


Fuera
de
la Iglesia (se sobreentiende que de la católica, apostólica y romana,
por supuesto, que es la verdadera, aunque no creamos mucho en ella, que
es la que se apropió de la palabra griega "iglesia", que quería decir
"asamblea") no hay ninguna salvación. Lo dejó dicho
en latín Cipriano de Cartago, san Cipriano, en el siglo III de nuestra
era: EXTRA ECCLESIAM NVLLA SALVS. Esta
afirmación no se refería en principio a los que no habían recibido la fe de Cristo con las aguas del
bautismo, sino a los herejes, cismáticos y apóstatas que decidieron abandonarla
y que según se afirmó en el concilio de Letrán se condenarían
yendo “al fuego eterno”.
El periodismo como forma de terrorismo: El repunte infeccioso del cóctel de virus respiratorios coincidente con baja vacunación tensiona los centros sanitarios.
No me explico cómo Nigeria con pocas restricciones y la tasa de vacunación mínima tuvo una mortalidad tan baja, pero no soy Margarita del Val, o séase virólogo.
Ningún Estado, por otra parte, puede garantizar la paz, porque la guerra es la esencia misma del Estado, el bienestar y la salud, como decía Bourne, de todos y cada uno de ellos, y el hecho de que haya varios, muchos, no hace más que complicar la cosa por sus luchas constantes por mantener su identidad nacional y defender sus fronteras, una identidad que solo se sostiene en la contraposición con las demás identidades nacionales.
Se ha repetido y se repite hasta la saciedad que la etimología de religión es la acción de religare, religar, reunirse, volverse a unir (con la divinidad). Esta teoría, que es la más difundida en la actualidad, estaba representada por los autores cristianos Lactancio y Tertuliano en la antigüedad, que derivaban el término de 'ligare' (ligar, atar, unir), intensificado con el prefijo 're-'. Lactancio, por ejemplo, defiende que la religión es un vínculo de piedad que nos religa a la divinidad: uinculo pietatis obstricti et religati sumus: con el vínculo de la piedad estamos sujetos y religados.
Pero el término religio es anterior al cristianismo y es, por lo tanto, pagano y, a la vez, latino en el sentido de que no tiene correspondencia exacta en ninguna de las otras lenguas indoeuropeas hermanas.
Si examinamos, como hace Benveniste, los usos antiguos del término “religio” y su adjetivo “religiosus”, vemos que el primero significa 'escrúpulo' y su adjetivo, por lo tanto, 'escrupuloso'.
La acción de re-ligare es en latín re-ligatio (no re-ligio), paralelamente a como la acción de ob-ligare, que es otro compuesto del mismo verbo, es ob-ligatio, términos que hemos heredado ambos en castellano: religación y obligación.
La etimología del término “religión” se discute desde la antigüedad. Los antiguos no se ponían de acuerdo, y los modernos seguimos estando divididos. En lo único que se ponen de acuerdo ambas explicaciones es en que el prefijo re- sirve para intensificar la acción del verbo en ambos casos.
Un romano culto como Cicerón nunca relacionó el término religio con ligare, sino con legere (recoger, de donde nos viene a nosotros 'leer' como cosecha de letras). Este es el texto de Cicerón (De natura deorum, 28, 72): "Por otra parte, a quienes volvían a tratar con diligencia (diligenter) y -por así decirlo- 'releían' (relegerent) todo lo referente al culto de los dioses, se les llamó 'religiosos' (religiosi), de 'releer' (relegendo) (como 'elegantes' de 'elegir', 'diligentes' de 'mostrar diligencia', porque en todas esas palabras se alberga el mismo sentido de 'recoger' que se halla presente en 'religioso' "(qui autem omnia quae ad cultum deorum pertinerent diligenter retractarent et tamquam relegerent, i sunt dicti religiosi ex relegendo, tamquam elegantes ex eligendo, tamquam ex diligendo diligentes, ex intellegendo intellegentes; his enim in uerbis omnibus inest uis legendi eadem quae in religioso).
Connotaciones monoteístas: Y es que es inevitable que la figura de Dios sea masculina, patriarcal y monárquica en nuestro mundo, pero además el arzobispo de York y primado de Inglaterra olvidó que Dios es uno, es decir, que no hay más que un único y sólo Dios en la actualidad, aunque tenga diversos nombres como Dolar, Euro -una vez desaparecidos los diosecillos paganos Franco, Peseta, Lira, Marco...- Rublo o Yuan, porque estamos en un sistema monoteísta donde el creador y padre de todas las cosas y personas es Don Dinero, como le bautizó Quevedo, algo que sin duda le había pasado desapercibido al arzobispo de York, más preocupado por cuestiones mundanas como el funcionamiento de su propia iglesia, las uniones homosexuales, que se bendicen pero no se casan todavía, y el lenguaje políticamente corregido en cuestiones genéricas que por la teología y religión.