Baco, Caravaggio (1595)
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para una bodega: Que el vino
mata las penas es algo que se viene diciendo entre nosotros desde muy
antiguo. Ya en un fragmento épico de los Cantos Chipriotas aparece la idea.
Dos hexámetros que dicen así: οἶνόν
τοι, Μενέλαε, θεοὶ ποίησαν ἄριστον /
θνητοῖς ἀνθρώποισιν ἀποσκεδάσαι
μελεδώνας. Han lo mejor, Menelao, creado,
el vino, los dioses, / para quitar a los seres humanos
preocupaciones. Allí se cita a
Menelao, el rey de Esparta que fue abandonado por su esposa Hélena
para fugarse con el apuesto príncipe troyano o que fue raptada o secuestrada
por él, según la versión oficial griega, convirtiéndose su rapto (o arrebato) en un casus
belli. Alguien le aconseja a
Menelao que el vino es lo mejor que los dioses han creado para el
olvido de las penas, con lo cual le está diciendo que el vino es
divino, cosa que repetirán los cristianos que ven en él la sangre
de Cristo, y los paganos, como Horacio: Disipa el dios /
del vino hambrientas penas. En
la tragedia de Eurípides Bacantes,
el vino es para Penteo, el gobernante, un agente de desórdenes que hay
que evitar en la ciudad, partidario como es de la ley seca avant
la lettre, mientras que el
sabio y más prudente Tiresias, defensor del botellón, le recuerda su valor como
remedio de penas y dolores, liberador de cuitas de hombres y mujeres,
fármaco analgésico y somnífero. Casi nada.
oOo
Crónica de sucesos
La
viñeta de J.R.Mora lo dice todo: una pantalla de la que salen
literalmente tripas ensangrentadas, y un texto explícito: "Llenaron los
informativos de sucesos para no tener que contar lo que sucede".
Efectivamente, la crónica de sucesos lo ha invadido todo en cuanto a
información se refiere a modo de cortina de humo que nos impide ver lo
que pasa. Eso es lo que sucede.
oOo
“¡Oh cuántas esperanzas lleva el
viento!”
Reza un verso de Garcilaso de la Vega. Un refrán griego antiguo, por su parte, dice así: αἱ δ᾽
ἐλπίδες βόσκουσι τοὺς κενοὺς βροτῶν (las esperanzas nutren al vano ser mortal), es decir que los que tienen la mente vana, los casquivanos o ligeros
de cascos de entre los seres humanos, suelen no sólo alimentarse sino cebarse del pienso de la esperanza. Y es
que esta palabra griega ἐλπίς (elpís), que subsiste en griego moderno como
ελπίδα (elpída) -el lema con el que Alexis Tsipras engañó a los griegos era
precisamente η ελπíδα έρχεται la esperanza se pone en marcha, tomando del Hope que utilizó Obama para llegar al poder -
no tiene la
connotación positiva que tiene para el mundo moderno occidental y
cristiano de virtud teologal junto a sus hermanas la fe y la caridad,
sino que es algo esencialmente
negativo, porque fue el poso que quedó en la jarra de Pandora cuando
esta dejó escapar
sin querer todos los males que había dentro menos uno: la esperanza,
que, según
nuestro refrán, es lo último que se pierde.
Para los griegos la
esperanza no
deja de ser un engaño y una ilusión: el bálsamo que
nos ayuda a soportar lo insoportable refugiándonos en el fantasma del
futuro
esencialmente inexistente. Nutrirse de esperanzas es alimentarse de
ilusiones
falsas y engañarse.
oOo
Últimas noticias: La sequía pertinaz.
La crisis, otra crisis, climática esta vez, asfixia a fuerza de sequía pertinaz* a la vieja Europa
que se abrasa viva en mil incendios forestales y olas de calor.
(La “pertinaz sequía”
era la expresión tras la que se escudaba el viejo dictador, justificando restricciones que asumir y empantanando mientras
tanto la nación).
Empantanados y empanados nos quieren y en ello están con el despliegue del terrorismo informativo, impidiendo el curso de la vida y exigiendo que nos atengamos a las condiciones leoninas del Nuevo Orden Mundial en el que como acreedores fían sus fechorías.
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