viernes, 19 de agosto de 2022
¡Ay! En Granada
jueves, 18 de agosto de 2022
Donde hay patrón...
Donde hay patrón no manda, se dice, marinero,
ni en barco de pesca ni en un buque de la armada
ni en un navío mercantil. Subordinada
la marinería como está, obedece siempre
las órdenes de quien detenta el mando a bordo
sin rechistar. El comandante es quien manda,
es el primero en embarcar y es el postrero
que desembarca. Las ordenanzas sacrosantas
disponen eso, militares y civiles,
cumplidas siempre a rajatabla en el combate
y en esta mentirosa paz con que camuflan
los acólitos de Marte, el dios beligerante,
la eterna llaga y vieja guerra, detestada,
como cantó el poeta Horacio, por las madres
que envían sus hijos a morir al frente heroica-
y dulcemente, dando su vida por la puta
patria y por las ideas, me cago en todas ellas,
malditas sean. Marineros y grumetes
pese al valor que pueda tener su iniciativa
propia, no tienen voz ni mando. Si hay alguno
que no está conforme con las órdenes dictadas
por sus jerárquicos superiores, ante todo
debe acatarlas lo primero, y tras cumplirlas
podrá expresar su desacuerdo si es que sirve
entonces de algo. En un sistema de dominio
democrático como el vigente, elige el pueblo
soberano a su amo, y es así la democracia
la más perfecta, más cumplida y acabada
dictadura que haya. Y cierto si es, como se dice,
que todos somos marineros y que vamos
en el mismo barco, que es la nave del Estado,
según la clásica metáfora, no es menos
cierto que entonces no podemos ser iguales
en tanto que haya jerarquía y haya mando
y obediencia ciega. A fin de cuentas quien gobierna
es don Dinero, y no el gabinete del gobierno
mayoritariamente electo. Bien se sabe
que si hay Estado, por muy demócratico que sea,
mandar no pueden marinero ni soldado,
y el Capital, que es capitán de capitanes,
gobierna. El pueblo es objeto del gobierno,
no manda, sino que es mandado y gobernado.
Manda el mercado, convirtiendo en mercancías
todas las cosas y personas empleadas,
recursos humanos suyos todas las personas.
martes, 16 de agosto de 2022
Anti(corona)virales
lunes, 15 de agosto de 2022
Haciendo migas (y II)
El joven izquierdista, que fue ministro y fue secretario general de la OTAN y el que dio la ejecutiva orden de bombardear Belgrado y Serbia, impunemente criminal, vomitó en un tuit que no se debe ni olvidar ni perdonar -escrito está- que los que no se vacunaban eran responsables (sic) de la “nueva ola” contagiosa de infección.
El chérif ordenó la sumaria ejecución: Estados Unidos mata a un hombre con un dron, a Aymán al-Zawahiri, en Kabul, Afganistán, un terrorista al que no había que juzgar, suministrándole la muerte sin piedad. Así es la ley del viejo oeste donde no hay terrorismo ni mayor terror que el estatal. Así es la ley de Lynch, el exterminador, aquel coronel y virginiano juez de paz.
domingo, 14 de agosto de 2022
Jean-Jacques Sempé, in memoriam


sábado, 13 de agosto de 2022
Cabaré de variedades

(La “pertinaz sequía”
era la expresión tras la que se escudaba el viejo dictador, justificando restricciones que asumir y empantanando mientras
tanto la nación).
viernes, 12 de agosto de 2022
Jaicus de verano
Ay, qué escalofrío: / la hoja seca que cayó / se la lleva el río.
Vete preparando, / va a ser muy crudo el invierno / que están fabricando.
Vuelve el hombre a ser / -¡viruelas a la vejez!- / mono y chimpancé.
Ya me lo figuro. / Hay que salvar el planeta / y el puto futuro.
Llovizna de estrellas, / lágrimas de San Lorenzo / fugaces y bellas.
Voluntad de Dios. / El Señor lo quiso así; / Dios, ni tú ni yo.
El espejo, en él / otro que no yo me ve: / no me veo yo.
Luna taciturna, / llena de sensualidad, / velada y nocturna.
¿Quién la convirtió / la Laguna Azul en un / Centro Comercial?
Muerta de tristeza / trocada en parque temático / la naturaleza.
Fluye grande el Ebro, / escribió Catón el Viejo, / bello y pisculento.
La verdad a secas: / tiene muchísima sed, / reseca, la tierra.
Veo un ave surcar / el firmamento y sin alas / me echo yo a volar.
Como Sebastián, / santo y mártir, héme aquí / traspasado yo.
Moras del zarzal, / verdes, rojas, negras ya, / dulces otra vez.
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Rico soy al fin / sin ninguna posesión / que me tenga a mí.
Aplíquese usted / restricciones por doquier. / Y solidarícese.
Crisis otoñal: / Vuelta al cole, a comenzar / una y otra vez.
jueves, 11 de agosto de 2022
Haciendo migas (I)
miércoles, 10 de agosto de 2022
Exceso de mortalidad
El otro día leía yo en la primera plana de la hoja parroquial autonómica El Diario Montañés el siguiente titular tan llamativo como honesto por su parte: "Cantabria cierra julio con un exceso de 200 muertes que no explican ni el covid ni el calor."
El fenómeno, por lo que veo en otros periódicos, no es exclusivamente cántabro, sino nacional. No hay datos del extranjero, porque la fuente de la información es el instituto Carlos III. El Diario Montañés confesaba que "Desde que hay estudios, nunca este mes (el pasado julio) había sido tan letal en la Comunidad". El País, el boletín oficial del Gobierno de las Españas, también sacaba un titular parecido: "El exceso de muertes este julio quintuplica la media de ese mes. Y no solo por el calor y la covid." Y añadía: "El Instituto de Salud Carlos III calcula casi 10.000 fallecimientos más de los previstos, 2.124 de ellos son atribuibles a las altas temperaturas".
Otros periódicos nos toman por idiotas achacando la mayoría de esas muertes al cambio climático que ha provocado los golpes de las olas de calor, algo que no cuadra si consultamos las hemerotecas, dado que esas mismas fuentes que ahora achacan los excesos de muertes al calor, reconocían otros años que el número de decesos por golpes de calor en las Españas había sido de 7 fallecidos en 2016, 7 fallecidos en 2017, 9 fallecidos en 2019 -(No hay datos de 2020 y 2021, los años de la pandemia en que todos los muertos eran cóvid) y 700 fallecidos en junio y 360 en dieciséis días de julio en 2022.
El Ministerio de Sanidad se empeña, sin embargo, en echar balones fuera, achacando esas muertes al cambio climático. ¿Cuándo si no es ahora mismo según las autoridades sanitarias ha sido el calor una de las principales causas de muerte en este país de María Santísima? Lo cierto es que los datos del sistema de monitorización del Ministerio chocan por completo con la estadística consolidada de años anteriores.
No hay correlación, como decía el titular de El Diario Montañés, entre el calor y el exceso de mortalidad si comparamos con las estadísticas de años atrás. ¿No habrá alguna relación, es una hipótesis que no debería descartarse a priori, con las inyecciones contra el Cóvid que se ha puesto la mayoría, casi la totalidad de la población? Téngase en cuenta que antes de que se pusieran estas inyecciones no había dicho exceso de mortalidad, y ahora sí.
Lo que está claro es que el número de muertes se ha disparado en España. Y lo que no está tan claro es la causa de esos 22.541 fallecidos de más de lo esperado que se han producido en los primeros siete meses de este año, hasta julio incluido. Parece un disparate decir como afirman que de esos 22.541 hay 3.828 que habrían muerto debido a las altas temperaturas.
La cifra española no tiene parangón en otros países de Europa, donde las estadísticas muestran también un pequeño repunte de la mortalidad, pero muy inferior a lo que sucede en España según el EuroMoMo.
martes, 9 de agosto de 2022
El bluf de Byung-Chul Han
¿Es Byung-Chul Han un nuevo astro rutilante de la filosofía moderna o más bien, haciendo uno de esos juegos de palabras a los que él es tan aficionado, un filosofastro? No se puede negar que es el filósofo más famoso del mundo en la actualidad. Su libro de hace diez años 'La sociedad del cansancio' se ha traducido a cuarenta idiomas. Un superventas. Un superstar. El que más vende y el que más y mejor se vende, el más vendido y comercial, leído incluso por personas que no leen nunca ensayos filosóficos.
Se deja ver con mucha dificultad. No le gusta prodigarse en viajes pero ha hecho una excepción aceptando la invitación de la UIMP de Santander este verano para conocer a su público español. Hay una larga cola para obtener la firma preciada del autor. Odia ser grabado, sólo se siente cómodo expresándose en alemán. A pesar de su origen coreano, se vende como deustcher Philosoph, haciendo suyo el prestigio de la lengua de Marx, Freud y Nietzsche. ¿El inglés? Es el instrumento de los dominadores, la lengua del Imperio, como decimos a veces por aquí, en la que rechaza expresarse.

Crítico de la digitalización, que no aborrece sin embargo, lamenta su mal uso al servicio del capital y de la economía. Dice cosas ingeniosas en pocas palabras como que ya no habitamos el cielo y la tierra, sino la Nube y Google Earth en su lugar. Escribe muchos libros breves de no más de cien páginas cada uno con frases concisas, contundentes, lapidarias y viralizables enseguida.
Del esmarfon, al que denomina Phono Sapiens, sólo le interesa la posibilidad de identificar algunas plantas. Confiesa que solo lo lleva encima cuando sale al encuentro del reino vegetal. Los aficionados a la botánica, sin embargo, dicen que aplicaciones como PlantNet fallan más que una escopeta de feria. Solo exhibe ahora un viejo nokia que muestra al público para darle la hora y servirle de teléfono, sin conexión a la Red.
El filósofo, que hace alarde de su profesión, se dedica a cultivar, epicúreamente, su jardín particular, su jardín secreto, lo que le reporta bienestar y felicidad. El jardín es un lugar romántico. Según él, un antídoto contra la digitalización y la informatización del mundo.
No hace falta orientalizar Occidente, dice, porque Occidente dispone de su propio jardín oriental de literatura y delicias, que es el romanticismo, del que se declara heredero, todo un neorromántico.
¿Crítico con la pandemia? En cuanto nos obliga a fijarnos en las pantallas alejándonos del mundo y alienándonos. En ningún caso critica el tratamiento político que se ha hecho de ella, sino que se inscribe dentro de la corriente oficial.
Cuando se le pregunta por los filósofos actuales, afirma que los lee poco, que prefiere los clásicos, sobre todo Nietzsche, siempre actualísimo, y especialmente Walter Benjamin, el único filósofo al que le gustaría abrazar.
Aprecia a Giorgio Agamben, pero dice que ha desbarrado con la pandemia porque equiparó el Green Pass a un medio de control y discriminación de los ciudadanos, dando pábulo a las teorías de la conspiración, por lo que no ha rendido un buen servicio a la filosofía. Encerrado en su propia prisión, Agamben ha dejado de pensar, cautivo de su propio pensamiento. Le sugiere sin embargo al rector de la UIMP, presente ocasionalmente en la sala, que invite a Agamben el próximo curso a impartir una lección magistral, si bien es un filósofo difícil de entender por el gran público porque habla igual que escribe.
La idea agambeniana del «estado de excepción», ligada al totalitarismo, está hoy día obsoleta. No sirve para explicar el presente según Han. De eso no se da cuenta Agamben. Reconoce sin embargo que Agamben tiene obviamente razón al sostener que la pandemia trasformó la vida en supervivencia, reduciéndola a «nuda vida», pero le reprocha su conspiranoia.
Byung-Chul Han estuvo dos meses en Roma durante la pandemia. Puso como condición que lo alojaran en una casa con jardín, y fue hospedado en la lujosa Villa Massimo viviendo en su torre de marfil. Confiesa que fue muy feliz en la ciudad eterna, visitando pequeñas iglesias católicas a las que iba en bicicleta. En una de ellas, llamada San Bernardo alle Terme, tuvo incluso una suerte de revelación, como declaró a la prensa italiana: comprendió que el Espíritu Santo es lo esencialmente Otro.
Aprovechando su estancia en Villa Massimo invitó a Agamben, como buenos colegas y discípulos que son ambos de Heidegger y Hanna Arendt. Pero Agamben se disculpó enviándole un correo personal donde le decía que no podía asistir porque no tenía pasaporte cóvid, en Italia bautizado como green pass. Ni corto ni perezoso, Han hizo pública esta confesión leyendo el correo electrónico, acusando al filósofo italiano de politizar una invitación amistosa, cargando contra él en los siguientes términos en un vídeo subido a la Red:
Esto es lo que dice Han: «He invitado a Agamben a un encuentro en Villa Massimo. También el Goethe Institut le ha enviado esta propuesta. Agamben me ha respondido a mí y al director del Goethe Institut que temía no poder aceptar esta invitación porque para ambas invitaciones le sería necesario el green pass. Él no tiene green pass. Depués de recibir este e-mail he perdido mucho respeto por Agamben. Lo que hace es un abuso político de una invitación amistosa. Usa la amistosa invitación para manifestar testarudamente su problemática postura. Agamben en su avanzada edad no se deja vacunar, porque ve en la vacunación un objetivo político de dominio del Estado o porque como muchos antivacunas teme que la vacunación lo haga volverse impotente, y simplemente tonto. Yo mismo no estoy de acuerdo con el green pass en el puesto de trabajo y en particular con la amenaza que nos pueda caer encima si no se respeta la normativa. Pero aquí no nos sirve su teoría del Estado de Excepción. Solo me gustaría preguntarle si esta medida es conforme a la democracia y a la constitución. La democracia no es algo que venga dado de una vez por todas, sino algo por lo que es necesario luchar siempre. Tengo la sensación de que Agamben no sabe qué es la democracia».
Byung-Chul Han, sin embargo, sí sabe lo que es la democracia, de la que se declara firme defensor, mientras que Agamben ha cometido el 'error' filosófico de equipararla con la perfecta dictadura contemporánea, desenmascarando la más y mejor cumplida encarnación del Estado de Excepción.
Han demuestra con esta declaración que no le llega ni moral- ni filosóficamente hablando a la altura de la suela de los zapatos al maestro italiano, él sí, un verdadero filósofo viviente.
Han no es un astro de la filosofía, sino un filosofastro, es decir, un filósofo profesional sí, como él se encarga de repetir constantemente, pero un filósofo fake, un filósofo virtual, un filósofo light, un bluf que no tiene la calidad necesaria para ser considerado como auténtico filósofo.

























