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lunes, 13 de mayo de 2024

Refranes contra la guerra

1.- La guerra no vemos y ya la tenemos. Supongo que se refiere a que sin darnos cuenta ya tenemos la guerra encima, o más profundo todavía, que no hay tanta diferencia entre la paz y la guerra y que por lo tanto, orgüelianamente, war is peace, y viceversa: peace is war. Me recuerda a Calino de Éfeso (En paz creéis estar pero la guerra domina toda la tierra) y a Heraclito: "La guerra es el padre de todas las cosas..." (Pólemos, que es el nombre de la guerra en griego, tiene género gramatical masculino, de ahí que sea el padre y no la madre, pero en el fondo viene a ser lo mismo).
 
2.- Quien guerra quiera, en ella muera. Sin muchos comentarios. A nosotros, los de abajo, nos gustaría ver cómo los de arriba, esos que tanto nos llaman ahora a las armas, están dispuestos, ellos y sus hijos, a morir en ella los primeros. 
 
 
 
 
3.- No quiero matar a Alí, ni que Alí me mate a mí. Expresión popular de quien no quiere la guerra y, por lo tanto, no quiere matar ni quiere morir en defensa de la patria o de cualesquiera otras ideas. El nombre de Alí quizá nos retrotrae a las guerras de religión entre moros y cristianos, por lo que sería la expresión de un cristiano que no quiere ni matar a los moros ni que los moros lo maten a él. 
 
4.- Cuando Marte llama a la lid, Minerva se echa a dormir. No es un refrán popular propiamente dicho, sino culto por las alusiones mitológicas a la cultura clásica que conlleva: Marte para los antiguos romanos era el dios de la guerra, minimizada aquí con el nombre de “lid”, y Minerva la diosa de la sabiduría, por lo que en la vieja disputa entre las armas y las letras viene a decir este refrán que en época de guerra, no se cultivan las letras, o las letras enmudecen, o como dice el siguiente, con palabras más comunes:
 
5.-...Cuando truenan los cañones, no se escuchan (o no hay oídos para o enmudecen) las razones. No se olvide el lema de ultima ratio regum, la "última razón de los reyes", que Luis XIV, el rey de la Francia al que se atribuye la identificación con el Estado ("El Estado soy yo") mandó grabar en sus cañones para dar a entender que la fuerza bruta de la bomba era el último argumento del poder, y el primero también de algún modo, dada la amenaza que supone recurrir a la razón de la fuerza  más que a la fuerza de la razón a cañonazos. Precisamente fue la invención y el desarrollo de esta terrible arma, el cañón, lo que permitió a los poderosos del mundo mantener su dominio. 
 
 
6.- Al hombre la espada, a la mujer la rueca. ¡Cómo han cambiado los tiempos, madre mía! La espada, ese símbolo fálico, ya no es atributo de los caballeros andantes, sino también de las damas, que, haciendo realidad el mito de las amazonas o mujeres guerreras de la antigüedad, que prescindían de los varones porque ellas mismas se habían varonizado y adquirido varonilidad, por así decir, so pretexto de no discriminación sexual, se equiparaban así a los varones y tomaban la espada voluntariamente abandonando la rueca y el telar. Resulta curioso, a propósito, cómo se ha democratizado la guerra y cómo se está planteando en la vieja Europa, raptada por el toro bravío de lidia de la OTAN, la conveniencia de volver al servicio militar obligatorio, sin discriminación sexual: es decir al reclutamiento forzoso de hombres y mujeres en edad de empuñar las armas como sucede en el Estado modélico de Israel. 
 
7.- Las armas tienen por objeto y fin la paz, que es el mayor bien que los hombres pueden desear en esta vida. Más que un refrán, es una cita literaria del ilustre don Miguel de Cervantes.Saavedra (1547-1616), olvidando que el mayor genio de nuestras letras no está diciendo "esta boca es mía", sino retratando al ridículo, entrañable y loco personaje de don Quijote, que evoca, por su parte, sin citarlo por su nombre propio, al filósofo Aristóteles que tanto daño ha hecho a la humanidad escribiendo en su Política (Libro VII, 1334a) por ejemplo “El fin de la guerra es la paz» (Literalmente: τέλος γάρ, ὥσπερ εἴρηται πολλάκις, εἰρήνη μὲν πολέμου, σχολὴ δ᾽ ἀσχολίας:  Pues la finalidad, como se dice muchas veces, de la guerra es la paz, y el ocio del negocio, donde viola el principio lógico de no contradicción que formuló en otra ocasión. Sigue Cervantes, pero no es el manco ilustre de Lepanto, sino su loco don Quijote, diciendo: “Esta paz es el verdadero fin de la guerra, que lo mesmo es decir armas que guerra.” 
 
 

 

jueves, 4 de noviembre de 2021

Refranes populares españoles anticlericales

    Sorprende que el pueblo español, tan católico como se suele decir que es, haya creado proverbios tan poco católicos como: "Fíate de la Virgen y no corras". Viene a decir este refrán que en los peores lances de nuestra vida debe uno fiarse más del propio esfuerzo que no de las instancias superiores de la divina providencia, en este caso de la Virgen María, que es la madre del cordero, o sea de Jesucristo, es decir del mismísimo Dios,  y de toda la humanidad doliente.  
    Pero hay muchos más refranes auténticamente populares, heréticos y blasfemos, generalmente anónimos en nuestro refranero que cuestionan la figura de Dios, tanto su omnipotencia como su bondad, y, por supuesto, la de su iglesia católica, apostólica y romana, con todos sus clérigos y ministros dentro. Del amplio repertorio escojo al azar algunos botones como muestra que, como veréis, tienen su gracia:

Cosas hace Dios cada día que el Diablo no las haría.

Cuesta abajo, ayudan todos los santos; cuesta arriba, ni Dios ni Santa María.

Dios y el cucho pueden mucho.  
Variante: Dios puede mucho; pero puede más el cucho (el abono, o sea, la mierda, que no deja de ser según la interpretación freudiana una metáfora del dinero).

Lo bueno, Dios lo lleva; y lo malo, acá se queda.

Todo es como Dios quiere, mas no como debe.

El que quiera ver por dentro de un cristiano, que mate a un marrano.


Quien a Roma fue, perdió la Fe.

Beatas, el Diablo las desata.  
Variante: Las beatas tienen el Diablo entre las patas.

Ir romera y volver ramera.  
Variantes: Muchas van en romería que paran en ramería.
-Muchas van romeras que vuelven rameras.
-Romerías, ramerías.
-Romerías y ramerías van por una vía. 
(Más que un juego de palabras “romera”/”ramera”, hay que decir que “romeras” son las que se ponen literalmente en peregrinación para ir a Roma, es decir, las que van a alguna festividad religiosa, que eso eran las romerías por estos pagos en otros tiempos; y claro iban en plan vírgenes beatas y volvían desvirginadas).

La cruz en los pechos y el Diablo en los hechos.

Ayunen los santos, que no tienen tripas.

Cerca de la Iglesia, lejos de Dios.

Muchos que santos tragan, diablos cagan.  
Variante: Tragasantos, cagadiablos.

Abad que fue monacillo (es decir, monaguillo), bien sabe quién se bebe el vinillo.  
Variante: El que fue monacillo, y después abad, sabe lo que hacen los mozos tras del altar. 
(La variante de este refrán deja el campo abierto a otras muchas insinuaciones, no sólo a beberse el vino consagrado, sino quizá también a comerse las hostias sobrantes remojadas en él, sin haber confesado previamente, lo que no deja de ser un sacrilegio. Y una vez puestos y desinhibidos gracias al poder de la sangre de Cristo, quién sabe a qué otros  menesteres se entregaría el carcamal del sacerdote con el monaguillo en la intimidad de la sacristía a la hora de desvestirse tras la santa misa, cuando ya se había quedado vacía la iglesia).

  Detrás de la Cruz, el Diablo.

No es el Diablo tan feo como le pinta el miedo.
 
Y no podía faltar esta célebre redondilla, anónima y popular,  en este repertorio,  sobre el bando en el que está Dios, siempre con la mayoría, no con la mejoría o mejor parte, porque esta suele estar en minoría,  basada en la batalla de Guadalete (711 d. de C.) entre moros y cristianos:

Vinieron los sarracenos
 y nos molieron a palos, 
 que Dios ayuda a los malos 
 cuando son más que los buenos.

Variante: Llegaron los sarracenos
 y nos molieron a palos, 
 que Dios bendice a los moros
 si son más que los cristianos.

lunes, 1 de noviembre de 2021

Refranero popular castellano latinizado de don Juan de Iriarte (y II)

También versificó don Juan de Iriarte algunos refranes castellanos en impecables dísticos elegíacos de hexámetro y pentámetro dactílicos, a modo de epigramas, entre los que destaco los siguientes:


Retrato alegórico de Juan de Iriarte 

Caballo que ha de ir a la guerra, 
no le come el lobo ni le aborta la yegua. 
 
Quisquis equus bellum debet periturus adire,
nec lupus hunc mandit,     hunc nec abortat equa.

oOo

El gaitero de Bujalance, 
un maravedí porque empiece, y diez porque acabe.
 
Unum tibicen malus, ut canat, accipit assem; 
at canere ut cesset     postulat ille decem.
 
oOo

El mozo por no saber, y el viejo por no poder, 
dejan las cosas perder.
 
Perdere cuncta solent pariter iuuenisque senexque,
quo rudis est iuuenis    inualidusque senex.

 Quien a médicos no cata / o escapa o Dios lo mata, / quien a ellos se ha entregado, / un verdugo y bien pagado.
 
Qui medicum uitat sanatur, obitue benigne;
qui uocat, is carum    uolt sibi carnificem.
 
 oOo

Pasó Pudiste, vino Querrás; entonces no quisiste, ahora no podrás.
 
Posse abiit, iam Velle uenit; cum posse licebat, 
nolueras, cum uis    iam nihil ipse potes. 
 
oOo

Pon lo tuyo en concejo: uno dirá que es blanco, otro que es bermejo.
 
Consilio rem, Prisce, tuam propone uidendam:
dixerit hic albam,     dixerit ille rubram.
 
oOo

Cuando lo busco nunca lo veo; 
cuando no lo busco, hételo aquí luego.
 
Nusquam repperio, quaeram licet undique, Sextum:
cum minime quaero,     tum mihi Sextus adest.

sábado, 30 de octubre de 2021

Refranero popular castellano latinizado de don Juan de Iriarte (I)

    De don Juan de Iriarte, el tío del célebre fabulista don Tomás de Iriarte, conservamos un manojo de refranes del acervo popular castellano que él versificó en latín; ofrezco aquí en esta primera entrega una pequeña pero no por ello poco significativa muestra de aquellos decires del pueblo castellano que me parece que mejor recogen esa sabiduría popular que es el escepticismo que pone en solfa y en duda todos los saberes. Iriarte convierte las diecinueve paremias castellanas elegidas en un hexámetro dactílico de perfecta factura cada una

Al que de miedo se murió, cagajones le hacen la sepultura. 
Cui timor interitum, merdae fecere sepulcrum. 

A quien no está hecho a bragas, las costuras le hacen llagas. 
Aspera inassuetas laedunt femoralia carnes. 

 ¿Adónde irá el buey que no are? 
 Bos ubinam, quocumque migret, uitabit aratrum?


El buey traba del arado, mas no de su grado. 
Bos equidem terrae, at non sponte, infigit aratrum.

El corcobado no ve su corcoba, sino la ajena.
Aspicit alterius sed non sua tubera gibber.

El pez que busca el anzuelo busca su duelo.
Hamum qui captat, captat sua funera piscis.

El que no duda no sabe cosa alguna.
Qui nullus dubitat, rem nullam, credito, callet.

En los nidos de antaño no hay pájaros hogaño. 
Hic ueteres annus uacuos uidet alite nidos. 

Ese es rey, que no vio rey.
Regia qui nunquam uidit diademata, rex est.

La cárcel y la cuaresma para los pobres es hecha.
Pauperibus carcer et quadragesima nata est. 

Más hiere mala palabra que espada afilada.
Vox male dicentis gladio plus saeuit acuto.

Mudanza de tiempos, bordón de necios.
Maxima stultorum spes est mutatio rerum.

No hay mal que por bien no venga.
Nil uenit aduersum quod non in prospera cedat.

Para ser puta y no ganar nada, más vale ser mujer honrada.
Praestiterit castam, quam gratis uiuere moecham.


Por miedo de gorriones no se dejan de sembrar cañamones.
Cannabis haud unquam satui gula passeris obstat.

Por tu ley, y por tu rey y por tu grey, y por lo tuyo morirás.
Pro sacris, pro rege mori fas est, pro gregre, pro re.

Quien a otro sirve no es libre.
Qui famulatur hero, non est, mihi credite, liber.

Quien canta sus males espanta.
Qui canit, ipse suo fugat infortunia cantu.

Uno y ninguno, todo es uno.
Unus homo et nullus numero censetur eodem.