martes, 26 de abril de 2022
Deus vult o La voluntad de Dios.
lunes, 25 de abril de 2022
Con re-Tintín
domingo, 24 de abril de 2022
Ni Fu ni Fa
La llamada cultura popular acierta más por ser popular que por ser cultura a expresar a veces los sentimientos de la gente. En este sentido propongo ver un fragmento del espisodio número 1 de la 8ª temporada de la serie de dibujos animados de Los Simpson, titulado “Ciudadano Kang”, donde Homer -Homero allende los mares- nos brinda una humilde lección de sabiduría del pueblo, ese gran escéptico.
Kang y Kodos son dos calamares gigantes verdes y viscosos que se han propuesto invadir la Tierra y someter y esclavizar a toda la humanidad, para lo cual no se les ocurre mejor artimaña que abducir a los dos candidatos que a la sazón se disputaban la Casa Blanca, es decir, la presidencia de los Estados Unidos, y que por aquel entonces eran los señores Bill Clinton y Bob Dole, a los que abducen y eliminan, pero utilizan su piel como revestimiento para tomar su aspecto y hacerse pasar por ellos.
Desensmascarados en pleno debate electoral demócratas/republicanos, izquierdas/derechas, Homero Simpson muestra a la multitud la naturaleza de los dos cíclopes monoculares con tentáculos de calamar gigantesco
Los dos mostruosos extraterrestres le explican a su público: “Somos un sistema bipartito: ¡tenéis que votar por uno de los dos!”. Así es la democracia.
Finalmente sale elegido Kang y la Humanidad resulta esclavizada.
Cuando al final del capítulo, Marge Simpson se queja del latigazo humillante que recibe del capataz, su marido Homero Simpson le responde que él no tiene nada que ver con aquello, porque él voto a Kodos.
Una vez que haya triunfado uno de los dos candidatos, en este caso Kang, podremos lamentarnos de lo mal que van las cosas. Siempre habrá alguien que nos brinde una solución: ¡Haber votado a Kodos y no a Kang! ¡Piénsatelo la próxima vez!
El pueblo no presenta nunca ningún candidato a las elecciones. Son las élites -los cefalópodos extraterrestres- los que se presentan ante el pueblo como la solución.
sábado, 23 de abril de 2022
Oh fortuna tal que Luna
En los cánticos goliárdicos de lo siglos XII y XIII hallados en el monasterio de Beuern (Carmina Burana) encontramos una célebre comparación sobre la fortuna, que es variable y cambia como la Luna, adoptando diversas fases: de pronto pasa de cuarto creciente a luna llena, y de ahí a cuarto menguante y, por fin, a luna nueva: O fortuna uelut Luna...
Oigamos, una vez más, la versión
de Karl Orff. Ofrezco una traducción en versión rítmica, con rimas,
apta para cantar en castellano si alguien se anima, donde me he tomado
la licencia, de traducir "dorsum nudum" por "culo al aire", que los
goliardos, espero, me perdonarán.
Sors immanis / et inanis, / rota tu volubilis, / status malus, / vana salus / semper dissolubilis,
Sors salutis / et virtutis / michi nunc contraria, / est affectus / et defectus / semper in angaria.
viernes, 22 de abril de 2022
El terror de la cultura contra la cultura del terror
¿Qué diríamos de este terorífico cartel de los años cuarenta que muestra un mostruo gigantesco que representa sin duda a los Estados Unidos de América destruyendo el viejo continente?
Diremos que en cierto modo ha resultado profético, dada la invasión cultural que ha sufrido Europa de eso que se ha dado en llamar el American way of life, el modo de vida americano.
Se trata, sin embargo, de una versión danesa de un cartel original del artista noruego Harald Damsleth (1906-1971) que formaba parte de la propaganda nazi contra el bando aliado en la II Guerra Mundial. Los americanos que combatían contra el Tercer Reich son presentados como un energúmeno gigantesco que pisotea y bombardea una Europa caracterizada como una ciudad monumental con su catedral, su fuente, su castillo, que forman parte de su historia. Un letrero irónico, sostenido por un hombrecillo que está de espaldas con dos enormes orejas, dice en danés en la parte inferior central: USA vil redde Europas kultur fra undergang, o sea: Estados Unidos de América quiere salvar la cultura europea de la ruina. Y se añade fuera del cartel una pregunta: Med hvilken rett? ¿Con qué derecho?
Una lejana y ultramarina estatua de la libertad se ve al fondo, a la izquierda, del otro lado del Océano, de donde ha venido el diabólico titán alado con dos alas a sus espaldas de un avión de combate al viejo continente.
La alegoría del Imperio que es este mostruo simboliza, bajo la capucha blanca, el Ku Klux Klan, y por lo tanto el racismo y el lynching o linchamiento que estableció el juez de Virginia, aplicando la ley del lejano oeste de hacer un juicio sumarísimo para ahorcar al presunto delincuente, como sugiere la horca. Se critica también la apropiación que es en realidad expropiación de la cultura negra y de su música, el jazz, lo que se ve en los negros enjaulados bajo la capucha. Un rótulo reza: JITTERBUG Triumph of Civilization, que no hace falta traducir, únicamente decir que el Jitterbug era un baile rápido popular en los años cuarenta que se interpretaba principalmente con música swing. Se ridiculizan también los concursos de belleza de misses con esas dos señoritas semidesnudas: Miss America, con un penacho indio y tocando la trompeta sentada sobre el hombro, y Miss Victoria, enarbolando la bandera de barras y de estrellas.
En la pierna izquierda femenina del energúmeno puede leerse en la lengua del Imperio sobre una cinta blanca anudada a ella: Most world's beautiful leg: la pierna más bonita del mundo.
No falta en una mano un disco de vinilo, y en la otra el símbolo del dólar en un saco de monedas que porta un mafioso, como crítica de la codicia americana. La imagen también sugiere la violencia de las armas, que allí puede empuñar cualquiera, lo que da pábulo al gangsterismo. El mostruo venido del Nuevo Mundo avanza haciendo sonar el tambor, a ritmo marcial y militar, diríamos, y pisoteando con su pierna derecha que acaba en bomba sanguinolenta y ensangrentando la vieja madre Europa. El energúmeno simboliza también el sionismo, a través de la estrella de David de las seis puntas de la bandera del Estado de Israel que se ve en el a modo de faldón que cuelga del tambor en la entrepierna.
El cartel no tiene desperdicio, visto como lo que es: una sátira de la "liberación", en realidad colonización cultural, de la vieja Europa, arruinada por el American way of life so pretexto de salvarla de la ruina.

'Leest Storm-SS' no es el autor del cartel, ya que significa en neerlandés "Lee Storm-SS",
que era una revista de las SS neerlandesas, donde se publicó el cartel
de Harald Damsleth en 1944. En el cartel bajo el rótulo sarcástico de LIBERATORS (libertadores, que era también el nombre de un avión bombardero norteamericano) se lee en neerlandés: De U.S.A. zullen Europeesche Kultuur van der ondergang redden: Los EE.UU. salvarán la cultura europea de la destrucción. La paradoja es evidente: salvarán a Europa destruyéndola, es decir, americanizándola, como efectivamente no se puede negar que sucedió.
jueves, 21 de abril de 2022
Los que mandan, los más mandados
miércoles, 20 de abril de 2022
Coplas goliardescas (y II)
Don Dinero, / lo primero, / que es Divina Majestad: / tan contante, / tan sonante / y en olor de santidad.
martes, 19 de abril de 2022
Teletipos (5)
lunes, 18 de abril de 2022
Zelenski, o 'il dolce stil novo' de liderazgo
Aparte de la guerra que tiene lugar en el campo de batalla y de la que nos informan más que cumplidamente a todas las horas del día y de la noche, hay otra guerra mediática más sutil que se desarrolla en las redes sociales, una guerra en la que priman más las emociones que los razonamientos, que ya ha ganado Zelenski, una guerra decisiva para la suerte del país, Ucrania, que regenta.
Zelenski era un actor de una comedia televisiva que ha logrado captar al electorado, retrasmitiendo la guerra en vivo y en directo, en streaming, por decirlo en la lengua del Imperio. Su rival, el zar del kremlin moscovita, comparado con él, resulta distante y frío. El actor ucraniano, sin embargo, llega enseguida, aunque sólo fuera por su torpe aliño indumentario, como decía Machado, vestido muchas veces de faena y a veces sin afeitar, con cara de sueño atrasado, lo que provoca una respuesta emotiva de simpatía hacia alguien tan cercano que interpreta muy bien su papel de víctima, lo que hace que aumente la corriente de empatía hacia su causa, la causa de un David que se enfrenta a un gigantesco Goliath.
Mientras los ucranianos se visten como Zelenski, los rusos, herederos del imperio zarista y de su heredero sucesor el soviético, parecen unos burócratas desalmados. Zelenski, además, ejerce un liderazgo de nuevo cuño, a diferencia del zar del Kremlin moscovita. No parece un presidente de un gobierno al uso. No parece un político, un jefe de Estado, sino un civil, un hombre del pueblo, alguien muy cercano. Apenas se le ve con traje y corbata en las muchas imágenes que de él proliferan por la red, sino vestido como cualquiera de nosotros, muy cercano, pero eso no quiere decir que no cuide, como actor que es, no sé si bueno o malo, su imagen propia, no poco estudiada. A fin de cuentas, buen o mal actor, no deja de ser un actor muy consciente del papel que desempeña en el teatro del mundo.
Una guerra tan devastadora y brual como la que se libra en el suelo ucraniano contra el invasor ruso no le impide a Zelenski, por ejemplo, organizar visitas guiadas, mirando sonriente a la cámara, a políticos que saludan a los medios, como el primer ministro británico.
domingo, 17 de abril de 2022
Elogio de la deserción y el antipatriotismo
Una canción con letra de Boris Vian compuesta en 1954, todo un clásico antimilitarista: Le déserteur. La canción es una carta dirigida al señor presidente de la república francesa de un hombre que ha recibido la orden de movilización para ir a la guerra, en la que le dice que no va a ir al frente, que va a desertar y decir a la gente que desobedezca.
Y un fragmento de la espléndida película antimilitarista de Stanley Kubrick "Senderos de Gloria" (1957), donde se establece el siguiente diálogo entre el General Mireau, que ordena la toma suicida de la Colina de las Hormigas y el coronel Dax, papel que interpreta el recientemente fallecido actor Kirk Douglas. El general afirma: "Quizá esté anticuada la idea de patriotismo, pero donde hay un patriota hay un hombre honrado", a lo que el coronel Dax le responde: "No todos opinan así, el doctor Johnson decía algo muy distinto sobre el patriotismo". El general le pregunta: "Y ¿se puede saber lo que decía?", a lo que le responde el coronel:
-Nada en realidad.
-¿Qué significa 'nada en realidad'?
-Nada importante, señor.
-Coronel, cuando pregunto algo siempre es importante. ¿Quién era ese hombre?
-Samuel Johnson, señor.
-Muy bien, ¿qué tenía que decir ese tipo sobre el patriotismo?
-Dijo que era el último refugio de los canallas. (*)
La cita en su versión original era: 'Patriotism is the last refuge of the scoundrel', y aunque el doctor Johson no se refería al patriotismo en general, sino al que él consideraba falso patriotismo en el uso particular del término que hacían algunas personas, la frase se ha generalizado, revelándose como una verdad en cualquier caso válida para todas las patrias, patriotismos y nacionalismos, incluido el humanista y el que está ahora más de moda, que llaman, transhumanista: bajo la farisaica apelación al ser humano se justifica la explotación del hombre, de los animales y de las cosas por el hombre, el llamado Rey de la Creación.
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| Fotograma de Paths of Glory (1957) Stanley Kubrick |
sábado, 16 de abril de 2022
Wake up, Spain! (¡Arriba España!)
En el II Foro Económico Español, la pretendida versión nacional del WEF, acrónimo del World Economic Forum, o sea del Foro Económico Mundial de Davos, se congregaron “más de 200 líderes del mundo de la política, la empresa, la ciencia y la sociedad civil”. El Foro se llamaba Wake Up, Spain! en la lengua del Imperio, es decir, ¡Despierta, España!, como si los organizadores quisieran sacar de su siesta modorra y zarandear a ese vejestorio de señora llamada España para que espabile. Wake Up, Spain! podría también traducirse libremente muy a gusto por ¡Arriba España!, expresión que a los mayores nos trae recuerdos de otros tiempos que, por lo que se ve, no son tan otros en el fondo.
La crisis, se nos dice subrepticiamente, se debe a “esta terrible guerra que estamos sufriendo a las puertas de Europa”, de la que nos enteramos por la televisión y la prensa, aunque no veamos la caja tonta ni leamos la prensa, que miente, como se sabe, más que la Gaceta, que era el diario oficial del Gobierno, o sea, el BOE, porque la inmensa mayoría de la gente, que ve la tele y lee los papeles, habla siempre de lo mismo, de la pobre Ucrania, la dama ultrajada y vejada, y del hijoputa de Putin que la ha invadido y la está masacrando, lo que redunda en el alza de nuestros precios y la insuficienica de nuestros salarios para la vida cotidiana.
En cuanto a la pandemia hay que decir que ha propiciado, y no tanto ella como la gestión que de ella han hecho nuestros gestores, que España sea el país más consumidor de
benzodiazepinas, es decir, ansiolíticos, tranquilizantes y pastillas para dormir del mundo por segundo año consecutivo.
Uno de esos más de doscientos CEOS, otro acrónimo anglosajón, este de 'Chief Executive Officer', como llaman ahora con neologismo flagrante a los nuevos Jefes, era el Presidente del Gobierno de las Españas, que en su alocución cacareaba: “España no va a perder la carrera de la tecnología más avanzada. Muy al contrario. El Gobierno de España quiere que nuestro país definitivamente sea y se sitúe a la vanguardia del progreso industrial y también del progreso tecnológico.”
Anunciaba así el Jefe del Ejecutivo un nuevo PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) el pasado 4 de abril sobre microchips y semiconductores que iba a conllevar una inversión pública de una cifra astronómica para mí y para la mayoría de la gente, supongo, tanto que me cuesta imaginarla: 11.000 millones de euros, que no de las antiguas pesetas en las que solemos contar los viejos, cantidad que también sería una barbaridad.
“La
guerra como la pandemia exige de todos nosotros unidad.” Unidad, peroraba,
para proteger a Ucrania y pararle los pies a Putin, y establecía la equiparación de Europa y Democracia. Al mismo tiempo, afirmaba que Europa no era inmune ni a
las pandemias ni a las guerras, como se había demostrado, dándoles una buena coartada a los
fabricantes de vacunas y a los traficantes de armas, que así reactivarían
nuestra maltrecha economía. Apoyaba así, de hecho, la política belicista de la Unión Europea de suministrar ayuda humanitaria, es decir armamento, a Ucrania, a pesar de que dicho país no forma parte de la Unión ni de la OTAN. Dicha política es una clara subordinación a los dictados de Londres y de Guásinton, dos países que no forman parte efectiva tampoco de la Unión.
Escena de guerra de Sopa de Ganso (1933), hermanos Marx.
El presidente justificaba el desembolso de una suma tan elevada para su nuevo proyecto económico, pese a la crisis actual, adobando las razones con huera
palabrería. Hago notar la jerga grandilocuente que emplea para no
decir nada a la hora de definir la importancia de la inversión en
los susodichos microchips y semiconductores: “Creo -dice
textualmente- que las razones son bien conocidas. Podemos todas
intuirlos, intuirlas mejor dicho (creo que aquí se ha liado el
presidente queriendo decir “podemos todos -nosotros- y todas
-nosotras- intuirlas (sc. las razones), que seguramente es lo que
tenía preparado), incluso también corroborarlo y es que los
semiconductores son un elemento básico de todos los sectores
energéticos, y, por tanto, adquieren una importancia que yo
calificaría de geoestratégica mundial en un contexto de
transformación digital tan profundo de nuestras economías”. El discurso no tiene desperdicio. La charlatanería campanuda con la que envuelve a los microchips y a los semiconductores es de traca.















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