miércoles, 13 de agosto de 2025
Doctores tiene la Ciencia
martes, 14 de noviembre de 2023
Información y desinformación
Puede decirse sin gran escándalo que para describir la realidad social acierta más la ciencia-ficción que la sociología o ciencia propiamente dicha de la sociedad.
Así, por ejemplo, Fahrenheit 451 la novela que Ray Bradbury escribió en 1953, cuyo título alude a la temperatura a la que arde el papel impreso, reflejó muy bien la represión de la censura y las quemas de libros que a lo largo de la historia se han venido produciendo.
Guy Montag, el personaje principal de la novela, encarnado en la película magistral que tanto me impresionó la primera vez que la vi, de François Truffaut (1966)por el actor Oskar Werner, es el bombero que en lugar de apagar fuegos se dedica a provocarlos quemando libros porque hacen pensar y, al hacer pensar, alejan a los hombres de la felicidad. Pero en realidad es un bombero que apaga otros fuegos, los de la inteligencia.
Pero si tomamos a Guy Montag, independientemente de la evolución que sufre a lo largo de la película que lo lleva a amar los libros que quemaba, como representante de la represión y de la censura del pensamiento, podemos decir que Guy Montag hoy no es sólo el censor, sino el que trabaja en la producción de noticias, es decir, el periodista que inunda a la gente con una ingente cantidad de informaciones de arriba, provenientes de las altas esferas de la política y de la realidad.
Aunque ha cambiado la táctica, el objetivo sigue siendo el mismo: imponer las verdades oficiales, la versión autorizada y políticamente correcta del relato único y hegemónico, y tachar las contrainformaciones como fake news, reduciendo drásticamente la comunicación, que es la puesta en común de lo que pasa aquí abajo, saturar el deseo de saber con noticias de la realidad que, ficticia e impuesta como es, acaban siendo siempre esencialmente falsas.
Distinguen los ingleses entre los conceptos de misinformation y disinformation. Ambos términos suelen traducirse a nuestra lengua como 'desinformación' sin más, pero hay un matiz importante en ellos que es la intencionalidad: disinformation es información falsa difundida deliberadamente adrede, sabiendo su falsedad, mientras que misinformation es información errónea que se difunde inconscientemente como verdadera. El resultado es el mismo, pero no la intencionalidad.
Ahora, por ejemplo, sabemos que las vacunas de ARN mensajero contra la enfermedad del virus coronado cosecha 2019 no eran seguras ni eficaces como se nos repitió hasta la saciedad. Se trataba, por lo tanto, de una desinformación o información falsa: ¿misinformation o disinformation? ¿Tenían los laboratorios y los gobiernos la intención de engañarnos o lo hicieron sin querer porque confiaban en la bondad de sus productos?
La sociedad actual no se caracteriza por el déficit de información, sino por el superávit. No se nos sustraen las noticias, se nos ofrecen hasta límites insospechados de hipertrofia, prueba de ello es que los canales televisivos y la Red Informática Universal están emitiendo las veinticuatro horas del día, y que apenas quedan zonas en el planeta que no tengan cobertura a donde no lleguen.
miércoles, 12 de abril de 2023
Bakunin y la biología
sábado, 21 de enero de 2023
La Ciencia, nueva religión.
jueves, 17 de febrero de 2022
Del triunfo y victoria de la Ciencia
La ciencia progresa que es una barbaridad, como decía el otro, pero el progreso de la ciencia consiste en mejorar sus explicaciones con la pretensión de llegar a una explicación que sea definitiva y verdadera para lo que debe contradecirse constantemente, tarea inacabable. Las cosas necesitan explicaciones y de buscarlas se encarga la ciencia, pero esas explicaciones no se encuentran en las cosas mismas, sino en el lenguaje que habla de ellas. La causa -origen de nuestra palabra cosa- "es algo siempre escurridizo, que nunca deja de resbalar entre pertenecer a la esplicación (sic) de las realidades o pertenecer a las realidades que ella esplica (sic)", como dice Agustín García Calvo en los prolegómenos a su traducción de De rerum natura de Lucrecio. De ahí que se recurra a la multicausalidad, es decir, en lugar de buscar una única causa supuestamente verdadera se presentan varias causas que se saben esencialmente falsas para no dejar las cosas sin explicación. Pero el problema no reside en encontrar la causa, sino la cosa, que se da por supuesta, o sea, que suponemos que está ahí, independientemente de la palabra que la nombra y que la crea. Y eso es mucho suponer.
El triunfo de la Ciencia, Jordan Henderson
Jordan Henderson se hace eco en dos de sus obras del triunfo y de la victoria de la Ciencia, con mayúscula como corresponde a su apoteosis, ya que es la nueva Religión, sobre la libertad y la verdad respectivamente. En primer lugar, el Triunfo de la Ciencia, en el que una alegoría de la Ciencia, personificada como una mujer con bata blanca, mascarilla, guantes y gafas sanitarias y una espada ensangrentada ha cortado la cabeza a otra y la enarbola con su mano derecha recordándonos la escultura de Perseo con la cabeza de Medusa de Benvenuto Cellini.
La mujer, que yace decapitada en el suelo y que es pisoteada por la Ciencia, es, según el artista, Libertas, una vieja diosa romana que personifica la Libertad. El aura de luz que desprende su cabeza, ese sol luminoso, subraya la idea de triunfo. Un pie de la Ciencia triunfante pisa a la Libertad, que llevaba en la mano un bastón con un gorro frigio -de color rojo, como el de los libertos en la antigüedad, y los revolucionarios franceses en la edad moderna. Con el otro pie la Ciencia pisotea una serpiente que, enroscada sobre el báculo de Asclepio o Esculapio representa la vieja medicina curativa que también ha sido derrotada, al igual que la libertad. Un gato con el lomo erizado contempla, como nosotros, el horror de la escena.
La Victoria de la Ciencia, Jordan Henderson
En
segundo lugar, la
Victoria de la Ciencia. El
mismo motivo: una mujer con las mismas características que la otra,
sólo que ahora levanta su espada ensangrentada, pisotea a otra, a
la que ha decapitado, y que representa a VERITAS, la Verdad en
latín. Si alguien se pregunta por qué estas alegorías de la ciencia, la libertad y la verdad son mujeres, se debe sin duda a que en latín los tres términos eran de género gramatical femenino SCIENTIA, LIBERTAS Y VERITAS, género gramatical arbitrario que conservan en castellano. Un papel en sus manos lleva escrita la palabra TRUTH para que
no quepa duda de que lo que ha vencido la Ciencia es la verdad, por
lo que podemos reinterpretar esta alegoría como el triunfo de la
mentira. La Victoria resulta más macabra y terrorífica, si cabe, que el Triunfo porque no tiene como trasfondo un paisaje natural. La sangre también abunda más tanto en el suelo como en la bata blanca. La mujer con la bata blanca no sólo representa en ambos cuadros el triunfo y la victoria de la Ciencia, como dice el título de los lienzos, sino que sugiere además que el crimen se ha cometido en nombre de la medicina y la sanidad.
Viene a decirnos con estos dos óleos el artista que la Ciencia no es ni liberadora ni verdadera, sino todo lo contrario: se alza sobre los cadáveres de la Libertad y de la Verdad, que han sido asesinadas y son por ella pisoteadas. No tiene ningún sentido contraponer Ciencia y Religión, porque la Religión del siglo XXI es la Ciencia, y de la nueva fe religiosa se puede decir, como de la vieja, que es el opio del pueblo, y que en nombre de ella, como dijo Lucrecio, se han cometido "scelerosa atque impia facta", acciones criminales y despiadadas.
jueves, 3 de febrero de 2022
"¡A ver si vas a saber tú más que la Ciencia!"
La Ciencia ha sustituido en la actualidad a la religión y, como ella, exige la devoción de sus fieles y feligreses a los que constriñe con sus prescripciones.
Al igual que las religiones del libro -cristianismo, judaísmo e islamismo-, basadas en un texto sagrado, sea la Biblia o el Corán, la Ciencia se presenta revelada en publicaciones científicas, de revistas especializadas, artículos que han sido revisados por pares, es decir, por otros expertos que corroboran lo que dicen las escrituras de sus colegas, que luego es divulgada, como hemos visto a lo largo de la presente crisis sanitaria, para hacerla más accesible a las masas, por los periodistas, que se dedican a propagar los estudios científicos, haciéndolos 'asequibles'.
Cientos y miles de artículos escritos por expertos en la materia de tal o cual Universidd, publicados en tal o cual revista científica y avalados por pares, validan sus hipótesis como si fueran la verdad divina revelada por Dios mismo, olvidando el carácter provisional, no dogmático, hipotético y siempre provisional, sujeto a revisión y discusión que la ciencia, con minúscula, debe tener.
Lacan, en la citada entrevista, se desentiende olímpicamente de la ciencia oficial “que tiene sus altares en los laboratorios”, y muestra su preferencia por la ciencia-ficción, que considera la única ciencia verdadera. No creo que sea una boutade del genial psiquiatra y psiconalista francés: Novelas como '1984' de George Orwell o 'Un mundo feliz' de Aldoux Huxley, las dos grandes distopías literarias del siglo XX, o películas como 'Matrix' (1999), dan cuenta mejor de la realidad del mundo que vivimos que muchos tratados sociológicos en el ámbito de las ciencias sociales.
En la citada entrevista afirma Lacan a propósito de los científicos: En sus laboratorios asépticos, en sus batas almidonadas, esos viejos chiquillos que juegan con cosas desconocidas, fabricando aparatos cada vez más complicados e inventando fórmulas cada vez más oscuras, comienzan a preguntarse lo que podrá venir mañana, a dónde nos llevarán finalmente sus investigaciones siempre novedosas.
En fin, yo me pregunto ¿y si fuera demasiado tarde?
Los biólogos se lo preguntan hoy, o los físicos, los químicos. Para mí, están locos. Aunque ya están en el proceso de cambiarle el rostro al universo, sólo ahora, en el presente se les ocurre preguntarse si por casualidad esto no podría ser peligroso
¿Y si todo saltara? ¿Si las bacterias cultivadas tan amorosamente en los blancos laboratorios se transformaran en enemigos mortales?
¿Y si el mundo fuera barrido por una horda de estas bacterias con toda la mierda que lo habita, comenzando por esos sabios de los laboratorios?