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jueves, 4 de noviembre de 2021

Refranes populares españoles anticlericales

    Sorprende que el pueblo español, tan católico como se suele decir que es, haya creado proverbios tan poco católicos como: "Fíate de la Virgen y no corras". Viene a decir este refrán que en los peores lances de nuestra vida debe uno fiarse más del propio esfuerzo que no de las instancias superiores de la divina providencia, en este caso de la Virgen María, que es la madre del cordero, o sea de Jesucristo, es decir del mismísimo Dios,  y de toda la humanidad doliente.  
    Pero hay muchos más refranes auténticamente populares, heréticos y blasfemos, generalmente anónimos en nuestro refranero que cuestionan la figura de Dios, tanto su omnipotencia como su bondad, y, por supuesto, la de su iglesia católica, apostólica y romana, con todos sus clérigos y ministros dentro. Del amplio repertorio escojo al azar algunos botones como muestra que, como veréis, tienen su gracia:

Cosas hace Dios cada día que el Diablo no las haría.

Cuesta abajo, ayudan todos los santos; cuesta arriba, ni Dios ni Santa María.

Dios y el cucho pueden mucho.  
Variante: Dios puede mucho; pero puede más el cucho (el abono, o sea, la mierda, que no deja de ser según la interpretación freudiana una metáfora del dinero).

Lo bueno, Dios lo lleva; y lo malo, acá se queda.

Todo es como Dios quiere, mas no como debe.

El que quiera ver por dentro de un cristiano, que mate a un marrano.


Quien a Roma fue, perdió la Fe.

Beatas, el Diablo las desata.  
Variante: Las beatas tienen el Diablo entre las patas.

Ir romera y volver ramera.  
Variantes: Muchas van en romería que paran en ramería.
-Muchas van romeras que vuelven rameras.
-Romerías, ramerías.
-Romerías y ramerías van por una vía. 
(Más que un juego de palabras “romera”/”ramera”, hay que decir que “romeras” son las que se ponen literalmente en peregrinación para ir a Roma, es decir, las que van a alguna festividad religiosa, que eso eran las romerías por estos pagos en otros tiempos; y claro iban en plan vírgenes beatas y volvían desvirginadas).

La cruz en los pechos y el Diablo en los hechos.

Ayunen los santos, que no tienen tripas.

Cerca de la Iglesia, lejos de Dios.

Muchos que santos tragan, diablos cagan.  
Variante: Tragasantos, cagadiablos.

Abad que fue monacillo (es decir, monaguillo), bien sabe quién se bebe el vinillo.  
Variante: El que fue monacillo, y después abad, sabe lo que hacen los mozos tras del altar. 
(La variante de este refrán deja el campo abierto a otras muchas insinuaciones, no sólo a beberse el vino consagrado, sino quizá también a comerse las hostias sobrantes remojadas en él, sin haber confesado previamente, lo que no deja de ser un sacrilegio. Y una vez puestos y desinhibidos gracias al poder de la sangre de Cristo, quién sabe a qué otros  menesteres se entregaría el carcamal del sacerdote con el monaguillo en la intimidad de la sacristía a la hora de desvestirse tras la santa misa, cuando ya se había quedado vacía la iglesia).

  Detrás de la Cruz, el Diablo.

No es el Diablo tan feo como le pinta el miedo.
 
Y no podía faltar esta célebre redondilla, anónima y popular,  en este repertorio,  sobre el bando en el que está Dios, siempre con la mayoría, no con la mejoría o mejor parte, porque esta suele estar en minoría,  basada en la batalla de Guadalete (711 d. de C.) entre moros y cristianos:

Vinieron los sarracenos
 y nos molieron a palos, 
 que Dios ayuda a los malos 
 cuando son más que los buenos.

Variante: Llegaron los sarracenos
 y nos molieron a palos, 
 que Dios bendice a los moros
 si son más que los cristianos.