viernes, 18 de julio de 2025

Hacer (la) carrera

    'Hacer carrera' es una expresión que se usa para hablar del recorrido profesional moderno del hombre y la mujer igualada laboralmente a él en derechos y deberes. La palabra 'carrera' (career en la lengua del Imperio) está emparentada con el 'carro' (car), y es la forma femenina del adjetivo 'carrero' que deriva de él. En tiempos antiguos se denominaba 'vía carrera' (carraria uia en latín) a la carretera -del mismo origen- o camino apto para recorrerlo carros y carretas. Detrás del carro, la carrera y la carretera está el viejo verbo 'currere' correr, y el sustantivo culto 'cursus', curso, que nosotros aplicamos tanto al recorrido de un río, como al trascurso de ese otro río que nos arrolla cuando lo cronometramos, el tiempo, como al currículo académico, laboral o vital.    
  
 
 
    En tiempos de los romanos estaba el cursus honorum, que era la carrera política honorífica, no retribuida económicamente, por lo que solo la emprendían ordinariamente los varones patricios o plebeyos ricos que no tenían que 'ganarse la vida', que comenzaba jerárquicamente con la cuestura, el edilato, la pretura hasta el consulado en la época de la república.
 
    Hoy en día 'hacer carrera' suele empezar por cursar una carrera universitaria, y luego hacer trabajos de especialización en un determinado campo. También se usa para decir que alguien se ha desarrollado en una empresa específica, donde comenzó a trabajar en un puesto menor y ascendió hasta convertirse en gerente u otro puesto superior. 

    La docta Academia define la expresión “hacer carrera” un tanto ingenuamente como 'prosperar en sociedad', cifrando la prosperidad en una mejoría económica, pero también recoge una acepción que a mí, algo entrado ya en años, todavía me resuena en el oído pero que puede que ya esté algo desfasada,  que es, con el artículo determinado en medio, “hacer la carrera” como sinónima de “hacer la calle” es decir, estar en la vía pública a la búsqueda de clientes para el comercio carnal. No en vano se dice que la prostitución es el oficio más viejo del mundo, lo que sugiere que toda carrera profesional es en su sentido moderno una de las formas más sutiles de control social ideado por el capitalismo moderno y un oficio meretricio. 
Prostitutas callejeras
 
     La carrera profesional es una carrera de obstáculos que hay que superar para llegar a la meta, o una suerte de escalera que hay que subir con varios peldaños como la que soñó Jacob, que iba de la tierra hasta el cielo de Dios y simbolizaba la unión de lo humano con lo divino, una escalera hoy en día secularizada en la que no está muy claro si el cielo o paraíso prometido está arriba, en las alturas, o abajo. Uno siempre construye su carrera en aras del éxito futuro, lo que lo obliga a aceptar compromisos que no desea, a sacrificar parte de su vida en el altar del progreso profesional y a llevar máscaras cotidianas y adoptar comportamientos hipócritas. 
 
Escalera de Jacob, escuela francesa (c.1490)
 
     Uno se deja muchas cosas por el camino en pos del éxito profesional. Y luego es ya demasiado tarde cuando descubre todo lo que ha sacrificado para llegar a donde ha llegado, y que uno en su autorrealización profesional y personal se ha convertido en un perfecto engranaje al servicio del Estado o de la empresa privada, que solo ven a las personas como meros 'recursos humanos'.

jueves, 17 de julio de 2025

¡Reármense! ¡Ar!

Lo que está pasando ya se veía venir desde la pandemia de Dios con sus confinamientos, eufemismo políticamente correcto de 'encerronas', toques de queda, que en nuestro país se rebautizaron como 'restricciones de movilidad nocturna', porque lo primero era algo muy trasnochado de cuando la guerra y tal, salvoconductos, estados de alarma y un vergonzosísimo etcétera. 
 
¿Qué está pasando? Pues que hay que rearmarse como Dios manda. El Periódico Global(ista) nos informa de que el presidente de la república francesa, aprovechando el desfile militar de la fiesta nacional del 14 de julio, anunció un aumento del gasto de Defensa de 6.500 millones de euros en los próximos dos años, lo que conlleva congelación de pensiones, supresión de dos días festivos al año convirtiéndolos en laborables, y recorte de prestaciones sociales, afirmando que "Europa nunca ha estado tan amenazada desde la II Guerra Mundial". 
 

En el Reino de Bélgica, según leo en la prensa, pretenden introducir en la Constitución un “estado de crisis” que estaría a medio camino entre la presunta paz actual y la amenaza de guerra siempre futura. Esta iniciativa pretende modernizar el papel del ejército mediante un nuevo código de defensa. En la actualidad, las posibilidades de intervención militar son limitadas. En términos de seguridad, Bélgica sólo puede encontrarse oficialmente en dos estados: o bien en paz, donde se aplican las normas clásicas del derecho, o bien en guerra, un estado que, según la Constitución, debe ser proclamado formalmente, cosa que no ha vuelto a ocurrir desde la II Guerra Mundial. 
 
En tiempos de paz, el ejército no puede intervenir por propia iniciativa. Aunque pueda ser movilizado en determinadas situaciones, su papel es siempre de apoyo, secundario. Con la declaración del citado“estado de crisis” se trataría de enfrentarse a ese engendro que llaman “amenazas híbridas”, un concepto jurídico impreciso que vale tanto para un roto como para un descosido y puede servir para todo lo que los mandamases consideren que amenaza su gobernanza: ciberataques contra los servicios públicos, incendios provocados que causan cortes de electricidad, campañas de desiformación, y lo que se les ocurra que pueda desestabilizar el establishment del establecimiento del Estado y su orden establecido y estabulado. El “estado de crisis” puede servir para cualquier cosa en definitiva que no constituya formalmente un casus belli (motivo de guerra, para los que no han estudiado latín). 
 
  
El problema de este concepto de “amenaza híbrida” es su imprecisión. Será una “amenaza híbrida” lo que el gobierno decida a su conveniencia que es una amenaza híbrida. Ya en latín esta palabra significaba animal mezclado, surgido de una hembra doméstica como podía ser una cerda y de un macho salvaje como un jabalí, algo así como nuestro cerdolí,  y también el hijo de una romana libre y de un bárbaro liberto. El término tenía una ortografía dudosa, unas veces se escribía hybrida, otras hibrida y otras ibrida, normalizándose la primera forma, con aspiración e y griega, por influencia del parecido con el término griego ὕβρις hybris, un concepto que en la antigua Grecia se refería a la arrogancia de la soberbia de transgredir los límites que separan lo humano de lo divino, y que en la actualidad se aplica a los coches híbridos que combinan un motor de combustión contaminante con otro eléctrico que pretende salvar el planeta no sin arrogancia. La “amenaza híbrida” le permitirá al gobierno por ejemplo desplegar el ejército en las calles sin tener que declarar el Estado de Guerra, que es algo poco popular, muy serio y problemático. 
 
¿Quién controlará y decidirá lo que es verdad y lo que es mentira? No hay que preocuparse. Para eso tenemos al moderno Tribunal del Santo Oficio de la Inquisión, que ha vuelto de la mano de los verificadores -en verdad falsificadores- de la realidad de los hechos, los denominados factcheckers: entre nosotros Newtral, Maldita y cía, auxiliados por la Inteligencia Artificial, esa señora que no tiene ni un pelo de tonta. 
 

Parece que la represión en Europa va de la mano del rearme. Con el paso del tiempo, los “estados de crisis” se harán permanentes para que -poco a poco- la población trague y se acostumbre a hacer lo que le mandan. Las sociedades europeas acabarán siendo cuarteles si alguna vez habían dejado de serlo por ventura. 
 
El auge de las amenazas híbridas ha creado una zona gris, que requiere un Estado intermedio legalmente definido para permitir la intervención, tanto sobre el terreno como en el ciberespacio: ni paz ni guerra sino todo lo contrario. 

miércoles, 16 de julio de 2025

¿A quién le cargamos el muerto?

Durante los diez días que transcurrieron entre el 23 de junio y el 2 de julio, ambos inclusive, del año del Señor de 2025, Madrid, la villa y corte, y "rompeolas de todas las Españas", sufrió una ola de calor temprana, que vino antes de tiempo sin ser invitada, lo que la hizo especialmente mortífera, porque pilló a todos desprevenidos, la cual, según el estudio Climate change tripled heat-related deaths in early summer European heatwave del ¿prestigioso? centro de análisis climático  Grantham Institute con sede en Londres, dejó un saldo estimado de 108 muertes atribuibles al exceso de temperaturas. Más del 90% de esas muertes, es decir 98 muertes, podrían haberse evitado de no mediar el cambio climático provocado por la actividad humana. 
 
Dicho estudio 'científico' está elaborado integrando series temporales de temperaturas observadas (reales) y contrafactuales (hipotéticas). Se han inventado las temperaturas que hubiera habido sin la ola de calor, dos grados centígrados menos, y aplicado un modelo que les dice cuánta gente podría haber muerto. Y con eso la prensa sensacionalista ya tiene el titular.  
 
La estadística de mortalidad excesiva utiliza muertos reales, pero nadie sabe a ciencia cierta cuál es la causa eficiente de su fallecimiento, porque no hay autopsias fidedignas. 
 
 
Semanario El Español, Madrid, 11-17 agosto de 1957 
 
Estamos, una vez más, ante la vieja falacia: post hoc, ergo propter hoc ('tras esto, luego por causa de esto"). Ya sucedió con la pandemia: se nos informaba día a día, puntualmente, de los muertos que había habido, afirmándose que habían muerto “por” la enfermedad del dichoso virus, cuando la causa podía haber sido un accidente de tráfico, por ejemplo, o un infarto de miocardio, pero como una prueba no fehaciente, la famosa PCR, determinaba que tenían el bicho,  se suponía que era él el asesino que había provocado la muerte. Lo mismo sucede ahora con las olas de calor. Las muertes “por” exceso de calor pueden ser muertes “con” exceso de calor, y, por lo tanto, debidas a otras causas y patologías.  

Las cifras del estudio del Grantham Institute no son estadísticas oficiales, sino estimaciones de mortalidad atribuible. Para ello, los autores compararon los efectos de las temperaturas observadas con un escenario hipotético en el que el cambio climático no hubiera existido, aplicando relaciones conocidas entre calor y mortalidad a partir de datos históricos y epidemiológicos. El informe concluye que, si no se adoptan medidas contundentes, eventos como el vivido en Madrid no solo se repetirán, sino que serán cada vez más intensos y prolongados. 
 
Lo de usar a los muertos con fines propagandísticos viene de muy lejos. Pero la propaganda climática, a juzgar por la noticia de El Diario Online Líder de Información en Español, alias El (In)Mundo, da ahora un nuevo y sorprendente giro, porque ahora los muertos por el cambio climático que contabilizan ni siquiera son reales, sino hipotéticos. Y con eso ya  tienen un titular amarillista. 
 
La atribución de esas muertes al exceso de calor es problemática como demuestra el siguiente ejemplo: Cuatro científicos españoles han publicado un artículo en la revista Eurosurveillance  en el que exploran el pico de mortalidad que se produjo en las sufridas Españas tras el apagón del 28 de abril pasado, cuya causa aún desconocemos, señalando un exceso de 147 muertes. Los autores afirman que «la coincidencia temporal del exceso de mortalidad con el corte del suministro eléctrico podría reflejar posibles efectos a corto plazo sobre la salud relacionados con la interrupción de la atención sanitaria, la sobrecarga del sistema o la reducción de la resiliencia de las poblaciones vulnerables». 
 
¿Aceptamos que el apagón causó solo las 10 muertes de las que informaron los medios de comunicación o que hubo 147 muertos como consecuencias indirectas del apagón de los que Red Eléctrica sería responsable? Deberíamos hacerlo si aceptamos los muertos de la ola de calor del instituto británico porque el razonamiento es el mismo. Los muertos CON el apagón, es decir, durante el apagón,  no son los muertos POR el apagón de la misma forma que los muertos POR la calorina, vamos a dejarnos de metáforas marinas y a llamar a las cosas por su nombre (calorina, según la docta Academia, es el "calor fuerte y sofocante"), no son los mismos que los muertos CON la calorina de finales de junio. Asimismo, los muertos CON la enfermedad del virus coronado cosecha de 2019, no son los mismos que murieron POR dicha enfermedad. 
 
Ya vemos cómo en las guerras de la propaganda climática, cuando no les bastan los datos que les proporcionan los muertos reales, no tienen empacho en recurrir a los muertos virtuales. Escriben los autores: En el momento de realizar el estudio, aún no se disponía del número real de muertes observadas durante el periodo de estudio; por lo tanto, nuestros valores notificados deben interpretarse como estimaciones de la mortalidad atribuible y no como resultados observados.
 
Mientras tanto, como comentaba un amigo, las muertes relacionadas por el exceso de frío continúan siendo diez veces superiores a las relacionadas con el exceso de calor, por lo que el calentamiento global fruto del cambio climágtico sigue salvando vidas paradójicamente.

martes, 15 de julio de 2025

Ventanas

Preguntada la IA por qué los trenes carecen de ventanillas que se abran y se cierren, responde: “Por motivos de seguridad, eficiencia y comodidad del pasajero”.
 
Los sistemas de aire acondicionado y calefacción en los trenes modernos permiten un control preciso de la temperatura interior, aislándonos así del exterior.
 
Antaño podías abrir la ventanilla pese a la advertencia del peligro de asomarse al exterior. Cerrada herméticamente, incita a introspección no poco peligrosa. 
 
 
  Muchacha en la ventana, Salvador Dalí (1925)
 
Esta ventana está sellada por su seguridad, para que no vaya usted a defenestrarse adrede por ella o caerse accidentalmente sufriendo un percance lamentable.
 
   Las ventanas que no se abren contribuyen a la eficiencia energética, ya que evitan fugas de aire acondicionado o calefacción, manteniendo a raya a los ladrones.
 
Las ventanas cerradas, como elementos de insonorización, favorecen la reducción del ruido exterior, mejorando el confort de los pasajeros del tren ensordecidos.
 
 
 
No solo el transporte colectivo moderno está completamente climatizado en la actualidad. También puede decirse lo mismo del clima, totalmente ya climatizado.
 
La etimología de la palabra castellana ventana (y la de su homóloga inglesa window) sugiere una abertura para que entre el viento, que es el aire que se mueve.
 
Los cristales herméticos son más resistentes a impactos externos, como piedras u objetos lanzados contra ellos, que podrían causar lesiones o daños desastrosos. 
 
  
 El acondicionamiento de aire, aunque alivie en altas temperaturas, presenta en contra efectos adversos en la salud, el medio ambiente y el consumo de energía.
 
Las soluciones a los problemas que requieren un uso de alta tecnología crean, al fin y a la postre, complicaciones tecnológicas y más problemas que resuelven.
 
 A fin de purgar el ambiente y pese a los riesgos que conlleve, siempre será mejor abrir puertas y ventanas y dejar que éntre el aire fresco y libre de la calle. 

El sistema operativo de Microsoft, Windows, de código cerrado permite abrir paradójicamente varias ventanas, dentro siempre de su hermética pantalla principal.

lunes, 14 de julio de 2025

Pareceres LXXXI

396.- Confinamientos: Resulta curioso cómo a propósito de los incendios forestales que se reproducen en verano vuelven las autoridades y los periodistas a conjugar el sospechoso verbo “confinar”. La docta Academia lo define en su segunda acepción, que desde la pandemia ha pasado a ser ya la primera, como: Encerrar o recluir algo o a alguien en un lugar determinado o dentro de unos límites. U(sado) t(ambién) c(omo) pr(o)n(omina)l: 'Se confinó en su casa'. Se quema el bosque y el incendio ya no es noticia en sí mismo, por lo que no se nos informa de su extensión, duración, altura de las llamas o los esfuerzos que hacen bomberos y lugareños para confinarlo a él y poder reducirlo y apagarlo. Se nos informa de las alertas que han emitido las autoridades al efecto y de los municipios y número de personas que han "confinado". De este modo contribuyen periodistas y autoridades tanto teórica- como prácticamente a normalizar el verbo para poder usarlo en muy diversos y otros contextos y que nos parezca lo normal permanecer en casa bajo arresto domiciliario y manteniendo la respiración a ser posible todo lo que podamos, para no contaminar el planeta con el dióxido de carbono, CO2 o anhídrido carbónico que exhalamos. Y todo por nuestro propio bien incomprensible. 
 
  
397.- Mass media. Esta expresión inglesa suele traducirse por “medios de información” o “conjunto de medios de comunicación”, cuando literalmente significaría medios de masas, medios masivos, medios para las masas. Agustín García Calvo acuñó para traducirlo la fórmula “Medios de formación de masas”, que responde muy bien al original inglés, formado sobre el plural latino de “medium”, que es “media”, y mass, que llegó al inglés a través del francés procedente del latín “massa” (masa, amontonamiento, pasta) que probablemente le venga del griego μάζα, que era el nombre de la masa y de la torta de cebada, relacionada probablemente con el verbo μάσσειν (amasar), que, por su parte, remonta a una raíz protoindoeuropea *mag- que significaría algo así como “dar forma, ajustar, amasar”. En griego moderno se conserva esta palabra que se traduce como “plebe”. Los mass media no son meros medios de información o de comunicación, sería una ingenuidad imperdonable creerlo y pensar una cosa así, ya que se han convertido en un amasijo al servicio del poder de instrumentos de formación, uniformación y uniformización de masas de individuos personales. 
 
  
398.- La fluidez. De cómo los más avispados se aprovechan de la divulgación de la pseudofilosofía barata heraclitana del panta rhei, cambio continuo o perpetuum mobile, asociándola con algunos ribetes baratos de espiritualismo oriental, tales como el taoísmo y el anicca, impermanencia o naturaleza transitoria de las cosas del budismo, poniendo estos conceptos al servicio de la lógica económica dominante y de la adaptación al principio de realidad. En su perversa reinterpretación actual y occidental, a través de la Nueva Era, se reducen a una justificación de la inestabilidad laboral. Se siembran consignas como «abraza el cambio», «sé flexible», «re-invéntate continuamente», «fluye»... que invitan a adaptarse a la realidad cambiante y a las exigencias del mercado laboral. La meditación, por ejemplo, se vende como solución al problema del estrés laboral. El “si quieres, puedes” y el “tú creas tu propia realidad” ponen el énfasis en la responsabilidad individual, desviando la atención del sistema. Cada cual labra su propio porvenir y, por lo tanto, es responsable de él y de su 'burn out', el síndrome del trabajador quemado en sus propias ascuas. Los promotores de estas filosofías son los mismos que acumulan dinero y poder, que les da una identidad y una estabilidad envidiables y que cambian de opinión como el que cambia de calzoncillos. 
 
399.- Ola de Calor: Arranca el verano con los primeros avisos de los meteorólogos televisivos, los populares hombres y mujeres del tiempo: La primera ola de calor arranca con el 75% de los municipios en niveles de riesgo para la salud. Clima extremo a finales de junio. La 'cúpula de calor' abrasa España. Y los inevitables consejos paternalistas: Muchísima precaución con las altas temperaturas extremas que además serán duraderas. El Estado Terapéutico -ese ogro filantrópico, que decía el poeta Octavio Paz- ha logrado que vivamos en un estado clínico, sometiéndonos a una perpetua y constante hospitalización. Hay muchas metáforas del Estado. Una de ella es el Estado-hospital. Uno puede acudir al Estado cuando necesita ayuda, pero a menudo es el Estado el que acude a uno metiéndosenos en casa, en nuestra vida, porque necesita nuestra ayuda para autojustificar su existencia. Antes no había Seguridad Social, ni un Papá-Estado protector, pero al menos la gente vivía como quería... Ahora ni siquiera se vive, se sobrevive. Y este calor del que tanto nos hablan, siempre futuro, se parece mucho a aquel virus, con sus numerosos casos y sus muertos cotidianos... Quizá algún día se descubra que era fabricación de algún malévolo laboratorio chino del que se había escapado. De todas formas, este no va a ser el verano más caluroso desde que hay registros. El día más caluroso de nuestra historia, según parece, ya se registró una vez, antes del cambio climático provocado por la acción humana: fue en el año del Señor de 1876 a finales de julio, cuando Sevilla registró 51 grados y Madrid llegó a rebasar los 44.
 
  
400.- Sentido común. Hay alguien que tiene más inteligencia que los genios más grandes que en el mundo son y han sido, ese alguien es... todo el mundo. La frase se le atribuye a grandes hombres como Napoleón o Voltaire, pero no está atestiguada en ninguno de los textos de estos personajes. Muchas veces, para darle autoridad a un pensamiento, se le atribuye a un maestro: magister dixit. Si lo ha dicho un personaje, la frase cobra más enjundia no solo por lo que dice, con lo que podemos estar de acuerdo todos, sino por el relumbrón de la relevancia de quien lo dice. No obstante, es interesante porque pone de manifiesto la importancia de la inteligencia colectiva frente a la individual, por muy alto que sea el cociente intelectual del individuo en cuestión. Pone de relieve la importancia del “lógos xunós” la razón común, que decía Heraclito, o el discurso común que todos compartimos, por encima de lo individual. Más modestamente, sin recurrir a la filosofía presocrática, podemos hablar del sentido común que, paradójicamente, es el menos común de todos los sentidos, según el conocido dictamen que se le atribuye a Voltaire, por la pretensión que tenemos todos y cada uno de nosotros de albergar opiniones personales, y por el derecho reconocido a la libertad de expresión y opinión.
 


domingo, 13 de julio de 2025

Perros callejeros

Desde que la FIFA anunció en octubre del año del Señor de 2023 que Marruecos sería coanfitrión del Mundial de balompié en el futuro año en la agenda del Señor de 2030 junto con España y Portugal, se ha multiplicado la matanza de perros callejeros en el país magrebí, cuyo número se estima entre uno y tres millones, que constituyen un problema de salud pública como portadores de la rabia. No estamos acostumbrados al espectáculo de ver perros callejeros en Europa, pese a que muchos en nuestro país son abandonados en el período estival vacacional porque sus dueños no pueden o no quieren hacerse cargo de ellos.
 
La rabia que contraen los perros callejeros o comunitarios no es una enfermedad, sino una metáfora de nuestro modo de vida. Los afectados presentan una mirada característica perdida, como aquejados de estrabismo o como si estuvieran bizcos, tienen dificultades para ladrar, para comer y especialmente para beber agua, tienen un deambular característico, con una ligera parálisis de los miembros posteriores, una delgadez extrema y una tendencia a morder que puede hacer que ataquen a otros animales o personas. 
 
 

Las matanzas forman parte de una campaña de limpieza de las calles antes del Mundial para dar una imagen de que Marruecos no es un país subdesarrollado o en vías de desarrollo como se decía de la España del franquismo: gente armada con escopetas sale a las calles, a menudo de noche, y dispara a los perros, a otros los capturan y los llevan a dispensarios municipales donde los envenenan, haciendo exactamente lo que Hitler hizo con los judíos: capturarlos, meterlos en furgonetas, algunos mueren entre tanto, otros mueren durante el traslado y otros cuando se les aplica la solución final en lo que nosotros llamamos piadosamente campos de concentración con eufemismo flagrante, en realidad son campos de exterminio. En alguno de ellos los queman vivos como en Auschwitz, porque no tienen veneno ni tiempo para 'extraerlos' uno a uno -eufemismo de matarlos que se aplica aquí a los lobos. 
 
En 2019, el gobierno marroquí adoptó el programa TNVR (trap, neuter, vaccinate, return - capturar, esterilizar, vacunar, devolver), como método probado y eficaz para regular la población canina a nivel mundial y evitar la rabia. Dicho gobierno afirma que practica ese programa y niega que se esté sacrificando a los perros para limpiar las vías públicas de cara al mundial de 2030. 
  
 
 
Los animales que nos rodean son un espejo también en el que nos miramos nosotros mismos y en el que vemos el rostro de nuestra infelicidad. No estamos habituados en Europa, si lo pensamos bien, a verlos en libertad en la naturaleza. De hecho, un niño urbano del viejo continente puede preguntarse si existen realmente los animales y la naturaleza fuera de las pantallas que desde bien pronto frecuenta.
 
Estamos habituados a verlos en los infames espacios urbanos de los parques zoológicos, circos ambulantes donde son escarnecidos, tiendas de mascotas, donde se comercia con sus vidas, y carnicerías o peleterías donde se venden sus despojos, y fuera de las ciudades en granjas dedicadas al engorde y la cría industriales para el consumo humano de carne y en mataderos donde se los sacrifica. 
 
Hemos convertido a los animales en nuestros rehenes, presos y esclavos, no nos importa utilizarlos, maltratarlos y privarlos de su libertad y vida porque los consideramos inferiores, porque creemos que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza y el hombre es el Rey de la divina Creación. Somos los únicos seres del reino animal, ese es nuestro pecado original del que no hemos sido redimidos todavía, que nos hemos especializado en el exterminio mutuo desde que Caín mató a Abel. 
 
 
Marguerite Yourcenar, autora de las espléndidas Memorias de Adriano, escribía con acierto: Seamos subversivos. Hay que rebelarse contra la ignorancia, la indiferencia, la crueldad que, por lo demás, suelen aplicarse a menudo contra el hombre porque antes se han ejercitado con el animal. Recordemos, puesto que hay que relacionarlo todo con nosotros mismos, que habría menos niños mártires si hubiese menos animales torturados, menos vagones precintados llevando hacia la muerte a las víctimas de ciertas dictaduras, si no nos hubiéramos acostumbrado a ver furgones en donde las reses agonizan sin alimento y sin agua, de camino hacia el matadero; menos caza humana derribada de un tiro si la afición y la costumbre de matar no fueran patrimonio de los cazadores. Y en la humilde medida de lo posible, cambiemos (es decir, mejoremos, si es que se puede) la vida. (Tomado de El tiempo, gran escultor  de M. Yourcenar 1981, en traducción de Emma Calatayud). 

sábado, 12 de julio de 2025

Zona de Altas Emisiones

Gaza no es un campo de concentración, como creen algunas almas piadosas escandalizadas, sino de exterminio, es la metáfora perfecta del crimen de Estado democida.

    Nuestras decimonónicas prisiones se convertirán en modernos centros penitenciarios del siglo veintiuno climatizándose gracias al empleo de energías renovables.
 
 El estado policial es un estado carcelario en el que so pretexto de seguridad nacional -a veces prefieren decir pública porque suena mejor- vivimos encerrados.  
 
Acondicionan los centros penitenciarios conforme a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, instalando sistemas de climatización adaptados a cada cárcel. 
 
Lenguaje periodístico para edulcorar la realidad: Ya no hay prisiones ni cárceles, sino centros penitenciarios, ni reclusos ni presos en ellas, sino internos
 
Según la ministra de Sanidad, el junio más cálido desde que hay registros se combate con políticas verdes... y haciendo un cordón sanitario a los negacionistas.
 
 
 
 El nuevo Papa llama a la conversión de quienes aún niegan la urgencia del calentamiento global, estableciendo una nueva liturgia para el cuidado del planeta.
 
 El Gobierno de las diecinueve Españas prepara una "jubilación reversible" para que las personas jubiladas que lo deseen puedan volver a trabajar hasta morir.
 
El Reino de España se compromete con la Alianza Atlántica a enviar catorce mil militares más, carne de cañón efectiva, a los frentes internacionales de combate.
 
Según el Periódico Global, la localidad leonesa de Valderas, mermada de población, apoya la instalación de una fábrica de armas que genere puestos de trabajo. 
 
 
 Diecisiete son las comunidades y dos las ciudades que suman las diecinueve autonomías de estas Españas de las que hablamos en plural, como hacían los romanos.
 
Se disparan al alza los precios de los alquileres de vivienda así como los de alimentos básicos y la gente se preocupa porque en verano hace muchísima calor. 
 
No nos hace felices alcanzar lo que deseamos, porque no sabemos lo que queremos, sino soñarlo. Solo son felices los que creen que lo han logrado, los idiotas.
  
Los Mashco Piro, una tribu indígena y seminómada, viven aislados voluntariamente en las selvas peruanas, no quieren contactar con nosotros: dejémoslos en paz.
 
 Muchos libros actuales y la gran mayoría de los que se redacten en el futuro se escriben y escribirán parcial- o totalmente utilizando Inteligencia Artificial.
 
La IA hace la labor de cientos de antiguos copistas a la vez, transmitiéndonos el saber codificado hasta la fecha y aportando el grano peculiar de su cosecha.

viernes, 11 de julio de 2025

Yo acuso... ¿a quién?

Publica Antonio Turiel, investigador del CSIC, una entrada titulada Yo acuso, en su blog The Oil Crash imitando el título del J'acuse! de Émile Zola, su célebre carta abierta al presidente de la república francesa a raíz del caso Dreyfus en el periódico L'Aurore, y que Turiel subtitula profética- y catastróficamente “En vísperas de la tormenta que destruirá la ciudad de Barcelona”

¿A quién acusa Turiel? ¿Al presidente de la república francesa? No, por supuesto. Acusa “a las administraciones, pasadas y actuales, que en medio del caos climático creciente, decidieron que no era un tema lo suficientemente importante como para tomar medidas adecuadas para prepararnos”. Sorprendente y alarmante recurso literario de aliteración ese “caos climático creciente”. 
 
La acusación general se particulariza enseguida: Pero acuso principalmente al actual Govern de la Generalitat y al actual consistorio de l'Ajuntament de Barcelona de vivir de espaldas a los crecientes signos del peligro. Pero yendo de lo local a lo nacional, vuelve a generalizar: Los acuso por ser los que conozco mejor, pero también acuso con ellos a todos los gobiernos municipales, autonómicos y del estado español, por la misma temeridad e imprudencia”. 
 
A continuación enumera los datos científicos actuales: un mar Mediterráneo con una temperatura superficial 3 grados superior a la que tenía en 1980, y en algunas zonas llegando a 5 grados. Y recuerda el pasado: Cuando sufrimos una terrible DANA en la ciudad de Valencia hace 8 meses, lo cual pudo ser tan destructiva, entre otros motivos, por un mar anómalamente cálido, que proporcionó más energía y más agua precipitable a las tempestades
  
El problema que detecta es que la tasa de calentamiento global se ha multiplicado por cuatro durante la última década, y denuncia la promoción de obras públicas “como la ampliación del aeropuerto de Barcelona o el desbroce de amplias zonas para el paso de nuevas líneas de alta tensión para la evacuación de una hipotética energía eléctrica renovable que no tiene demanda”. 
 
Lamenta Antonio Turiel que los promotores de estas sobras solo se preocupan de hacer negocios “cuando nuestro mundo ha cambiado para siempre y es algo completamente diferente ahora mismo”. Se queja de la actual “ola de calor y los nada alentadores pronósticos para las próximas semanas” y de que no haya una campaña de protección de la población más vulnerable, máxime cuando se produjo una “interrupción del servicio eléctrico”, refiriéndose al apagón que él creyó que no iba a producirse nunca en España, como puede comprobarse en sus declaraciones de octubre de 2021, especialmente a partir del minuto 2,43, donde se le oye decir:
 
 
 
Este es el motivo por el cual el gobierno austriaco, el gobierno alemán y el gobierno suizo están tomando medidas preparatorias en previsión de que pueda haber un gran apagón en Europa; y quien dice un gran apagón no es simplemente que se vaya la luz, sino que se produce una gran avería porque se produce una sobrecarga muy fuerte en algún sitio con un daño estructural muy importante, o sea, cosas destruidas que se tienen que reponer y reparar y que esto origina que falte la luz, que falte la electricidad durante días a semanas. (…) “En España, la posición que ha defendido la ministra Teresa Ribera es que no nos tenemos que preocupar porque somos una isla energética porque estamos poco conectados, y tiene razón. Es decir, nosotros tenemos solamente dos conexiones importantes con Francia, la más importante es por aquí por Cataluña. Y es verdad que si de repente desde Europa empezamos a tener una gran inestabilidad, lo que va a hacer el regulador español es cortar, nos va a separar y nos va a aislar del todo, con lo cual evidentemente el problema no se va a propagar dentro de España. En España, la instalación de sistemas renovables, lógicamente también genera inestabilidades, pero, claro, no estamos hablando de un área continental de miles de kilómetros de largo. Aquí estamos hablando solamente de un área que es un país, que es España, más o menos grande, pero mucho más fácil de controlar. Y en ese sentido, el regulador español, la Red Eléctrica Española lo hace bien, son muy buenos profesionales y tiene la situación bajo control. En algunos momentos puede tener complejidades, pero en España pensar que se puede producir de repente una gran perturbación que en una manera muy rápida que no nos dé tiempo a reaccionar pudiera destruir instalaciones a una escala masiva es algo que yo creo que es hoy por hoy impensable”. 
 
No hace falta decir que lo impensable se produjo, y todavía no sabemos la razón. 
 
 Volviendo a la carta, acusa el investigador del CSIC  de “no haber previsto cómo ofrecer agua, alimentos, cobijo y asistencia médica oportuna en medio de la catástrofe prevista”. En definitiva, señala a los gobernantes de “no haber gobernado para la mayoría, para la gente que les ha escogido para representarles” y, tímidamente, “les acuso de todas y cada una de las muertes que podían haber evitado y no quisieron evitar por primar una visión miope centrada en el beneficio económico de unos pocos”. Por lo que concluye con la dramática proclamación de que su rencor “será eterno por el dolor de todas esas personas a las que conozco y que quiero, y que perderán la vida porque ustedes estaban más pendientes de complacer al rico que de servir a los ciudadanos”.
 
La carta finaliza curándose en salud, y advirtiendo, después de lanzar su profecía que, si no se cumple, ya se cumplirá en alguna otra parte y en algún otro lugar: No hay que tomar esa frase inicial, impactante, al pie de la letra. Obviamente, la tempestad no llegará mañana, si no en un período indefinido de tiempo aunque en todo caso no será de muchos años. Y por supuesto Barcelona no quedará completamente destruida, pero sí que sufrirá daños importantes que la afectarán durante años (o hasta que la siguiente tormenta haga aconsejable ir abandonando cosas). Por último, quizá Barcelona tenga suerte en el futuro más inmediato y sea otra ciudad la que reciba el castigo: poco importa

jueves, 10 de julio de 2025

El principio de precaución

Cuando no se puede justificar la existencia del gobierno (y del Estado) como remedio de los males que sufrimos porque el propio gobierno y el Estado suelen ser la causa de muchos de ellos, se intenta hacerlo basándose en el principio de precaución, que consiste en que están ahí no para curar los males actuales sino para prevenir los futuros, los cuales, si no estuvieran, serían mayores que los presentes. La izquierda (o la derecha, da igual) gobierna para que no lo haga la derecha (o, da lo mismo, porque son términos políticos indiferentes y complementarios, la izquierda), porque si aquella llegara al poder que tiene ahora esta los males y desgracias serían, además de infinitos, muchísimo peores. Así que lo que se aconseja es que hay que votar por el mal menor, olvidando que este es el único que hay, ya que el mal mayor con el que nos amenazan si no lo hacemos es esencialmente futurizo.
 
Se basa este principio de precaución en la presunta sabiduría popular que proclama sandeces como 'hombre precavido vale por dos' o 'más vale prevenir que lamentar', así como en la penosa evolución que ha sufrido la terapéutica a lo largo de los siglo XX y XXI, fundamentada en que más vale la cautela que la medela, que es como los romanos llamaban a la medicina, que se ha vuelto a fuer de invasiva -todos somos enfermos en potencia si no lo somos en acto ya-, en más preventiva que curativa. 
 
Según este principio que defienden muchos políticos y economistas, el gobierno debería esforzarse por prever lo malo que pueda ocurrir para evitarlo, en lugar de precipitarse a arreglar lo que se pudo evitar si se hubiera previsto. 
 
  
La calidad de los bienes comunes como el aire y el agua se ha deteriorado debido a la contaminación atmosférica y de los acuíferos. Otro día hablaremos del agua y de cómo son preferibles las aguas naturales de fuentes y manantiales, que las aguas de los grifos. Ahora vamos a centrarnos en el aire, porque, según nos dicen, es la amenaza ambiental más importante par la salud a la que nos enfrentamos porque puede provocar enfermedades graves que nos lleven al otro barrio. 
 
Hemos visto cómo se han declarado incendios tóxicos que 'obligan' a confinar a la población, cerrando las ventanas si estaba en su casa, o abandonando la calle y enclaustrándose en su domicilio. Ha sucedido, por ejemplo, el pasado viernes 4 de junio en Azuqueca de Henares, en la provincia de Guadalajara, donde a raíz de un incendio producido en una fábrica de baterías de litio que ha quemado componentes de dicho metal se ha generado una nube de humo de alta toxicidad que ha 'obligado' a confinar cinco municipios. 
 
 
La calidad del aire, pues, se ha convertido en un “problema” -etimológicamente 'lo que se pone por delante'- que requiere una “solución”, pero no solo estamos hablando del aire exterior contaminado que respiramos en campos y ciudades, que eso no es ninguna novedad, sino también del aire interior de nuestros propios hogares, de cuyos niveles de contaminación llegan a decir que pueden ser más altos que los otros, por lo que habría que monitorearlo y purificarlo. Se espera que pronto sean obligatorios en todas las propiedades de nueva construcción dispositivos electrónicos a tal fin. 
 
Se preocupan ahora por la calidad del aire interior, porque del exterior obtienen sin ningún impedimento todos los datos que desean en las presuntamente "ciudades inteligentes", pero no pueden acceder a los datos de las casas sin permiso de los inquilinos o, en caso contrario, sin una orden judicial porque estarían invadiendo nuestra intimidad. Se habla ya de solucionar este “problema” con monitores inteligentes previamente programados que lo detecten y filtros que, instalados en los hogares, purifiquen la calidad del aire. Se quiere lograr que el aire sea más puro, limpio, saludable y agradable para respirar y no contraer, pongamos por caso, un cáncer de pulmón o un ataque de asma furibunda. Se habla, por ejemplo de la eliminación progresiva de las chimeneas, estufas de leña, quemadores de carbón u otros sistemas de calefacción basados en combustibles sólidos de uso doméstico. 
 
  
Este principio de precaución prioriza la salud ideal y futura en detrimento de la presente, incluso ante la falta de evidencia científica, lo cual, traducido aproximadamente, significa que se deberían implementar -¡cómo les gusta este polisílabo!- medidas aunque no haya el suficiente respaldo de la santa madre iglesia de la Ciencia para hacerlo. Que el gobierno publique los parámetros del aire puro es una licencia gratuita para amedrentar a la gente con los efectos adversos para la salud, que se añadiría al pronóstico del tiempo, enviando notificaciones de emergencia a todos los móviles que nos inmovilizan. 
 
Por la necesidad de "ejercer el principio de precaución" a fin de evitar futuros males mayores se cierran los parques públicos, cuyos árboles son en verano un remedio para la calorina sofocante al amparo de sus sombras y se hace para evitar que caiga de repente un rayo de Zeus fulminante y derribe uno de ellos y mate a un transeúnte que pasara casualmente por allí. Así que mejor que esa persona se confine en su casa encerrada entre cuatro paredes, y purifique y refrigere el aire de su habitáculo. 

miércoles, 9 de julio de 2025

Verano 2025 (y 2)

La Guía Práctica de comunicación -en realidad de comunión- Verano 2025Salud y calor” -ojo al simbolismo de los colores con que tintan la palabra salud, el azul, y  calor, rojo, que lo dice todo ya- que publica el Gobierno de España (la Vicepresidencia Tercera del Gobierno, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el Ministerio de Sanidad, y el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades) y el OSCC (Observatorio de Salud y Cambio Climático), adscrito al Ministerio sanitario. 
 
Allí se leen cosas como las siguientes (pág. 5 ¡de un total de 59!): Debido al cambio climático, el calor ya no es solo una molestia estacional: es un riesgo real y creciente para la salud. Aumenta los ingresos hospitalarios, agrava enfermedades crónicas y provoca miles de muertes evitables cada verano. La evidencia científica es clara: el calor perjudica seriamente la salud. 
 
El párrafo no tiene desperdicio. Se define el calor del siguiente modo: No es solo una molestia(?) estacional, sino un 'riesgo real y creciente para la salud', que colapsa los hospitales en verano cuando la mayoría de médicos y sanitarios están de vacaciones y se 'cierran camas', como suelen decir, y provoca 'miles de muertes evitables'. La conclusión del razonamiento es que el calor, como el tabaco, 'perjudica seriamente la salud'. 
 
En la misma página introductoria  se dice que el verano se asocia a emociones positivas, y eso, al parecer, es un problema para los autores de la guía, que pretenden cambiar la percepción emocional de la gente, lo que podría, según los autores, “proteger la salud de la población y salvar vidas”. 
 
  
Que la protección y salvación es una cuestión de fe se reconoce explícitamente en la página 24: Aquellos que más creen en el cambio climático tienen más probabilidad de adoptar comportamientos autoprotectores frente a sus consecuencias. Se impone así subrepticiamente el dogma salvífico del cambio climático, y de hecho en la guía gubernamental se habla de la importancia de la creencia en él, que en el glosario del anexo de la página 51 se define como sigue: Cambio climático: Modificación persistente de las condiciones climáticas globales, atribuida en gran parte a la actividad humana, que provoca fenómenos como el aumento de las olas de calor
 
Particularmente interesante es lo que se dice en la página 32 a propósito del uso de imágenes y recursos visuales, porque esta guía, más que al público común, está dirigida a los comunicadores, es decir, a los medios de formación de masas, a los que se aconseja “provocar afectos (sic) negativos y mostrar las soluciones”. Y entre estos afectos negativos figura en primer lugar asociar el calor extremo a emociones negativas: “Es recomendable evitar usar imágenes vacacionales, playas o paseos al sol, priorizando imágenes negativas que asocien el calor a riesgo para la salud o pasar un mal rato”. ¿Cuáles son esas imágenes negativas que se aconseja a los comunicadores emplear estratégicamente (como hicieron durante la pandemia): hospitales, salas de urgencias, personas yendo al médico, siendo atendidas por servicios sanitarios o personas pasando un mal rato al sol (mareadas, abanicándose, sudando, no pudiendo dormir.
 
Ella Fitzgerald y Louis Armstrong interpretan "Summertime"
 
Frente al despropósito de esta guía gubernamental que parece redactada por la Inteligencia Artificial más que por los expertos que se responsabilizan de su autoría, hay que decir lo que dice la voz de la gente común y corriente sin que nadie venga a recordarle cosas como que si hace calor hay que ponerse a la sombra y beber agua a menudo: Hay muertes por culpa del calor, de acuerdo, puede que las haya. No vamos a discutir si es por eso, por el virus estival o por las vacunas de la Virgen María, que es la Madre del Cordero. Pero no es por el caos creciente del Cambio Climático que nos dicen, sino por la explotación laboral a la que estamos sometidos: quien tiene un jardín o un huerto propio, por ejemplo, se adapta a la canícula veraniega cultivándolo al amanecer, echándose la siesta a las horas de mayor calorina, y regando al final de la tarde, cuando baja el ardor de Lorenzo, usa sombrero de ala ancha de paja, tiene botijo de agua fresca o tinto de verano y come melón y sandía, gazpacho y salmorejo bien fríos, pero quien trabaja para una empresa tiene que fichar y adaptarse a un horario y a unas condiciones laborales draconianas y no se le permiten otras medidas, así que si la palma no es por culpa del calor. 

El calor mata y el gobierno salva vidas, esa es la formulación estúpida que a los 'creativos' se les ha ocurrido para dar sentido a la cómoda, cruel y ejecutiva gobernanza en estos tiempos de acoso, sacrificios y derribo progresivo o privatización de los recursos públicos. El modelo más avanzado y espejo donde mirarse parece ser el exterminio diseñado en Gaza donde, una vez se conceptualiza y clasifica a sus gentes como material sobrante, se les bombardea y se les priva de recursos y a los supervivientes se les va rematando cuando caen en la trampa de acudir a por la 'ayuda humanitaria' exterminándoles como ratas.