Sorprende que el pueblo
español, tan católico como se suele decir que es, haya creado proverbios tan poco católicos como:
"Fíate de la Virgen y no corras". Viene a decir este refrán que en los
peores lances de nuestra vida debe uno fiarse más del propio esfuerzo que no de
las instancias superiores de la divina providencia, en este caso de la Virgen
María, que es la madre del cordero, o sea de Jesucristo, es decir del mismísimo Dios, y de toda
la humanidad doliente.
Pero hay muchos más refranes auténticamente
populares, heréticos y blasfemos, generalmente anónimos en nuestro refranero que cuestionan la figura de Dios, tanto su
omnipotencia como su bondad, y, por supuesto, la de su iglesia católica,
apostólica y romana, con todos sus clérigos y ministros dentro. Del amplio repertorio
escojo al azar algunos botones como muestra que, como veréis, tienen su gracia:
Cosas hace Dios cada día
que el Diablo no las haría.
Cuesta abajo, ayudan
todos los santos; cuesta arriba, ni Dios ni Santa María.
Dios y el cucho pueden
mucho.
Variante: Dios puede mucho; pero puede más el cucho (el abono, o
sea, la mierda, que no deja de ser según la interpretación freudiana una metáfora del dinero).
Lo bueno, Dios lo lleva;
y lo malo, acá se queda.
Todo es como Dios
quiere, mas no como debe.
Quien a Roma fue, perdió
la Fe.
Beatas, el Diablo las
desata.
Variante: Las beatas tienen el Diablo entre las patas.
Ir romera y volver
ramera.
Variantes: Muchas van en romería que paran en ramería.
-Muchas
van romeras que vuelven rameras.
-Romerías, ramerías.
-Romerías y ramerías van
por una vía.
(Más que un juego de palabras “romera”/”ramera”, hay que decir que
“romeras” son las que se ponen literalmente en peregrinación para ir a Roma, es
decir, las que van a alguna festividad religiosa, que eso eran las romerías por
estos pagos en otros tiempos; y claro iban en plan vírgenes beatas y volvían desvirginadas).
La cruz en los pechos y
el Diablo en los hechos.
Ayunen los santos, que
no tienen tripas.
Cerca de la Iglesia,
lejos de Dios.
Muchos que santos
tragan, diablos cagan.
Variante: Tragasantos, cagadiablos.
Abad que fue monacillo
(es decir, monaguillo), bien sabe quién se bebe el vinillo.
Variante: El
que fue monacillo, y después abad, sabe lo que hacen los mozos tras del altar.
(La
variante de este refrán deja el campo abierto a otras muchas
insinuaciones,
no sólo a beberse el vino consagrado, sino quizá también a comerse las
hostias
sobrantes remojadas en él, sin haber confesado previamente, lo que no
deja de ser un sacrilegio. Y una vez puestos y desinhibidos gracias al
poder de la sangre
de Cristo, quién sabe a qué otros menesteres se entregaría el carcamal
del sacerdote con el monaguillo en la intimidad de la sacristía a la
hora de desvestirse tras la
santa misa, cuando ya se había quedado vacía la iglesia).
Detrás de la Cruz, el
Diablo.
No es el Diablo tan feo
como le pinta el miedo.
Y no podía faltar esta célebre redondilla, anónima y popular, en
este repertorio, sobre el bando en el que está Dios, siempre con la
mayoría, no con la mejoría o mejor parte, porque esta suele estar en
minoría, basada en la batalla de Guadalete (711 d. de C.) entre moros y
cristianos:
Vinieron los sarracenos
y nos
molieron a palos,
que Dios ayuda a los malos
cuando son más que los buenos.
Variante: Llegaron los sarracenos
y nos
molieron a palos,
que Dios bendice a los moros
si son más que los cristianos.
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