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domingo, 18 de junio de 2023

Ejercicios de jaicus (del taller de métrica)

    Si partimos del esquema rítmico que propone Agustín García Calvo en su monumental Tratado de rítmica y prosodia y de métrica y versificación para el jaicu japonés, que sería + - + - + / + - + - + - + / + - + - +, en el que "+" representa una sílaba tónica o marcada rítmicamente en principio con el acento y "–" una sílaba átona o no marcada, nos encontramos efectivamente con un esquema silábico 5 / 7 / 5, que es el que ordinariamente se reconoce en los jaicus, pero si tenemos en cuenta que en la métrica española los versos que acaban en final agudo cuentan como que tienen una sílaba más sobre las que tienen realmente, el esquema silábico rítmico del jaicu japonés sería en castellano 6 / 8 / 6, por lo que podríamos reescribirlo así, poniendo entre paréntesis la última sílaba átona: + - + - + (-) / + - + - + - + (-) / + - + - + (-). Sirvan estos ejemplos:
 
   Se levanta el viento / y comienza a susurrar, / rumoroso, el chopo. 
 
 Ando yo descalzo / por la playa; una ola / me ha besado el pie.
 
De repente España / se volvió  lo que fue siempre: / una gran prisión.
 
¡Qué pena que yo / para ganarme la vida / tenga que perderla! 

 
 Si en la democracia / un hombre es un voto, yo / soy un voto nulo.

 No queremos ser / ni electores ni elegidos: / nadie, nunca, nada. 
 
 Aunque el vendaval / derribó el cerezo, el viejo / tronco ya echa flor.  
 
Individuo no / se nace, sino que se hace / a la fuerza uno.
 
 No ha tardado, no. / Como lobo hambriento, está / vivo aquí el dolor.
 
No se da en el tiempo / ni en el espacio; se da / ahora y aquí. 
 
En ocasiones, la rima consonante entre el primero y tercer verso nos recuerdan la tercerilla o el tercetillo castellanos, como por ejemplo:
 
 Suena muy lejana, / marcando el paso del tiempo, / sorda, la campana
 
En pie ya de guerra. / Si hubo paz alguna vez, / la tragó la tierra.
 
Troya amurallada, / de tu antiguo poderío, / ya no queda nada.  

Y ampliando la rima a los tres versos, algo como:
 
No cantan amores, / bucólicos, los pastores / sino desamores. 

 
 Y la rima asonante recuerda a la soledad castellana:
 
 Pasa el tiempo, pasan / días y años, pasa todo / mas
no pasa nada.

lunes, 22 de mayo de 2023

Retahíla de jaicus o jaicús

Están de moda los jaicus (o jaicús) japoneses. Se aprecia en estas composiciones poéticas la concisión de su brevedad, la alusión a una de las cuatro estaciones del año, la belleza de las imágenes y muchas otras pinturerías por el estilo. Su poética, dicen, se basa en la emoción que produce en el poeta la contemplación de la naturaleza. Pero ¿qué es formalmente un jaicu? 

Según la inevitable Güiquipedia, consiste en un poema breve de diecisiete sílabas, escrito en tres versos de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente. Según esto, se trataría de una métrica “a sílabas cuntadas”, lo que no es exacto en absoluto, porque los ejemplos japoneses del género a veces no suman diecisiete sílabas, sino algunas más o algunas menos. 

A poco que se profundice, se descubre que el japonés cuenta con sílabas de dos moras, por lo que una de esas sílabas "largas" puede contar como dos elementos rítmicos. 

Entre nosotros, se han hecho imitaciones manteniendo este esquema de 5-7-5 sílabas, como en este ejemplo de Octavio Paz: Hecho de aire / entre pinos y rocas, / brota el poema, o este otro de Jorge Luis Borges: ¿Es un imperio / esa luz que se apaga / o una luciérnaga?, donde el último verso, que tiene seis sílabas, al acabar en palabra esdrújula cuenta como pentasílabo. 

Octavio Paz, precisamente, y Eikichi Hayashiya tradujeron al poeta japonés Matsuo Basho, considerado el padre del jaicu, ofreciéndonos de él esta bellísima perla: Este camino / nadie ya lo recorre, / salvo el crepúsculo

Muchos poetas actuales optan por aproximarse al jaicu japonés con una estrofa de tres versecillos con el esquema “corto, largo, corto” sin más atención al cómputo de sílabas. Y algunos ni siquiera se atienen al número tres, y entregándose al “verso libre” escriben como dice García Calvo “unos reguerillos de prosa tipográficamente separados”. 

La definición del jaicu no dice nada sobre su condición prosódica, como anota Agustín García Calvo en su monumental “Tratado de rítmica y prosodia y de métrica y versificación”, publicado por editorial Lucina en 2006, que propone como modelo rítmico japonés originario un esquema que podríamos llamar trocaico cataléctico, lo que conlleva un final yámbico o con marca rítmica en la sílaba final del verso, por lo que estos versos, según el cómputo silábico de la métrica castellana serían 6/8/6,  y ofrece este ejemplo propio: Al primer temblor / del Otoño, el frío ¡qué / dulce por la piel! 

Siguiendo este esquema propuesto por el maestro, ofrezco algunos humildes intentos propios en este sentido para devolver a los jaicus el esquema rítmico originario japonés, que no suelen seguir las traducciones a nuestra lengua que prefieren el esquema tópico de 5/7/5, o españolizarlos con nuestra seguidilla o la soleá de nuestra tradición. 


De aquí para allá, / cual rosal de Jericó, /sin echar raíz
 
Canta el ruiseñor /enjaulado su canción / que echa así a volar.
 
Margaritas mil / se abren por doquier en flor / despuntando abril.
 
Peino canas ya / pero qué me importa a mí, / viejo dizque soy.
 
Se acabó el pastel. / Picotea aquí y allá / migas el gorrión.
 
Una jaula y un / pajarito dentro, allí / sin poder volar.
 
 Un espejo, en él / veo a otro como yo / que me mira a mí.
 
Ambidiestro que es, / no se queda manco, no, / jamás el Poder.  
 

  ¡Mira, el abedul / de oro viejo amaneció / revestido aún!
 
El cerezo se ha / desprendido de otra más / hoja seca ya.
 
Mi imposible amor, / nunca haremos el amor / de verdad tú y yo.
 
Otra que arranqué / hoja de almanaque, el mes / concluyó otra vez.
 
Llueve, el vendaval / como un lobo aúlla, y yo / tomo solo el té. 
 
Sin ningún valor / las pesetas que ahorré / para el porvenir.
 
Grillo cantarín, / escuchando su cricrí / vuelvo a la niñez.  

Canta el ruiseñor, / el galán primaveral, / y enmudezco yo.


 

lunes, 10 de abril de 2023

Jaicus y tancas de abril

“Je est un autre” (Arthur Rimbaud) 
Yo soy otro que es 
diferente del que soy, 
distinto de mí.
 oOo 
 

¡Cuánta variedad
en el centro comercial
de la mismidad! 

oOo
La fe que perdí
pérdida grande no fue:
 fue lo que gané.
 
oOo
Pensar no es creer, 
es negar lo que se cree,
y es más: descreer. 


oOo
 Primavera ya,
según la publicidad, 
en el Corte Inglés.
 
oOo
 Mandar es mentir, 
gobernar es engañar 
hasta intimidar.
 
oOo
 Volando se van,
las ideas se me van 
con el vendaval.
 Y yo las dejo marchar 
echado a volar detrás. 
 
oOo
Es mi obligación, 
mi única obligación, 
ser a mi mismo fiel; 
mas no he de cumplirla yo, 
testarudamente infiel. 
 

oOo
 
Al atardecer
al estaque se lanzó
la garza real.
Vivo ningún pez quedó,
la silueta gris voló.

oOo
 
 
Si tú no estás, 
me adentro en un abismo 
de soledad. 
 
Si no estás tú, 
me abismo, oh soledad, 
en tus adentros. 
 
Si tú no estás, 
me adentro en la soledad
 de los abismos. 
 
Si no estás tú, 
se abre el abismo, y me entra
la soledad. 
 
 

domingo, 27 de junio de 2021

Algunos jaicus o jaicús más.

Llega ahora ya / de la escuela lo mejor: / la hora de salir. 
 
El verano al fin: / las cigarras otra vez / cantan su canción. 
 
Volveremos a ir / zarzamoras a buscar, / niños como ayer. 

Dentro del pajar, / heno seco cuyo olor / hace suspirar.
 
Nunca olvidaré / lo que no llegó a pasar / el verano aquél. 
 
 ¡Qué palpitación! /Otra vez, ninguna vez, / la primera vez. 
 
Ah, qué raro es / que se mueva y que a la vez / quieto el mundo esté.
  
La fiesta de san Juan,
Jules Breton (1875)
 
Tú, la luna y yo, / perfecto ménage à trois, / noche de san Juan.
 
Echan a volar/ pompas que hago de jabón / y estallando están. 
 
Yo te olvidaré / pero mi recuerdo a ti / no te olvidará.
 
En el abedul / una urraca se posó, / tormenta estival.
 
Porta cada cual /(porque siempre es carnaval) / máscara y disfraz.
 
 Si temo sufrir, / sufro ya por el temor / que albergando estoy.

Derecha que va / ya la flecha al corazón; / no hace mella en él.

 No, nada pasó / ni tampoco pasará: / solo paso yo.
 

miércoles, 24 de marzo de 2021

Ramillete de jaicus primaverales

Ya está aquí, en sazón,/ la alergia primaveral; / ¡qué contrariedad! 

Me di la inyección / y adquirí la inmunidad: / puedo ya morir.

El endrino en flor: / otra vez, igual que ayer, / aunque nunca igual.

¡Con qué envidia ve, / enjaulado, el ruiseñor / volar al pardal!

Bajo el abedul / susurraba el viento, mil / palabras de amor.

¿Otra vez está / llamando a la puerta Abril? / No hay segunda vez.

Una bala aquí /directa y derecha entró, / en el corazón.

Yo no sé quién soy. / Si te digo la verdad, / mintiéndote estoy.

Falsa información / ¿Quién la verificará? / Falsa, sí, y real.

 

Praderas en primavera, Walter Crane (1883)

 Viendo un cuadro yo / entro como sin querer / a perderme en él.

Primavera ya: / un reclamo comercial / en la World Wide Web.

¡Espectacular / el almendro -mira- en flor! / Se lo digo ¿a quién?

Huella carmesí  / de unos labios sin bozal, / rojo de pasión.

Un rayo de sol / entra por el ventanal / a alegrarme a mí.

Ven, cuéntamelo: / cómo todo ya cambió y / cómo sigue igual.

Late el corazón / igual que una codorniz / en jaula y corral.

Miedo no lo hé, / que él me embarga y tiene a mí / clavándoseme.

¿Me liberaré / de todo, incluso de mí / mismo yo también?

La pregunta es flor / que tiene que florecer / aun sin responder.

 

Oviedo, Grabado (1885)
 

Oviedo, ciudad / que amo y que no existe ya,  / que conservo aún. 

Niño, pregunté: / ¿Tiene techo el cielo azul? / Nadie respondió.

Vuelven a anidar / negras golondrinas hoy / en mi corazón.

Suelta cada cual / su opinión particual / cual ventosidad.

Muchos años yo / tengo encima, y muchos más / desengaños ya.

Urna electoral, / que es sarcófago, ataúd / y orza funeral.

No hice voto yo / de obediencia,  mas me lo han / impuesto a pesar.

Libre creo ser / y hago lo que manda hacer / el ordenador.

 Canta el mirlo un son: / llega el día ya a su fin / de hoy sin conclusión.