domingo, 7 de agosto de 2022

Realidades reales e imaginadas

    En una entrevista que el periodista Henrique Mariño le hacía al escritor Juan José Millás el 10 de julio de 2020, en plena pandemia, en el periódico Público, que llevaba por título “El capitalismo es un delirio que en cualquier momento se puede venir abajo”, el columnista y escritor reflexionaba sobre el coronavirus, el capitalismo y el futuro.

    En un momento de su trascurso el entrevistador le hacía la interesantísima pregunta siguiente: ¿La economía y las finanzas son una cuestión de fe? A la que Juan José Millás respondía, equiparando fe y confianza: -“Absolutamente. Son una cuestión de confianza. El Corte Inglés existe porque creemos en él. Si dejásemos de hacerlo, duraría una o dos semanas. Sin embargo, si dejas de creer en el virus, seguirá existiendo. Insisto: esa es la diferencia entre las realidades reales y las realidades imaginadas.”

    Según Millás El Corte Inglés sería una realidad imaginada, mientras que el (corona)virus sería una realidad real, valga la redundancia... Pero ahí está, en la redundancia, la trampa dialéctica: no hay realidades reales, todas las realidades son ideales, todas son imaginadas. Es cierto que El Corte Inglés existe porque creemos en él, pero el Cóvid también.


     Cóvid, como tal nombre propio, es un acrónimo de COronaVIrus Disease: enfermedad del virus coronado. Pero esta "nueva" enfermedad no tiene nada de nuevo: su patología es más vieja que el catarro de Matusalén. De hecho no presenta síntomas, que es lo más sospechoso de todo. La enfermedad cursa generalmente asintomática. Y si presenta algún síntoma clínico como fiebre, cansancio, neumonía, tos, pérdida de olfato o cualquier otro de los muchos que se le han atribuido no es exclusivo de esa supuesta nueva enfermedad o síndrome, cuya existencia sólo la revela una prueba que, por otra parte, no prueba nada en absoluto.

    La única novedad de la supuesta 'enfermedad del virus coronado' o Cóvid, es la ausencia de síntomas o la presencia de los síntomas de toda la vida de cualquier gripe, catarro o neumonía. La única novedad de esta nueva enfermedad es el nombre: Cóvid, el nuevo artículo de fe, la pesadilla mortífera de una realidad imaginada, tan real como El Corte Inglés, no menos mortífero.

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