo en la lengua del Imperio. Su rival, el zar del kremlin moscovita, comparado con él, resulta distante y frío. El actor ucraniano, sin embargo, llega enseguida, aunque sólo fuera por su torpe aliño indumentario, como decía Machado, vestido muchas veces de faena y a veces sin afeitar, con cara de sueño atrasado, lo que provoca una respuesta emotiva de simpatía hacia alguien tan cercano que interpreta muy bien su papel de víctima, lo que hace que aumente la corriente de empatía hacia su causa, la causa de un David que se enfrenta a un gigantesco Goliath.

 

Pose de guerra

    Mientras los ucranianos se visten como Zelenski, los rusos, herederos del imperio zarista y de su heredero sucesor el soviético, parecen unos burócratas desalmados. Zelenski, además, ejerce un liderazgo de nuevo cuño, a diferencia del zar del Kremlin moscovita. No parece un presidente de un gobierno al uso. No parece un político, un jefe de Estado, sino un civil, un hombre del pueblo, alguien muy cercano. Apenas se le ve con traje y corbata en las muchas imágenes que de él proliferan por la red, sino vestido como cualquiera de nosotros, muy cercano, pero eso no quiere decir que no cuide, como actor que es, no sé si bueno o malo, su imagen propia, no poco estudiada. A fin de cuentas, buen o mal actor, no deja de ser un actor muy consciente del papel que desempeña en el teatro del mundo.

  

    Una guerra tan devastadora y brual como la que se libra en el suelo ucraniano contra el invasor ruso no le impide a Zelenski, por ejemplo, organizar visitas guiadas, mirando sonriente a la cámara, a políticos que saludan a los medios, como el primer ministro británico.


     Hemos visto cómo se ha dirigido al parlamento español, disculpándose por el retraso debido a problemas técnicos y pidiendo encarecidamente perdón, mendigando acto seguido ayuda humanitaria para su devastado país (armamento y endurecimiento de sanciones para el enemigo), y logrando la empatía con su causa al citar los bombardeos de Guernica que inmortalizó Picasso, algo que seguramente le llegó al alma al Partido Nacionalista Vasco, y ha arrancado la ovación encendida de diputados y senadores puestos en pie en el hemiciclo que presentaba la composicón de las ocasiones solemnes.

 

domingo, 17 de abril de 2022

Elogio de la deserción y el antipatriotismo

    Una canción con letra de Boris Vian compuesta en 1954, todo un clásico antimilitarista: Le déserteur. La canción es una carta dirigida al señor presidente de la república francesa de un hombre que ha recibido la orden de movilización para ir a la guerra, en la que le dice que no va a ir al frente, que va a desertar y decir a la gente que desobedezca. 

     Y un fragmento de la espléndida película antimilitarista de Stanley Kubrick "Senderos de Gloria" (1957), donde se establece el siguiente diálogo entre el General Mireau, que ordena la toma suicida de la Colina de las Hormigas y el coronel Dax, papel que interpreta el recientemente fallecido actor Kirk Douglas. El general afirma: "Quizá esté anticuada la idea de patriotismo, pero donde hay un patriota hay un hombre honrado", a lo que el coronel Dax le responde: "No todos opinan así, el doctor Johnson decía algo muy distinto sobre el patriotismo". El general le pregunta: "Y ¿se puede saber lo que decía?", a lo que le responde el coronel:

-Nada en realidad.

-¿Qué significa 'nada en realidad'?

-Nada importante, señor. 

-Coronel, cuando pregunto algo siempre es importante. ¿Quién era ese hombre? 

-Samuel Johnson, señor.

-Muy bien, ¿qué tenía que decir ese tipo sobre el patriotismo?

-Dijo que era el último refugio de los canallas. (*)

 

    La cita en su versión original era: 'Patriotism is the last refuge of the scoundrel', y aunque el doctor Johson no se refería al patriotismo en general, sino al que él consideraba falso patriotismo en el uso particular del término que hacían algunas personas, la frase se ha generalizado, revelándose como una verdad en cualquier caso válida para todas las patrias, patriotismos y nacionalismos, incluido el humanista y el que está ahora más de moda, que llaman, transhumanista: bajo la farisaica apelación al ser humano se justifica la explotación del hombre, de los animales y de las cosas por el hombre, el llamado Rey de la Creación.

Fotograma de Paths of Glory (1957) Stanley Kubrick