viernes, 23 de junio de 2023

Conjuro para queimada en la noche de san Juan

Revolviendo el aguardiente con el cazo, conjuramos, azuladas, a las lumbres del infierno, vivas, relampagueantes llamaradas. 
 
 
 Son las lenguas que nos lamen y nos hablan en silencio, y al conjuro, por la boca y por el culo sueltan, fétidos, dos pedos y un eructo.

Por la virgen malcasada con un viejo, por las viudas enlutadas; por las monjas de clausura siempre malenamoradas y las putas; 
 
por los vientres de solteras que no saben qué es el parto, que se secan sin dar fruto, putrefactos, por los virgos corrompidos de las viejas; 
 
por los perros malaspulgas que barruntan y pregonan cuando aúllan nuestra muerte, falsa cosa, y hombreslobo que le ladran a la luna;
 
 por los búhos y lechuzas, por los sapos y culebras, por las brujas malasbabas y beodas, por las meigas que no existen, y hay algunas,
 
 por los cuernos del cabrón, por las barbas y el hedor del gran chivo, que espantamos con el ajo y el crucifijo de plata, ¡vive Cristo!

¡Dios no quiera que esta noche ronde la Santa Compaña en redor de las brasas y las ascuas de esta hoguera y de su vivo resplandor! 
 
¡Que ardan en el aguardiente el pasado para siempre y el futuro! ¡Que el orujo traiga olvido de las cuitas y las pestes de este mundo!

Pues cuando este brebaje baje por nuestras gargantas y el gaznate, nos librará de la magia negra y de sus brujeriles malas artes.

¡Que se vayan los fantasmas, ánimas del purgatorio, muertos vivos! Y al tomar el bebedizo, ¡que se alejen males de ojo, maleficios, 
 
que se vayan al infierno blanco y negro, Dios y el Diablo, bueno y malo! ¡Que nos dejen, por lo tanto, libres del encantamiento y el engaño, 
 
en tan buena compañía como estamos, retozar hasta el alba, al amor del fuego, en paz, esta noche, nochecita de San Juan!

jueves, 22 de junio de 2023

¿Disolución de la Cámara Alta?

    Un simpatizante afín en parte al Partido Inexistente nos hace llegar esta reflexión ante las próximas convocatorias electorales:  Hagamos un pequeño ejercicio de imaginación: ¿Qué pasaría si en las próximas elecciones generales al abrir las urnas y proceder al recuento de votos aparecieran vacíos todos los sobres de las papeletas para el Senado?  La interpretación más lógica sería que los españoles no queremos senadores ni senatrices, por lo que debería, democráticamente hablando, disolverse la Cámara Alta. 

    Gramáticos tardíos latinos como Prisciano (siglo V) recogen el término 'senatrix', forma femenina de 'senator' (paralela a 'actor/actrix', 'imperator/imperatrix'...), no porque hubiera entonces mujeres en el Senado -cosa que no se verá hasta la modernidad- sino más bien porque era un procedimiento vivo mecánico que tenía la lengua de generar agentes femeninos sustituyendo el prefijo -tor por -trix. En cualquier caso, estos términos en la antigüedad, habida cuenta del nulo empoderamiento femenino, se entendían en primer lugar como “la mujer de...”. De ahí que, por ejemplo, senatriz de entenderse de alguna forma sería la mujer del senador, antes que la senadora propiamente dicha como se entiende en la modernidad, una vez equiparados el timbre masculino y femenino de la voz de mando.

    Si metemos, pues,  la papeleta del Senado en blanco y no sale ningún voto nominal, no podrá nombrarse a ningún senador ni senatriz. Tengamos en cuenta que países de nuestra órbita como Noruega, Suecia o Dinamarca no tienen Senado, y ni falta que les hace. Y no les va mal por eso, sino por el contrario. 

    Se trata, sin duda, de una cámara innecesaria, una rémora prescindible de los tiempos de Maricastaña, de cuando el imperio romano, por lo menos, que camuflaba al paso de sus legiones y el estandarte del águila la equiparación torticera del pueblo (POPVLVS) con sus gobernantes (SENATVS), como se hace hoy cuando se identifica al pueblo con el Estado o régimen que lo gobierna, bajo el estandarte de las siglas SPQR correspondientes a Senatus PopulusQue Romanus ('el senado y el pueblo romano'). 

    Los que propugnamos la disolución de esta cámara alta, que es sin duda una reminiscencia del consejo de ancianos de las antiguas gerontocracias, propugnamos también la abolición de la monarquía, que, además,  se encuentra en vías de extinción en casi todo el mundo en favor de regímenes republicanos. Parece que se trata de un proceso natural que nosotros podemos contribuir a acelerar. ¿Por qué tenemos nosotros, españoles, que mantener a 260 senadores y senatrices y una dinastía monárquica borbónica? 

 

    Si disolvemos el Senado, nos ahorraremos varios miles de millones de euros al año. También ahorraremos mucho aboliendo la pensión vitalicia de estos senadores y senatrices, Padres y Madres de la Patria, ya que los demás tenemos que trabajar, currar de verdad como cabrones, muchos más años que ellos para podernos jubilar. No tenemos nada que perder, salvo nuestras cadenas.

    Desde el Partido Inexistente, por nuestra parte,  añadimos la siguiente reflexión: ¿Por qué vamos a quedarnos simplemente ahí, reclamando la disolución del Senado y de la monarquía?

    Demos un paso más, y preguntémonos: ¿Por qué no hacemos extensiva esta protesta contra la Cámara Alta a todos los diputados y diputadas del Congreso? ¿Por qué vamos a querer reformar el sistema democrático vigente, disolviendo la Cámara Alta, cuando ambas cámaras han demostrado su insolvencia total e inoperancia? ¿No sería mejor prescindir de cualquier cámara alta o baja y de cualquier forma o régimen de gobierno tanto monárquico como republicano? 

 

    ¿Qué nos va a pasar si no tenemos gobierno? ¿Iba a pasarnos algo malo? No lo sabemos, pero sí sabemos a dónde nos ha llevado el hecho de tener gobiernos y el gobierno que tenemos. Lo otro, el caos y la anarquía que dicen los partidos existentes, no puede ser peor. Lo que nos está pasando es lo peor que podía sucedernos. Sólo tenemos una cosa que perder para librarnos de nuestras cadenas: el miedo a la libertad. Ni electores ni elegidos. Ni Cámara Alta ni Cámara Baja, camaradas. Ni Senado ni Congreso. Ni senadores ni senatrices. Ni diputados ni diputadas. Ni electores ni elegidos. Ni rey ni reina. El mejor gobierno: Ningún gobierno.

miércoles, 21 de junio de 2023

Pareceres (XXIII)

111.- Nadie nos representa. Nadie puede arrogarse nuestra representación: ni siquiera, por paradójico que parezca, nosotros mismos. Nos sirve a nuestro propósito el aforismo jurídico uiuentis non datur repraesentatio: no es posible la representación de una persona viva (lo mismo que no es posible recibir la herencia de alguien que no ha muerto todavía: uiuentis non datur hereditas).


 112- Un periodista norteamericano, de cuyo nombre no merece  la pena acordarse, impulsó desde 1967 una cruzada en las pequeñas pantallas norteamericanas para mostrarle a la gente lo que ésta quiere y tiene derecho a ver. El sedicente “periodista del pueblo” pasó de la simple conversación de temas escabrosos, donde el hombre y la mujer de la calle daban rienda suelta a sus pasiones y obsesiones en una espiral de exhibicionismo verbal y no verbal que parece no tener límites para el asombro ni contención, a la transmisión en directo de una operación de cirugía estética. Su última campaña: conseguir que la justicia de Estados Unidos apruebe la transmisión en vivo y en directo de las ejecuciones de los condenados a muerte, argumentando su carácter público ejemplar. ¿Qué más espectacular y ejemplar, en efecto, que la ejecución de un ser humano? Todos y cada uno de nosotros somos ejecutados públicamente todos los días, y no nos damos cuenta. Quizá la visión de un reo electrocutado en la silla eléctrica pueda servir de speculum que nos refleje a cada uno de nosotros, sentados en un sillón ante la pantalla de televisión, del ordenador o del móvil, da lo mismo, contemplando con horror la ejecución de un condenado a muerte, es decir: nuestra propia ejecución.


113.- La guerra no se justifica ya apelando a valores religiosos, sino políticos, que son un trasunto de los económicos, los que más valen y cuentan, pero eso se debe a que el dinero constituye la nueva y única religión de los que mandan y obedecen: una religión que no lo parece, un dios en el que todo el mundo cree, indiscutible. Por eso más que responder el mercado a las exigencias de los consumidores, los consumidores responden a las exigencias del mercado. Por eso, en esta economía que, según Ambrose Bierce definió para siempre como la venta de la vaca que no tenemos para comprar el barril de güisqui que no necesitamos, cotizan tanto los valores… bursátiles.

114.- Parece que lo único que les preocupa a algunas almas cándidas es que se les dispense un buen trato a los prisioneros, el trato humanitario, que dicen, no el hecho de que haya prisioneros, que es lo más inhumano que hay. Debe de parecerles muy caritativo a estas almas piadosas, que acaban resultando las más despiadadas, también que haya guerras; de hecho muchas veces las llaman misiones humanitarias o, rizando el rizo, como ha rebuznado el Rey de nuestro ruedo ibérico en un discurso oficial, “misiones de paz”. El ejército es para estas personas una oenegé (u Organización No Gubernamental) caritativa y humanitaria con pistolas, como ha regoldado un militar graduado con estrellas de muchas puntas.

 

115.- PSICOANÁLISIS. En vez de intentar fortalecer nuestra personalidad, deberíamos interesarnos en las técnicas de desintengración y disolución del ego, en disolverlo como una pastilla efervescente en un vaso de agua. Mi alma ansía diluirse como un comprimido, dejar de ser “mi alma”, mía y sólo mía, un alma individual y atómica, disolviendo su singularidad en el anonimato de la masa, en la fosa común del número plural. El individuo, como hemos formulado alguna vez, no nace, sino que se hace, y nunca es perfecto, nunca acaba de hacerse, ni tampoco de deshacerse. La desintegración del átomo que es el individuo personal masificado sería la bomba, la verdadera bomba de relojería atómica.

 

martes, 20 de junio de 2023

Invectiva contra Fernando Savater

 El filósofo oficial de todas las Españas,

el joven que escribió un panfleto contra el todo

y que acabó tragando por un tubo todo

aquello contra lo que ayer despotricara,

el intelectual orgánico y constitucional

y democrático, Fernando Savater,


que vota y recomienda el voto a progresistas

o a los conservadores, según gobiernen unos

o bien los otros, alternando en el poder,

denominó en su día despectivamente

a los indignados que acamparon en las plazas,

"hatajo", es decir, minúsculo rebaño,

"de mastuerzos", o, lo que es lo mismo, majaderos,

-otros decían perroflautas andrajosos-,

 argumentando con su ilógica verborrea

que eran muy poco representativos, ya

que no representaban, Dios los libre, a nadie

y no admitían que ni Dios los represente.

 

  Se indignaba así el ilustre catedrático

con los que se indignaban con lo que él encarna:

el conformismo con el orden establecido

y con el régimen democrático vigente

de dominación, el mal que dicen necesario

corroborando la necesidad del mal,

que él defiende como estómago agradecido

cebado por el Estado y por el Capital.

 

lunes, 19 de junio de 2023

El Estado es el enemigo del pueblo

    Los líderes ejercen el Poder. Resulta ridículo distinguir, como algunos pretenden, entre líderes positivos y negativos, entre buenos y malos gobernantes, como si el hecho de que hubiera mandamases fuera algo neutro, ajeno a las categorías morales del bien y del mal, categorías que solo tendrían sentido para juzgar sus acciones, no su existencia.   

    El líder positivo sería aquel que, por su visión, por las virtudes que cultiva, por el ejemplo que da a los demás sirve al bien común. El líder negativo, por el contrario, sería el que dirige a la sociedad hacia fines destructivos distorsionando todos los lazos sociales, actuando en beneficio propio o del medio al que pertenece, con lo que la democracia se convertiría en la dictadura individual u oligárquica más perfecta que no sería sentida como tal. 

Saturno devorando a un hijo, Rubens (1636)
 

    Hay quien dice que malos líderes los ha habido siempre, como siempre ha habido malos padres. Pero así como algunos justifican la existencia de los padres como una institución natural, vamos a decirlo así, valga la expresión, no se puede decir lo mismo de los líderes, que son una imposición social completamente innecesaria que no viene dada por ningún derecho natural. 

    El hecho de que los líderes políticos, una vez acabado su mandado gubernamental, migren al mundo de los negocios a través de lo que se ha dado en llamar puertas giratorias (traducción del inglés revolving doors) es bastante significativo, y revela la íntima relación que hay entre el Estado o sector público y el Mercado o sector privado, las dos caras de una misma moneda.

    El concepto de Estado, es cierto, siempre ha sido difícil de comprender, en sí mismo y en su relación con la sociedad. Antiguamente, apenas se distinguía de este último. Hoy el Estado es percibido, y experimentado, como una supraestructura separada de la realidad, que reúne en diferentes niveles a tecnócratas que alimentan un sistema en expansión y que viven de la vampirización del cuerpo social. 

Saturno devorando a uno de sus hijos, Goya (1823)
 

    El Estado democrático, que es la forma más perfecta de Estado, se ha convertido, con la ayuda poderosa del economicismo y el tecnocratismo, en ese cuerpo extraño que Bertrand de Jouvenel ya describió, contra la definición de Luis XVI (L'État, c'est moi: El Estado soy yo) con esta fórmula lapidaria: “el Estado son ellos”: L'État, c'est eux. Se refiere, sin duda, a los funcionarios del Estado, como si la cosa no fuera con todos y cada uno de nosotros: pero todos somos de algún modo funcionarios del Estado, es decir, de nosotros mismos, porque nosotros también somos el Estado: ese 'ellos' de Bertrand de Jouvenel somos nosotros mismos

    El Estado es el monstruo más frío de todos los monstruos, como dijo Nietzsche, cuya mentira radica en que quiere hacerse pasar por el pueblo, al que pretende sustituir. Eso que Nietzsche denomina “pueblo” hoy recibe el eufemismo de “sociedad civil”. Y es tal el divorcio existente entre los políticos profesionales y el común de los mortales, que los primeros se sienten como que no forman parte de la sociedad civil, de la que son ajenos.

    El Estado se ha convertido en un enemigo, incluso en el Enemigo por excelencia, el enemigo público número uno, el enemigo del pueblo. El Estado, fundido indisolublemente con el Mercado a estas alturas -sector público y sector privado, como dicen los pedantes-, ya no es la solución de los problemas, sino el principal problema que tenemos. 

    No es el padre bondadoso, papá Estado, del que todo se espera, sino el mal padre, suponiendo que haya padres buenos y malos, como los líderes. Es el padre que nos ha dado la vida y que nos la quita, por eso mismo, porque tiene ius uitae necisque como el viejo paterfamilias de los romanos, como hacía Saturno devorando a los hijos que le nacían, según la mitología clásica. 

Mordedura de amor, Laurie Lipton (2002)
 

domingo, 18 de junio de 2023

Ejercicios de jaicus (del taller de métrica)

    Si partimos del esquema rítmico que propone Agustín García Calvo en su monumental Tratado de rítmica y prosodia y de métrica y versificación para el jaicu japonés, que sería + - + - + / + - + - + - + / + - + - +, en el que "+" representa una sílaba tónica o marcada rítmicamente en principio con el acento y "–" una sílaba átona o no marcada, nos encontramos efectivamente con un esquema silábico 5 / 7 / 5, que es el que ordinariamente se reconoce en los jaicus, pero si tenemos en cuenta que en la métrica española los versos que acaban en final agudo cuentan como que tienen una sílaba más sobre las que tienen realmente, el esquema silábico rítmico del jaicu japonés sería en castellano 6 / 8 / 6, por lo que podríamos reescribirlo así, poniendo entre paréntesis la última sílaba átona: + - + - + (-) / + - + - + - + (-) / + - + - + (-). Sirvan estos ejemplos:
 
   Se levanta el viento / y comienza a susurrar, / rumoroso, el chopo. 
 
 Ando yo descalzo / por la playa; una ola / me ha besado el pie.
 
De repente España / se volvió  lo que fue siempre: / una gran prisión.
 
¡Qué pena que yo / para ganarme la vida / tenga que perderla! 

 
 Si en la democracia / un hombre es un voto, yo / soy un voto nulo.

 No queremos ser / ni electores ni elegidos: / nadie, nunca, nada. 
 
 Aunque el vendaval / derribó el cerezo, el viejo / tronco ya echa flor.  
 
Individuo no / se nace, sino que se hace / a la fuerza uno.
 
 No ha tardado, no. / Como lobo hambriento, está / vivo aquí el dolor.
 
No se da en el tiempo / ni en el espacio; se da / ahora y aquí. 
 
En ocasiones, la rima consonante entre el primero y tercer verso nos recuerdan la tercerilla o el tercetillo castellanos, como por ejemplo:
 
 Suena muy lejana, / marcando el paso del tiempo, / sorda, la campana
 
En pie ya de guerra. / Si hubo paz alguna vez, / la tragó la tierra.
 
Troya amurallada, / de tu antiguo poderío, / ya no queda nada.  

Y ampliando la rima a los tres versos, algo como:
 
No cantan amores, / bucólicos, los pastores / sino desamores. 

 
 Y la rima asonante recuerda a la soledad castellana:
 
 Pasa el tiempo, pasan / días y años, pasa todo / mas
no pasa nada.

sábado, 17 de junio de 2023

¡Qué buenos son nuestros ministros y ministras!

    El Gobierno de las Españas decidió hace cinco años, como por otra parte no cabía esperar menos, invertir dice él -lo que traducido al lenguaje corriente quiere decir malgastar- 7.300 millones de euros de los fondos de las arcas públicas durante los próximos catorce años en la construcción de cinco fragatas F-110, que sustituirán a las obsoletas de la Clase Santa María que tenían ya 35 años de antigüedad, 348 vehículos blindados Dragón 8 por 8, que sustituirán a los viejos BMR, cuyo blindaje resultaba endeble para afrontar la amenaza de los explosivos enterrados a su paso en lugares del mundo tan remotos como Afganistán, donde no se nos ha perdido nada, y en la modernización de los 69 aviones de combate (y cuatro pendientes de recibir) cazabombarderos Eurofighter, que en la lengua del Imperio significa “Eurocombatiente”. Su nombre, sin embargo, no precisa ni especifica si lo de “Euro” se refiere a Europa o a la moneda de la llamada eurozona o, lo que es más probable, a ambas cosas a la vez. 

    Los Estados Unidos de América, por su parte, están al parecer muy satisfechos de que el Gobierno del doctor Pedro Sánchez haya aumentado -incrementado, dicen ellos, en lugar de excrementado- lo que se llama con eufemismo el gasto de defensa -es decir armamento para las Fuerzas Armadas- en un 2% sobre el PIB de nuestro país.

    Así lo decidió nuestro modernísimo Consejo de Ministros y de Ministras, que de esta forma ha asegurado nuestra defensa por tierra, mar y aire con lo que constituye paradójicamente una ofensa al sentido común. ¿Cómo nos venden esta bochornosa e impresentable moto nuestros gobernantes (y gobernantas, no se olvide ni invisibilice el importante papel desempeñado por las mujeres en esta chapuza) a los votantes y contribuyentes? Pues diciendo que la inversión generará nada más y nada menos que 8.500 puestos de trabajo, directos e indirectos, en los astilleros de Navantia en Ferrol, así como en otras muchas empresas, de los que 7.000 dependen de la construcción de las fragatas: quieren darnos más trabajo. ¡Qué buenos son nuestros mandatarios (y mandatarias)! 

    En este sentido la por entonces Ministra de Educación y portavoz del Gobierno de las Españas doña Isabel Celaá dijo a los periodistas en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros y Ministras que aprobó dicho despropósito: “El gasto en Defensa es, efectivamente, gasto social”. Y añadió sin que se le cayera o arrugara al menos de vergüenza la cara dura que tiene, ratificando así las palabras de la Ministra de Defensa doña Margarita Robles que había asegurado lo mismo con otras palabras en una entrevista radiofónica: “el gasto militar contribuye, aparte de la seguridad y la defensa, en la creación de puestos de trabajo”.



    Ya unos meses atrás el presidente del Gobierno, el mentado doctor Sánchez, justificó la venta de armas a Arabia Saudí diciendo que el contrato venía del anterior ejecutivo -eufemismo de Gobierno-, disculpando así que el nuevo que él preside tuviera que ejecutar dicho compromiso y no pudiera anularlo. Ya se sabe. No se cansa uno de repetirlo: Los que mandan son los más mandados. 

    Por su parte, el entonces Ministro de Asuntos Exteriores don Josep Borrell afirmó, sin que tampoco se le cayera el rostro de vergüenza ni le temblara siquiera la voz, que las armas que España vendía a Arabia Saudí sabían a quién tenían que matar... Él no lo dijo con estas palabras exactamente. Dijo, astuto como es, algo así como que eran unas armas "inteligentes", tanto que nunca se equivocaban en el blanco... ¡Qué maravilla! El problema de esta definición políticamente tan correcta es que,  como le advertía doña Lidia Falcón en una valiente carta abierta, donde se avergonzaba como ciudadana española, como mujer y como feminista, dirigida al señor ministro, y de paso al alcalde de Cádiz y a los trabajadores de Navantia: "Pero lo que no nos ha dicho usted es cuál es el blanco".

 

viernes, 16 de junio de 2023

Resultados electorales

    No hace falta ser pitoniso ni futurólogo para predecir quién va a ganar (quién ha ganado ya) las elecciones antes de que se celebren, y no sólo las españolas sino las de cualquier país y en cualquier momento de su coyuntura histórica. Gane quien gane, pierde siempre el pueblo. Resulta indiferente que gane la derecha, la izquierda, el centro o las extremidades de ese falso espectro político: se trata de la misma bestia, Leviatán. 
 
    Dicen que hay un voto conservador que se opone a otro supuestamente progresista. Yo no lo creo. Todos los votos son conservadores en esencia. Si votar sirviera para cambiar las cosas y no para lo que sirve, que es lo contrario, estaría prohibido.  
 
    Dicen que la democracia es el gobierno del pueblo, pero el pueblo no quiere ningún gobierno. Son los gobiernos los que quieren que haya un pueblo que los elija, que los apoye, que los sustente sometiéndose al dictado mayoritario  de las urnas.



    Nos dicen que tengamos fe en el sistema y en el futuro. O para evitar las resonancias religiosas de la palabra "fe", la sustituyen por "confianza", que es término más laico y neutro, pero es lo mismo. El sistema y el futuro son lo mismo, porque el futuro es la muerte y el sistema no está nunca hecho hasta que no ha alcanzado su fin, su muerte siempre futura. Pero ¿por qué hay que tener confianza en algo tan evanescente como el futuro, un embeleco de curas y políticos para meternos el veneno de la esperanza en el alma?

    Los mandamases, desde el mandarín de China hasta el presidente del gobierno de cualquier tribu, los que más mandan en este mundo  son los más obedientes, los que más obedecen, los más mandados, los que más fe -o confianza-  tienen en Dios, es decir, en el Orden supremo establecido que se nos impone desde arriba: en el Dinero. Y lo que se nos impone desde lo alto es la fe o confianza o crédito, por usar el término económico, en uno mismo y en el futuro, ad maiorem gloriam Dei, para mayor gloria del Estado y del Mercado que son el Jano bifronte de la bestia monoteísta actual.


     Me alegraría mucho que siguiera viva la mecha de la rebeldía que alguna vez prendió. Pero sé que muchos de los que se indignaron antaño acudieron a votar religiosamente, cumpliendo con su deber cívico, lo que no ha dejado de entristecernos a algunos profundamente y aun de indignarnos. Si para algo sirven las elecciones es para desactivar la protesta, para que haya pueblo sometido, convertido en electorado, reducido a su condición de votante y contribuyente, para que todo cambie a fin de poder seguir igual.

    A los indignados les dijeron: "Si queréis que os tomemos en serio, presentaos a las elecciones, y dejad de ser un hatajo de mastuerzos". Y ellos, tontos de ellos, se presentaron a las elecciones y enterraron en las urnas su indignación entrando por el aro como domadas fierecillas.
 
    Si para luchar contra el capitalismo, porque nos declaramos de algún modo anticapitalistas, adoptamos la estrategia de adaptarnos al marco político capitalista y democrático dominante, acabaremos, en el mejor de los casos, gestionando “un poco mejor” el capitalismo, y, lo peor de todo, reforzándolo.


jueves, 15 de junio de 2023

Execración de las nuevas tecnologías

 
Felices, Laurie Lipton (2015)

La ciberdependencia es el opio hoy 
del pueblo, que diría el viejo Carlos Marx 
si levantara la cabeza y viera que hay 
una adicción globalizada y compulsiva 
en todos los rincones del planeta Tierra
que nos convierte en espectadores impasibles
y hace que hagamos click en la pantalla y eso 
que llaman realidad virtual y no es verdad, 
y nunca en nuestra propia realidad real, 
navegando sin llegar a puerto nunca bueno 
por los procelosos mares del ciberespacio, 
sin ser capaces ni siquiera de denunciar 
su falsedad intrínseca y consustancial. 
Maldigo, pues, la inteligencia artificial
 las tecnologías de la nueva información
 y comunicación, malditas sean todas, 
que sólo sirven para incomunicarnos 
atrapados en sociales redes solitarias
y mantenernos a todos bien desinformados
 a fuerza de saturación de informaciones
 y controlados por los hilos del poder.
Realidad virtual, Laurie Lipton (2015)
 

miércoles, 14 de junio de 2023

Del júbilo al jubileo y a la jubilación

    Hay en latín antiguo un verbo iubilare atestiguado por el gramático Varrón en De lingua Latina VI, 68, que cita como sinónimo de quiritare, especificando que este último era vocablo propio del registro urbano, mientras que el primero lo era del rústico: ut quiritare urbanorum, sic iubilare rusticorum


    Tanto quiritare como su variante iubilare significarían “llamar a gritos, gritar pidiendo ayuda, llamar en auxilio, es decir: vocear”. El término quiritare se redujo a critare en latín vulgar, y es el origen del italiano “gridare”, del catalán “cridar” y del francés “crier”, y también del castellano y portugués “gritar”, que presentan la conservación irregular de la -t- intervocálica no sonorizada en -d-, lo que podría deberse quizá a una geminación de carácter expresivo. 

    Varrón, buscándole una razón etimológica y los tres pies al gato a este verbo, lo relaciona con los quírites, por lo que quiritare sería, según él, apelar a los quírites o ciudadanos romanos. Pero parece que es una falsa etimología, una simple coincidencia. Quiritare podría tener un origen expresivo u onomatopéyico simplemente. 

    Frente a este término del sermo urbanus, se encuentra iubilare, propio del sermo rusticus, que significaría “gritar de alegría (un campesino)”. Y ahí Varrón cita para corroborarlo un verso de una atelana de un tal Aprisio que, imitando el habla pueblerina, dice en latín: Io bucco! Quis me iubilat? -Vicinus tuus antiquus. ¡Eh, bocazas! ¿Quién me llama a gritos? -Tu viejo vecino

    Según el diccionario indoeuropeo de Pokorny el latín iūbilō 'lanzar gritos de júbilo, cantar' podría derivar de *i̯ūd-dhǝ-lō con el significado onomatopéyico de 'hacer yū', algo parecido, podríamos decir nosotros, a nuestro “yupi”, que es, según el diccionario de la RAE, una interjección utilizada para expresar alegría o sorpresa de origen onomatopéyico. Sería, por lo tanto, iubilare una onomatopeya similar a sibilare, cuya formación estaría relacionada con el griego ἰύζω “proferir un grito agudo”.

    Disponemos también en latín de la palabra iubilum, que es un derivado regresivo del verbo iubilare, y que terminó por significar alegría, gozo o alabanza, y es el origen de nuestro "júbilo" y "jubiloso". 

    Frente a estos  términos antiguos se tomó en época más reciente el préstamo iōbēlēus, adaptación del griego ἰωβηλαῖος, derivado del hebrero yōbēl (“cuerno de morueco que se utilizaba como instrumento musical similar a una trompeta”, con el que se anunciaba la gran solemnidad de los judíos del año santo que se celebraba cada cincuenta años), vocablo que, por metonimia, acabaría sirviendo para dar nombre al año santo. Según el DLE de la RAE, jubileo procede del hebreo šĕnat hayyōbēl; literalmente 'el año del ciervo'.



    Dicho préstamo se vio influido y contaminado enseguida por el verbo latino “iubilare”, por lo que pasó a denominarse “iubilaeus”, de donde procede nuestro “jubileo” y “año jubilar”. El jubileo o Año Santo es una celebración que tiene lugar en distintas iglesias cristianas históricas, particularmente la católica y la ortodoxa, que hunde sus raíces en el judaísmo. 

    Según la Biblia, en efecto, Levítico 25, 10-12, que cito por la traducción española que manejo de Nácar-Colunga, Yavé habló a Moisés en el monte Sinaí, estableciendo en primer lugar el año sabático: al cabo de seis años de sembrar el campo y vendimiar la viña, la tierra descansará al séptimo año en honor de Yavé, que también descansó al séptimo día tras sus trabajos de creación del mundo imponiendo así la semana laboral y el descanso sabático que los cristianos cambiaron de día y lo pasaron al domingo, descanso dominical o del Señor; y en segundo lugar estableció para los hijos de Israel un año particular cada medio siglo: "Santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis la libertad por toda la tierra para todos los habitantes de ella (…) El año cincuenta será para vosotros jubileo; no sembraréis, ni recogeréis lo que de sí diere la tierra, ni vendimiaréis la viña no podada; porque es el jubileo que será sagrado para vosotros”. 

    Y de ahí llegamos a la jubilación, que nuestra Real Academia Española de la Lengua define como "acción y efecto de jubilar o jubilarse", así como "pensión que recibe quien se ha jubilado", lo que es indicio etimológico de la tradición de nuestra herencia judeocristiana, que nos remonta al Génesis de la Biblia en cuanto a la condena al trabajo ("con el sudor de tu rostro comerás el pan") y al  Levítico, en cuanto consagración del período de descanso del año sabático y del jubilar como complemento indispensable de una vida dedicada a la servidumbre del trabajo asalariado, pero también ofrece el significado pagano y poco usado ya, de raigambre latina, de "viva alegría, júbilo". Pese al desusado significado latino, no podemos evitar la asociación de las palabras y la relación del júbilo primitivo con la llegada del sabático jubileo y la merecida y jubilosa jubilación.