La variante Delta Plus, la última versión actualizada del proteico virus coronado, es mucho más infecciosa y alarmante que la mera variante Delta, como ya sugiere su apellido "plus", y además es inmuno-resistente a las vacunas, incluidas terceras dosis (y cuartas en el caso de Israel), lo que puede elevar el número de contagios a terroríficas cifras de seis ceros en todo el mundo, hecho que preocupa y quita el sueño a nuestras autoridades, empeñadas como están en salvar como sea las vidas de sus votantes y contribuyentes económicos al sostenimiento del sistema.
Aun así, nuestro amado presidente del gobierno debe pensar que la clave está en huir hacia delante -progreso siempre, regreso nunca parece ser su lema, esto no lo ha dicho él, lo digo yo-, continuando, esto sí lo ha dicho, 'con esta estrategia de vacunación tan existosa en nuestro país con toda humildad y toda prudencia', ha resaltado las últimas palabras “humildad” y “prudencia” como si quisiera curarse en salud con ellas, proponiendo una dosis adicional a los mayores de sesenta años y a todos los sanitarios y sociosanitarios independientemente de su edad, y generalizándose lo más probable a partir de enero a todo el mundo.
La incidencia acumulada de los nuevos casos se acelera hacia una vertiginosa cúspide diseñando una curva difícil de aplanar, y las autoridades, ante este repunte inesperado y astronómico de brotes de contagios, buscan herramientas para contener el avance de los casos sin tener que decretar restricciones impopulares que vuelvan a limitar la vida de toda la población.
Hurgando en narices ajenas
Pero millones de personas, tanto si están vacunadas como si no, poco importa su estado vacunal, están en peligro de contagiarse o de haberse contaminado ya sin percatarse.
A la nueva mutación también se la conoce como "variante asintomática" o 'symptomless variant' en la lengua del Imperio (técnicamente AY.4.2), porque no provoca síntomas.
Su peligro, por lo tanto, radica en que uno puede haber contraído el virus, enfermar y ni siquiera darse cuenta, porque, en el caso de estar vacunado con la pauta completa, piensa que está protegido, dejando completamente abierta la transmisión de dicha variante a otras personas que ni siquiera sospecharán que pueden haber contraído el virus que es como Proteo, el homérico Viejo del Mar que cambia de forma constantemente y no se deja definir ni atrapar, porque no tienen síntomas, pero de hecho tienen el virus como demuestra la prueba de reacción en cadena a la polimerasa (PCR en la lengua del Imperio) y lo están propagando irresponsablemente.
Una pesadilla de ciencia-ficción futuroide que nos brinda la virología que es, por si alguien no se había dado cuenta de ello todavía, nuestra nueva forma de fe científica y teología en la que creen a pie juntillas hasta los más furibundos ateos descreídos.
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