La Guía Práctica de comunicación -en realidad de comunión- Verano 2025 “Salud y calor” -ojo al simbolismo de los colores con que tintan la palabra salud, el azul, y calor, rojo, que lo dice todo ya- que publica el Gobierno de España (la Vicepresidencia Tercera del Gobierno, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el Ministerio de Sanidad, y el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades) y el OSCC (Observatorio de Salud y Cambio Climático), adscrito al Ministerio sanitario.
Allí se leen cosas como las siguientes (pág. 5 ¡de un total de 59!): Debido al cambio climático, el calor ya no es solo una molestia estacional: es un riesgo real y creciente para la salud. Aumenta los ingresos hospitalarios, agrava enfermedades crónicas y provoca miles de muertes evitables cada verano. La evidencia científica es clara: el calor perjudica seriamente la salud.
El párrafo no tiene desperdicio. Se define el calor del siguiente modo: No es solo una molestia(?) estacional, sino un 'riesgo real y creciente para la salud', que colapsa los hospitales en verano cuando la mayoría de médicos y sanitarios están de vacaciones y se 'cierran camas', como suelen decir, y provoca 'miles de muertes evitables'. La conclusión del razonamiento es que el calor, como el tabaco, 'perjudica seriamente la salud'.
En la misma página introductoria se dice que el verano se asocia a emociones positivas, y eso, al parecer, es un problema para los autores de la guía, que pretenden cambiar la percepción emocional de la gente, lo que podría, según los autores, “proteger la salud de la población y salvar vidas”.
Que la protección y salvación es una cuestión de fe se reconoce explícitamente en la página 24: Aquellos que más creen en el cambio climático tienen más probabilidad de adoptar comportamientos autoprotectores frente a sus consecuencias. Se impone así subrepticiamente el dogma salvífico del cambio climático, y de hecho en la guía gubernamental se habla de la importancia de la creencia en él, que en el glosario del anexo de la página 51 se define como sigue: Cambio climático: Modificación persistente de las condiciones climáticas globales, atribuida en gran parte a la actividad humana, que provoca fenómenos como el aumento de las olas de calor.
Particularmente interesante es lo que se dice en la página 32 a propósito del uso de imágenes y recursos visuales, porque esta guía, más que al público común, está dirigida a los comunicadores, es decir, a los medios de formación de masas, a los que se aconseja “provocar afectos (sic) negativos y mostrar las soluciones”. Y entre estos afectos negativos figura en primer lugar asociar el calor extremo a emociones negativas: “Es recomendable evitar usar imágenes vacacionales, playas o paseos al sol, priorizando imágenes negativas que asocien el calor a riesgo para la salud o pasar un mal rato”. ¿Cuáles son esas imágenes negativas que se aconseja a los comunicadores emplear estratégicamente (como hicieron durante la pandemia): hospitales, salas de urgencias, personas yendo al médico, siendo atendidas por servicios sanitarios o personas pasando un mal rato al sol (mareadas, abanicándose, sudando, no pudiendo dormir.
Ella Fitzgerald y Louis Armstrong interpretan "Summertime"
Frente al despropósito de esta guía gubernamental que parece redactada por la Inteligencia Artificial más que por los expertos que se responsabilizan de su autoría, hay que decir lo que dice la voz de la gente común y corriente sin que nadie venga a recordarle cosas como que si hace calor hay que ponerse a la sombra y beber agua a menudo: Hay muertes por culpa del calor, de acuerdo, puede que las haya. No vamos a discutir si es por eso, por el virus estival o por las vacunas de la Virgen María, que es la Madre del Cordero. Pero no es por el caos creciente del Cambio Climático que nos dicen, sino por la explotación laboral a la que estamos sometidos: quien tiene un jardín o un huerto propio, por ejemplo, se adapta a la canícula veraniega cultivándolo al amanecer, echándose la siesta a las horas de mayor calorina, y regando al final de la tarde, cuando baja el ardor de Lorenzo, usa sombrero de ala ancha de paja, tiene botijo de agua fresca o tinto de verano y come melón y sandía, gazpacho y salmorejo bien fríos, pero quien trabaja para una empresa tiene que fichar y adaptarse a un horario y a unas condiciones laborales draconianas y no se le permiten otras medidas, así que si la palma no es por culpa del calor.
El calor mata y el gobierno salva vidas, esa es la formulación estúpida que a los 'creativos' se les ha ocurrido para dar sentido a la cómoda, cruel y ejecutiva gobernanza en estos tiempos de acoso, sacrificios y derribo progresivo o privatización de los recursos públicos. El modelo más avanzado y espejo donde mirarse parece ser el exterminio diseñado en Gaza donde, una vez se conceptualiza y clasifica a sus gentes como material sobrante, se les bombardea y se les priva de recursos y a los supervivientes se les va rematando cuando caen en la trampa de acudir a por la 'ayuda humanitaria' exterminándoles como ratas.